'Ta sacudiendo la Julia, un trapo cubre su pelo;
luego la vemos hincada, fregando en el duro suelo,
l'echa su congo amarillo... ¡ya 'stá más limpio que el cielo!

La Julia fue a su mandado y a darle abono al tendero;
en la cocina las ollas huelen a rico puchero,
frijolitos con cebolla, porque 'ora sí hubo dinero.

El marido de la Julia 'tá metido con la Andrea
que hasta se pinta los dientes para quitarse lo fea;
dicen que 's de mucho mundo porque le cabaretea.

Y ahí 'stá la Julia lavando, ni caso le hace a los chismes;
luego le vemos planchando pañalitos chiquitines,
a veces llora en silencio, zurce y zurce calcetines.

Ahí van los niños de Julia a la escuela apuraditos,
ella los mira orgullosa porque van muy aseaditos,
muy limpias sus orejitas, boleados sus zapatitos.

La Julia cierra su casa, va a la iglesia con el nene
a agradecerle a la Virgen toditito lo que tiene
y a suplicar le dé fuerzas para aguantar lo que viene.

En la iglesita vivía la Virgencita más chula,
era la Virgen María con una capa cerúlea;
yo no sé por qué tenía... ¡la misma cara de Julia!

Adiós, mi Julia querida, ¡no sabes cuánto te quiero!;
eres igual que mi madre, que fue mi amor y hoy mi duelo.
México es grande por Julias, madres que sólo hace el cielo.

Madres de México, Julias...: por ellas México es bello.