Ramona Cabrera

Antes de que se haga tarde quiero me hagas un favor:
vayas mingues a tu chadre, pero ya, sin dilación;
tantas veces que has fregado a la autora de tu ser
que creo no tiene importancia que la friegues otra vez.

Cuando dices que me quieres, que yo soy tu único amor,
me he sentido presidiario con una numeración;
ni Pitágoras contaba los que cuentas en tu haber:
apenas ves pantalones sólo piensas en correr.

Hace un rato dijo Alfredo que hasta el hombro te metió,
que te sacó los ojitos, que te puso en condición,
que tú le chupaste un dedo y él también te lo chupó;
y ahora vienes a besarme... ¡qué poquita precaución!

Antes de que se haga tarde quiero me hagas un favor:
anda vé y minga a tu chadre, que después... también yo voy.

Una huila cuando es huila lo hace por necesidad,
tú eres Ramona Cabrera y hablas de tu honestidad.
Si tu madre no conoce ni al padre que te dio el ser,
¡vaya pa' naturaleza que te dieron al nacer!

¿Qué me dices de la bronca que armaste en la vecindad?
Bajo de los lavaderos, de ahí te fueron a sacar;
con agua, como a los perros, te tuvieron que apartar;
sin calzones y a escobazos te ha metido tu mamá.

Hoy decís que no te quiero, que no tengo corazón:
que te quiera tu marido, que él sí tiene obligación.
Dale gracias a los santos que me llegaste a encontrar,
porque soy un caballero que te sabe respetar.

Y antes de que se haga tarde, corre a hacerme ese favor:
anda vé y minga tu chadre, no me dejes ese honor.