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Es difícil tratar de explicar en
pocas palabras que es esto del escultismo. Es un movimiento de jovenes acompañados por
adultos, con el propósito de ayudar en su desarrollo, con un sistema educativo y un
estilo "especial", etc...
Baden
Powell, fundador del Movimiento Scout decía :
" El escultismo es un
alegre y un gran juego al aire libre. Los muchachos y los hombres que todavía conservan
el espíritu juvenil, pueden abandonarse conjuntamente al placer de la aventura, como el
hermano mayor con el pequeño, adquiriendo salud y alegría, conocimientos prácticos y
aptitudes para salir adelante en cualquier circunstancia".
Ahora, con el pasar de los
años, la forma de hacer escultismo ha cambiado, pero sus principios siguen tan vigentes
como cundo se crearon...
"El Escultismo es un
Movimiento de Educación no formal, de jóvenes, voluntario, no político, cuyo objetivo
es contribuir al desarrollo integral de los jóvenes"
Puedes conocer más sobre el escultismo en el sitio de la Organización
Mundial del Movimiento Scout (WOSM) http://www.scout.org/
Nuestras
definiciones y convicciones fundamentales
Somos un movimiento de jóvenes y adultos comprometidos en forma libre y voluntaria.
Somos un movimiento de educación no formal, complementario de la familia y la escuela,
que procura el desarrollo integral y la educación permanente de los jóvenes.
Contribuimos al desarrollo de todo el hombre y de todos los hombres. El hombre, hombre y
mujer, en la plenitud de sus existencias y en la riqueza de sus semejanzas y diferencias.
La persona humana en su identidad singular y en su cultura, sin distinción de origen,
raza, credo o situación social.
Educamos para la libertad y buscamos desarrollar la capacidad de pensar antes que la
adquisición de conocimientos o habilidades específicas.
Fortalecemos en los jóvenes la voluntad de optar por una jerarquía de valores que
otorgue a sus vidas un argumento y los invitamos a ser coherentes con esa opción.
Caminamos en la búsqueda de Dios y pedimos a nuestros miembros vivir auténticamente su
fe, ser fieles a la religión que la expresa y dar testimonio de ella.
Creemos en la familia, raíz integradora de la comunidad y centro de una civilización
basada en el amor, la verdad y la justicia. Educamos para el amor, fuerza capaz de unir
con estabilidad a un hombre y una mujer y construir una familia que forma personas.
Creemos en la justicia social como exigencia de un desarrollo humano y sustentable.
Impulsamos a los jóvenes a servir en la comunidad y a comprometerse en su desarrollo como
expresión de su solidaridad con los demás, especialmente con los más pobres, los más
débiles y los que sufren.
Aspiramos a un mundo fraterno, en el cual los jóvenes puedan crecer y
realizarse en plenitud. Fomentamos en ellos la lealtad a su país y el amor a la propia
tierra, su pueblo y su cultura, en armonía con la promoción de la paz, sin hostilidades
de clase o nación. Promovemos la hermandad mundial entre los jóvenes y la cooperación
internacional entre los países y las organizaciones.
Estimulamos en los jóvenes su aprecio por el mundo natural y su compromiso con la
integridad del medio ambiente. Privilegiamos la vida en naturaleza como experiencia
educativa y estilo personal.
Formamos ciudadanos responsables que comprenden la dimensión política de la vida social,
que asumen un lugar constructivo en la comunidad y que toman sus opciones guiados por los
principios scouts. Sin embargo, como movimiento educativo, no nos involucramos en la lucha
por el poder político.
Propiciamos que jóvenes y adultos compartan la tarea del crecimiento común en una
relación que fomente el diálogo, la comprensión y la participación. En este encuentro
generacional privilegiado, la autoridad actúa al servicio de la libertad de los jóvenes.
Nuestro Propósito
Nuestro propósito es contribuir al desarrollo integral y la educación permanente de los
jóvenes.
Desarrollo integral
Respetuosos de la pluralidad de la naturaleza humana e interesados en el hombre completo,
impulsamos el desarrollo equilibrado de las diversas dimensiones de la personalidad de los
jóvenes, suscitando, formando y dando oportunidades de pleno despliegue a toda la
compleja variedad de expresiones de la persona.
Esta armonía integradora comprende el desarrollo del cuerpo, la estimulación de la
creatividad, la formación del carácter, la orientación de los afectos, el sentido de
los otros y el encuentro con Dios.
La salud, la realización personal, la identidad, la madurez, la integración social y la
propia felicidad, dependen de un desarrollo armónico de todos esos aspectos.
Educación permanente
Por otra parte, el hombre no cesa nunca de entrar en la vida, de nacer a lo humano, por lo
que su existencia es un proceso de terminación y aprendizaje que nunca concluye.
Ningún aspecto de la educación puede ser reducido al sistema escolar o a un período de
la vida, ya que las personas tienen la necesidad y deben tener la posibilidad de aprender
incesantemente durante toda su existencia.
Para que tome conciencia de esta realidad, orientamos al joven hacia el aprendizaje
personal, la autoformación y la superación constante.
Los principios que
nos guían
El conjunto de nuestros principios constituye un marco referencial de valores esenciales y
atrayentes y es nuestro propio modelo de identidad.
La adhesión a esos valores contribuye fuertemente a que los jóvenes tengan una razón de
ser y un estilo de vida con la consistencia suficiente para acercarse a la plenitud y la
felicidad y con la fuerza necesaria para motivar a otros en esa misma dirección.
La Relación consigo mismo
Cada persona es una promesa y para que ésta se haga realidad debe esforzarse por lograr
lo mejor de sí misma.
Invitamos a los jóvenes a usar progresivamente su libertad, asumirse con responsabilidad,
aprender a discernir y decidir y enfrentar las consecuencias de sus decisiones y de sus
actos.
Los motivamos para que tomen conciencia de su dignidad, se superen constantemente y opten
por un proyecto personal para sus vidas.
Los desafiamos a cifrar su honor en ser fieles a la palabra dada, leales con los demás y
honestos con sí mismos, sobre todo cuando hay que vencerse.
Les proponemos ser fuertes, mantenerse firmes en sus objetivos, tener el coraje de ser
coherentes, dando testimonio de ser lo que se dice ser.
Una persona consecuente con estas verdades es una persona íntegra, recta y fuerte,
representa una alternativa a la cultura del instante y contribuye a la superación de las
tendencias relativistas y permisivas.
La relación con los demás
Sostenemos que la persona logra su vocación humana cuando ejerce su libertad para el
encuentro con los demás.
Proponemos a los jóvenes que se realicen personalmente a través de una actitud de
servicio y que se integren responsable y solidariamente en su comunidad local, nacional e
internacional, sin prejuicios, racismos ni exclusiones sociales de ningún tipo.
Les pedimos que incorporen en su manera de pensar y en sus actitudes de respeto y la
defensa de los derechos de las personas. Promovemos que se comprometan con la democracia
como la forma de gobierno que mejor permite la participación de todos y la igualdad de
oportunidades para todas las opciones. Les proponemos reconocer y ejercer la autoridad y
el poder al servicio del bien común.
Destacamos el valor del trabajo humano para el bienestar común, enseñamos a respetar a
los trabajadores e impulsamos a los jóvenes a orientar sus relaciones económicas y
sociales por una permanente aspiración a la justicia.
Promovemos la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer y fomentamos en los jóvenes
su aprecio por la colaboración y el enriquecimiento mutuo, respetando la particular
naturaleza de ambos sexos, sin preconceptos de superioridad o reivindicación. En el plano
de las relaciones personales los invitamos a manifestar sus afectos con naturalidad, con
respeto a su dignidad y a la del sexo complementario, integrando su conducta sexual en el
amor.
Les proponemos enfrentar la existencia y las relaciones humanas con alegría y sentido del
humor, sobreponiéndose a las dificultades y expresando de un modo constante su gusto por
la vida.
Les pedimos ser reconocidos por su actitud de simpatía, comprensión y afecto hacia las
demás personas, creando espacios amables en los ambientes en que se desenvuelven.
Una persona guiada por estos valores sociales demuestra con su propia vida que es posible
encontrar la felicidad y la realización personal a través del servicio a los demás; y
ofrece con su testimonio una opción ante las tendencias que promueven el placer como fin
último de la actividad humana.
La relación con el mundo
Proclamamos que el hombre está llamado a continuar y completar en el mundo la obra
creadora de Dios.
Proponemos a los jóvenes que respeten con celo el mundo natural, que se comprometan en la
lucha por su integridad y que participen activamente en su preservación, mantenimiento y
renovación.
Desarrollamos y ofrecemos oportunidades a su curiosidad, ayudándoles a proyectar sobre su
vida adulta su interés por adquirir destrezas, trabajar con sus manos y trasformar las
cosas, descubriendo la ciencia y la técnica como medios al servicio del hombre. Los
motivamos para que aprendan a reaprender, reinventar, a imaginar y a encontrar pistas aún
no exploradas.
Motivamos su admiración por el trabajo bien hecho y fomentamos su aspiración a la
excelencia.
Les invitamos a ser independientes ante las cosas creadas, libres del afán de poseer.
Una persona animada por este espíritu dejará el mundo mejor de como lo encontró y su
testimonio invitará a superar la apatía, la mediocridad y el consumismo.
La relación con Dios
Toda persona interpela constantemente a la existencia para que le revele su origen, su
naturaleza y su destino.
Frente a la profundidad del misterio, invitamos a los jóvenes a trascender el mundo
material, guiarse por principio espirituales y caminar siempre en la búsqueda de Dios,
presente en la existencia de todos los días, en las cosas creadas, en los otros, en la
historia.
Los invitamos a asumir el mensaje de su fe y a vivirlo en la comunidad de su Iglesia,
compartiendo la fraternidad de los hombres unidos por una misma religión y siendo fiel a
sus convicciones, signos y celebraciones.
Representamos a los jóvenes la importancia de integrar la fe a la vida y a la conducta,
dando testimonio de ella en todos sus actos.
Les invitamos además a vivir alegremente su fe, sin ninguna hostilidad hacia quienes
buscan, encuentran o viven respuestas diferentes ante Dios, abriéndose al interés, a la
comprensión y al diálogo ante las opciones religiosas de los demás.
Una persona guiada por estos principios reconoce, vive y comprate el sentido trascendente
de su vida, por encima de posiciones sectarias o fanáticas.
Nuestro método
educativo
Para lograr nuestro propósito, obtener que los jóvenes encarnen en sus
vidas los principios propuestos y sean el hombre y la mujer que han escogido ser,
recurrimos la método scout, el que constituye un todo integrado en el que se combinan
diversos elementos.
Adhesión a la Promesa y a la Ley
El principal elemento de este método es la invitación personal a cada joven, en un
determinado momento de su progresión, para que formule su Promesa Scout. Mediante este
compromiso el joven acepta libremente, ante su grupo de compañeros, ser fiel a la palabra
dada y hacer todo lo que de él dependa para vivir de acuerdo con la Ley.
La Ley Scout es un instrumento educativo mediante el cual se expresan, de manera
comprensible para las distintas edades, los principios que nos guían.
Este compromiso será un punto de referencia hacia el cual se proyectará toda la vida de
un joven.
Aprendizaje a través del servicio
Como expresión de los principios sociales del Movimiento, el método scout propicia que
los jóvenes asuman una actitud solidaria, realicen acciones concretas de servicio y se
integren progresivamente en el desarrollo de sus comunidades.
Junto con resolver un problema o aliviar un dolor, el servicio es una forma de explorar la
realidad, de conocerse a sí mismo, de descubrir otras dimensiones culturales, de aprender
a respetar a los otros, de experimentar la captación y reconocimiento del medio social,
de construir la auto imagen y de estimular la iniciativa por cambiar y mejorar la vida en
común.
Vida en naturaleza
La vida al aire libre es un medio privilegiado para las actividades scouts.
Los desafíos que la naturaleza presenta permiten a los jóvenes equilibrar su cuerpo,
desarrollar sus capacidades físicas, mantener y fortalecer su salud, desplegar sus
aptitudes creativas, ejercer espontáneamente su libertad, crear vínculos profundos con
otros jóvenes, comprender las exigencias básicas de la vida en sociedad, valorar el
mundo, formar sus conceptos estéticos, descubrir y maravillarse ante el orden de la
Creación.
El método scout propone a los jóvenes integrar esta experiencia en sus hábitos
frecuentes y en su estilo personal, recuperando continuamente el silencio interior y
retornando siempre a los ritmos naturales y a la sobriedad de vida.
Aprendizaje por la acción
Otro componente esencial es la educación activa, en que los jóvenes aprenden por sí
mismos a través de la observación, el descubrimiento, la elaboración, la innovación y
la experimentación.
Este aprendizaje no frontal permite experiencias personales que interiorizan y consolidan
con intensidad el conocimiento, las actitudes y las habilidades.
De esta manera, desde el punto de vista cognoscitivo, se sustituye la mera recepción de
información por la adquisición efectiva de conocimiento; en el dominio de la
afectividad, se reemplaza la norma impuesta por la norma descubierta y la disciplina
exterior por la disciplina interior; y en el campo motriz, la pasividad receptiva del
destinatario cede paso a la creatividad efectiva del realizador.
Aprender jugando
El juego optimiza las oportunidades de experimentar, aventurar, imaginar, soñar,
proyectar, construir, crear y recrear la realidad.
Este ámbito es una ocasión de aprendizaje significativo que el método scout privilegia
como un espacio de experiencias en que el joven es actor protagónico. En el juego
desempeñará papeles diversos, descubrirá reglas, se asociará con otros, asumirá
responsabilidades, medirá fuerzas, disfrutará triunfos, aprenderá a perder, evaluará
sus aciertos y sus errores.
Sistema de equipos
Un factor fundamental del Método es la pertenencia a pequeños grupos de jóvenes de edad
similar. Estos equipos de iguales aceleran la socialización, identifican a sus miembros
con los objetivos comunes, enseñan a establecer vínculos profundos con otras personas,
entregan responsabilidades progresivas, dan confianza en sí mismo y crean un espacio
educativo privilegiado para crecer y desarrollarse.
Sociedad de jóvenes
Los pequeños grupos y las demás estructuras que ofrece el Movimiento para que los
jóvenes se organicen en torno a su propuesta educativa y desarrollen sus actividades por
sí mismos, evocan una sociedad de jóvenes.
Se observan en ella órganos de gobierno y espacios de participación, asambleas y
consejos que enseñan a administrar las discrepancias y a obtener los consensos,
organismos de toma de decisiones colectivas e individuales, equipos ejecutivos que
impulsan a la acción y logran que las cosas ocurran. Una escuela activa que integra a la
vida de todos los días el aprendizaje de la convivencia, la democracia y la eficiencia.
La cantidad, tamaño y nombre de estas estructuras corresponden a las necesidades
planteadas por las características del joven en las distintas etapas de su desarrollo.
Presencia estimulante del adulto
En el proceso de crecimiento de los jóvenes, el educador adulto, permaneciendo como tal,
se incorpora alegremente al dinamismo juvenil, dando testimonio de los valores del
Movimiento y ayudando a los jóvenes a descubrir lo que a ellos solos les permanecería
oculto. Este estilo permite establecer relaciones horizontales de cooperación para el
aprendizaje, facilita el diálogo generacional y demuestra que el poder y la autoridad se
pueden ejercitar al servicio de la libertad de quienes se educa, dirige o gobierna.
Marco simbólico sugerente
El método presenta también a los jóvenes un conjunto de elementos simbólicos que
incorporan la riqueza de los signos y conforman el ambiente de referencia propio del
Movimiento. Estos símbolos motivadores estimulan la imaginación, cohesionan en torno a
los objetivos compartidos, dan sentido de pertenencia a un grupo de iguales y brindan
paradigmas que se ofrecen como modelos a imitar. Cada una de las etapas de progresión
está referida a un marco simbólico propio, el que se adapta a la capacidad imaginativa y
a las necesidades de identificación de cada edad.
Un ceremonial para celebrar la vida
El crecimiento progresivo del joven es destacado a través de diversos actos que
conmemoran su historia personal y la tradición común, y que expresan la alegría de la
comunidad por el avance de cada uno de sus integrantes. A través del ceremonial se
renueva el sentido del símbolo, se refuerza la unidad del grupo y se crea el ambiente
propicio para reflexionar sobre los valores que penetran la actividad de todos los días.
Sistema progresivo de objetivos y actividades: un programa de jóvenes
La expresión más visible y atrayente del método scout, donde se integran en concertada
armonía todos sus otros componentes, es su variado programa de actividades, el que
constituye para los jóvenes una oferta coincidente con sus intereses y de la cual ellos
eligen lo que desean hacer.
Estas actividades, algunas de ellas fijas y la mayoría variables, permiten a los jóvenes
tener experiencias personales que los conducen al logro de los objetivos que el Movimiento
les propone para las distintas etapas de su crecimiento.
Esos objetivos se encaminan progresivamente al cumplimiento del proyecto educativo del
Movimiento, se basan en las necesidades del desarrollo armónico de los jóvenes y se
ajustan a sus posibilidades en las diferentes edades.
Las actividades propuestas contienen desafíos que estimulan al joven a superarse,
permiten experiencias que dan lugar a un aprendizaje efectivo, producen la percepción de
haber logrado un provecho y despiertan el interés por acometerlas. Por eso decimos que
son desafiantes, útiles, recompensantes y atractivas.
Toda actividad que reúna esas condiciones es susceptible de incorporarse a este programa
de jóvenes, el que se construye, realiza y evalúa entre todos, mediante modalidades de
animación que varían según las distintas etapas de progresión.
El hombre y la
mujer que aspiramos
Aspiramos a que cada joven que ha vivido en el Movimiento Scout, hombre o mujer, haga
siempre todo lo que de él dependa para ser
Una persona íntegra y libre, limpia de pensamiento y recta de corazón, de voluntad
fuerte, responsable de sí misma, que ha optado por un proyecto personal para su vida y
que, fiel a la palabra dada, es lo que dice ser.
Una persona servidora de los demás, solidaria con su comunidad, defensora de los derechos
de los otros, comprometida con la democracia, integrada al desarrollo, amante de la
justicia, promotora de la paz, que valora el trabajo humano, que construye su familia en
el amor, que reconoce su dignidad y la del sexo complementario y que, alegre y afectuosa,
comparte con todos.
Una persona creativa que se esfuerza por dejar el mundo mejor de como lo encontró,
comprometida con la integridad de la naturaleza, interesada por aprender continuamente, en
búsqueda de pistas aún no exploradas, que hace bien su trabajo y que, libre del afán de
poseer, es independiente ante las cosas.
Una persona espiritual con un sentido trascendente para su vida, que camina al encuentro
con Dios, que vive alegremente su fe y la integra a su conducta y que, abierta al diálogo
y a la comprensión, respeta las opciones religiosas de los demás.

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"Tratad
de dejar este mundo en mejores condiciones de como os lo encontrasteis; de esta manera,
cuando os llegue la hora de morir, podréis hacerlo felices, porque, por lo menos, no
perdisteis el tiempo e hicisteis cuanto os fue posible por hacer el bien." Baden Powell |

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