Su
importancia
Los fósiles
suministran un registro del cambio evolutivo a lo largo de 3.000
millones de años en la escala de tiempos geológicos.
Aunque los organismos multicelulares han podido ser abundantes
en los mares que existían en el precámbrico -hace
4.600 millones de años- eran exclusivamente criaturas con
cuerpos blandos, incapaces de crear fósiles. Por lo tanto,
la vida precámbrica apenas ha dejado rastro.
El registro
fósil se enriqueció mucho más cuando aparecieron
las cubiertas duras y los cuerpos con esqueleto al comienzo de
la era paleozoica, hace 570 millones de años. Los geólogos
del siglo XIX utilizaron esta riqueza fósil para establecer
una cronología de los últimos 500 millones de años.
En la actualidad,
se ha planteado la utilización de los fósiles estromatolitos
como única prueba de una actividad biológica prehistórica.
Según un informe publicado en la revista Nature, estos
fósiles tienen una antigüedad de 3.500 millones de
años, primera fecha que dan los geólogos para la
existencia de vida en la Tierra. Según un artículo
que acompaña al informe, se han encontrado restos de los
microbios actuales en los estromatolitos de 3.500 millones de
años, demostrando así que existía vida en
la Tierra hace tantos millones de años; sin embargo, el
nuevo estudio considera algunas dudas sobre el hecho de que todos
los estromatolitos contengan pruebas de esa vida.
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