No es que hubiera vivido lo suficiente. Nunca es suficiente. Pero como ya había empezado con achaques, decidí tomarme unas vacaciones y fantasmear un rato por ahí.
Le dije a mi hermano
que oye, Julius, que a ver si me puedes guardar la vez en el
estanco y persigues alguna chica de mi parte mientras estoy un poco
así como ido... y que no, que no te dejo la bocina, que seguro que
la necesito, que si no a ver cómo me voy a explicar.
El se quedó un poco tal que así
(que no está mal... ¿no?)
Y yo me fuí tan ricamente dando un garbeo hasta el Infierno y
... bueenoooo..., me lo pasé fenomenal.
Era muy divertido.
Pero me echaron porque dijeron que ya está bien, que no haces
más que perseguir a las chicas del jefe y eres un
revolvedor y nunca vamos a hacer carrera contigo y así
nunca vas a ser un
como Dios manda.
Así que me puse un poco triste, suspiré (bueno, sólo fueron un par de suspiros) y... ¡qué Diablos!... me dije: pero, bueno, ¡si el Infierno no existe!..., ¿qué hago yo aquí?. Y, además, como dice mi hermano Groucho, ¿cómo voy a aceptar pertenecer a un club donde aceptan a gente como yo?.
En fin, que decidí dimitir del Infierno y de mí mismo,
cogí mi cepillo de dientes,
mi
mis
y
mi
y...
![]() |
¿Huír y volver al Menú? |
Ver cosas de Harpo
![]() |