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5/10/97 (October 5th, 1997)

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Campeonato PEPSI-AFA Apertura 97/98

PLATENSE (2) vs. Boca Juniors (2)
por el Diario La Nación

Fecha Nº 2

 

Los problemas de Boca quedaron al descubierto. El empate con Platense en dos tantos fue lo único rescatable; por lo demás, el equipo de Veira exhibió una muy pobre imagen anímica y futbolística, con serias y reiteradas fallas defensivas; el arquero fue la gran figura.
Boca no pudo disimular que está conmovido y desacomodado. Aún elaborando el duelo por la súbita muerte química de Diego Maradona. Pudo perder por su descontrol futbolístico y sólo lo salvó la única luz que anoche lo alumbró en su tenebroso túnel de desdichas: el arquero Córdoba, figura y consuelo.
Entre tantos errores y desorientación propios, Boca terminó encontrando una falla de Platense y un rebote circunstancial para escaparle a la derrota que en el primer tiempo se dibujaba en su atribulado presente.
Boca anda con las defensas bajas, tanto afuera como adentro de la cancha. Ante un Platense de ambición más que moderaba y que en los 45 minutos iniciales atacó con pocos hombres, la última línea del equipo de Veira otorgó todas las ventajas imaginables. Desde errores individuales -como jugadores que no dominaban la pelota y se la regalaban a su rival- hasta serias desatenciones colectivas, tanto por las puntas como en la zaga central. Sólo Córdoba -otro rendimiento como para justificar el acierto de su compra-, desde el arco, daba señales de seguridad.

 

 

Boca arrancó con una actitud medianamente decidida, como queriendo demostrar que estaba vivo pese al golpe mortal que anímicamente significó el doping positivo de Maradona. Claro, con la postura no era suficiente; mucho más notorio era su lentitud y falta de claridad para encontrar los caminos del gol. Latorre se mostraba como conductor, pero no se armaba el circuito de juego con Riquelme y los dos delanteros. Todo quedaba resumido a intentos individuales; al vértigo inconducente de Toresani y al atrevimiento del juvenil Ruiz, que obligaba a Moner a detenerlo con foules.
Platense sólo aprovechó una de las múltiples ventajas defensivas de Boca: fue a los 10 minutos, cuando Romagnoli se proyectó y envió el centro; se pasó Traverso -la hinchada lo abucheó- y Spontón se anticipó a Pineda con un cabezazo goleador.
Ni siquiera el viento a favor parecía impulsar a Boca, que atacaba mal y se defendía peor. Daba la sensación que Platense podía estirar la cuenta en cualquier momento; sólo se trataba de que estuviera atento a los regalos defensivos. A todo esto, el Bambino Veira enloquecía al borde de la cancha; quedaba disfónico dando indicaciones ("Dásela a Ruiz al pie!") y caminaba como un poseído viendo los desajustes del equipo.

 

 

A los 29 minutos, Matellán hizo un blooper y le dejó la pelota servida a Fernando Rodríguez, pero Córdoba salvó a su compañero con una oportuna tapada. Siete minutos después, el arquero colombiano salió varios metros para cubrir ante una entrada franca de Romagnoli. Boca estaba a la deriva; Platense le había creado cuatro claras situaciones de gol y sólo respondía con confusión.
Pero bastó que el Calamar resignara en una jugada su orden y prolijidad habituales para que se produjera el empate. Riquelme, en su única aparición positiva, habilitó muy bien a Latorre, pero Moner tocó la pelota hacia atrás, rebotó en Monasterio y a la pesca apareció el hombre siempre
responde con goles, más allá de buenos o malos momentos: Sergio Martínez. Boca podía estar muy agradecido de haber ido al descanso con el alivio de un empate.

 

 

Quince minutos en el vestuario no alcanzaron para solucionar los desbarajustes defensivos de Boca. No cambió nada en el segundo tiempo; siguió siendo una réplica de lo que se había visto. Boca hacía agua por todas partes.
A los 8 minutos, Spontón volvió a ser el verdugo, al sacarse dos marcas de encima y despachar un zurdazo exacto, a media altura, que entró pegado a un poste.

 

 

Platense lo esperaba y armaba contraataques que encontraban la complicidad de los amplios espacios que Boca ofrecía atrás. El conjunto xeneize empujaba sin ideas y con mediana garra. Todo era desconcierto; hasta Latorre, que habitualmente es certero dentro del área, disparó muy desviado una cesión de Riquelme.
En Platense ingresó Giménez y le dio movilidad y variantes en el ataque, al robar al arco desde diferentes sectores.

No había respuestas futbolísticas en Boca, y el resuello llegó por una corazonada de Toresani, que peleó y ganó una pelota, se mandó al fondo y sacó el centro para el cabezazo de otro temperamental: Arruabarrena.
Pero lo mejor de Boca seguía estando en su arco: Córdoba reaccionó con notables reflejos para descolgar del ángulo un tiro libre que Spontón ejecutó sorpresivamente. A esa altura ya recorría una pregunta en el estadio de Vélez: ¿Con Abbondancieri o Guzmán, Boca hubiera rescatado al menos un empate? Difícil, muy difícil era la sensación generalizada.

 

 

El empuje final de Boca se mantuvo huérfano de vitalidad e ideas. Quizá, la historia cambiará cuando los mellizos Barros Schelotto, Palermo o el colombiano Bermúdez empiecen a jugar. Esa es la esperanza nueva, mientras ayer se vivió y se sufrió la otra esperanza muerta, la de Maradona.
Christian Leblebidjian

 

 

 

 

 

 

 

 

 NOTA: Esta nota ha sido extraída del Diario La Nación de Buenos Aires del domingo 31/8/97 a fin de que los lectores de La Página calamar tengan al menos una visión del partido no siendo necesariamente ésta la visión del editor de La Página Calamar.

 

 

 

 

 

FICHA TECNICA - Sábado 30/8/97
Estadio Velez Sarsfield (Local PLATENSE)
Recaudación: $ ?
Arbitro: ?

 

 

PLATENSE (2)

 

Boca Jr. (1)

 

 

 

Goles: pt Spontón (P); pt Martínez (B); st Spontón (P), st ???? (B)

 

 

Incidencias:

 

 

 

 

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