LAURA HAIMOVICHI
ALEMANIA. Para los artistas, el desinterés y el negacionismo son peligrosos.
Protagonizada por Belén Blanco, se está ofreciendo en el Callejón de los Deseos la pieza Kleines Helnwein,
en la que su amigo, el joven dramaturgo y director Rodrigo Malmsten (24), aborda el tema de la tortura y la muerte de la infancia
en los campos de exterminio.
Kleines es una coproducción con el Teatro San Martín y ganó una mención de honor en el Concurso
Iberoamericano Premio Atahualpa del Cioppo, organizado para el 50° aniversario del teatro uruguayo El Galpón.
En busca de apoyo moral e intelectual para su propuesta, Malmsten recorrió distintas instituciones, donde presentó
su currículum y el texto de la obra inspirada en la estética del pintor austríaco Gottfried Helnwein, quien gestiona
su puesta en Los Angeles y Nueva York.
¿Qué resultados obtuviste?
En algunos lugares, como en la Embajada de Polonia, recibimos apoyo. En otros, no. Concretamente, en la Embajada de Alemania se
desimplicaron, lo que nos pareció muy llamativo.
El texto de la carta que exhibe el director ante Clarín dice lo siguiente: Señor Rodrigo Malmsten: Acuso recibo de su
carta del 22 de febrero con la cual Ud. me mandó su currículum vitae y la pieza teatral Kleines Helnwein pidiendo una
orientación para futuras funciones de su obra. Tratándose de una pieza relacionada con Austria y Polonia, le ruego ponerse
en contacto con las Embajadas de Austria y Polonia o con la Embajada de Argentina en Viena y Varsovia. Sin otro particular, lo saludo muy
atentamente. La firma es de Peter Steilen, agregado cultural.
"En esa respuesta subyace el negacionismo", considera Malmsten. "¿Acaso no fue en Alemania donde se gestó
la ideología nazi? La pieza se relaciona con Austria y Polonia, sí, pero también con Alemania y su historia: toca una
temática nazi, ideología de la que el Estado alemán fue gestor. Alemania inventó los campos de concentración
y sistematizó la matanza de millones y millones de personas, incluidos niños. Y a eso se refiere Kleines." "Es como si un
embajador argentino dijera que la dictadura no existió", opina Belén Blanco.
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