Año Nº 3, Número 21, Junio de 1998
Buenos Aires, República Argentina
Fundado por Marco Aurelio Real el 20 de mayo de 1996
EDITORIAL
Progresos médicos o triunfos empresariales
uando un experimento científico que busca encontrar la solución para alguna enfermedad incurable entra en la etapa de prueba, la noticia recorre el mundo llenando de optimismo a todos. La esperanza se vuelve un factor común que no discrimina ni razas, ni religiones, ni nacionalidades, ni ideologías; la globalización parece hacerse realidad. Por supuesto que los propietarios de los grandes capitales también confían en el nuevo producto, su apoyo al progreso no tarda en hacerse notar en los mercados bursátiles.
Las promesas de curar la impotencia, el sida, la leucemia y otros tipos de cáncer son difundidas por los medios masivos de comunicación e ingresan a los mercados de valores a través de las empresas que se abanderan con el descubrimiento. A pesar de cotizar en bolsa no dejan de ser, por el momento, promesas.
No es solamente un juego monetario el que se esconde detrás de todo. Sin querer, se juega con la ilusión de la gente. Un enfermo de cáncer o un infectado con sida reciben con alegría la noticia; el optimismo es positivo para el que sufre una enfermedad. Sin embargo la novedad puede generar dejadez en el tratamiento tradicional. La espera para la finalización de un experimento de este tipo es larga, y con el correr del tiempo el optimismo desaparece y la dejadez no tarda en mostrarse. Incluso las personas sanas corren el riesgo de recibir un mensaje subliminal. El solo hecho de imaginar una futura cura podría borrar el peligro de la enfermedad del subconsciente y así no tomarse los recaudos necesarios para evitar el contagio.
Debe ser entendido como progreso aquello a lo que todos tienen acceso o gozan de sus beneficios. La salud no puede funcionar basándose en la lógica del mercado, excluyendo al que no puede consumir. Una mejor calidad de vida no debería ser pensada económicamente, hay necesidades que están más allá de la fórmula costo-beneficio.
Una propaganda que olvide los fines de los avances en materia médica puede favorecer el aumento de enfermedades en lugar de ayudar a la humana intención primera que deben tener esta clase de experimentos: solucionar problemas de salud a todos.