EL MERCURIO de la Salud
Número 22 - Julio de 1998


ESPECIALIDADES MEDICINALES
El por qué de la medicina familiar

La profunda crisis de la medicina no es un fenómeno inevitable de la dinámica social sino que tiene responsables y culpables.
El querer adaptar el sistema de salud al modelo económico de moda es una simplificación demasiado sospechosa y superficial, poco creíble, tanto más si ese modelo económico no toma como centro de la organización socioeconómica al hombre como fin último.


Dejar la salud a merced de la libre competencia es un suicidio porque el Estado ha renunciado a los controles, y los intereses del mercado no se cotizan en la "bolsa" de los valores éticos.

Cuando los dogmáticos de la economía citan a Adam Smith no son sinceros con las bases doctrinarias de su teoría, "el apóstol" de la libre empresa decía que el desarrollo económico debía permitir que un ser humano se mezclara con la sociedad "sin avergonzarse de aparecer en público". Esto orientaba a la participación de los pobres en el proceso económico con un concepto de universalidad (igualdad de oportunidades) y no sólo en un concepto de igualdad salarial.

Sobre las postrimerías de este siglo nos enteramos que el reparto de las riquezas de este mundo está lejos de ser equitativo: entre 1980 y 1990, el 20% de la población más rica pasó del 70 al 85 % en la posesión de la riqueza y el 20 % más pobre pasó del 2,3 al 1,4 %. La pobreza se ha duplicado en los últimos 30 años y el 60 % de menos ingresos sólo posee el 5,6% de la riqueza. Ante este panorama de injusticia no podemos esperar que los alquimistas de la economía, los nuevos brujos teorizadores, resuelvan no sólo la crisis del sector salud sino también las externalidades e inseguridades que ahogan al hombre por la destrucción de la trama social. Es absurdo creer que el fenómeno cultural deba subalternizarse a una teoría económica, mucho más, cuando éstas sufren una continua metamorfosis debido a los errores que toda teoría conlleva. Por su parte, la praxis nos dice que las teorías económicas por algún lado están fallando. El economisismo, en consecuencia, es la resultante consumista de sus teorías. Ese "ismo" es lo que marca el vacío ético del dogma económico.

Cuando la Medicina y sus ciencias conexas plantean las consecuencias sociales de los errores, es imposible para los teóricos medir los miedos a la pérdida del trabajo, la vivienda, los derechos a la educación, la superación, al desarraigo, la discriminación, el terrorismo, la delincuencia, la guerra, la destrucción familiar por las drogas, la corrupción, el hambre, la esclavitud como lastre de la pobreza, la seguridad personal; todo esto llevado al debilitamiento de la trama social. Agréguese la contaminación ambiental y el peligro atómico.

Todo lo que no es medible se califica como "externalidades" acompañado este término con el gesto del vaivén de la mano que significa el "más o menos" de la relatividad del valor humano, que sólo se toma en cuenta en términos de productividad.

La regla de oro es velar por la seguridad humana mediante la prevención de la etapa de mayor precocidad. Y esto se logrará cuando la prevención llegue a la familia.

La solución a esta crisis ha dejado de tener plazos. Se deberá tomar un atajo racional en la aplicación de los conocimientos para que los recursos de la comunidad sean suficientes y no a la inversa: que el conocimiento sirva a los fines de hacer mejores negocios a costa de la masificación profesional y de la sociedad.

Siguiendo el esquema del licenciado Enrique Saforcada, el viejo-nuevo concepto implica agrandar el área salutógena, o lo que es lo mismo, actuar en la etapa de la pre-prevención (sobre la población sana) y disminuir el área de riesgo de enfermar y de las enfermedades evitables y/o prevalentes.

Esto sólo se puede evitar acortando el camino entre el efector de salud y la gente, haciéndolo transcurrir desde el médico y su equipo hacia la comunidad y no en sentido contrario, aguardando que la oferta aumente el consumo a costa de la aparición de la enfermedad. Esto no se contrapone con la necesidad de facilitar la accesibilidad a los servicios. Esta se conseguirá con la articulación de la Medicina Familiar con el sistema por un lado y con la comunidad por el otro.

La única forma de promocionar, conservar y ampliar la franja de salud es llevar a la familia y su contexto a la educación, las medidas de prevención y de pre-prevención. Esto se logra con la vieja/nueva forma de abordaje que ya demostró su efectividad: el médico de barrio, hoy médico de familia.

Tres cambios paradigmáticos del conocimiento de este siglo

PAISES DE ANEXOS I Y II, DECRETO 150/92Las transformaciones del perfil médico en relación a los avances pragmáticos del conocimiento dieron como resultado el reemplazo del médico "generalista" (o médico de familia) por los especialistas (Ver cuadro).
A principio de siglo Osler, Halsted y otros maestros de la medicina, observaron el descuido en la atención de los niños por lo que plantearon la necesidad de la primera especialidad: la pediatría.

Los descubrimientos de la química, física, bacteriología, fisiología y anatomía patológica dieron impulso a la profundización de conocimientos y mecanismos fisiopatológicos dando apertura a la aparición paulatina de otras especialidades como necesidad de ocuparse de un grupo determinado de problemas centrados en la enfermedad de un aparato.

El manipuleo tecnológico permite el avance en los métodos de diagnósticos y de tratamiento y el avance del progreso produce la gran explosión tecnológica de la posguerra. Por último, la aparición de patologías crónicas curables, incurables o de supervivencia, las transformaciones de la morbimortalidad, la desaparición de algunas y la aparición de nuevas enfermedades (SIDA, autoinmunidad, degenerativas, etc), sumado a esto los cambios profundos de la sociedad por la aceleración de todos sus fenómenos sociopáticos, nos plantean graves problemas de la conducta producidos por el deterioro de la trama social. Algunos ejemplos son la guerra, la posguerra, los cambios geográficos y demográficos, el tráfico y consumo de drogas, el terrorismo, la accidentología, la delincuencia, es decir, lo que llamamos "externalidades e inseguridades".

Asistimos así a las patologías de las conductas que desembocan muchas veces, como en un círculo vicioso, en las patologías comunes.

Las interacciones sociales, que comienzan con las familias para expandirse al contexto como una piedra que se arroja a un estanque, han tomado, como los procesos financieros, una dinámica y velocidad inusitada. Hoy día, en minutos, podemos enterarnos de lo acaecido en el otro extremo opuesto de la tierra.

Lo que la tecnología es al consumo y éste a la aceleración financiero-económica, es paralelo a la aceleración comunicacional y ésta a las interacciones familiares y sociales.

Por qué la medicina familiar

Porque desde la prevención se puede actuar activamente al evitar la aparición de problemas intrascendentes, las perturbaciones mínimas y funcionales, y los problemas pausisintomáticos. Las crisis vitales que socavan el bienestar y la calidad de vida, las enfermedades evitables y prevalentes, y evitar las secuelas transitorias, permanentes y las complicaciones irreversibles.

Claude Bernard, el padre de la investigación moderna, decía que el médico debía ocuparse de cuestiones del paciente que nada tienen que ver con la ciencia.

La medicina familiar es una entidad eminentemente clínica y de gran trascendencia humanística. Utiliza cuatro pilares fundamentales, primero la relación médico-paciente, segundo la teoría de la comunicación, tercero el método epidemiológico y por último la semiótica.

Dr. Víctor José Fryc


Características del médico de familia


Disminución de los costos