22º Domingo
¡LOS PRIMEROS... Y LOS ÚLTIMOS!

 

Celebrante: En el nombre del Padre... (y saludo)

Guía:
"El que se exalta…será humillado!". Son palabras de Jesús que todos recordamos, pero que con mucha dificultad aceptamos, aunque ya forman parte del lenguaje común.
Al escucharlas y reflexionarlas un poco, sabemos lo que pretendía decir Jesús, tratando de remover nuestra ceguera, pero… ¡que difícil es dejar de ser ciegos y, cuánto más… aprender a ser sabios!
Las lecturas que nos ofrece la Liturgia de la Palabra dominical subrayan, tajantemente, el lugar que toca a los cristianos en el mundo: … "¡el último!".
Con ocasión de una fiesta a la que se le invita, Jesús señala que mientras todos buscan los mejores lugares, obrar al revés tiene el propósito de revelar que la sabiduría está en dar … no en quitar; y que la vida vale si se entrega, como él entregó la suya.
Al escoger para los suyos el "último lugar", Jesús no los quería denigrar, sino hacerles un favor: permitirles descubrir que no hay lugares primeros o de primera, ni segundos o de segunda, sino que lo importante es ser, estar, participar, vivir y convivir.
Que nuestra meditación sobre la palabra divina de hoy no sea ocasión para distinguir al vago del piadoso ni al benefactor del limosnero, sino un remedio para ser iguales todos ante los hombres, entre nosotros... y a la hora de querer acercarnos a Dios.

 

2. LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura (Eclesiástico o Sirácide 3,19?21.30?31)
En un mundo marcado por la competencia para alcanzar los mejores lugares, Ben Sira sugiere al creyente que mientras más grande él sea o se sienta, más pequeño debe mostrarse. Esto es claro para el prudente y sensato, mientras que para el orgulloso no lo es, puesto que su corazón ya está contaminado de grandeza.

Segunda lectura (Hebreos 12,18?19.22?24)
Mientras los creyentes de la antigua alianza hablaban de Dios como de Alguien que se hallaba oculto y se revelaba en el fuego, en la oscuridad y en la tempestad, los de la nueva saben que pueden llegar directamente a El y a otras realidades divinas a través Cristo, el único Mediador.

Evangelio (Lc 14,1.7?14)
Mientras los hombres se mueven al son del interés y de la paga, Jesús propone, como parte del evangelio, no buscar el primer lugar sino el último. Mientras el filósofo podría "ponerle peros" a esta lógica, la fe sugiere a los cristianos ocupar el lugar de servidores.

 

3. ORACIÓN DE LOS FIELES

Celebrante:
Señor Dios que nos quieres ver unidos junto a ti: anímanos a conformar esa comunidad de servidores que tu Hijo anunció y que hoy y aquí nos proponemos realizar, orando por todos nuestros hermanos.

Guía: Oremos / Señor, enséñanos a vivir en comunidad.
- Por la Iglesia, comunidad de creyenttes y modelo de vida humana en el mundo: para que sepa mostrar a los hombres el rostro amable de Dios. Oremos…
- Por nuestros ministros, el Papa, loss Obispos, los sacerdotes y los diáconos: para que asuman su vida ministerial como servicio, sin acentuar aspectos de mando o roles de primacía en la Iglesia. Oremos...
- Por las asociaciones de la Iglesia: para que vivan generosamente su ministerio de culto, de caridad y de compromiso misionero sin euforia y como servicio a los más necesitados. Oremos…
- Por los novios que se preparan para el matrimonio: para que aprendan y sepan vivir y manifestar su afecto sin precipitación y como testimonio de fe. Oremos…
- Por los cristianos alejados de las pprácticas religiosas: para que entiendan que la vida de fe no les quita nada, sino les permite estar y convivir en una comunidad misionera. Oremos…
- Por todos los que formamos esta comuunidad: para que en nuestra experiencia al formar parte de ella abunden los servidores y no los que se sirvan a sí mismos o se hagan servir de los demás. Oremos...
- Otras intenciones. Oremos...
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Celebrante
Padre que nos haces vivir en fraternidad, permítenos experimentar que en ella no hay últimos lugares sino ocasiones diversas para servir a los hermanos, como nos enseñó tu Hijo Jesús. Quien contigo vive y reina por los siglos de los siglos. - AMÉN

 

4. EXHORTACIÓN FINAL

Guía:
Hermanos: cada domingo celebramos la resurrección de Jesús y por ello lo llamamos no sólo día del Señor, sino también día de la comunidad.
Al retirarnos de esta asamblea creyente, hagamos que esta verdad sea una convicción que nos dure a lo largo de toda la semana y procuremos que todas nuestras acciones sean respuesta a la palabra que el evangelio nos ha transmitido.
Que "ocupar el último lugar" no sea simplemente ponernos a la cola, sino que se vuelva actos solidarios y de educación desde el educado ceder el asiento a los mayores y a los enfermos en el autobús hasta tener paciencia al vecino con su radio voluminosa, tolerar el retardo del autobús y lavar el baño…¡que cuesta a todos, aunque todos lo usan…!
De este modo, resucitar con Jesús no sólo será celebración erudita y ritual sino también animación y vida a los grupos en que participamos y convivencia servicial al estilo de la recomendación de Jesús.

Celebrante: En el nombre del padre... (y despedida)

 

5. SUGERENCIAS PARA MEDITAR

Conseguir triunfo, éxito y primeros lugares están en la mente de todos. Ser el segundo en la fila o el que llega después y, peor, aún, el último, no tiene sentido y valdría más no participar en la competencia que "hacer el ridículo". En pocas palabras: "O eres bueno o mejor no te metas ni lo intentes"... opinan muchos contemporáneos nuestros, aún entre la gente piadosa y creyente. Tal parece, que la "competencia" en el ser y el hacer se han vuelto uno de los paradigmas fundamentales de la cultura contemporánea.
En este vigésimo segundo domingo del tiempo ordinario, la liturgia ofrece como tema de reflexión "el fin de una sociedad en lucha" y, en su lugar, nos propone otra nueva en la que (contra la visión anterior) el último de la fila es la figura principal.
El Libro del Eclesiástico, también conocido como Sirácide, propone un contraste entre la sencillez y el orgullo. La sabiduría de los creyentes comienza en lo insignificante y en lo poco, ya que ahí se revela Dios a los humildes, a quienes muestra su misericordia (primera lectura).
La Carta a los hebreos sigue la misma línea al explicar que Dios se acerca y manifiesta al hombre no en el ruido ni en la atmósfera sofisticada y exclusiva de nuestras "noches de gala o de estrellas", sino en las personas ordinarias y comunes como lo fue Jesús, el Mediador de la nueva alianza (segunda lectura).
Por último, con ocasión de una fiesta en que participó, Jesús señala la manera cristiana de vivir en un tipo nuevo y diverso de sociedad. Mientras todos se desvelan y gastan dinero, energías y vida en hacerse notar, en que se les vea y coloque en los primeros sitios, él aclara primeramente que:
- la fiesta no sirve para espiar, sinoo para convivir;
- en una fiesta no hay últimos lugares (evangelio).
Para explicarlo, Jesús propone ejemplos, que, tomados a la letra, parecen irreales y no tener sentido: ¿se hace una fiesta para invitar a los pobres y a gente desconocida; y no a los amigos ni a los parientes...? La primera parece una bonita teoría; la segunda, descortesía y hasta... majadería.
Para comprender las moralejas Jesús hay que partir de un motivo o tema clásico: "el menor", y del enfoque que el evangelista Lucas dio a esta enseñanza.
Mientras en las experiencias humanas, el sentido común lleva a considerar "lo grande" como apetecible y meritorio, en el campo de la fe, las cosas proceden de otro modo: la sabiduría de Dios no está en las aristocracias que seleccionan a los mejor dotados y masifican a todos los demás (primera lectura y evangelio), ni en el ruido o la apariencia (segunda lectura), sino en la sensatez que da saberse en el último lugar.
"Lo menor" a los ojos de los hombres, lo contradictorio, poco usual y no ordinario, es lo mayor en la perspectiva de Dios y su forma común de proceder.
Ensalzarse, antes de tiempo o desde la perspectiva humana... ya tiene su paga y ya ha conseguido su objetivo: hacerse notar, obtener aceptación y honra. Con todo, le falta la opinión de Dios.
A final de cuentas, Jesús enseña que su comunidad:
o no sigue el estilo de las humanas, sino el de Dios;
o no se limita a unos cuantos (buenos, ricos, grandes y sanos), sino está abierta a todos;
o no es un instrumento que apoya divisiones, grados o rangos entre los humanos y que, con el pretexto de organizarlos, distancia más a los unos de los otros;
o sino que es el modo y lugar específicos en que Dios une, integra, acerca, recibe y acoge a todos sus hijos.
Si las enseñanzas de Jesús parecieron incongruentes a sus contemporáneos suyos, a los modernos...pueden parecerles imposibles. La función del evangelio es precisamente la de provocar respuestas a favor o en contra. Y cada uno debe tener lista la suya.

 


© Derechos Reservados. Esta es una versión electrónica del Libro "Celebrar y Vivir la Palabra IV (Año C)" del Lic. A. Tomás Parra Sánchez, la cual, ha sido realizada por el IAFOBI con permiso del Editor. Ediciones DABAR, México 2001. Prohibida su reproducción.


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