4. Conclusiones
Cuando uno retoma todo el sentido del trabajo, uno termina dándose cuenta que ciertamente muchos de los problemas actuales se dan por que el hombre no trabaja realmente, solo produce, realiza una acción mecánica que repite sin cesar ocho horas seis días a la semana, es una labor tan monótona que hasta Dios se hubiera aburrido de realizarla. El hombre debe trabajar para comer, pero trabajar es crear, no hacer, es transformar, es solidarizarse con los demás en el trabajo y por el trabajo, es ser libre, es comulgar todos de una misma experiencia. En la realización de este trabajo puedo decir que apenas vislumbro algunos puntos que nos podrían ayudar a reflexionar.
El tipo de Dios que se presenta en la Biblia no es el de los filósofos, pues un Dios que hace algo con las manos hasta nosotros lo negamos, no es posible que Dios se rebaje a tanto, con esta concepción nos negamos a creer en Dios hombre, porque ¿Si no le concedemos aún hipotéticamente que crease al hombre con sus manos, como concebirlo entonces como hombre?.
Dios trabaja, es un Dios dinámico y trabaja de todas las maneras posibles conocidas por él, que tanto nos ayuda esto para comprender el trabajo como una experiencia de vida, de dinamismo y no de monotonía. Dios siempre interviene en la historia en favor de alguien, el cristiano debiera seguir su ejemplo trabajando en favor de...
El ejemplo para la actuación de todo cristiano es Cristo, así como Cristo trabajo, haciendo incluso trabajos de esclavo, el cristiano debiera estar siempre dispuesto al trabajo sea del tipo que sea.
El pecado hizo pesado el cumplimiento del trabajo, pero no lo hizo malo, por tanto, todo trabajo es bueno.
Pablo que es fundador de algunas iglesias nos da ejemplo de que uno no debiera ser carga para nadie por lo tanto, todo evangelizador, llámese párroco, laico, religioso e incluso obispo debiera tener un trabajo además de su mero sacerdocio, y no sólo para no ser gravoso a la comunidad, sino también, para dar ejemplo de trabajo y entrega a su comunidad.
Creo que si fuera posible que toda la Jerarquía desempeñara u trabajo manual, se podría vivir mejor la experiencia de los consejos evangélicos, recurriendo únicamente a lo que uno halla ganado.
Si vivimos la experiencia del trabajo
sabremos que le pedimos a la gente, cuando llega a su casa cansada de trabajar.
Debiéramos retomar el sentido del trabajo, dar ejemplo no sólo
de alguien que sabe mucho, sino que es capaz de barrer, de lavar los trastos,
de vivir como obrero, y de hacer recuperar al hombre su dignidad a veces
perdida entre las máquinas por la acción martirizante del
constante martilleo en la misma máquina las mismas horas del día,
si logramos presentar al dios que trabaja y presentar el trabajo como comunión,
como lugar del reino, el obrero, el campesino, el empleado, y el presbítero,
estaremos creando una nueva humanidad, estaremos trabajando.
© Derechos Reservados. Esta versión electrónica de La necesidad del Trabajo según 2 Tes. 3, 7-12 ha sido realizada por el IAFOBI. Se permite su reproducción siempre que se cite la fuente: Rafael Resendiz, IAFOBI, Arquidiócesis de México.