“Señor dame de esa agua, para que no tenga más sed” (Jn. 4,15). Dios nos permite vivir el año 2000, el año Santo, el año Jubilar; en él celebraremos la Gran Misión en la Arquidiócesis de México, queremos SER LUZ EN LA CIUDAD. No podemos vivir este momento de gracia de Dios, sino tenemos un “encuentro personal y comunitario con Jesucristo vivo” (EA). Necesitamos encontrarnos sedientos, como la Samaritana, con Jesús que sacia plenamente nuestra sed de sentido, de verdad, de felicidad completa, de paz.
Démonos cuenta del amor tan grande que nos ha tenido el Padre el enviarnos a Jesús, nuestro Salvador, de quien celebramos los 2000 años de su encarnación. El es el único que nos puede conseguir el perdón de nuestros pecados, si nos arrepentimos y lo escuchamos. El nos envía el Espíritu Santo que nos ayudará a comprender todas las cosas.
El Instituto Arquidiocesano de Formación Bíblica con sede en esta VII Vicaría “San Pablo”, es un providencial camino para encontrarnos con Jesucristo, beber de su Palabra, que es “Palabra de vida eterna”. Son los esfuerzos de Sacerdotes, Religiosos y Laicos por cumplir con su vocación de profetas por el Bautismo; y transmitirnos sus conocimientos bíblicos de manera ordenada, progresiva y adaptada a nuestras capacidades y recursos.
Será la oportunidad de llenarnos del conocimiento y amor de Cristo para luego hablar de El a nuestros hermanos durante la Misión, y después de la Misión de manera permanente. Todos los catóicos necesitamos tener el estudio de la Biblia, que es Palabra de Dios escrita, para luego poder cumplir en nuestra vida las enseñanzas contenidas en ella.
Aprovechemos este encuentro con Jesucristo vivo a través del estudio de la Biblia y de la formación de COMUNIDADES Y ESCUELAS de la Palabra y podremos ser mejores cristianos, mejores católicos esforzándonos en cooperar a la tan deseada Nueva Evangelización.
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