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«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.» Apocalipsis 3:19

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Mensaje de Febrero 27 del 2005
¿A Quién Servimos?

Introducción

En nuestras vidas tenemos muchas clases de opciones: ¿qué comemos? ¿qué vestimos? ¿qué hacemos? ¿a dónde vamos? Y cada una de estas situaciones requiere una determinación de nuestra parte. Hay una opción muy importante, que determina la calidad y el objectivo en nuestras vidas, la que habrá de marcar el camino de la misión cumplida, o de la malgastada manera de vivir. Esta es, a quién servimos. ¿Por qué es tan importante? porque define en nosotros la fidelidad, la sensibilidad y la dedicación hacia Aquél que nos ha llamado a Su servicio.

Lectura Bíblica: Lucas 16:10-13

Preámbulo

En el transcurso de nuestras vidas, nos vamos a encontrar a algo o alguien tenemos que servir. Somos creados para relacionarnos los unos a los otros y para prestar servicio los unos a los otros. No importa el nivel social en que nos encontremos. Aún si somos dueño o alto ejecutivo en alguna empresa, nos encontraríamos sirviendo al consumidor.

Ser Fiel en el Servicio (versículos 10-12)

La fidelidad es un razgo muy impresindible en el individuo. El diccionario lo define como exactitud en cumplir con sus compromisos. Por eso, Jesús hablando a Sus discípulos les da la ilustración de que «el que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel». Dando a entender que no se centra la fidelidad en la medida, sino en la actitud. ¿Cómo hemos de aprender acerca de la fidelidad? Observemos, primeramente, la fidelidad que proviene de lo alto. Deuteronomio 7:9 dice: «Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones».

Entendemos que Jehová es imutable y fiel a Su Palabra, porque todo lo que El promete lo cumple. No es como el hombre, que titubea y vacila en las promesas que hace. Muchos ejemplos tenemos en la Biblia de las promesas que Dios ha cumplido. Como a) Multiplicar la descendencia de Abraham «como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar» (Génesis 22:17) b) De enviar al Mesías prometido para que tengamos salvación y vida eterna a través de El. (Isaías 7:14) c) De resucitarnos en los días postreros cuando Cristo decienda a recoger a Su Iglesia (1 Tesalonicenses 5:1-11) .

Tenemos, también, la fidelidad de Cristo que descendió entre nosotros para cumplir lo encomendado por el Padre. Por amor y fidelidad a Su creación, se dio a morir en la cruz del Calvario para limpiarnos del pecado. ¿Cómo ejemplificamos nuestra fidelidad? A través del servicio que le prestamos a Dios y a los demás. Una buena ilustración tenemos en la parábola de las diez minas (Lucas 19:12-27) donde Jesús resalta la recompensa de aquellos que son fieles a cumplir con el servicio que les es encomendado. Al que invirtió diez minas, le dijo: «Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades». Esta recompensa prometió en su debida proporción a aquel que invirtió cinco talentos. Pero a aquel que no invirtió su talento, por haber sido inútil e infiel, le fue quitado lo poco que tenía.

Ser Sensible en el Servicio (versículo 13)

Muy importante es ser fiel en el servicio como también es importante ser sensible a quien servimos. ¿Podemos ser sensibles a la necesidad de mas de un solo amo? Es questionable el hecho de que podamos ser efectivo en más de una causa importante, o a más de una persona. «Porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estímara al uno y menospreciara al otro». En las actitudes del ser humano, Dios nos crea para que seamos fieles a un sólo Dios (Exodo 20:4-5), a una sola pareja (Génesis 2:22), a una sola causa mayor - predicar el evangelio de Cristo (Marcos 16:15) ¿Qué ocurriría a aquellos que se sienten capaces de poder ser fieles a más de un sólo amo o a más de un sólo dios?

  • Nuestra sensibilidad emocional decaería
  • Tendríamos impedimento de buen juicio
  • No podríamos a ser equitativamente justos
  • La balanza sentimental nunca sería igual
  • Se pierde la efectividad, tanto para el uno que para el otro

Un buen ejemplo sería el caso de Elcana, que compartía su hogar con Ana y Penina (1ra Samuel 1) donde este tenía que balancear la relación de la una con la otra. ¿Ustedes creen que ese hogar era feliz? Lo dudamos mucho, ya que entre las mismas mujeres habían rivalidades y desacuerdos. Inmaginemonos que tubieramos dos dioses, ¿a cuál servimos más, o a cuál servimos menos? Los dos se verán afectados por el servicio compartido. El mayor dilema en que se encontraría un siervo, es de compartir su servicio entre Dios y lo material. Si alguno pueda encontrarse en la encrusijada de dos aguas, ya sea por decisión propia o por pura casualidad, ¿qué podría hacer al respecto? Clamar a Dios y regresar a los caminos de pleno servicio al único y verdadero Dios.

La Dedicación al Servicio (versículo 16)

Aliniemos nuestro corazón para ser sensibles al servicio de Dios, como también nos entregamos con dedicación a la obra. Anunciemos el Reino de Dios, asi como Jesús mismo lo hizo. Hablándole a Sus discípulos, Jesús les dijo: «Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado» (Lucas 4:43) . Démonos cuenta de la necesidad de Jesús de evangelizar; no sólo en Su ciudad natal, sino a todos los territorios alcanzables en aquellos tiempos. Es conciente de la tarea que Dios Padre le ha encomendado, a la misma vez, la importancia de presentar el evangelio de salvación «al judío primeramente, y también al griego» (Romanos 1:16) . Esforcemos nuestra lealtad y servicio al Señor, dedicando no solamente nuestro tiempo, sino los talentos, los recursos, y nuestros miembros al servicio de Dios Todopoderoso. Así que: ¿a quién servimos? La respuesta es bien sencilla: al Dios Todopoderoso.

Conclusión

Oremos para que nuestra determinación sea de servir a Dios, como objetivo primordial en nuestras vidas. Que nuestra decisión defina claramente la fidelidad, la sensibilidad y la dedicación hacia el Trino Dios que nos ha llamado a Su luz inmarcesible. Amén.

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