Es un ofidio que puede encontrarse en ambientes arenosos, salitrales, roquedales, etc. Se alimenta básicamente de lagartos, aunque también caza roedores, en particular juveniles de vizcacha.
Tiene dos largos colmillos levemente curvados, cada uno con un conducto cerrado en su interior. Los colmillos son verdaderas jeringas capaces de inyectar hasta diez centímetros cúbicos de veneno. La mordedura puede ser mortal para el hombre.