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(Cárcel municipal. Un policía acompaña a Laura a la celda de Steele. Él está sentado encima de la cama)
LAURA: (desde el exterior de la reja) ¿Estás bien?
STEELE: (emite un sonido de desagrado) ¿Por casualidad no tendrás el mosquitero, ¿verdad?
L: (seria, pero con calma) ¿Qué pasó?
S: ¿Qué pasó? ¿Quieres la versión oficial o la verdad?
L: (se cruza de brazos) Conozco la versión oficial.
S: Pues--son--parecidísimas, (se levanta y se acerca a ella) salvo un pequeño detalle: (mira a Laura a los ojos) ¡Keyes ya estaba muerto cuando le encontré!
L: ¿Por qué no avisaste a alguien, a la policía, a la dirección del hotel, a...?
S: ¿Y que iba a decirles, que el hombre que arrojé al agua tuvo la osadía, el mal gusto de morirse en mi habitación?
L: Eso es mejor que que te descubran escondiendo su cadáver en una tienda de la playa.
S: (cínico) Recuérdame que no te contrate como abogado.
L: ¿Sabías que estuvo en el Hotel del Amor el día antes de nuestra llegada?
S: ¿Keyes?
L: Al parecer nos ha buscado por todo México.
S: (piensa) ¡Por eso cambiaron nuestros planes, ya!
L: (salta de pronto) ¡¿Por qué no tienes nombre?!
S: ¿Qué?
L: ¡Me siento ridícula llamándote Sr. Steele o Remington en un momento así! ¿Por qué no tienes un nombre como los demás? (Steele suspira) ¡Ha llegado el momento de que seamos completamente sinceros el uno con el otro! (duda un segundo) Hubo ocasiones en que habría asesinado a Keyes con mis propias manos.
S: (sin inmutarse) Y no lo hiciste. (Laura no contesta, pero suspira y le mira) Yo tampoco.
L: (vuelve a dudar) Lo que intento decirte es que comprendo que a veces uno se olvide de todo y no pueda controlarse.
S: (empieza a perder la calma) ¡Yo no maté a Keyes! (Laura se pasa la mano por la frente, y los dos se miran) Lo primero que tienes que hacer es sacarme de aquí para que lo demuestre.
L: Imposible. Ya lo intenté.
S: ¡No pienso quedarme aquí mientras levantan mi patíbulo fuera, Laura!
L: Pues reza una oración; puedes empezar por: "soy tan buen detective como aseguro". (Steele aparta la mirada, intranquilo)
*************************
(Hotel de Las Hadas. Fernando y Laura suben por unas escaleras. Cuando llegan al rellano se dan la mano, y Fernando vuelve a bajar. Laura continúa caminando hasta que oye la voz de Tony llamando por detrás; ella se para y se vuelve hacia él)
TONY: ¡Laura! (corre a su encuentro) Me he enterado de lo de tu marido. ¿Cómo puedo ayudarte?
(Laura está a punto de contestar cuando se oye un golpe seco; los dos se vuelven a mirar qué ha sido: al conductor de la furgoneta del hotel se le han caído unas maletas, y junto a él está: ¡Mildred!)
MILDRED: (al conductor) ¡Tenga cuidado con el equipaje!
L: (sorprendida de verla) ¡Mildred! (corre en su ayuda)
M: (al conductor) ¡Hay que ser más cuidadoso!
(una mujer morena pasa al lado de la furgoneta, contoneándose. Se acerca a Tony)
MUJER: Disculpe, ¿sabe dónde está la piscina de adultos?
T: (indica con la mano) Pasando la plaza, a la derecha.
MUJ: (sonríe) Gracias.
T: (sonríe también) De nada.
(la mujer se aleja, y Tony la sigue con la mirada)
(mientras, Laura y Mildred ya han recogido el equipaje)
L: (a Mildred) ¿Qué haces aquí?
M: Se me ocurrió venir a aclarar el lío de su viaje... y alternar trabajo con diversión.
L: Me temo que será más bien trabajo, ¡la policía cree que el Sr. Steele mató a Norman Keyes!
M: ¿Qué? (sonríe orgullosa) ¡Bien por el jefe!
L: Mildred, utiliza el teléfono de mi suite y consigue una lista de *todos* los seguros en los que trabajaba Keyes. Necesitamos sospechosos, deprisa. (la agarra de los brazos)
M: (sonríe) ¿Ve cómo ya le soy útil?
L: ¡Venga!
M: ¡Ya voy! (se aleja)
(Laura se acerca a Tony de nuevo)
L: (se sube el cuello de la camisa) ¿Sigues ofreciéndote a ayudar?
T: (sonríe) ¡A tus órdenes!
L: ¿Cómo estás de agilidad? (Él la mira, incierto)
*************************
(Hotel de Las Hadas, exterior de la habitación de Keyes; está custodiada por un guardia. Laura está espiando escondida tras un muro. Tony se acerca a la entrada de la habitación conduciendo un carrito para las maletas, y se tira al suelo dejando que el coche se estrelle contra un parterre. El guardia oye el ruido y corre para ver qué ha sucedido. Laura aprovecha para salir de su escondite y se encamina corriendo a la puerta. Saca la ganzúa y fuerza la cerradura)
(mientras, algo más alejado, Tony simula que se ha hecho daño en la pierna. El guardia llega y se agacha junto a él)
GUARDIA: Señor, ¿está herido?
T: (con expresión de dolor) Creo que me he roto la pierna. ¡Ay! ¡Llame a un médico, rápido! (el guardia sale corriendo)
(Laura consigue abrir la puerta y entra; sube unas escaleras que llevan al área del dormitorio. Abre una maleta apoyada sobre una silla y la inspecciona; de pronto se oye la puerta que se abre, y Laura cierra la maleta rápidamente, intentando disimular: es Tony. Laura suspira aliviada)
L: (vuelve a abrir la maleta) Mi tío es un repartidor, un repartidor muy voluntarioso; me contó todos sus secretos.
T: (se acerca dónde está ella) Algo me dice que no eres el--ama de casa normal.
L: (cierra la maleta finalmente y se vuelve a Tony) Soy una chica que intenta vivir su luna de miel, (se encamina a una bolsa de mano y la abre) pero es un poco difícil cuando tu marido está entre rejas. (inspecciona los contenidos de la bolsa)
T: ¿Esto no es ilegal?
L: No... (se vuelve a Tony) ¡es *muy* ilegal!, pero el director del hotel me dijo que la policía aún no ha venido.
T: (se aleja hacia la mesa) ¿Podrías decirme qué estás buscando?
L: Algo. Cualquier cosa que demuestre que--Remington no mató a Norman Keyes.
T: (mira el escritorio) Entonces no querrás ver esto.
L: ¿Qué?
T: Una carta que Keyes escribió a alguien de seguros Vigilance-- (Laura le mira, alarmada) donde dice estar más convencido que nunca de que Steele va tras él.
L: (se acerca) Déjame ver. (coge la carta)
T: (mira a Laura) ¿Por qué no creía en vuestro matrimonio?
L: Era muy raro.
T: Tu nombre aparece aquí. (se lo indica en el texto) Pretendería demostrar algo.
L: (dobla la carta y mira a Tony) Es una larga historia. (se aleja y se guarda la carta en el bolso)
T: (se mete las manos en los bolsillos) ¿Tienes muchas así, Laura?
L: (no contesta) Vigila la puerta, por favor. (entra en el baño y cierra la puerta)
T: Si. (va corriendo al bolso de Laura e inspecciona la carta)
L (off, desde el baño): ¡Vaya, vaya! (Tony se apresura en cerrar el bolso cuando oye su voz y se acerca a la puerta del baño) ¡Qué interesante!
T: ¿Qué?
L: (sale del baño con un brazo tras la espalda) ¿Keyes se registró él solo? (Tony asiente; Laura saca el brazo y muestra un cepillo, sonriendo) Pues dime para que quiere un calvo este cepillo en su baño.
T: Quizá fuera un optimista.
L: Tienes un gran sentido del humor, igual que alguien que yo me sé.
T: Disculpa.
L: Esto demuestra que había alguien que conocía a Keyes tan bien como para que le invitara a su suite, (quita un pelo del cepillo) alguien con pelo rubio y largo.
*************************
(Hotel de Las Hadas. Tony camina por los jardines y llega a su habitación. Cuando cierra la puerta una voz de mujer le llama por detrás)
MUJER (off): ¡Antonio!
(Tony suspira, y se acerca al área del dormitorio, dónde la mujer, vestida en bañador, está tumbada en la cama: es la mujer que antes le preguntó el camino a la piscina. Tony se apoya en el umbral de la puerta. Los dos se miran y la mujer saluda con la mano)
T: (sin emoción) ¿Qué estás haciendo aquí?
MUJ: ¡Te esperé en la piscina!
T: ¡Quiero decir (le acusa con el dedo) que por qué no estás en la Ciudad de México! (se acerca a la cama)
MUJ: (se pone de rodillas en la cama) ¡Deseaba celebrarlo contigo!
T: (se saca la camisa del pantalón) Ya, pues--no hay nada que celebrar.
MUJ: (decepcionada) Pero cuando me llamaste anoche dijiste que todo era perfecto.
T: ¡Ya, ya lo sé! Pero eso fue antes de que Steele decidiera matar a alguien. (se quita la camisa)
MUJ: ¿Eso es lo que tú llamas un fallo?
T: Si, (se limpia el brazo con la camisa que acaba de quitarse) pero no es algo que yo no pueda resolver.
MUJ: (sonríe ampliamente y gatea hacia él) Así que podremos ir a Norteamérica.
T: (sigue limpiándose con la camisa) ¡Claro! Pero--no saques los billetes todavía.
MUJ: (se sienta en el borde de la cama, más decepcionada) ¡Tres años siguiéndote por todas partes! (Tony se acerca al escritorio) ¿Acaso crees que lo hice porque prometiste llevarme a Norteamérica?
T: (se vuelve a ella) ¡Si!
MUJ: (aparta la mirada de él, aparentemente indignada) ¿Te amenacé con abandonarte porque ya no eres un pez gordo en el Departamento de Inmigración?
T: (se pone una camisa limpia) ¡Todos los días!
MUJ: (se vuelve hacia él) ¿Te pregunté acaso por qué tus jefes estaban tan enfadados contigo que te mandaron a todos esos puebluchos de Sudamérica?
T: (se abrocha la camisa) ¡Un día si y otro también!
MUJ: ¡Oye, Antonio! (se levanta y se acerca a él, sugerentemente) He sido-- (le acaricia el pecho) tu secretaria leal y tu fiel compañera. (se miran, y finalmente la mujer se aparta, acusándole) ¡No vuelvas a repetirme lo del torero! ¡Ya te lo dije! (intenta parecer inocente) Me estaba enseñando dónde le dieron la cornada.
T: (se mete la camisa por los pantalones) Conchita, ¡a casa!
CONCHITA: (vuelve a acercarse a él, seduciéndole) Oye--no me digas--que has vuelto--a estropearlo todo. No aguantaría otra decepción.
T: (le aparta las manos del pecho y se aleja de ella, dándole la espalda) En cuanto demuestre que el matrimonio Steele es un fraude... (sonríe) volveremos a las andadas. (se vuelve hacia ella) ¡Cruzaremos el Río Grande!
(Conchita se lanza a sus brazos y le besa brevemente)
C: (ríe) ¡Adelante! Ya hice el equipaje; se está arrugando.
T: Primero debo sacar a Steele de la cárcel; si no lo consigo--podemos despedirnos de Disneylandia. ¡Adios! (Conchita coquetea con él y se acerca a la cama) ¿Qué?
C: No me has dicho si te gusta mi traje de baño. (él la mira con apreciación) Me lo compré especialmente para ti.
T: ¡Muy bonito!
C: ¿Y sabes lo mejor?
T: No.
C: Se quita con facilidad. (comienza a soltarse el tirante)
(Tony ríe)
*************************
(Cárcel municipal. Un policía acompaña a Mildred a la celda de Steele. Ella se apresura a Steele al verle tumbado en la cama)
M: ¡Oh, jefe! (Steele se incorpora al oírla) ¡Menudo aspecto! Sucio, descuidado... ¡le tiembla el ojo derecho!
S: Yo también me alegro de verte, Mildred. (termina de incorporarse) ¿Por qué te estoy viendo aquí en México?
M: Vine a ayudar a la Srta. Holt-- (sonríe) ¡a la Sra. Steele! Me pidió que averiguara todos los casos en los que trabajaba Keyes.
S: (se sienta en la cama) ¿Y?
M: Solamente trabajaba en el suyo.
S: ¡Oh! Por lo menos era persistente. (se levanta de la cama y se acerca a la reja)
M: ¡Ah! La cosa es peor.
S: ¡Mhum!
M: ¡Subió su seguro un millón de dólares! Dijo que tenía miedo de lo que usted hiciera.
S: ¡Magnífico, Mildred! Gracias por venir. ¡Magnífico!
M: Oh, jefe, no confunda el mensaje con el mensajero.
S: (se toca la nuca) Disculpa, disculpa. (se queda pensativo) Alguien pretendió aparentar que yo seguía a Keyes desde el Hotel del Amor a Las Hadas, ¡pero yo ni siquiera vi a Keyes en el Hotel del Amor, donde en primer lugar jamás debería haber ido!
M: Ah, lo que me recuerda... ¡Averigüé quién cambió los planes de viaje!
S: ¿Ah, si? ¿Y por qué no...? Da igual, da igual. (llama en voz alta al capitán de policía) ¡Capitán, capitán! (el guardia de la puerta deja entrar al capitán)
S: (a Mildred) Si alguien cambió los planes, eso demuestra que yo no seguía a Keyes.
M: Bien visto, pero creo que... (el capitán llega a la celda)
S: Un momento, espera, espera. (se dirige al capitán, sonriendo) Capitán, con todos los respetos, señor, la Sra. Krebs sabe quién intentó inculparme (Mildred sonríe vagamente, nerviosa) de la muerte de Keyes. (Mildred mira al capitán, pero sin responder) Venga, Mildred, cuéntaselo.
M: (duda varios segundos, y luego mira a Steele) ¡Usted!
S: (sonríe triunfante) ¿Lo ve? (entonces se percata de lo que Mildred acaba de decir y cambia de expresión bruscamente) ¿Yo?
M: ¡Eso me dijeron en la agencia de viajes!
S: ¡¿Qué yo cambié los planes?! (Mildred asiente)
CAPITÁN: (se dirige a Mildred, que se vuelve hacia él) Acaba de completar usted el rompecabezas.
M: ¿Yo?
CAP: Si, ahora sabemos que Steele lo hizo premeditadamente. Usted hace posible que cambie mi acusación de homicidio a asesinato premeditado. (Steele palidece) Muchas gracias, señora, muchas gracias. (se aleja)
M: (mira a Steele, angustiada) Oh, jefe, ¡intenté advertirle!
S: (se apoya en la reja y suspira profundamente) Ya lo sé, Mildred, ya lo sé. Sácame de esta cárcel antes de que sea fiambre.
M: ¿Fiambre?
S: (intenta no perder la calma) Me muero.
*************************
(Cárcel municipal. Steele está sentado en el suelo, pensativo, cuando ve una soga deslizándose desde la reja de la ventana. Se levanta y ve a Mildred al otro lado de la ventana, en el exterior de la cárcel)
M: ¡Psst! ¡Jefe!
S: (comienza a atar la soga a los barrotes de la ventana) Buen trabajo, Mildred.
M: No debería decírselo, pero tengo miedo.
S: No te preocupes, lo estás haciendo muy bien, muy bien. (echa un vistazo a su alrededor) ¿Y el camión?
M: ¿Qué camión?
S: ¡El que debería estar al otro extremo de la cuerda!
M: Oh, no he traído precisamente un camión.
S: (la mira fijamente) ¿Entonces qué has traído?
(Mildred vuelve la cabeza hacia su izquierda y Steele sigue su mirada: el cabo está atado a una embarcación que navega al ritmo de la música de "Guantanamera")
S: (susurrando) ¿No encontraste algo menos llamativo, Mildred?
M: (se encoge de hombros) No conozco México demasiado bien... (se oye el ruido de un policía que se acerca, y Steele hace callar a Mildred)
S: Chst, chst. ¡Abajo, abajo!
(Mildred se agacha para que no la vean desde dentro, y Steele usa su camisa para tapar la cuerda. El capitán se acerca a la celda y Steele le saluda con la mano, intentando disimular. En la distancia continúa oyéndose la música en el barco, el cual se sigue alejando atirantando la cuerda en el proceso. La pared comienza a crujir y Steele simula que son bostezos. El policía se aleja tras echarle una última mirada, y Steele se aparta de la pared, la cual da de si finalmente y se derrumba)
(el capitán se apresura a la celda alertado por el ruido, pero encuentra que Steele ya no está dentro. Toca el silbato para pedir refuerzos mientras abre la puerta con su llave)
(Mildred está en el exterior de la cárcel, entre la maleza, esperando a Steele. Él se aproxima a la vez que echa la vista atrás para ver que el policía le está apuntando con el arma)
M: (a Steele) ¿Ahora qué? (el policía comienza a disparar)
S: (coge a Mildred del brazo) ¡Corre! (se echan a correr sorteando las balas)
M: ¡A usted le será muy fácil!
S: (continúan corriendo) ¡Agáchate! ¡Agáchate! (el capitán y dos agentes les persiguen) ¡Corre, corre! ¡Deprisa! (llegan a una zona de árboles frondosos) ¡Vamos, que vienen, que vienen!
M: (se para y se apoya sobre un árbol, jadeando de cansancio) ¡No puedo más!
S: (tira de ella para que no se pare) Venga, ¡escóndete, Mildred! ¡Escóndete! (se esconden tras unos matorrales)
M: Jefe, ¡los pies me matan!
S: He estado pensándolo: si nadie guardaba rencor a Keyes, y yo no le maté... ¿quién montó el juego de su muerte!
M: No es momento para hacer tantas preguntas.
S: ¿Dices que subió su seguro un millón de dólares?
M: (se le ocurre de pronto) ¡El beneficiario!
S: Si, es cuanto tenemos. Bueno, distraeré a la policía. En cuanto pasen, vuelve a Las Hadas y ponte al teléfono, Mildred. ¡Adiós! (le lanza un beso al aire; Mildred le responde con otro beso al aire. Steele sale corriendo)
(los policías pasan por delante de dónde está Mildred escondida, pero sin verla. De pronto aparece Steele detrás de un árbol y les silba para llamar su atención. Los agentes responden disparando de nuevo y salen a su encuentro; Steele sale huyendo)
(Mildred aprovecha cuando los policías se alejan para salir de su escondite y echar a correr en dirección contraria)
*************************
(Selva en las inmediaciones de Las Hadas. Steele continúa huyendo de la policía. Llega a la carretera, y se cruza con el autobús, que pasa justo en ese momento; Steele logra alcanzar el autobús y se encarama a él por la parte trasera. El autobús no ha avanzado más de unos metros cuando tiene que detenerse porque hay un coche de policía en mitad de la carretera, impidiendo el paso. El capitán está apostado delante del coche)
CAP: ¡Alto, alto!
(el capitán hace señales a sus dos hombres para que investiguen a ambos lados del autobús. Steele se asoma a la ventanilla trasera para ver qué está sucediendo. El capitán inspecciona uno de los laterales del vehículo, mientras otro agente investiga el otro lateral; el tercer agente entra en el interior del vehículo. El capitán se agacha para comprobar los bajos del autobús; llega hasta la parte posterior, pero: Steele ya no está ahí. El otro agente se vuelve hacia el capitán desde el otro lateral y se encoge de hombros. El capitán echa un vistazo a su alrededor y vuelve de nuevo a la parte delantera; el tercer agente sale del autobús, se dirige hasta el coche, y lo arranca para dejar el paso libre)
CAP: (se dirige al conductor) ¡Muévelo!
(el conductor arranca el autobús y se aleja por la carretera. Steele está escondido en el techo, apoyándose en las barras para las maletas; los policías no le ven)
*************************
(Hotel de Las Hadas. Laura está mirando la factura de Keyes)
L (off): No hizo llamadas, comió solo, ni siquiera invitó a nadie a una copa. (está en el despacho de Fernando, tras la mesa. Fernando está al sentado al otro lado de la mesa y Tony está de pie detrás de ella) Me temo que aquí no hay nada que indique que tuviera compañía.
T: (mira la factura por encima del hombro de Laura) Keyes alquiló un coche, un Topaz rojo. Creo que merece la pena comprobarlo.
L: (le mira pensativa, y a continuación se dirige a Fernando) Seguirá aquí, ¿verdad?
F: No es algo que se pudiera llevar. (se levanta de la silla) Síganme, por favor.
L: (se levanta también, pero en lugar de seguir a Fernando se queda retrasada hablando con Tony) Oye, para ser arqueólogo no se te da nada mal ser detective.
T: El mismo trabajo con distintas herramientas. (los dos salen finalmente)
*************************
(Hotel de Las Hadas, exterior. Tony, Laura y Fernando van caminando por las dependencias del hotel. De pronto Laura ve algo en la distancia y los tres se paran)
L: ¿Es cierto lo que ven mis ojos? (un empleado está descargando el maletero de un coche rojo)
T: (sigue la mirada de Laura) Si es un Topaz rojo, ¡lo es!
F: Voy a ver si tiene la misma matrícula. (el empleado de las maletas se aleja en el carrito del equipaje; una mujer rubia con gafas de sol está sentada en el asiento trasero)
L: No es preciso. (a Tony) ¿Cuánto te apuestas a que le falta el cepillo del pelo? (se miran)
*************************
(Habitación del Hotel de Las Hadas. El empleado deja las maletas en el suelo del hall, y sale de la habitación, a tiempo para cruzarse con Laura, que entra en ese momento. Laura se acerca a las maletas y se agacha junto a una de ellas para leer la etiqueta con el nombre. Oye una puerta que se abre en la parte alta de la habitación, y Laura se incorpora)
L: ¡Hola! ¿Srta. Snibber?
(la mujer rubia [SNIBBER] del coche rojo aparece por la puerta que acaba de abrirse; todavía lleva las gafas de sol puestas)
SNIBBER: ¿Si?
L: Soy Tracy Lord, la encargada de relaciones públicas, (le extiende la mano) y quería darle la bienvenida a Las Hadas personalmente.
SNI: (le estrecha la mano a Laura) Muy amable. (sonríe agradecida)
L: (sonríe educadamente) También quiero que acepte un pequeño obsequio, (Snibber se quita las gafas de sol) símbolo del placer que sentimos teniéndola aquí. (chasquea los dedos, y llama en voz alta) ¡Manuel
(a su llamada aparece Tony ocultándose la cara tras una cesta de alimentos)
SNI: (a Laura) Son muy amables.
L: (a Tony) ¡Lleváselo! (Tony empieza a subir las escaleras)
SNI: (a Laura) ¿A dónde va?
L: (se inventa una excusa) Es mejor--guardar el queso en el baño. Así se conservará fresco. (Tony se para en mitad de las escaleras)
SNI: (deja de sonreír) Jamás lo había oído.
L: Estamos muy cerca de la selva, Sra. Snibber. Ya sabe--lo malo que puede ser eso para el queso. (se dirige a Tony) ¡Súbelo! (Tony termina de subir las escaleras; Laura se dirige a Snibber de nuevo) ¿Viene por trabajo o en viaje de placer?
(mientras tanto,Tony llega al cuarto de baño y deja la cesta en la encimera del lavabo)
(Snibber y Laura siguen hablando)
SNI: Asesinaron a mi tío aquí anoche.
L: (finge sorpresa) Lo siento mucho. ¿Era su tío?
SNI: He venido a recoger su cadáver.
L: Vino directamente del aeropuerto, ¿verdad?
(Tony continúa en el baño, y abre un neceser que está junto al lavabo; dentro hay un hueco donde debería estar el cepillo; sonríe satisfecho)
(mientras, en el hall Laura y Snibber siguen la conversación)
L: Créame que lo siento por usted, Sra. Snibber. Si yo puedo ayudarla en algo...
SNI: Puede ayudarme.
L: ¿Si?
SNI: ¡Váyase!
L: De acuerdo. (vuelve a chasquear los dedos) ¡Manuel, baja! ¡Nos vamos!
(Tony cierra el neceser y se reúne con Laura y Snibber, que siguen hablando)
L: (a Snibber) Por favor, no dude en llamar.
SNI: (se fija en la apariencia de Tony, que lleva una camisa y pantalones de color caqui) ¿Los camareros no van de blanco?
L: ¡Tiene toda la razón! (se vuelve hacia Tony, supuestamente enfadada. Le agarra del cuello de la camisa) ¡Estúpido! ¡De blanco, de blanco! (empuja a Tony fuera de la habitación, y se vuelve sonriendo hacia Snibber) Los buenos camareros no abundan. (se encamina también hacia la puerta)
(Laura sale de la habitación y cierra la puerta tras ella; Tony la está esperando fuera, apoyado contra la pared)
T: ¡Bien dicho! (comienzan a caminar)
L: Ha sido un recibimiento magnífico.
T: Nos ha mentido.
L: (se vuelve para mirarle) ¡Le faltaba!
T: (asiente con la cabeza) Ya tenemos sospechosa.
L: Ahora sólo hay que convertirla en asesina. (se cruza de brazos)
*************************
(Hotel de Las Hadas, suite nupcial. Laura y Tony entran en la habitación, dónde está Mildred hablando por teléfono)
M: (al teléfono) Oh, muchísimas gracias. Se lo agradezco mucho. (se vuelve hacia Laura y Tony al oírles entrar por la puerta) Se lo debo. ¡Adiós! (cuelga el teléfono y avanza hacia Laura, ansiosa por hablar con ella) ¿Dónde se ha metido? Parezco Pancho Villa recorriendo México en su busca.
L: Pues...
M: (se fija en Tony, y pregunta a Laura entre dientes) ¿Quién es?
T: (le alarga la mano a Mildred y se presenta él mismo) ¡Tony! (sonríe mientras Mildred le estrecha la mano, pero entonces levanta la vista y deja de sonreír, al ver a Conchita al otro lado de la cristalera del balcón)
M: ¿No tiene apellido?
(Conchita le hace gestos a Tony para que se reúna con ella fuera)
T: ¡Roselli! ¡Tony Roselli! ¿Les importa si me lavo las manos?
L: Adelante.
M: (no le suelta la mano, impidiendo que se aleje) ¿No quiere saber mi nombre?
T: Si, pero... (se suelta de Mildred) prefiero oírlo cuando esté limpio. No se vayan. (se aleja, mientras Mildred y Laura le siguen con la mirada)
M: (a Laura) ¿Dónde lo encontró?
L: En la selva.
M: ¿Colgando de una liana?
L: Pues la verdad es que si... ah...
M: (algo molesta) ¿Sabe el jefe que va con Tarzán de los monos--?
L: ¿Qué averiguaste sobre Keyes?
M: (más enfadada) ¿--mientras él se pudre en una cárcel mexicana?
L: (empieza a molestarse también) ¡Mildred, vamos a lo nuestro!
(mientras, Tony se reúne con Conchita en el área del dormitorio. Él abre la puerta corrediza y empuja a Conchita dentro de la habitación)
T: ¿Qué estás haciendo?
C: (seductora) Me aburro, Antonio. ¡Diviérteme! (intenta abrazarle, pero Tony no se deja)
T: (le sujeta el brazo con fuerza y la arrastra fuera de la habitación) ¡Fuera de aquí! ¡Vamos! (Steele está intentando escalar un muro para acceder a la habitación, y Tony lo ve) ¡Espera! (vuelve a correr de vuelta a la habitación con Conchita de la mano)
C: (riendo) ¡Oh, Antonio!
T: (echa un rápido vistazo al vestíbulo, y decide que no es seguro escapar por ahí así que conduce a Conchita hasta la cama) ¡Debajo de la cama, métete debajo de la cama! (Conchita se agacha para meterse bajo la cama) Y no te muevas.
C: ¿Seguro que quieres debajo de la cama?
T: (amenazante) Ni un ruidito. (oculta a Conchita por completo bajo la cama)
C: (vuelve a asomar la cabeza) ¡Pip! (se ríe)
T: (le mete la cabeza bajo la cama) ¡Debajo! (se pone de pie)
(en ese momento entra Steele en el área del dormitorio)
S: (sorprendido de ver a Tony) ¡Tony! ¿Tú aquí?
T: Mmm, eh... (se vuelve a sentar en la cama e intenta sonreír) Así es.
S: (se acerca al armario) Sigue sin gustarte el caviar, ¿eh? (se quita la camisa y la camiseta)
T: Creí que seguías en la cárcel.
S: (le da la espalda) Ya veo, ya.
(entra Laura en ese momento)
L: Tony, me pareció oír... (Steele se aproxima unos pasos, y Laura le ve) ¡Sr. Steele! (Mildred aparece en la puerta tras ella)
T: ¿Sr. Steele?
S: (se pone una camiseta limpia) Es muy formal con los invitados.
M: ¿Qué hace usted aquí, jefe?
S: La selva estaba abarrotada, Mildred. (vuelve a encaminarse al armario)
L: ¿Cómo saliste de la cárcel?
S: (coge una camisa negra del armario y se la pone) Logré escabullirme.
(Conchita desde debajo de la cama alarga la mano hacia la pierna de Tony, pero él se lo impide)
L: ¿No habíamos quedado en que la investigación la haría yo?
S: ¿Te acuerdas del patíbulo del que te hablé? (se sube las mangas de la camisa) ¡Estaba fuera! (se dirige a Mildred) ¿Descubriste quienes son los beneficiarios de Keyes?
M: Si, una sobrina que se supone que vendrá. Se llama--
L: (le interrumpe) ¡Danielle Snibber!
M: ¿Cómo lo sabe?
T: Ya ha venido a reclamar el cadáver.
S: Pues tiene una sobrina muy dispuesta.
L: Si *es* su sobrina.
(llaman a la puerta: es el capitán de policía)
CAP (off, a través de la puerta): ¿Puedo verle? Soy el capitán Suárez; debo hablar con usted.
(todos se alarman ante la presencia de la policía)
L: (a Steele) Deprisa, debajo de la cama.
S: No, espera, no. (suspira y accede al final) Ya voy. (Tony se lleva la mano a la frente, en un gesto de desesperación mientras Steele se esconde bajo la cama)
L: (en voz alta, para que el capitán lo oiga) ¡Está abierto!
(Steele no se percata al principio de que Conchita está a su lado bajo la cama)
(el capitán y sus dos agentes entran en la habitación; el primero envía a sus hombres a la otra sala y se encamina al dormitorio)
(Steele se da cuenta entonces de que no está solo bajo la cama. Conchita le sonríe)
C: (le saluda con la mano, y susurra) ¡Hola!
(el capitán llega al área de la cama, donde Mildred, Tony y Laura están sentados en la cama disimulando; se quita las gafas de sol)
L: (sonríe amablemente) ¿Buscan ustedes algo?
CAP: (asiente con la cabeza) A su marido.
L: (finge inocencia) ¿Mi marido?
CAP: Vamos, vamos, Sra. Steele. ¿No pretenderá decirme que no sabe que su marido se escapó de mi cárcel hoy?
L: Sé que salió.
CAP: ¿Sabe acaso dónde está?
L: Si. (Mildred y Tony vuelven la cabeza para mirarla; ella les lanza una mirada de reojo, y vuelve a mirar al capitán)
CAP: La escucho.
(bajo la cama, Conchita está intentando seducir a Steele acariciándole el cuello)
L: La última vez que hablamos se dirigía al Hotel del Amor. (Mildred y Tony se miran aliviados) Cree que allí podrá demostrar su inocencia.
CAP: Muy bien, iré a ver si está allí. No se alejen de la zona hasta que vuelva. (Laura niega con la cabeza) Hasta luego. (sale, acompañado por los dos agentes)
M: Pfff... (se levanta de la cama) ¡Por que poquito! (Laura se levanta también, y entre las dos levantan la colcha para que Steele salga fácilmente) ¡Oh, jefe!
S: (sale de debajo de la cama y se sienta sobre ella) Mildred, el servicio de habitaciones es deplorable. (mira a Tony con intención) La cantidad de pelusa que hay bajo la cama. (Tony sonríe para sí)
L: No tenemos mucho tiempo. Todos estamos de acuerdo en que la supuesta sobrina mató a Keyes por el seguro, ¿verdad?
M: ¿Podremos demostrarlo?
T: Si reclama el cadáver y luego vuelve a casa, ¡imposible!
S: En ese caso, ¿cómo lo probarías tú, Tony? (le mira)
T: Soy arqueólogo, ¿recuerdas? (le devuelve la mirada)
S: (vuelve la vista al frente) ¡¿Cómo iba a olvidarlo?! (se dirige a Laura) Tienes que detener a la sobrina hasta que cierren la funeraria, Laura.
L: (sonríe) Superdetective en Hollywood.
T: ¿Quién?
S: (haciendo memoria) Eddie Murphy, Judge Reinholdt, Paramount, 1985; dos policías se hacen pasar por locos para resolver un asesinato.
L: Así consiguen camuflarse, seguir a los asesinos y averiguar el motivo del crimen.
S: Les desesperan y confunden.
M: (sonríe ampliamente y mira a Tony) ¿A qué son fantásticos juntos? (Tony los mira a los tres, completamente desconcertado) No quiero que nadie se interponga.
M: Voy inmediatamente. (sale)
S: (se levanta de la cama) Vamos, Tony, no demos plantón a un cadáver. (los dos hombres salen también)
(Laura se queda algo rezagada, y se da la vuelta al oír un ruido proveniente de la cama: es Conchita saliendo de su escondite)
C: (ve a Laura y se incorpora sonriendo) ¡Hola!
L: Usted es la pelusa. (Conchita la mira confundida)
*************************
(Funeraria, noche. Tony y Steele se aproximan a ella y llegan a la puerta de entrada. Steele enciende una linterna que lleva en la mano y se dispone a forzar la cerradura con una ganzúa)
T: ¿Regalo de boda para ti y tu mujercita?
S: (se agacha para maniobrar mejor) No le gusta que la llamen "mujercita". Mi mujer es de las independientes. (introduce la ganzúa en la cerradura) Un toque suave...
T: ¡Ah! (le pega una patada a la puerta y la abre. Steele se queda paralizado, con la ganzúa todavía en la mano) No hay tiempo para filigranas.
S: (levanta la cabeza lentamente y le mira) ¡Magnífico! Así nadie sabrá que andamos aquí.
T: La he abierto, ¿no? Vamos.
(Tony entra en la sala; Steele se levanta despacio y le sigue dentro. Los dos comienzan a inspeccionar los diversos ataúdes que contiene la habitación)
T: ¿Sabes cual es en México la pena por robar cadáveres?
S: No creo que sea superior a la de asesinato. Por cierto... no habrás visto a la joven--que había bajo mi cama, ¿verdad? (le apunta con la linterna)
T: Eh... no, no puedo decir que si.
S: Ya... Creí que se te había perdido.
T: No suelo perderlas.
S: ¿En serio? Estuvo muy cariñosa.
T: El cadáver de Keyes no está aquí.
S: (la luz de su linterna se topa con una urna sobre un pedestal con un letrero que dice: SR. KEYES) Enterito no. (se acerca a la urna y la abre. Tony y él inspeccionan su interior)
T: Keyes fue incinerado.
S: A no ser que sean las cenizas de su puro.
T: No lo entiendo. ¡¿Cómo van a incinerar su cadáver si su sobrina aún no lo ha reclamado?!
S: (pensativo) Diez negritos.
T: No es mucho.
S: ¡Barry Fitzgerald!
T: (no entiende) ¿No es Keyes?
S: ¡Walter Huston, Louis Hayward, C. Aubrey Smith!
T: Steele, ¿está desvariando?
S: René Clair, de la Fox, 1945.
T: ¿Otra película?
S: No, la solución del caso. Agárrate bien: ¡Keyes sigue vivo!
(Tony le mira desconcertado, y luego vuelve la vista hacia la urna)
*************************
(Hotel de Las Hadas, suite nupcial. Steele está paseando alrededor de la mesita: la urna de Keyes está sobre ella)
S: Ahí estaba todo el tiempo, delante de mi nariz.
(Laura está sentada en el sofá, y frente a ella están sentados Mildred y Tony en el otro sofá; los tres están escuchando a Steele)
M: ¿Qué está oliendo, jefe?
S: Keyes fingió su propia muerte, igual que hizo Barry Fitzgerald en Diez negritos.
M: ¡Pero lo vio muerto!
S: ¡Exacto!
T: (a Mildred) Se entienden perfectamente.
M: (en tono de advertencia) Machacaría a quién intente evitarlo. (Tony sonríe)
L: (aclara) Hace unos años tuvimos un caso similar, dónde un cliente fingía su propia muerte utilizando una droga: ¡digitalis vita!
S: (sigue paseando) Se supone que Keyes tomó la dosis adecuada para que el médico le creyera muerto cuando no en realidad no lo estaba.
M: ¡Qué canalla!
L: (a Steele) Cambió nuestro itinerario para que pareciera que le seguías a él.
S: ¡Y provocó suficientes peleas públicas para darle a la policía motivos y que me detuvieran tras su asesinato!
M: ¡Ese maldito canalla!
L: Y luego consigue hacer creer que han incinerado su cadáver.
S: Y así (se sienta en el sillón que queda libre) resulta imposible demostrar que en realidad no está muerto.
M: (sonríe orgullosa y se dirige a Tony de nuevo) ¿No es una pareja encantadora?
T: (se incorpora en su asiento) ¿Y todo por qué pensó que su matrimonio no era legítimo?
L: ¡Ha! Entre otras cosas.
S: Como el seguro de vida de un millón de dólares.
L: Más la retorcida satisfacción de saber que el Sr.--¡Remington! se pudría en una cárcel mexicana por un asesinato que nunca ocurrió.
M: ¡Ese maldito y retorcido canalla!
S: Reiterativa pero precisa, Mildred.
L: Bueno, (suspira) saber que Keyes sigue vivo es una cosa, demostrarlo es harina de otro costal.
S: Ahí le has dado. (sonríe vagamente)
M: (sonríe de nuevo y vuelve a dirigirse a Tony) ¡Tiene un plan! (a Steele) Suéltelo, jefe.
S: Lo que debemos hacer es forzar a la sobrina para que contacte con Keyes, y luego agarrarle.
L: (recostada sobre el sofá) ¿Y cómo vamos a hacerlo?
S: Mmm... (sonríe ampliamente y mira la urna)
*************************
(Exteriores del Hotel de Las Hadas, noche. Danielle Snibber abre la puerta de su habitación y entra en ella. Laura y Steele la están espiando, agazapados tras un muro)
(Danielle enciende la luz y avanza por el pasillo de la habitación, hasta que ve algo en la mesita y se para en seco, desconcertada: ¡es la urna! Enfadada, cierra la puerta con más fuerza de la necesaria)
(Steele y Laura han presenciado toda la escena)
S: Es cuestión de tiempo que corra a buscar a Keyes.
*************************
(Exteriores del Hotel de Las Hadas, mañana. Laura y Steele siguen escondidos en el mismo sitio, con apariencia de no haber dormido en toda la noche. Laura se mata un mosquito en el cuello, y Steele bosteza, restregándose los ojos con las manos)
L: No se ha movido.
S: Al menos--podemos decir que estuvimos despiertos toda la luna de miel. (Laura le lanza una mirada)
(Tony llega en ese momento con dos tazas de café en la mano; les entrega una taza a cada uno)
L: Gracias.
T: ¿Algo nuevo?
L: Creo que está durmiendo. (quita la tapa del café y la tira al suelo)
S: (también quita la tapa de su taza y se dirige a Tony sin apartar la vista del café) ¿Te importa si te hago una pregunta personal, Tony?
T: (le mira, incierto) Depende.
S: Sé que puedo hablar por la Sra. Steele (Laura eleva la vista al cielo en exasperación) cuando digo que ambos disfrutamos de tu compañía enormemente, pero... (le lanza una mirada) ¿no tienes otros amigos? (bebe un sorbo del café)
T: Puedo hacer de detective un par de días, pero... si molesto... (comienza a levantarse)
L: (le pone la mano en el brazo para detenerle) No, no, en absoluto. Mi marido sólo pretende agradecerte tu generosa ayuda, a su modo tan-- (vuelve a mirar a Steele) particular. (toma un sorbo de su café)
T: ¡Ah!
(Mildred se aproxima también a la zona)
M: Jefe, ¡vaya una aglomeración!
L: Mildred, ¿por qué no vigilas la centralita?
M: Porque Danielle ha pedido un taxi para el aeropuerto: ¡se va a Los Ángeles!
L: (mira a Steele, acusando) Muy sencillito, ¿eh? ¡Vuelve a casa!
S: Todos los planes tienen su fallo.
T: (mira por encima del muro) ¡Eh, eh, eh!
(Mildred, Laura y Steele se encaraman también para ver qué está sucediendo; un empleado del hotel llama con los nudillos a la puerta de Danielle. Danielle abre la puerta y sale, vestida de luto y con la urna en la mano. El empleado entra en la habitación y sale momentos después con el equipaje de Danielle; los dos se alejan)
S: ¿Por qué va en taxi si puede utilizar el coche de Keyes?
L: Aunque me cueste creerlo, ¡buena pregunta!
T: Quizá ella sólo sea el cebo.
M: ¡Oh, quizá Keyes la espere en el aeropuerto!
S: Bueno, (señala a Tony y Mildred) Los dos seguid a la sobrina, y la Sra. Steele y yo vigilaremos el coche.
L: De acuerdo. (se levantan los cuatro)
*************************
(Hotel de Las Hadas, exterior. Mildred, con una bolsa de viaje al hombro, sale corriendo y agitando los brazos)
M: (llama gritando) ¡Alto! ¡Alto! (una furgoneta frena en seco a su lado) ¡Eh, despacio! (abre la puerta del vehículo y entra) ¡Aeropuerto, por favor!
(el conductor vuelve la vista hacia atrás: es Tony, ataviado con una gorra de conductor y gafas de sol)
T: (se toca la gorra con la mano) Si, señora.
(Mildred se sienta en el asiento trasero junto a Danielle, que es otra pasajera de la furgoneta)
D: (a Tony) ¿Por qué no recoge el equipaje?
T: Um... lo he recogido, señora.
M: (señala la urna que lleva Danielle en el regazo y se dirige a ella) Bonito jarrón. ¿Dónde lo compró?
D: (mira a Mildred) Es una urna.
M: Oh, ¿alguien que yo conozca? (se ríe)
(Tony arranca el motor, pero vuelve a frenar en seco cuando una mujer se pone en mitad de la carretera agitando los brazos en el aire: es Conchita)
C: (sube al asiento delantero de la furgoneta, furiosa con Tony) ¡Oh, yo no puedo aguantar todo esto! (se sienta) ¡Insisto en saber dónde vas ahora mismo! (cierra la puerta con fuerza)
T: (vuelve a abrir la puerta del lado de Conchita) ¡Sal de este coche inmediatamente! (acusando) ¡Vas a echarlo a perder! Ahora--no es el momento de discutir, ¿comprendes? ¡Vete!
(Conchita no hace caso y vuelve a cerrar la puerta, desafiante)
M: (se incorpora hacia el asiento delantero y le pregunta a Tony) ¿Quién es?
T: (intenta disimular) No lo sé, señora. (arranca la furgoneta bruscamente, empujando a Mildred contra el asiento trasero; finalmente salen del hotel)
(la furgoneta se cruza en su camino con el Topaz rojo que Keyes alquilara; el coche frena y un conductor de la empresa de alquiler sale de él. Steele y Laura están vigilando en la distancia. Un empleado del hotel abre el maletero y mete dos maletas en su interior)
L: Reconozco el equipaje de Keyes en cualquier sitio.
(el conductor del alquiler de coches lleva un letrero en la espalda del mono que dice: CAMINOS RENT-A-CAR. Vuelve a entrar en el coche)
S: ¡Le seguimos?
(Steele y Laura comienzan a caminar hacia un carrito de maletas que hay aparcado cerca de ellos. Se sientan en él y Steele arranca. Siguen al coche y salen del hotel. Un coche de policía está escondido entre unos arbustos y el policía que hay en su interior los ve pasar)
POLICÍA: (habla por la radio) Están a punto de partir: les sigo.
*************************
(Aeropuerto, exterior. La furgoneta llega a la parada de taxis y Tony aparca. Un encargado les abre la puerta trasera. Danielle sale de la furgoneta y se aleja. Mildred sale también, pero se vuelve para hablar con Tony a través de la ventanilla. Conchita tiene los brazos alrededor del cuello de Tony, intentando besarle)
M: (a Tony) ¿A qué está esperando?
T: (se quita la gorra) No se preocupe. ¡Detenga esa urna!
(Mildred no parece muy convencida, pero sale corriendo en busca de Danielle)
(Tony abre la puerta y sale de la furgoneta, pero Conchita no lo suelta del cuello y se lo pone muy difícil)
T: ¿Qué estás haciendo? ¡Deja que me vaya! (se apoya en la furgoneta)
C: No, te fuiste cuando estaba en la cama. Volvamos a tu cuarto, Antonio, sé bueno conmigo.
T: (la mira, y después intenta alejarse) Estás loca, ¡vas a echarlo todo a perder!
C: (sin soltarle el brazo) ¿No hay otra manera de llegar a Norteamérica?
T: (se suelta el brazo con fuerza) ¡Para mí no! (se aleja, dándole la espalda)
C: (le pega en el hombro) Es por ella, ¿verdad?
T: (se vuelve hacia ella) ¿Quién?
C: ¡Por esa gringa morena!
T: ¡Es un caso, Conchita!
C: (se pone las manos en la cintura) ¡Oh, y que lo digas!
T: No sé qué te pasa, ¡pero déjame ya! (vuelve a alejarse)
C: (le empuja por la espalda) ¡Me das de lado! (vuelve a empujarle) ¡Me ignoras! (le empuja una tercera vez) ¡Tengo que meterme debajo de la cama! Me he abrasado (Tony se vuelve finalmente hacia ella) ¿Y para qué? ¡Para que tú puedas estar con ella! (intenta pegarle en la cara, pero él lo esquiva)
T: (levanta a Conchita en el aire) ¡Basta! (vuelve a dejarla en el suelo) ¡Ahora mismo! (comienza a alejarse de ella una vez más)
C: (lo agarra del brazo para que pare y se pone frente a él) Si te vas ahora tendré que aceptar la invitación a cenar de tu jefe.
T: Seguro que te llevará a un buen restaurante: ¡lo mereces!
C: (gritando tras él) Por si no lo sabías, ¡ya he cenado con tu jefe! ¡Y también he desayunado!
(Tony llega a la entrada y para en seco al oír esto último; empuja la puerta, enfadado. Conchita da media vuelta y vuelve a entrar en la furgoneta; cierra de un portazo y tira la gorra de Tony por la ventanilla)
*************************
(Aeropuerto, interior. Tony pasa por el detector mientras un altavoz anuncia el siguiente vuelo)
ALTAVOZ: Salida del vuelo 128 con destino a Los Ángeles. (Tony echa un vistazo a su alrededor) Embarquen dentro de 20 minutos.
(Tony sigue buscando con la mirada, cuando de pronto aparece por la puerta Danielle, escoltada por dos policías y acompañada por Mildred, que ahora está en posesión de la urna)
D: (al policía) ¡Me la ha robado a mí! ¡Es mía, se lo aseguro! (a Mildred) Devuélvamela, ¿me oye? (se lanza hacia ella) ¡Es mía!
M: Atrás, rubia, la urna es mía.
(Danielle ve entonces a Tony y se encamina a él)
D: (al policía) ¡Pregunte a ese hombre! (Tony se hace el despistado) Él sabe a quién pertenece. ¡Vamos, pregúntele!
T: ¿Qué?
POLICÍA: (a Tony) Perdone, señor, ¿sabe usted de quién es esta urna?
(Tony no contesta y mira a Danielle)
D: ¡Venga, digáselo!
T: (señala a Mildred) ¡Es de ella! (Mildred sonríe)
D: ¡¿Qué?! (intenta pegar a Tony con el bolso) ¡Está loco!
POL: Venga, señora. (agarra a Danielle del brazo) A ver si aclaramos este asunto. (Danielle y los policías se alejan, pero Mildred se queda algo rezagada)
M: (se acerca a Tony) ¿Quién es usted? Digámelo. (se aleja finalmente)
(Tony se queda mirando mientras se aleja, y sonríe)
*************************
(Mansión de lujo, exterior. El Topaz rojo está aparcado en la entrada y el empleado del alquiler de coches está metiendo el equipaje en el interior de la casa. Steele y Laura están presenciando la escena en la distancia. El empleado vuelve al coche y arranca el motor; se aleja de la mansión. Laura y Steele se acercan entonces a la casa)
S: ¡Ah, menudo escondrijo!
L: Nunca pensé que Keyes tuviera un gusto tan exquisito.
(llegan a la puerta y la abren; la casa por dentro es aún más lujosa)
S: (sorprendido) ¡Vaya! (comienzan a bajar las escaleras hacia el vestíbulo) Es sorprendente cómo un par de millones cambian a un hombre, ¿a qué si? (Laura le mira) ¡Huele!
L: (huele el ambiente) ¡Puros baratos! (Steele asiente) ¡Está aquí!
S: Oigo cómo repta.
(continúan caminando por la casa hasta la terraza. Steele se pone las gafas de sol. Llegan a la barandilla, que da al mar. En ese momento llegan a la casa dos coches de policía y aparcan en la entrada. Mientras, Steele y Laura entran en el dormitorio)
L: Este sitio es increíble. (se acerca a una franja del suelo que está compuesto por un material transparente) ¡Mira, hasta el suelo es de cristal.
S: Si, (se asoma por una ventana) tiene de todo menos a Keyes. ¡Maldita sea! (se acerca dónde está Laura) Seguro que está aquí, lo presiento.
L: (se agacha frente a la placa transparente del suelo) ¡Mira por dónde corre!
(se ve a Keyes bajando apresuradamente por una escalera hacia la playa)
S: (echa a correr en persecución de Keyes) ¡Ya te dije que estaba vivo!
L: (corriendo tras Steele) ¡Te lo dije yo!
S: ¡Fui yo! (salen por la terraza persiguiendo a Keyes)
(el capitán de policía y dos agentes aparecen en el nivel superior de la casa y se asoman a la terraza. Apuntan las armas a Laura y Steele)
CAP: ¡Alto! (Laura y Steele levantan la vista hacia él y emprenden de nuevo la carrera)
(los policías comienzan a disparar tras ellos, y Laura y Steele corren de nuevo hacia el interior del dormitorio. Finalmente logran salir de la casa)
L: (oye un ruido de motor y vuelve la vista hacia el mar; ve cómo Keyes se aleja en una lancha motora) ¡Se nos escapa!
S: ¡De eso ni hablar!
(continuan corriendo hasta la playa, donde toman prestada una zodiac que encuentran en la orilla. La ponen en marcha y se lanzan de nuevo en persecución de Keyes. Finalmente, llegan a un embarcadero, donde ven la lancha de Keyes amarrada. Ellos salen de la zodiac y la arrastran hasta tierra firme)
L: (buscando a su alrededor) ¿Le ves?
S: (jadea de cansancio, pero no responde) ¿No te suena mucho ese autobús? (se ve el autobús que Steele acaba de mencionar: es el autobús que viaja desde el aeropuerto hasta el Hotel del Amor)
L: (comienza a caminar hacia él) ¿Crees que Keyes se dirigirá al aeropuerto donde aterrizamos?
S: Es una buena manera de salir discretamente.
(los dos se cuelan en el autobús por la puerta trasera sin que se percate el conductor, que está apoyado en la entrada delantera, de espaldas a ellos. El autobús está vacío de pasajeros)
L: (se agacha para mirar mejor a través de la ventanilla, y ve pasar un taxi que tiene como pasajero a Keyes) ¡Mira!
(Steele no pierde tiempo y se sienta en el asiento del conductor; arranca el autobús. El conductor se da cuenta del robo cuando se cierra la puerta y echa a correr para intentar impedirlo)
CONDUCTOR: ¡Eh, mi autobús! ¡Pare! (el autobús se aleja sin que el conductor pueda hacer nada; tira su gorra al suelo en señal de derrota)
(el taxi sigue avanzando por la carretera; el autobús, con Steele y Laura, le persigue)
S: (al autobús) ¡Vamos! Esto es más lento que una tortuga.
L: ¡Le perdemos!
S: Al menos sabemos dónde va. ¡Espero!
(empiezan a oírse disparos a lo lejos)
L: (corre a protegerse tras los asientos) ¿Malvados?
S: ¡Peor!
L: (echa la vista hacia atrás para ver quién ha causado los disparos; son los dos coches de policía de antes) ¡Hay que alcanzar a Keyes antes de que la policía nos alcance a nosotros!
S: Esos comentarios no van a acelerar el autobús.
(llegan a la pista de aterrizaje, y Laura ve el taxi aparcado junto a una avioneta que se pone en marcha en ese momento en dirección a ellos. Keyes conduce la avioneta y ve al fondo el autobús acercándose peligrosamente; Keyes se asusta. La policía todavía persigue el autobús. El autobús y el avión se acercan cada vez más el uno al otro; ninguno de los dos parece dispuesto a frenar, pero cuando están a punto de chocar, Keyes no lo puede soportar y da un volantazo. El avión va a parar a los matorrales que rodean el asfalto de la pista. Keyes sale de la avioneta apresuradamente y echa a correr hacia la maleza. Steele sale del autobús y sale a su encuentro; Laura corre detrás de él. Los policías también han llegado al lugar y aparcan los coches. Finalmente, Steele logra dar alcance a Keyes)
S: (empujando a Keyes contra el suelo) ¡Abajo! (lo agarra de la solapa y le obliga a ponerse en pie) ¡Arriba, arriba! ¡Escucha Keyes, podrás escapar pero no esconderte! (le da un puñetazo que lo tira al suelo)
(los cuatro agentes llegan al lugar y apuntan a Steele con el arma)
CAP: ¡Alto! (Laura y Steele se giran hacia ellos) ¡Alto, o nos veremos obligados a disparar!
S: De acuerdo, de acuerdo, no disparen.
L: (echa la vista atrás un momento y ve a Keyes tratando de huir. Ella se vuelve de nuevo hacia los policías) ¿No reconocen a ese hombre? (señala a Keyes) ¡No pueden dejarle escapar!
(el capitán mira en la dirección que le indica Laura y de pronto se oye un disparo en la distancia)
CAP: (a sus hombres) ¡Síganme!
(los cuatro policías echan a correr hacia la procedencia de los disparos. Steele y Laura se miran y echan a correr también detrás de ellos. Los autores de los disparos son dos "malvados". Están agachados junto al cuerpo inerte de Keyes, cuando la policía alcanza el lugar )
CAP: (apunta a los dos hombres con su arma) ¡Alto, policía!
(los dos hombres hacen mención de escapar, así que los agentes abren fuego contra ellos. Abaten a uno de ellos y logran detener al otro. El capitán se acerca al cuerpo de Keyes, y en ese momento Steele y Laura alcanzan también el lugar. El capitán se agacha y le da la vuelta al cadáver para verle la cara)
S: (al capitán) Es el hombre al que se supone que asesiné hace dos noches.
(el capitán levanta la vista para mirarle a la cara, y Steele a su vez vuelve la cara para mirar a Laura, que tiene sobrealiento debido a la carrera)
*************************
(aeropuerto, interior. Mildred lleva los pasajes de avión y se acerca donde están Steele, Laura y Tony, que la están esperando)
M: Bueno, me costó unos pesos, pero me las arreglé para encontrar dos en primera clase. ¡Aquí tienen! (entrega los billetes a Steele)
S: (coge los billetes) Estupendo, Mildred, estupendo.
L: (a Mildred) ¿Cómo viajaste tú, Mildred?
M: (le enseña su billete) ¡En turista! (sonríe con intención) Se lo merecen todo en su luna de miel, ¿verdad? (Laura sonríe como respuesta)
S: (hojea los billetes distraídamente) Bueno, tres parece el número ideal para esta luna de miel. (Laura le lanza una mirada, y éste a su vez mira a Tony)
L: (se acuerda de pronto de algo) ¡Luna de miel! Acabo de darme cuenta de que no hicimos una sola foto.
S: (se guarda los billetes en el bolsillo trasero del pantalón) ¿Y?
L: ¿Te acuerdas de la señora de ya sabes dónde que quería ya sabes qué?
S: (de pronto lo recuerda) Oh, si, claro. ¡Cómo iba a olvidarla! (Laura abre su bolso, y Steele saca una cámara fotográfica de él. Se dirige a Tony) Antonio, ¿harías el favor de sacarnos una foto? (le entrega la cámara) Sólo tienes que apretar el botón aquí. (se lo muestra)
T: Muy bien.
(Laura y Steele se alejan unos pasos de Tony para salir en la foto. Se dan un beso en los labios y Tony aprieta el botón)
M: (mirando el reloj) Tenemos que irnos ya.
S: Estupendo. (se encamina hacia Tony) Bueno, Antonio, ha sido toda una experiencia. Cuando piense en mi luna de miel no podré olvidarme de ti. (Tony ríe)
L: (a Tony) Te agradezco muchísimo tu ayuda. (le extiende la mano)
T: (estrechándole la mano a Laura) Fue un placer. Si, de no haber cambiado vuestros planes, no nos habríamos conocido.
M: ¡Ah! ¡No digas eso! (mira de reojo a Steele y Laura)
L: (a Tony) ¿Vuelves a tus monumentos?
T: En cuanto despegue vuestro avión.
L: Bueno, adiós.
S: (también le estrecha la mano a Tony) Adiós, cuídate.
M: (se despide a su vez) Buena suerte.
(Mildred, Laura y Steele comienzan a alejarse)
S: (se vuelve de pronto hacia Tony) ¡La cámara! (Tony se la devuelve, y los tres se alejan definitivamente. Tony les despide saludándolos con la mano)
(cuando han desaparecido de la vista, Tony se encamina a un mostrador; al fondo se oye un altavoz)
ALTAVOZ: Último aviso para los pasajeros con destino a Los Ángeles.
T: (a la azafata del mostrador) ¿Cuándo sale el próximo avión para Los Ángeles?
*************************
(avión, zona de primera clase. Una auxiliar de vuelo sirve champán a Laura y a Steele; se aleja a continuación)
L: A partir de ahora todo irá como una seda.
S: Terminaremos en Los Ángeles lo que empezamos en México.
(brindan con las copas y a continuación intentan beber de ellas entrelazando los brazos, pero no lo consiguen; la copa no les llega a la boca. Se echan a reír)
S: Probemos de nuevo.
(prueban a hacerlo con el brazo contrario, pero el resultado es el mismo. Laura entonces comienza a reírse más fuerte. Steele se vuelve hacia ella y le da un beso en la sien, mientras ella no para de reírse)
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