Si los Beatles no se hubieran separado
por Guilletek
Capítulo 3: "Parto doloroso"
Se
lo habían vuelto a hacer. George estaba solo en el estudio, Ringo y Phil
Spector estaban con él, pero sabía que sin John y Paul esa reunión no valía
nada. A pesar de que hacía años que no era feliz en la banda, Harri tenía el
mejor material que había compuesto en su vida. Con frecuencia bromeaba con
amigos afirmando que tenía canciones para editar un álbum triple... Estaba
convencido que, si John y Paul escuchaban los temas, podría incluir más
canciones de lo habitual en el nuevo disco.
Pero ni siquiera estaban allí para oirlas.
-”Lennon
y McCartney…”, musitó.
Los días pasaron. John, George y
Ringo trabajaron en canciones de Lennon durante dos semanas. Las grabaciones
fueron fluidas; tras el exquisito barroquismo de “Abbey Road”, ninguno de
ellos quería aplicar demasiados artificios. George estaba grabando una pista de
bajo tras concluir sus guitarras. El ambiente, aunque tenso, fue muy profesional
y las tomas finales de “Gimme some truth”, “Imagine”, “Jealous guy”,
“Oh my love” y “Love” estaban prácticamente listas.
Dedicaron el último día de la semana a montar una
canción de George, “Wah-Wah”… John y Ringo se sentaron en el suelo y
compartieron el último cigarro que les quedaba, Harrison estaba grabando las
voces. La letra aludía directamente a Paul, a su condescendiente y casi
dictatorial forma de actuar con el más joven del grupo. George cantaba con
energía, sintiendo cada palabra de lo que decía…, buscó una mirada complice
de Lennon pero no la encontró. Todo lo contrario.
John salió de la sala. Yoko, que había permanecido todo
el rato sentada junto al amplificador de John, siguió los pasos de su amante
con la mirada y, tras verlo salir, buscó desesperadamente un gesto de George.
George siguió cantando y entonces lo vio claro…
-”Lennon
y McCartney”…
John buscó un teléfono…
-”¿Diga?
-“Linda…, Soy John. Me gustaría hablar con Paul”
-“Eso no va a ser posible”
-“¡Maldita sea!, ¡No me jodas!, ¡Pásale el puto
teléfono y no te entrometas!”
-“John…, no lo entiendes”
John escuchó como la voz de Linda se entrecortaba
-“Estaré allí en un par de horas”, dijo John
Antes de que consiguiera colgar, John escuchó como Linda
rompía a llorar.
Linda llevaba días sin dormir. Hacía dos semanas que
Paul era una especie de muerto viviente. Apenas dormía, casi no comía. En ese
tiempo no había oído su voz si no era cantando.
Dos semanas atrás llegó a casa con un estudio
portátil,
-”Tengo mucho trabajo, no me molestes”
Los días pasaron. Su marido se fue convirtiendo en un
extraño. Grababa música a cualquier hora del día, con frecuencia de
madrugada, sin importarle que ella o las pequeñas estuvieran durmiendo y se
encolerizaba si alguna de las niñas lloraba. La casa estaba impregnada de su
olor, había abandonado cualquier tipo de higiene. El pelo que solía lavar
todos los días, era ahora algo parecido a un animal muerto. Y los malditos
polvos blancos…
John llegó pasadas las nueve de la noche.
-”Está dormido”.
-“Está bien… ¿puedo pasar?”
-“Claro, entra”
John besó a Linda en la mejilla e hizo un par de
carantoñas a la pequeña Heather. La niña disfrutó el gesto.
-”¿Dónde está?”
-“Creo que en el sótano…”
El olor a sudor impregnaba la estancia, había restos de
comida por todos sitios. Paul estaba encima de una manta, en una esquina, hecho
un ovillo. La máquina de grabación con la inscripción “Propiedad de EMI”
estaba encendida. John no puedo reprimirse, se puso los auriculares y pulsó el
botón de reproducción.
Era “Maybe I’m amazed”, la canción que había
escuchado semanas atrás. Estaba acabada. Reconoció a Paul a la batería…, y
su inconfundible estilo en el toque de guitarra…, lo había hecho, había
grabado todo. Se entristeció. Aún con todo, la grabación era buena y John
enseguida comenzó a disfrutarla. Pasó la cinta hacia delante…
La siguiente canción estaba marcada en la cinta como
“Another day”…, ”Eres inconfundible Macca…” sonrió John mientras
escuchada los primeros acordes de uno de esos típicos temas pop made in
McCartney… Se dispuso a cambiar la cinta cuando algo le sobresaltó.
Paul estaba a su espalda…
-”No te gusta… ¿no?, dijo Paul frotándose
insistentemente la nariz.
-”Maybe I’m amazed es buena…
Cuando Paul levantó el rostro, John dio un paso hacia
atrás. Estaba irreconocible. ¿Cómo puede cambiar alguien tanto en apenas dos
semanas?
-“¿Qué te estás haciendo?”
-“A ti que te importa”
-“Tienes que dejar esa mierda…, piensa en tus
hijas…”
-“¿Pero tú quién eres para dar consejos?, Paul alzó
la voz
-”Paul…”
-“No estoy haciendo nada que tú no hayas
hecho…¿qué pasa?, ¿el gran Lennon no lo aprueba?, ¿el “lider de la
juventud” está escandalizado?, que te jodan John, que te jodan…”
Paul se sentó y se encendió un cigarro. Aspiró
profundamente sin levantar la vista del suelo.
-”Another day apesta…, pero supongo que será la cara
A de algún single, dijo John poniendo la máquina de grabación en marcha de
nuevo. “Dear
boy” .
Paul comenzó a reir.
-”Mira que eres gilipollas…”,
dijo Paul sin poder reprimir las carcajadas.
John se acercó a él y le rodeó con el brazo…
-”Mira Paul, las cosas no van a volver a ser como
antes…, ya no habrá más Lennon y McCartney…, a mí me gusta esto tan poco
como a ti pero estamos atrapados… No te jodas la vida, pronto acabará todo…
Dentro de unos años nos reiremos de esto, ya verás…”
Paul miró fijamente a John, quería decir algo pero John
se lo impidió…
-“Paul, tío, te quiero… Pero tenemos que pasar
página”
Paul asintió y bajo la cabeza.
La cinta había llegado a su final.
-“Esta me ha gustado, pon el resto…”
-“hmmm, estaba pensando…” dijo un sonriente Paul.
John entendió rápidamente a Paul y se alegró
profundamente al ver su clásica sonrisa de conejo…
-”¿Qué coño?, ¡¡Por los viejos tiempos!!”
Paul cogió dos guitarras y acercó una a John –tenía
una para diestros con la que intentaba enseñar a Linda a tocar-. Se sentaron
frente a frente. Paul comenzó a tocar un rock que sabía gustaría a John…
”Oh woman oh why, why, why…
John se acopló enseguida a la canción. Ambos se miraban
fijamente. Directamente a los ojos. El mundo podría haberse ido a pique en es
mismo momento, no se habrían dado cuenta.
A la mañana siguiente, Linda acompañó a John a la
puerta.
-“Gracias John”
-“Esto no ha cambiado nada, no te engañes… Es mejor
dejarlo así. El sueño ha terminado”
Linda miró hacia el suelo mientras John se alejaba…
Antes de llegar al coche se dio la vuelta y susurró:
-”Cuídalo”
-“Tranquilo”, dijo Linda esbozando una triste
sonrisa.
John se introdujo en el coche y depositó un acetato en
el asiento del copiloto, la portada rezaba “Oh Woman Oh why / Mother”
Arrancó.
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