Si los Beatles no se hubieran separado
por Guilletek
Capítulo 4
No
es fácil estar siempre en medio. Resultaba agotador intentar mantener siempre
la balanza equilibrada, más teniendo en cuenta que, a pesar de sus esfuerzos,
la banda estaba rota. Hacía aguas por todos sitios. Sin embargo, Ringo sabía
que era su función. Al fin y al cabo, era el mayor ¿quién iba a hacerlo si
no?
-”La verdad es que son muy buenas”
Ringo había escuchado, durante casi dos horas, la enorme
cantidad de canciones que George tenía guardadas en la cabeza.
-”De todas formas…, no creo que los chicos quieran
alterar ahora la Norma”
-“¿La Norma?, ¡Estoy hasta los santísimos de la
Norma!, ¿Y tú?, ¿Qué dices?, ¿No tienes opinión?, … ¡Has dicho que te
gustaban!, ni siquiera has escuchado sus canciones y ya vetas las mías”.
George estaba fuera de sí.
-”No las veto…, sólo digo que…”
-¡Qué sólo puedo meter dos!” interrumpió Harrison
dejando la guitarra a los pies del sillón. ”Estoy muy cansado Ringo, esto no
me hace feliz y no sé porque tengo que soportarlo”
George encendió un pitillo. Ringo
se levantó y se acercó al piano, empezó a tocarlo torpemente…Re, La menor,
Do, Sol, Re…
”You got to pay your dues if you want to sing the blues
And you know it don't come easy”
George levantó la mirada y sonrió. Ringo
le guiñó un ojo y siguió cantando. George se acopló con la guitarra.
-”Es buena…”, dijo George una vez hubieron
terminado la canción…
-”Sí…, lo sé. Y…, ya ves, me conformaré con
incluir una…”, contestó engolando la voz y fingiendo una postura altiva.
George recibió bien la broma…
-”Entiendo…, Lennon y McCartney ¿no?”
-“Siempre fue así, amigo, siempre fue así…” dijo
Ringo mientras se acercaba a su amigo, “No lo estropees, queda poco, ten
paciencia…”
George asintió…
-”Serás…, joder, ¿has pensado en meterte a
Maharishi…?”
Ambos rompieron en risas.
***
John estaba exultante aquella tarde. Salió de casa con
tiempo para poder conducir un rato antes de llegar al estudio… La reunión con
Paul le hacía sentir mejor aunque, él mejor que nadie, sabía que nada volvería
a ser lo mismo. Una vez cubrieran todas sus deudas, los Beatles serían
historia… En cualquier caso, le reconfortaba pensar que, pasados los años,
podría tomar el té con Paul y Linda… ¿o no?. ¿Mejoraría la relación de
los chicos con Yoko?, ¿por qué la odiaban tanto?, hasta ahora habían
respetado sus decisiones, ¿por qué ahora no?
Tenía claro que Yoko era, sin lugar a dudas, lo más
importante en su vida. Todo lo demás era secundario…
”Oh Yooooko…
My love Hill turn you oooon
Terminó de tararear la melodía mientras aparcaba el
coche. Era una melodía sencilla, un poco al estilo de sus primeras canciones…
”Podría meterla en el disco…”, pensó.
Cuando entró en el estudio, la melodía seguía rondándole.
No se la podía sacar de la cabeza.
-”Chicos…, vamos allá… Cuatro por cuatro… Do
sostenido, sol sostenido, si menor bemol…, gritó John arrojando el abrigo al
suelo y enfundándose su Epiphone Casino. ”Rápido…, se me va a ir de la
cabeza”
George y Ringo se miraron sorprendidos, dejaron sus tazas
de té y se dirigieron a sus instrumentos.
-“Un, dos tres…”
En
un par de compases, los tres músicos se acoplaron
”In the middle of the night
In the middle of the night I call your name…"
Sonaba
bien, George y Ringo se sonrieron mutuamente.
”Oh Yoooko…"
George dejó de tocar…, John le miró desafiante.
-”¿Oh Yoko?, ¿esa es la letra?, ¿de qué vas?
-¿Cúal es el problema?, ¿prefieres que diga Oh
Michelle, Oh Rita, Oh Jude, Oh Julia…?, estáis paranoicos”, dijo John sin
excitarse.
-“Pero es que ella…, tío, ¿por qué está siempre
contigo?, ¿por qué tiene que venir al estudio?
-“¿La ves aquí?, tranqui, George, tranqui…No veas
fantasmas, Yoko viene cuando quiere…¿Te he dicho yo algo porque trajeras a
Eric o a Billy?”
-“No me jodas, John, eso es distinto, venían por la música…”
-“Ella también…, la necesito a mi lado…, es mi
musa”
George resopló y decidió terminar la conversación.
-“Vale…, está claro…”
Siguieron ensayando durante un par de horas. Probaron la
canción de Ringo –“It don’t come easy”- y trabajaron en una de George
“My sweet Lord”,
-”Ves Georgie, tú te traes a Dios contigo siempre y yo
no me quejo…”, bromeó John.
-“Eres un mamón…”, exclamó Harrison entre risas.
De repente alguien entró, todos se giraron en dirección
a la puerta. Era Paul.
Tenía buen aspecto. Entró como si nunca hubiera pasado
nada. Traía una caja bajo el brazo.
-”Chicos, aquí están mis canciones”
Paul dejó la caja sobre un piano. Sacó una hoja de
papel del bolsillo de la chaqueta y se lo pasó a Ringo.
-”Son
los títulos”, dijo Paul
“Maybe I’m amazed”, “Another day”, “Dear
boy”, “The back seat of my car”, “Heart of the country” y “Junk”
-”Hay otra, pero la tiene John. Se
titula…”
-“Oh woman oh why”, interrumpió
Lennon, ”Paul me la mandó por correo”
John miró a Paul rogándole que corroborara su versión.
Paul asintió.
-”¿Están acabadas?”, dijo Ringo con tristeza.
-“Sí…”, Paul vio como el batería miraba al suelo,
”aunque si queréis repasarlas…”
Ringo sonrió sin dejar de mirar al suelo.
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