Si los Beatles no se hubieran separado

por Guilletek

Capítulo 6


Klaus Voorman era un viejo amigo de John. Habían pasado varios años desde que se conocieron en Hamburgo. Siglos para John. De hecho, el alemán se consideraba parte de la “Corte Beatle” aunque su relación con Lennon era mucho más estrecha que con el resto.

Esa noche John necesitaba un amigo.

Tan pronto como hubieron terminado la sesión, cada uno se fue por su lado. Paul se quedó en el estudio hablando con Spector sobre unos arreglos orquestales para ”The back seat of my car”. Todos se sorprendieron de que Paul aceptara la sugerencia del productor.

John se acercó a una cabina y marcó el teléfono de Klaus.

-“Soy John…eh…¿me preguntaba si te apetecería una copa?,… sí…, ya sé que es tarde…, bien…, entonces nos vemos en media hora”

Colgó.

El pub en el que habían quedado quedaba lejos, demasiado para ir andando. Paró un taxi. Mientras avanzaban por la ciudad, repasó una a una las canciones de la cinta de Paul…

“Maybe I’m amazed”… John amaba esta canción. Querría hacerle una voz baja a Paul, pero jamás se lo iba a pedir…, se sorprendió canturreando…

”Maybe I’m a man
Maybe i’m a lonely man who’s in the middle of something”



“Another day”…, era uno de esos temas de Paul que a John le ponían enfermo. Reconocía su valía musical, pero no podía soportar que desaprovechara su talento en lo que el llamaba “canciones para abuelitas”…

“Dear boy”…, ese sí era “su” Paul… La canción era redonda, perfecta en su concepción. Cerró los ojos recordando sus mareantes coros. Se retorció en el asiento del taxi al recordar la voz de Linda en la canción… “Me ha devuelto la pelota por “Bungalow Hill”, pensó.

“The back seat of my car”…, John pegó su frente al cristal de la ventanilla y recordó la melodía… Phil había convencido a Paul para añadir un arreglo orquestal a la canción. McCartney había aceptado a condición de supervisar el trabajo de Spector en todo momento. Aún estaba receloso por “The long and winding road”.

“Heart of the country”…, a John le gustaba el toque jazzístico del tema pero odiaba la letra… “Tío, has escrito “Eleanor Rigby” y “Hey Jude”…, ¿cómo puedes escribir estas letras de campamento”

“Junk”…, esta ya la conocía. Era una de los centenares de canciones que surgieron en la India. Melosa y preciosa…”Muy tuya, Paul, muy tuya”

-”Señoor…, ya hemos llegado”, interrumpió el taxista.

John se sobresaltó. El viaje le había resultado muy corto. Estaba absorto en sus pensamientos. Pagó y se apeó del coche.

Klaus esperaba en la puerta del pub. Estrecharon sus manos en señal de saludo y entraron.

-”Neceesito una copa”
-“Ya lo veo…”


Klaus pidió dos güisquis con Coca-Cola.

-”Así que los Cuatro Jinetes cabalgan de nuevo…”, dijo Klaus mientras levantaba su copa.
-”Mas o menos…”

John cambió de tema en cuanto pudo. Hablaron de los viejos tiempos, de Hamburgo, de Astrid, de Stuart… Las horas pasaron entre risas y un continuo ir y venir de copas. Era tarde. El camarero se negó a cobrarles en cuanto consiguió un autógrafo de John… Mientras se marchaban, oyeron como a sus espaldas el barman silbaba “Ob-la-di, ob-la-da”… John sonrió irónicamente, parece que las “canciones de abuelita” tenían su público…

Yoko saltó de la cama cuando oyó a John entrar en casa. Estaba preocupada. Era muy tarde.

-”¿Dónnde has estado?”

John no contestó. Se abalanzó hacia ella y la abrazó con todas sus fuerzas escondiendo la cabeza en su pecho. Estaba temblando.

-”No tte preocupes Johnny, mamá cuidará de ti… No dejaré que te hagan daño…Nadie te hará daño”

John estaba profundamente dormido.

Cuando Paul salió del estudio estaba casi amaneciendo. Decidió caminar un rato. El arreglo que habían preparado para su canción le había satisfecho. Cuando Spector se hubo ido, McCartney se había quedado repasando las cintas ya terminadas del resto… Volvió a escuchar de nuevo todas las canciones, en especial las de John. Eran magníficas.

Se estremeció recordando el preciosista arpegio de ”Oh my love”. John podía componer melodías preciosas cuando quería.

Comenzó a llover.

Paul se refugió en un porche y se agarró el cuello de su abrigo intentando impedir que el frío dañara su garganta. Tendría que esperar allí un rato. Mientras aguardaba a que cesara la lluvia se sorprendió silbando “Love”

-”Jodeer…”, pensó, ”¡Qué bonita!”

Recordó vagamente la letra y sus brillantes juegos de palabras… John era un mago a la hora de escribir… Entonces sintió una punzada en el estómago al recordar la canción que John le había “dedicado”… ¿De verdad John pensaba todo aquello sobre él?

La lluvia comenzaba a cesar. Las calles estaban completamente vacías. Paul pasó junto a un empleado municipal de limpieza de calles… Tendría unos cuarenta años y silbaba alegremente el estribillo de “I am the Walrus”… Paul no pudo evitar sonreír…

-”El ssueño se ha acabado”, pensó.


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