It's Only Love

por Sadie

"Capítulo 10: The End"


And in the end

The love you take

Is equal to the love

You make...

Dos días después de aquella pela con John fue el estreno de "Help!". Ana y yo llegamos en taxi, todo había sido arreglado, como siempre, por Brian. Nos habíamos comprado un traje especial para la ocasión. Mis padres me habían tenido que enviar dinero de España porque se me estaba acabando y no quería, me negaba, a decirle nada a John. Yo no quería a John por su dinero, le quería a él, así que decidí buscarme yo la vida. ¡Me encontraba tan rara en el traje que me había comprado! Era negro y largo de terciopelo y le acompañaban guantes por encima del codo. ¡Me sentía como Hayworth en "Gilda"! Pasamos dentro del cine con Brian y subimos a uno de los palcos que había en el centro. Los Beatles, por supuesto, iban a ocupar uno de los palcos principales junto con la princesa Margarita y su marido Lord Snowdon.

Llevábamos sentadas ya un rato cuando de repente oímos que la multitud se ponía a gritar enfurecida. Incluso dentro del cine los gritos parecían que salían por altavoces de cantidad de decibelios. Yo decidí asomarme a la puerta del cine para ver lo que pasaba, aunque me imaginaba que serían los Beatles que llegaban.

- "¿Dónde vas, cotilla?", me preguntó Ana. Yo sólo le sonreí y le indiqué que se callara con un gesto. Salí a la puerta del cine asomándome solo para que nadie me pudiera reconocer, y allí los vi.

Lo primero que vía fue a una chica preciosa, que no era Pattie, con un vestido blanco maravilloso. Luego vi que Paul se acercaba a ella y la cogía de la cintura, así que me imaginé que debería ser Jane Asher. Durante un segundo, o incluso menos, pero lo suficiente como para que yo misma me sorprendiera, sentí celos. ¡Celos de Paul! No me lo podía creer... Era John el que me gustaba, pero con Paul tenía una amistad muy bonita que no había podido continuar desde que estaba en Inglaterra. Seguramente era por Jane Asher. Luego vi a John que también cogía por la cintura a Cynthia. Y ahí sí que me entraron celos de verdad. Según el día que fuera, Cynthia estaba más o menos guapa, y ese día, definitivamente lo estaba. ¡Y no se soltaba de la cintura de John! John iba guapísimo, con un traje de pajarita y el pelo tapándole prácticamente los ojos. Ese hombre era mío, lo había tenido, y podría tenerlo las veces que quisiera. Si tenía que luchar por él contra Cynthia o contra cualquiera que se me pusiera en el camino, lo haría. Maureen estaba también con Ringo. Había elegido un traje negro que le disimulaba su embarazo. Según me había dicho John estaba de siete meses, y su figura ya no era precisamente la de una sílfide.

Tras posar para los fotógrafos durante más de cinco minutos, se comenzaron a mover hacia dentro del cine. Me fui corriendo hacia la sala donde se iba a proyectar la película y busqué a Ana.

Le sonreí y durante un rato esperamos a que entraran los Beatles en la sala. Por fin entraron, el público asistente se levantó y aplaudió. No sé si John me vio o no, pero desde luego, si lo hizo, no me lo hizo notar.

Por fin se apagaron las luces y comenzó la película. ¡Qué divertida! Era de lo mejor que había visto nunca. Quizá no fui lo demasiado objetiva al estar completamente enamorada de uno de los protagonistas, pero realmente la película me gustó mucho. Noté varias diferencias con respecto a "A Hard Day’s Night". Primero, era en color, lo cual reflejaba exactamente como eran los Beatles (el color de pelo de John era más claro de lo que mucha gente se cree), después noté también que el argumento era ficticio, es decir, más tipo película. Ringo tenía un anillo que le había mandado una fan oriental, que se suponía que era un anillo de sacrificio, con lo cual, el que llevara ese anillo, debía morir sacrificado a las cinco de la tarde. Y por último, y respecto a lo que a mí me importaba más en el mundo, John había madurado bastante con respecto a su película del año anterior. Lo veía, no sólo más seguro de sí mismo, si no que empezaba a distanciarse de George, Paul y Ringo en su forma de vestir, actuar y pensar. Mientras veía la película, no podía creer que realmente ESE hombre era con quien estaba teniendo una relación.

Cuando terminó la película, el público se levantó y aplaudió. Ana y yo esperamos a que saliera casi todo el mundo de la sala. No sabíamos qué iba a pasar a continuación. Yo quería hablar con John, verle, comentarle cosas de la película, y comenzaba a dudar que esta noche lo pudiera hacer. De repente vimos que se nos acercaba Neil Aspinall.

Pues eso hicimos, salimos a la entrada del cine y esperamos. Aún se veía barullo de gente que entraba y salía de todas partes, pero no había ni rastro de los Beatles ni de todo su séquito de acompañantes. Finalmente vimos que Neil se acercaba a nosotras. Le miré con cara de pregunta.

- "Come with me. Mal, Brian, Ana you and me are going all in one car. See how you’re invited?"

Miré a Ana. ¡Nos íbamos a una fiesta privada! La noche prometía.

â â â â

La fiesta se celebró en una habitación del hotel llamada "Orchid Room". Había camareros sirviéndonos comida por todos lados y bebida, por supuesto. El nuevo disco de la banda sonora de la película, "Help!", que aún no había salido a la calle, no paraba de sonar y no paró en toda la noche. Por supuesto, ellos lo tenían, para eso era suyo. Un par de veces me pasé por delante de John aprovechando momentos en que Cynthia no estaba. Él me miraba y me rozaba con su mano el brazo o me hacía alguna señal para que me diera cuenta de que sabía que yo estaba allí.

Cuando ya la fiesta estaba bastante avanzada, todos los que estabamos allí nos dimos cuenta de que Cynthia no se encontraba muy bien. John se empeñó en que Alf la llevara a casa, así que de repente, me vi con el campo libre. Sin que le importara nada ni nadie de los que allí había, John se acercó a mí en un momento en que sonaba una canción lenta del disco y me susurró al oído:

- "We’re finally free!", se acercó a mí y me besó. Yo le ofrecí la mejilla pero él fue más rápido y me pilló la boca. Vi como algunas mujeres susurraban: "Oh, poor Cyn", pero supongo que conocían a John y nadie se atrevía a decir nada. La suerte que tuvimos es que, al ser una fiesta privada, no había fotógrafos por allí, si no, la cosa se hubiera puesto muy fea.

Ya no me dejó en toda la noche. Me presentó como una amiga española que conoció en el 63 cuando había ido con Brian a Barcelona y que había ido a pasar el verano allí. Me sentí un poco avergonzada, sobre todo cuando me presentó a Jane Asher y Pattie. No es que me sintiera inferior ni nada parecido, pero eran tan guapas, tan perfectas, que no sé qué pintaba yo allí. Durante toda la noche hubo también un inmenso olor a porro. Ana y yo intentábamos mantenernos totalmente apartadas de aquellos cigarrillos de mariguana , pero aún así, el olor era tan fuere que nos llegaba bastante. John sabía que a mí no me gustaba aquello, así que cuando se separaba de mí y tardaba un rato largo en volver, sabía lo que había estado haciendo. Luego venía con los ojos brillantes, y partiéndose de risa ante cualquier cosa que alguien dijera. O simplemente, miraba a Ana, o a mí, y se reía sin motivo alguno. Tras la subida del porro, luego venía el bajón, donde John se tenía que sentar y miraba al infinito o simplemente, ponía los pies encima de otro sillón y empezaba a hablar con Paul o con George. Tras el bajón, volvía a ser el John de siempre. Tras uno d esos bajones, John se acercó a mí.

John volvió con las bebidas. Me dio la coca-cola.

                     Al decírmelo me apeteció. Así que le dije.

Sin decir absolutamente ni una sola palabra más, me tendió el vaso. Tenía sed así que me lo bebí de un trago prácticamente. John me miraba y me sonreía y de repente se acercó a besarme. Le besé con muchísima pasión. Pero el beso me supo raro, debido a que su boca sabía a yerba. No sé si fueron los efectos del whisky, o los efectos de la marihuana o qué pero cuando se separó de mí algo raro sucedió. La cara de John cambió de repente a la de un antiguo novio que yo había tenido. ¡Qué raro! ¿Qué me estaba pasando? Miré a mi alrededor y la gente ya no era gente, de repente, todos tenían cuerpos humanos pero cabezas de animales. Jane se había convertido en un ciervo y Paul en un gato. Ana era un conejo y así todo el mundo. Me empece a asustar mogollón.

- "¡Dios mío! ¿Qué me está pasando?", no podía ni siquiera hablar inglés. Quería salir de allí, algo me habían hecho. John ya no era John, era mi antiguo novio, se había puesto incluso mucho mas gordo. Quería gritar. Lo ultimo que oí antes de desmayarme fue:

- "What the fucking hell have you done to her?", después perdí la conciencia y me caí al suelo.

Cuando me desperté vi a John, Paul y Ana mirándome fijamente. Yo estaba tumbada en una cama, pero no sabía ni donde estaba.

- "She’s coming round!", oí decir a John. Me cogió con sus brazos y me abrazó. "Oh, luv, I’m so sorry!"

¡Oh, Dios mío! Lo que me faltaba. No sólo tenía que aguantar el humo del porro, si no que encima me había bebido sin querer un ácido. Había estado alucinando con L.S.D. Se suponía que el ácido iba para John, pero él no lo sabía tampoco, así que cuando yo me bebí su bebida, empecé a sentir los efectos del alucinógeno. El viaje no me gustó en absoluto. Me encontraba mareada, me dolía la cabeza, había perdido uno de los guantes del vestido y el maquillaje se me estaba corriendo por la cara. ¡Debía estar hecha un desastre! Era increíble que John todavía me hablara con la cara que debería de tener.

- "We’d better get home, Vicky", me dijo Ana. Sí, yo también creía que era lo mejor. John se vino con nosotras en su Rolls Royce conducido por él mismo. Durante el camino hasta el norte de Londres, donde vivíamos Ana, Lina y yo, pude pensar muchas cosas. Esto era ya lo último que me podía pasar. Podía aguantarlo todo, el hecho de tener que ser la segunda en relación con Cynthia, no poder ver a John cuando quería e incluso pasarme días y días sin verle por cualquier razón. Pero lo que ya no podía aguantar era que me drogaran. Sabía que no lo había hecho a propósito, pero seguramente eso era lo que me esperaba de ahora en adelante. Sabía que John fumaba porros, pero L.S.D. eran ya palabras mayores. Pensé aún más: ¿Era esto lo que yo quería? Estaba claro que quería a John, pero ¿estaba dispuesta a aguantar también todo lo que le rodeaba? Yo venía de un pequeño pueblo de Valencia, ni siquiera fumaba, ¿debería acostumbrarme al estilo de vida de John aunque no me gustara? Yo quería a John, pero a él solo, no a toda la mierda que le rodeaba. Bueno, esto no era una cosa que se podía decidir a las 3.00 de la mañana en un coche y todavía alucinando por los efectos del L.S.D y el porro. Esto necesitaba pensarse con calma.

Cuando llegamos a casa y Ana se bajó del coche a abrir la puerta de casa, yo le dije que subiera y me esperara porque tenía que hablar con John.

- "Yes, luv, I know. Sleep tight. We’ve got some rehearsals tomorrow and afrerward we’re going to Blackpool. But I’ll see you before".

- "No, John, I need a rest from you", nunca creí que podría decirle esto a la persona que más quería en el mundo. Pero necesitaba dejar de verle durante un tiempo. Y no verle sabiendo que más tarde o más pronto le volvería a ver, si no que necesitaba estar con él como si hubiéramos roto para siempre. "I mean, I know you’ve got an American tour soon, in August I think it is, right?", hizo un gesto de asentimiento con la cabeza, "all right, I think we’d better split up and see what happens when you come back to England".

La cara de John no tenia precio. Estaba totalmente asombrado, como si esperara que de un momento a otro le dijera que era una broma y los dos nos empezaríamos a reír.

- "John, you’re still with Cyn and I don’t want her to suffer because of me. I can’t put up with this any more. And then it’s this bloody shit of the L.S.D. and pot. Oh, John, I’m not that kind of girl". Por fin me atreví y le dije mis sentimientos, lo que sentía por él. Creo que el L.S.D. todavía tenía efectos en mí. "I love you so much, John, that it hurts... It hurts when I see you with her, it hurts when I want to make love to you and I can’t. I love you, John, more than I’ve ever loved before or I’ll be able to love".

John no decía nada. Yo no esperaba que me rogara que me quedara o algo así, pero tampoco esperaba esa indiferencia.

Ni siquiera me acerqué a besarle. Abrí la puerta del coche y me fui a casa. Cuando vi alejarse el Rolls por la estrecha calle, se me hizo un nudo en la garganta. Se me iba lo que más quería. No sabía si le volvería a ver en persona. Sabía que escucharía su música y le vería en la tele, incluso me seguiría comprando sus discos, pero. ¿Le volvería a ver? Con lágrimas en los ojos, me subí a casa.


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