It's Only Love
por Sadie
"Capítulo 16: In my Life (II)"
There are places I’ll remember all my life
Though some have changed
Some forever not for better
Some have gone and some remain...
La mañana siguiente me levanté con un poco de dolor de cabeza. No había bebido nada, así que debería de ser de todo lo ocurrido ayer y del humo de los porros que se te meten por la nariz sin que te des cuenta. Miré el reloj y vi que era más tarde que nunca. ¡Eran las 2.00 de la tarde! ¿Por qué nadie me había llamado? ¿Dónde estaban todos? Estaba segura de que Cynthia no podía estar durmiendo todavía.
Miré al suelo y vi a Pete durmiendo a pierna suelta. No quería despertarle así que me metí en la ducha y cuando ya estuve arreglada bajé a desayunar. Dot había preparado tostadas y café. Pasé de los cereales y me fui a por las tostadas. Hacía un día algo raro, amenazaba lluvia, así que no salí al jardín ni a la piscina. Me fui al comedor. Era raro... No había nadie.
Puse la tele, las noticias sobre todo, aunque tampoco es que me interesara todo mucho. De repente oí la puerta de la calle y vi que entraban Cynthia, Julian y una señora algo mayor (bastante mayor). Cynthia llevaba varias bolsas y maletas. Me levanté para ayudarlas. Pero en ese momento el adorable Julian se echó hacia mí con los brazos extendidos para jugar conmigo. Lo cogí en brazos y le di un par de besitos, pero al momento lo volví a dejar en el suelo porque quería ayudar a Cynthia y a la señora que la acompañaba:
Le devolví el saludo. Descargó las bolsas en el suelo y llamó a Dot y su marido para que se llevaran las bolsas al cuarto que esta señora iba a ocupar. La señora insistió en dejar con ella dos o tres bolsas que no dejó que se llevara el servicio. La señora en cuestión me miraba interrogativamente. Cynthia se dio cuenta:
- "Oh, mum! This is Vicky, Pete Shotton’s girlfriend. Do you remember Pete, John’s friend in Liverpool?"
- "Yes, I do remember that scum. Well, Vicky, you seem too nice to be in love with that naugthy little boy".
- "Well, mam", dijo Cynthia, "he's not a boy any more. He’s a respectable policeman and she is his lovely girlfriend. Vicky, this is my mum".
No sabía si darle dos besos, la mano... No sabía las costumbres de los ingleses al presentarles a alguien mayor. Vi que ella me extendía la mano, así que le di la mano.
No sabía qué hacer. La mujer no me parecía muy agradable, y yo era la primera vez en mi vida que la conocía, así que no me nacía llamarla Lil.
- "She’s come back from some holidays in the north. Oh, mum, it’s so good to have you back".
Oímos unos pasos que bajaban la escalera. Era Pete, todavía medio dormido y con el pelo revuelto. Cuando lo vi, el corazón me dio un vuelco. Teníamos que hablar de lo que había pasado la noche anterior. Pete saludó a los presentes sin ni siquiera reparar en que había una nueva persona en la casa y se metió en la cocina. No había ni rastro de John por ningún lado. Pensaba que se había ido con Cynthia, pero al no verle volver con ellas, quise saber donde estaba. Intenté preguntárselo a Cynthia sin sonar demasiado interesada en saberlo.
Vi a Lillian hacer una mueca de desagrado.
- "Oh, he’s gone to Paul's to sort things out. Poor Paul... And John really didn’t mean it. He regrets having hurt Paul".
- "God only knows how far that scum may have gone this time", fue el comentario de Lilian. No parecía que a la madre de Cynthia le cayera muy bien John. Y eso que estaba viviendo en su casa. Era algo que desde fuera se notaba de manera bastante notable.
- "Oh, mum, if only you made an effort to like him a little. He’s not that bad and I... I love him like mad".
El corazón y el estómago me dieron un vuelco a la vez. Cynthia le amaba, y yo... Pero ella tenía pleno derecho sobre él, no como yo, que sólo podía fingir que era una conocida.
Eso fue lo último que la señora Powell dijo antes de coger un par de maletas y encaminarse escaleras arriba. Cynthia cogió a Julian y la siguió. Yo entonces decidí ir a la cocina a hablar con Pete.
Estaba sentado en la mesa bebiendo café. La luz de la mañana le hacía brillar el pelo de manera extraordinaria y me asustaba yo misma de pensar que esa imagen de ángel que veía en Pete me gustaba cada vez más. Me senté en una silla junto a él a observar como se tomaba el café. De cerca era el típico norteño pecoso, con la piel tan pálida que unos meros rayos de sol le hacían enrojecerse como un tomate. Era extraño que John y él vinieran del mismo lugar porque no se parecían físicamente en nada. De repente se giró hacia mí y me dijo:
¡Vaya! ¡Pues claro que me apetecía! John no me hacía mucho caso. Creo que se estaba hartando de mí o algo así. Cada vez que pensaba eso el corazón me daba un vuelco, pero era la realidad. Así que acepté.
Le miré directamente a los ojos y él me mantuvo la mirada durante unos segundos. Luego volvió a su café y añadió:
Ni siquiera se me había pasado por la cabeza el hecho tan obvio de que Pete tendría una vida en Liverpool igual que yo la tenía en España. Pero el pensamiento de quizá no volverle a ver nunca más hacía que se me pusiera un nudo en la garganta. Sabía que si quedaba bien con John, aunque dejáramos de ser amantes, estaría en contacto con él, pero aún así no me gustaba la idea de no volver a estar con él.
- "I must go back to the police department on Monday. I’ve been on leave for more than two weeks now. It’s time to go back to my duties".
Entonces no había tiempo que perder, teníamos que aprovechar el máximo de tiempo juntos.
Subió para cambiarse y yo fui detrás de él una vez hubo bajado. Esta vez me dejé de minifaldas y de botas altas, no tenía que impresionar a nadie. Esta vez era yo misma, yo y Pete, así que me decidí por unos vaqueros y unos zapatos cómodos que me permitieran recorrer la ciudad sin cansarme demasiado.
Cuando bajé, todavía no había ni rastro de John. Supongo que habría aprovechado, ya que estaba con Paul, y estarían escribiendo algunas canciones. Cynthia y Lilian estaban charlando en la mesa del comedor. Pete esperaba sentado en uno de los sofás. Cuando me vio se levantó. Le dijimos a Cynthia que no llegaríamos hasta la noche. Nos despedimos y salimos.
Fue un día increíble. Visitamos el Museo Británico y el National Gallery. Después nos fuimos al museo de cera de Madamme Tusseaud, donde por enésima vez vi a los Beatles. Ninguno de los dos hizo fotos. Desde luego mi cámara iba a volver intacta a España puesto que no había hecho ninguna foto a los Beatles desde que les conocía. Siempre se me olvidaba, supongo que debido a las emociones del momento. Fuimos a ver también el Big Ben, que quedaba relativamente cerca del museo. Cuando ya estuvimos cansados y hambrientos decidimos ir a comer a un restaurante. Nos decidimos por una pizzeria. ¡Era maravilloso poder sentarse en la mesa que quisieras sin miedo a ser reconocido, o sin miedo a que alguien le pudiera ir con el cuento a la mujer de la persona con la que estabas! Además, también era todo un placer poder elegir el restaurante que quisieras, y no tener que decidirlo Brian por ti.
El camarero vino a por nuestro pedido. Era italiano. Ni Pete ni yo hablábamos ni pizca de italiano, pero yo me defendí en español. Resulta que el camarero tenía nociones de español y al final la cosa fue muy bien. Pete tenía el mismo sentido del humor que John y cuando el camarero estaba fuera de nuestra vista, comenzó a imitar a los italianos de manera exagerada, moviendo exageradamente las manos. Yo me reía muchísimo. Cada vez me sentía más a gusto con Pete.
Luego la conversación se puso seria. Pete quiso hablarme de sus relaciones pasadas, pero yo no quería. Me bastaba lo que sabía, no quería saber nada más. Bueno, sí, solo una cosa.
- "Pete, are you married? Or have you got a girlfriend waiting for you back in Liverpool?"
Su respuesta fue rápida.
Eso significaba que la había tenido en algún otro momento. Bueno, también era normal, puesto que con 25 años que tenía, no podía esperar que Pete fuera un ingenuo. Ahora era su turno para preguntarme a mí. Las preguntas que yo le había hecho eran realmente fáciles en comparación con la que él me hizo. Sólo contestarle me hubiera llevado una vida entera.
La respuesta obvia era que le quería, que le amaba.
Me miró directamente a los ojos y continuó.
- "Vicky, don’t take what I’m going to ask you the wrong side. Right? I’ve met lots of girls who thought they were in love with John but it wasn’t more than a mere infatuation. The typical crush you girls have on rock and roll stars. So, Vicky, are you sure it is love?"
Desde luego, Pete no iba del todo desencaminado. Bajé la vista, pero noté que su mano se extendía del otro lado de la mesa y agarraba la mía. Sentí ese escalofrío típico que me recorría todo el cuerpo. Se me secó la boca y me comenzaron a temblar las piernas. Cuando veía que no contestaba, Pete me apremió.
La cosa comenzaba a ponerse fea. Sí, sí, le amaba, le quería muchísimo... Era el hombre de mi vida. ¡Dios! Era JOHN LENNON, mi ídolo de siempre, de los Beatles... Había hecho cosas con ese hombre que cualquier otra mujer del mundo sólo soñaría con hacer. Pero empezaba a verlo como un ser distinto al John Lennon con el que yo soñaba en España. Era distinto a la imagen que colgaba del póster de mi habitación, de la voz que oía en "I’m a loser", de la imagen que veía en "A Hard day’s Night". Seguía encontrándolo terriblemente atractivo, el hombre más sexy que había conocido, seguía volviéndome loca físicamente... y eso era más de lo que había sentido nunca por un hombre. Pero, aún así, ¿era amor? No lo sabía. Sólo le pude ser sincera.
Me apretó la mano con más fuerza, y yo no quería que me soltara nunca. Pero tuvo que hacerlo cuando llegó el camarero con los postres. Nos los tomamos seriamente. La seriedad de nuestra conversación había hecho huella en nosotros y nos había dejado a cada uno inmerso en nuestros propios pensamientos. Al final tuve que romper el silencio cuando vi que ya se hacía demasiado tenso.
- "Pete, would you like to meet my friends? Ana is a real good friend, and Lina is the girl who rented us the room..."
Salimos del restaurante y nos dirigimos hacia el norte de Londres. No sé lo que pensarían Ana y Lina al verme llegar con Pete. Ellas sabían que no había nada entre nosotros, me conocían y sabían lo colgada que estaba con John Lennon. Pero Ana me podía leer como un libro y quizá notara que mi mirada era algo diferente a cuando salí de allí rumbo a Kenwood.
Cuando llegamos Lina no estaba, pero Ana sí. Subimos y Ana me abrazó. Luego le presenté a Pete. Le pasó como a mí, al principio costaba mucho entender el inglés de Pete. Sólo tenías que escucharlo durante un rato para que tu oído se acostumbrara a su inglés ceceante y entonces poder entenderle con más o menos claridad. Hablamos de cosas triviales, me preguntó como me iban las cosas con John y no tuve más remedio que decirle toda la verdad. Pero, sorprendentemente, esta vez Ana no me echó ningún sermón. Simplemente me dijo (en ingles, para que Pete lo pudiera entender también):
- "It doesn’t matter any more, Vicky. In a few days we’re flying back to Spain. I’m going tomorrow for the plane tickets... Because, you’re coming, aren’t you?"
La respuesta clara era que sí. Nunca me había gustado perder clases. Además, este año sería el último año en la universidad y quería sacar buenas notas. No era una muy buena forma de empezar el curso faltando a clases. Por otra parte, me apetecía muchísimo quedarme a celebrar el 25 cumpleaños de John. ¡Era lo que más deseaba en el mundo! Pero si seguía estando tan frío y distante conmigo, quizá no merecía la pensa. Decidí esperar a ver como se desarrollaban las cosas al día siguiente. Si John volvía a sus sentidos y retomábamos nuestra relación, me quedaría a celebrar su cumpleaños con él. A fin de cuentas, en Valencia el 9 de octubre es fiesta y normalmente se hacía puente hasta el 12, con lo cual no serían muchos los días que perdería. Pero si las cosas seguían frías, lo mejor sería desaparecer del mapa.
- "I don’t know, Ana, really. I’ll phone you up tomorrow afternoon and tell you, OK?"
- "Well it’s up to you, Vicky. I don’t know what your parents would say about that".
Miré a Pete y él me miró y me sonrió. Se estaba haciendo tarde. Ana me dijo si queríamos quedarnos a cenar. Pete dijo que una cena rápida vale, así que nos quedamos con Ana preparando la cena. Llegó Lina del trabajo. Le presenté a Pete y le dije que se quedara a cenar con nosotros, pero dijo que estaba muy cansada, así que cambiamos los planes, puesto que Lina dormía en un sofá cama que había en el comedor. Decidimos cenar entonces en la cocina. Ana sorprendió a Pete cocinándole una estupenda tortilla de patatas que yo comenzaba a echar de menos. A Pete le encantó. Cuando acabamos de cenar, Pete dijo que ya era tarde, que John estaría de los nervios por no vernos allí y que nos debíamos ir. Nos despedimos de Ana y cuando ya bajábamos por la escalera, Ana me dijo:
Eso fue todo, salimos a la calle y nos subimos en el coche que Pete se había tomado prestado de John. El Ferrari despampanante de John. Durante el viaje de más de una hora de duración hacia Kenwood, yo me sentía algo extraña. De vez en cuando miraba a Pete, él se daba cuenta, me miraba y me sonreía. Yo le devolvía la sonrisa.
- "So you’re not sure if you really love John, are you?", Pete volvía al terrible tema.
- "Pete, John is John. He’s been my platonic love since I was 16 or 17, I don’t remember. He's the Beatle, he’s just... gorgeous", no se me ocurría nada más que decir.
- "Pete... What are you up to?", le pregunté, harta de no saber a donde nos llevaría todo esto.
De repente paró el coche en una lado de la carretera. Era de noche y no había mucho tráfico. La carretera estaba oscura.
- "This". Se acercó a mí y me besó de nuevo. Era la repetición de lo de anoche, pero esta vez ninguno de los dos quería terminarlo. Me sentía increíblemente bien, y sabía, además, que era un beso sincero. Lo de la noche anterior podía ser atribuido a los efectos del alcohol en Pete y a un poco de mareo por el humo de los porros a mí. Pero esto era distinto. Esto éramos nosotros mismos, sin miedo a nada ni a nadie.
Cuando llegamos a Kenwood vimos luces encendidas. Los dos nos sentimos un poco tensos por si se nos notaba algo de lo que había pasado entre nosotros. John podía darse cuenta y armar la de San Quintín. Pero cuando llamamos y nos abrió Cynthia con cara algo infeliz, nos dimos cuenta de que John estaba pasando otra de sus noches fuera, emborrachándose, y que no quería a Cynthia a su lado cuando eso ocurría. Casi, casi, me sentía aliviada de que John no estuviera en casa. Porque le dijimos buenas noches a Cynthia y Pete y yo subimos a la habitación.
Delante de la puerta del aseo privado que tenía nuestra habitación, Pete se paró de nuevo y me volvió a besar con pasión. No sabía a donde llevaría todo esto, pero sabía lo que iba a pasar a continuación. Intenté evitarlo, me solté de Pete y entré en el cuarto de baño. Cerré la puerta tras de mí y me miré al espejo. Pero, ¿qué haces, loca? Tú estás enamorada de John. Es el hombre de tu vida, y encima Pete es su mejor amigo. ¡Oh, Dios mío! Pero no puedo evitarlo, John no me hace caso. Probablemente esté acostándose con quien sabe qué chica cuando tiene a dos mujeres locas por él esperándole en casa y no les hace ni caso a ninguna de las dos. Quizá Cynthia sea una sosa y no le meta un poco de caña, pero yo no soy así... Pero Pete no es un segundo plato, Pete me gusta, si, me gusta, ¡y mucho!. Decidí salir del baño antes de que me volviera completamente loca.
Cuando salí lo vi mirando por la ventana. No se había cambiado de ropa, ni yo tampoco. Me paré junto a él. Entonces se giró hacia mí y con su boca a dos milímetros de la mía me dijo:
- "John will kill me when he hears about this, but it’s worth taking the risk", entonces me besó de nuevo. Me estuvo besando durante unos cuantos segundos. Sin dejar de besarme me cogió por la cintura y me levantó del suelo, arrastrándome hacia la cama. Me tumbó de espaldas y sin separar su boca de la mía, me sacó el jersey del pantalón. Tuvimos que dejar de besarnos cuando ya nos estabamos quedando sin aire. Me quitó los zapatos y me desabrochó el vaquero. Me lo quitó también. Luego subió al jersey y me lo sacó por la cabeza. Con una destreza que ni el mismo John tenía, me levantó un poco y desabrochó el sujetador a la primera. Luego se separó de mí y sin dejar de mirarme y de sonreírme, se desnudó él. De nuevo se inclinó y se puso sobre mí. Me besó los ojos, las mejillas, la nariz... Luego se pasó al lóbulo de mi oreja y comenzó a trazar círculos. Me susurró: "I love you... I love you from the first time I saw you at Abbey Road...", eso me excitó más que cualquier cosa. Volvió a mi cara y me besó en la boca. Luego su boca comenzó a besarme el cuello, y eso hacía que se me escaparan gritos de placer. Su boca siguió bajando, trazando una línea del cuello a mi pecho izquierdo. Su lengua trazó círculos en la aureola y luego jugueteó un rato con el pezón. Trazó una línea de besos que cruzaba mi pecho hasta llegar a mi pecho derecho. Le hizo lo mismo. Yo creía que iba a estallar. En esos momentos creía estar en el paraíso. Sin dejar de besarme, trazó una línea de besos a través de mi estómago y se paró en mi ombligo. Lo besó tres o cuatro veces e introdujo la punta de su lengua dentro de él, trazando círculos interiores. Mientras, con sus dos manos, acariciaba mis pechos y jugueteaba con los pezones. Más tarde bajó al monte de Venus y tras besármelo y pasarle la lengua, subió hasta mi boca de nuevo. Me besó, y mientras me besaba notaba como sus manos se movían por debajo de él. No sabía lo que estaba haciendo ni me importaba, solo pensaba en lo maravilloso de todo esto y en lo a gusto que me encontraba. Entonces noté que se ponía a mi lado y con sus fuertes manos me puso de lado de forma que nuestros cuerpos quedaban juntos. Yo le daba la espalda, pero él tenía una mano alrededor de mi cintura y con la otra trazaba la línea de mi costado, mientras me susurraba al oído: "I love you". Entonces me hizo el amor. Nada parecido a John, ¡nada! Con John yo me había sentido como una triunfadora, como estar con alguien supremo, con el máximo premio. El hecho de pensar que estaba con John me hacía perderme maravillas cuando me hacía el amor. Y Pete me quería. No paraba de susurrármelo al oído. John no. Nunca me dijo que me amaba haciéndome el amor. Sólo me decía algunas groserías simpáticas que me excitaban muchísimo. Con Pete, todo, todo era diferente. Llegamos juntos al máximo placer y luego Pete me besó en la boca y me susurró buenas noches. Se quedó dormido sin dejar de soltarme la cintura.
Yo no pude dormir absolutamente nada en toda la noche. Pensaba en John y tenía ganas de llorar. Después de algo tan bonito como lo de Pete, tenía ganas de llorar. Lloraba por John. ¿O era por mí, por verme que le estaba perdiendo? Yo quería esto con John. Yo amaba a John. ¡Yo quería sentir esto por John! Recordé el verso de "I’m a loser": "Is it for her or myself that I cry?" Estaba perdiendo a John y no quería, me negaba. Quería estar con él... lo de hoy con Pete era un error. Pero no podía ser un error algo que me había gustado tanto.
Oí ruidos en el exterior de la habitación y oí la voz de John. ¡El corazón me comenzó a latir fuertemente! John, ¡John!, ¡JOHN! Quería gritar que le amaba, que era el hombre de mi vida. No entendía por qué se estaba portando así conmigo.
Luego me empezó a entrar pánico por si le daba por entrar en la habitación y nos veía juntos a Pete y a mí en la cama. Mi cabeza comenzó a formar excusas que decirle: ¡No!, No es lo que parece, realmente... Te quiero John, esto es solo un error. ¡Ah! Que excusas más tontas, mejor que no entrara.
Las voces y los ruidos se fueron apagando y me sentí más tranquila. Por fin, me entró una especie de sueño débil, y me dormí.
Me desperté por la mañana temprano con un frío horrible. No tenía nada encima, sólo los brazos de Pete rodeándome la cintura, pero aún así se me habían quedado los pies congelados. De repente se me vinieron a la cabeza los recuerdos de la noche anterior. OH, todo había sido fantástico. Pete me amaba, pero yo amaba a John. ¿O no? ¡Si, claro, qué tontería! Le amaba con locura. Decidí aprovechar el día y me levanté a ducharme. Cuando salí de la ducha Pete todavía dormía. No quería despertarle así que prácticamente sin hacer ruido conseguí vestirme y salí de la habitación.
Bajé al comedor a desayunar. La casa estaba en silencio, creo que no había nadie despierto. Tardó mucho rato en oírse actividad en la casa. La primera en bajar fue Lilian. Creí que ya no estaría sola, pero no fue así. No era una señora muy agradable y me miraba de manera sospechosa. Cuando bajó Cynthia la cosa se animó un poco.
La miré por si lo decía con algo de broma por si nos había oído la noche anterior, pero su cara no reflejaba nada. Lo decía igual que se lo podría haber dicho a su madre.
"Yes, very well, thank you". No me atrevía a
preguntarle cómo había dormido ella porque eso significaría cosas que no
me quería ni imaginar con John.
" John came late yesterday and now he’s sleeping it off. He won’t be visible in a while".
El solo hecho de nombrar a John hizo que la madre de Cynthia hiciera un rugido extraño. No podía ni verle y eso que estaba viviendo en su casa. No sé como tenía valor de criticarlo viviendo a sus expensas. Y de las mías, porque a fin de cuentas, John era millonario gracias a las fans que como yo compraban sus discos e iban a sus conciertos.
Recordé además que Ana tenía que ir hoy a por los billetes de vuelta a España. Si no conseguía hablar con John antes de la tarde, tendría que llamar a Ana y decirle que los comprara.
La mañana pasó rápida. Me la pasé jugando con Julian, que era un encanto de niño. No hubo ni rastro de Pete ni de John en toda la mañana. Por fin, a la hora de comer o así, bajaron juntos. Por fin veía a John. ¡Dios! Estaba tan sexy como siempre. Llevaba unos vaqueros y el jersey que había usado en algunas escenas de "Help!", el que llevaba un dibujo tanto en el cuello como en las mangas. Lo encontraba irresistible. Intentaba evitar a Pete. No quería mirarle, me daba algo de vergüenza, después de lo que había pasado entre nosotros...
Se dirigieron a nosotras. John se fue hacia Cynthia y Pete pasó ligeramente por mi lado. Ninguno de los dos nos atrevíamos a mirarnos. Creo que el hecho de que John estuviera allí nos intimaba un poco. Miré a John. De pie ante Cynthia estaba impresionante. Cynthia me daba ligeramente la espalda, así que John estaba frente a mí. Me miró. Finalmente, después de muchos días de evitarme, me miró. Sus ojos todavía reflejaban deseo, se lo noté. Yo le miré intensamente a los ojos para trasmitirle que le amaba, que quería estar con él. Confié en el poder mental para decirle que volvería pronto a España si no me decía lo contrario. No funcionó. Oí a Pete decir:
No pude por menos que preguntar:
Y eso fue todo, salieron y no pude por menos que esconder mis lágrimas de dolor y frustración. John no me había dicho nada, así que llamé a Ana y le dije que me sacara los billetes para ir a España.
Todo el día fue una continua agonía. Por la tarde, mientras veíamos la tele Cynthia y yo solas en el inmenso comedor (Lilian había ido a acostar a Julian), Cynthia se me abrió totalmente. Tras pasar todo el día juntas en Kenwood, al final de la tarde me dijo:
Me pilló tan de sorpresa que casi tiró la bebida que estaba bebiendo. La miré por si su cara de nuevo reflejaba algo con respecto a mí, pero como siempre, vi la misma cara neutra. Yo no supe como reaccionar, no sabía que decir.
"I don’t know... He’s so distant with me lately.
Ever since he came from their European tour. I think he met her in their
touring".
"Lots of things, Vicky. I’m sure he’s cheating on me. I can put my finger on it. But anyway, I love him... I'm not gonna leave him. I love him too much."
La cosa se estaba poniendo cada vez peor, y yo me estaba compadeciendo de Cynthia. Las dos amábamos al mismo hombre, ella tenía un hijo con él y le tenía legalmente. Yo, últimamente, no sabía si le tenía, pero le había tenido y me había confesado lo que realmente sentía por Cynthia. La miré con lástima. Supongo que estaba resignada.
No podía estar en el mismo sitio que ella por más tiempo, así que sin cenar si quiera, me fui a la cama.
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