It's Only Love
por Sadie
"Capítulo 18: Things We Said Today"
You say you will love me
If I have to go
You’ll be thinking of me
Somehow I will know
Someday when I’m lonely
Wishing you weren’t so far away
Then I will remember
Things we said today...
Por fin llegó el día señalado. No había sido nada fácil pasar tanto tiempo sin saber nada de John. Confiaba en que Pete le hubiera dado el mensaje a John, porque tenía miedo de encontrarme en el aeropuerto de Londres sin nadie que viniera a por mí y sin ninguna libra en el bolsillo.
Mis padres no se podían creer lo que estaba haciendo. Había cambiado bastante desde que conocía personalmente a John. Él me había dicho muchas veces que fuera instintiva, que me moviera por impulsos, que no planeara más allá de una semana, y sobre todo, que fuera lo más independiente posible. Como decía su maravillosa canción: "And now my life has changed in oh so many ways...". Así era desde entonces. Tomaba una decisión, y la llevaba a cabo.
Con esto no quiero decir que me estuviera desmadrando, simplemente me hacía sentirme mejor, el tomar yo mis propias decisiones, y emprender el camino hacia mi propia vida. Y sin saberlo, había forjado mi destino.
Mi padre me acompañó al aeropuerto, que estaba a escasos metros de mi casa. Había vuelo directo a Londres, así que por ese lado no había problemas de transbordo. Llamé a Ana desde el aeropuerto para decirle que me iba, pero ella ya se había ido. Me extrañó un poco. Ana se había despegado bastante de mí. Quizá estaba enfadada conmigo porque no hacía caso de sus consejos y seguía mi relación con John. Pero es que ella no se podía imaginar lo mucho que significaba John para mí. No creo que lo consiguiera entender nunca.
Cuando llegó la hora de embarcar, me despedí de mi padre. Le consoló el saber que esta vez sólo serían unos cuantos días, puesto que el curso comenzaba otra vez en Enero. El viaje es corto, gracias a Dios, y me lo pasé todo oyendo "Rubber Soul" en mi walkman. Pasarme el disco a cinta había dio uno de los alicientes de los días previos a ver a John. Aún no me podía imaginar cómo esa canción tan extraña llamada "Norwegian Wood" con ese instrumento tan raro que no había oído en mi vida, estaba dedicada a aquella tarde en la habitación que compartía con Ana en casa de Lina. Justo después de la pequeña pelea que tuvimos. La voz de John sonaba tan sensual, con tanto sentimiento. Era imposible que Cynthia no notara nada. ¿Y "Girl"? El lenguaje de John no era del todo claro, sobre todo si lo tomaba al pie de la letra. Estaba claro "Run for your life". No hacía falta que lo pusiera en el disco. Si hubiera llevado conmigo una grabadora todas las veces que me había dicho cosas parecidas debido a sus celos. Y por último, "Wait". Sí, hacía mucho tiempo, ahora volvía a casa... Y no, no se me iba a romper el corazón, lo tenía más fuerte.
Cuando el avión aterrizó y salí a la terminal, vi a Les que me esperaba. Le saludé y cogió mis maletas. Las introdujo en el Rolls de John y me dijo que me metiera dentro mientras las guardaba. Creía que estaría sola, pero el corazón me dio un vuelco cuando vi que John estaba dentro. No lo pude remediar y me abalancé sobre él a abrazarle. Él me devolvió el abrazo y después me separó unos centímetros de él.
A continuación nos besamos
apasionadamente. No tuve tiempo ni de fijarme en la ropa que llevaba puesta.
Cuando me separé de él, le vi. Llevaba la misma cazadora de piel marrón que
llevaba en la portada de "Rubber Soul", un jersey de cuello alto negro
y un pantalón negro también junto con sus botas de tacón cubano. El pelo,
como siempre, casi más largo de lo habitual, y el flequillo cayéndole sobre
los ojos de manera que me hacía enloquecer. Une vez examinado tuve que besarle
otra vez. Mientras me besaba me pasó la mano por los pechos. Yo me reí. No
sabía si notaría algo, pues yo llevaba un jersey de cuello alto negro, el
sujetador y una abrigo de cuero.
Me besó de nuevo.
- "Where are we going?", le pregunté. No había hablado con Lina, y por supuesto en Kenwood no podía estar. Habíamos quedado en que me quedaría en un hotel.
- "Your hotel is quite near the centre, actually. I didn’t want any more connections with Cyn."
No me importaba. Llegamos al hotel y <les pidió las llaves y cogió las maletas. Mi habitación estaba en el tercer piso. Una vez Les hubo dejado las maletas en m habitación, John le dijo que se bajara y cerró la puerta. Se vino hacia mí y comenzó a quitarme el abrigo de piel.
- "Oh, baby, I can’t wait no more." Mientras, me tocaba por todos los lados a través de la ropa. Me sacó el jersey de los pantalones y me desabrochó el sujetador. Con un mano me acarició un pecho mientras me lamía un pezón con su lengua. Su otra mano luchaba por desabrocharme los pantalones. Me dejé hacer. Yo tenía tantas ganas de John como él de mí, incluso muchas más, porque él tenía a Cynthia con quien liberar su libido, pero yo no, y había prometido guardarle fidelidad eterna. Había intentado borrar de mi mente lo que ocurrió con Pete aquella noche, y sobre todo, rezaba porque John no se enterara, si no sería el fin. Me tumbó de espaldas en la cama y comenzó a desnudarse él. La habitación tenía la calefacción puesta, así que la temperatura era ideal. Cuando estuvo del todo desnudo me besó de nuevo en la boca y quiso pasar a la acción directamente.
Me sonrió y se echó sobre mí.
"Merry Chrimble". Entonces se introdujo en mí,
sin más preliminares, sin más romanticismo. Sin más besos ni sin más
caricias. Me molestó un poco. No era esto lo que yo quería de John. Yo
quería que me besara, que me dijera cosas bonitas al oído. Que me mimara
un poco... Cuando terminó, se separó de mí y se quedó tumbado boca
arriba en la cama. "Uau!! That was great!", dijo, mientras se
sacudía la melena Beatle sudada del esfuerzo. ¡Ah! No me importaba lo
rápido que hubiera sido esta vez. Habría más veces, así que me giré
hacia él y le besé. Me quedé encima de él y comencé a darle dulces
besos por toda la cara, los ojos, la nariz, las mejillas, la boca... Bajé
al cuello... De repente me dijo: "More? Oh, you little sex maniac, come
here!", pero yo solo me reí y le dije que no, que prefería hablar con
él. Se levantó y fue hacia donde había dejado tirada su chaqueta, a busca
el paquete de tabaco. Sacó uno, lo encendió, y volvió de nuevo a la cama.
"How are you doing at college?", me preguntó.
"Fine, well, we don’t have exams until February,
actually, so it couldn’t be bad, anyway! You?"
"Come on, John, I mean, with the British tour and stuff. I didn't know you were actually touring Britain until Pete told me".
De repente se giró hacia mí con una expresión totalmente seria.
- "Oh, I don’t know. Pete is your friend and I’m closer to Pete than to Brian. I didn't know you would be upset". Oh, solo faltaba que ahora John se enfadara por esa tontería. Pues si supiera lo que habíamos hecho aquella noche...
- "Bloody hell I am! He’s fallen in love with you!", ahora me tocó mirarle extrañada a mí. ¡No era posible que lo supiera! Nunca creí que Pete se lo hubiera dicho. No podía ser.
Y así lo hicimos. Pedí la cena al servicio del hotel y cenamos allí dentro, hablando de miles de cosas. John era muy inteligente y enseguida la conversación se fue por temas profundos. Primero comenzamos por la guerra de Vietnam. Seguimos con la religión, un tema escabroso si consideramos que John había estado leyendo sobre religión en las ultimas semanas según me comentó y tenía sus propias ideas al respecto. Y hablamos también de música. Me habló del resto de canciones que componían el álbum "Rubber Soul". Como había escrito Nowehere Man un día que estaba ahí solo, intentando escribir una canción y nada, no le salía nada. Así que pensó en él, y de repente la sacó. Siempre admiré su increíble capacidad de escribir canciones maravillosas absolutamente de la nada. "In my life" era el tema que más le gustaba. Lo había empezado en un autobús y lo había seguido con Pete en el jardín de Kenwood. Los amigos que nombraba en la canción eran Pete y Stuart Sutcliffe. John nunca me había hablado de Stuart, y siempre que lo nombraba sus ojos se humedecían.
"Poor Stuart!", le dije. Quería hablar de él.
Me llamaba la atención, porque había muerto con tan sólo dos años menos
que yo. Cuando yo tenía veinte años, realmente estaba empezando a
descubrir la vida. Y A Stu se le había terminado. "I’m sure you all
miss him a lot".
Me molestó, pero no quise seguir hablando de eso. Si era algo que John sacaba por si mismo, bien, pero a John no le gustaba que le forzaran a nada.
Le pedí que pasara la noche conmigo, así podríamos hablar de más cosa<s, pero dijo que no. Cynthia y Lilian estaban en casa, y no quería que sospecharan nada. Pero me dijo que al día siguiente temprano volvería conmigo.
Pasé una noche bastante agitada. No podía quedarme dormida de ninguna de las maneras, estaba en un lugar extraño, y siempre me había costado dormir cuando no estaba acostumbrada al lugar. Cuando por fin conseguí conciliar un poco el sueño, tuve un sueño bastante agitado. Soñé con John y con Cynthia, que nos descubría, que intentaba matarme... ¡AH! Fue horrible. Cuando me desperté, era la 1.00 del medio día. El desayuno ya lo había perdido, pero no el almuerzo. Yo todavía seguía con mis costumbres típicamente españolas. Me duché, me arreglé y bajé al restaurante del hotel. No llevaba ni una libra encima, así que no sabía si tenía que pedir algo y cargarlo a la cuanta de John o qué. Me moría de hambre, así que decidí arriesgarme.
"Good afternoon, eh... I’m the Girl in room
123", me paré un poco por si hacía alguna mueca o algo extraño.
"I’m not here with my own name and I don’t know if I have to pay
anything in order to purchase any goods...", antes de que pudiera
seguir, el hombre del restaurante me hizo un signo con la mano como que
esperara y llamó por teléfono a recepción. Les contó mi caso y cuando
colgó me dijo:
¡Bien! Pedí un sándwich y una Coca-Cola, y estaba dispuesta a salir a dar una vuelta por Londres, cuando entró un hombre con una gabardina hasta los pies, gafas de sol muy oscuras (en un día tan nublado como el que hacía), y una gorra que le llagaba prácticamente hasta las gafas. Pero esa manera de andar era inconfundible. Era John. Vino hacía mi y me agarró un brazo. "Let’s go to the lifts, luv, and straight to your room", me susurró. Así lo hicimos. Yo seguía comiendo el sándwich. Cuando entramos en la habitación, John comenzó a quitárselo todo y apareció el mismo John tan sexy de siempre. Me besó una vez hube tragado el bocado que llevaba en la boca y me dijo: "Do I look better now?" Me reí y le besé de nuevo. Se sentó en la cama y me hizo un gesto para que me acercara a él. Me acerqué y me senté en su regazo. Me besó muy cariñosamente:
"I suppose you won’t want to stay here locked up all day, right, luv? Look, Paul is going to Liverpool and I’ve asked him if he could lend us his house. What do you think?"
Me pareció una idea genial. De verdad, quería estar con John y no quería que fuera en estas cuatro paredes. Él continuó.
"And moreover we can take care of Martha. That big
sheepdog is really getting bigger every day".
Me reí y decidí que nos fuéramos enseguida. Me comía la curiosidad por ver la casa de otro Beatle.
La casa de Paul era totalmente distinta a la de John. Para empezar, estaba en pleno centro de Londres, muy cerca de los estudios Abbey Road. Tenía un patio exterior y un jardín interior. Cuando entramos con el Rolls por las verjas del patio exterior, las chicas que esperaban en la puerta se pusieron a chillar como locas. Los cristales del Rolls de John eran oscuros, lo que nos permitía ver desde dentro pero que no nos vieran desde fuera. ¡Menos mal!, porque tal y como estaban las fans, nos podían haber destrozado. John se rió:
El interior de la casa tenía toques femeninos, supongo que de Jane. John me la fue enseñando poco a poco, y de repente, de uno de los cuartos, salió un perro enorme que se fue corriendo hasta John y comenzó a lamerle por todas partes.
- "Hey! Martha, dear! How are you?", le dijo mientras la acariciaba. Tenía pelos por todos los sitios, y le tapaban hasta la cara. "Touch her, Sadie. Doesn’t bite!" La toqué con un poco de respeto al principio, pero luego, al ver que no hacía nada, y que se ponía cada vez más simpática, acabé sentada en el suelo jugando con ella. John se fue a la cocina de Paul: "I’m gonna see what this bastard has in the fridge". Volvió con dos botellas de Coca-Cola y se fue al mueble bar a sacar una botella de whisky. "A Beatle drink, luv?", asentí con la cabeza y preparó dos bebidas Beatle. Me levanté del suelo y me fui a uno de los sofás que Paul tenía en el comedor. John se sentó a mi lado al cabo de unos segundos y me ofreció un vaso. "Cheers!", me dijo y bebió. Yo hice lo mismo. "Ah, Sadie, luv, this is life!", después sacó su paquete de Malboro y se encendió un cigarro. "How is everything down there in Spain?"
"Quite the same. Ana is away, too, although I
don’t see her that often these days", le noté ponerse un poco tenso,
pero no le di importancia. Lo atribuí al tabaco.
"In Spain?", le dije sorprendida. No nos
habían llegado noticias a España de ningún tipo.
Al cabo de un rato de calma, cuando ya los dos volvíamos a nuestros sentidos, se me ocurrió una idea. Podíamos ir a visitar a Lina. Sería bastante fuerte que se entrara de que había estado en Londres y no había ido a visitarla. Se lo dije a John. John se puso incomodo:
Me encogí de hombros. Después de todo era su decisión.
Así que eso fue todo. Les me llevó a hasta casa de Lina. Me abrió la misma Lina, y yo la recibí con mi mas amplia sonrisa. Estaba dispuesta a darle un abrazo y a saltar de alegría si hacía falta. Pero algo no iba bien. Lo noté inmediatamente después de que me abriera la puerta. Puso una cara de sorpresa, pero no de sorpresa agradable, si no de sorpresa negativa. Se echó hacia atrás y miró incómodamente dentro de la casa. Pensé que probablemente estaba con algún chico y la había pillado en medio de algo comprometido.
"He venido a ver a John y he decidido pasarme por
aquí a ver que tal estabas", miré al interior para ver que era tanto
misterio, pero Lina entornó aún más la puerta. Me estaba empezando
asentir incómoda yo también. Sabía cuando no era bien recibida, así que
dije. "Veo que no puedo pasar, ¿no? ¿Vengo en mal momento?"
"Si, si, claro", dije. Lo había decidido. No iba a volver nunca más por casa de Lina. Lo había hecho de corazón, porque realmente me apetecía verla, pero esas no eran maneras de recibir a una amiga. "Hasta mañana". Oí como cerraba la puerta, y más frustrada que nunca me volví hacia el hotel.
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