PÁGINA DE JORGE DE LA TORRE
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En Madrid robé el ajo
a una tendera;
me ordenó la justicia
que el ajo diera.
Como mi honra y fama
estaban allí
me arreglé de manera
que el ajo dí.
Pedro mi amigo al verme:
- Muy bien hiciste
dijo: pues he sabido
que el ajo diste.
Y al que murmuró ufano,
así contestó:
- Sabed todos, imbéciles
que el ajo dió.
Dice un doctor de Bolivia
que los males del amor,
no los cura el Alcanfor
ni los cura el agua tibia.
Que los males del amor
silo el cu . . . ra los alivia
¡Dice un Doctor de Bolivia!
