PÁGINA DE JORGE DE LA TORRE


 Inicio  Lista de visitantes  Curriculum Vitae  Fotografías  Jalisco  Para reflexionar


Cultura General Humor Diccionario Popular Mexicano Dichos Enigmas Hilvanes poéticos Mexicanos (Albures) Piropos Reflexiones y pensamientos


 Introducción  Cartas que si llegaron  Confetti  Lira jocunda  Prosa casi en serio  Sacrilegios


LA EPOPEYA DEL PEDO
El pedo FRANCÉS, es pedo
de carácter bullicioso,
pedo espontáneo y gracioso
repetidos con afán;
pedo en que puede sentirse
su fosfórica presencia
y su carácter de Can-Cán;
pedo que tiene al sonar
toda la gracia francesa
y el vapor de su champán
de esa raza de belleza.

El pedo INGLÉS es muy serio,
purrún! . . . sonoro, redondo,
pedo que sale del fondo
de un depósito de Rhón,
El pedo Inglés, raras veces
suele sentirse en la tierra,
porque a un Inglés nada aterra
como sentirse peyón;
y si alguna vez el pedo
por desgracia se le escapa,
su pedo el Inglés lo tapa
con marcada afectación,
y con gran formalidad
se vé que se compromete,
frunce muy bien el ojete
para evitar la explosión.

El pedo ALEMÁN es tibio,
pedo rancio, desabrido,
pedo espumoso, construído,
de cerveza y vino Rhin;
pedo que no dice nada,
que sale porque ha nacido;
pedo bajito o subido
sin un principio ni fin;
en fin, un pedo Alemán,
pedo rubio, pedo insulso
que con todo se conforma,
largo o corto, sin más forma
que la forma que le dan.

El pedo ITALIANO, es suave,
delicado, fino y puro,
pedo ni blando ni duro,
aromático y cantor;
que recoge con gracejo
antes de salir del ano,
todas las teclas del piano
imitando al ruiseñor.
Pedo en FA, que algunas veces
cuando andan las cosas feas,
feas, con FUSAS Y CORCHEAS
que lo suben a tenor,
Teniendo en su forma gracia,
gracia, sonido y cadencia;
pedo de queso rayado.
Por supuesto, pedo loco
muy cantor, de hedor no poco
Garibaldino, tricolor.

El pedo ESPAÑOL, qué pedo
tan grotesco y tan acedo!
Ah que regalo de pedo;
qué pedo tan Español!
Pedo de jícara u olla,
de longaniza orgullosa,
vacío y más pretencioso
que hediondo y achicharrado;
pedo que al nacer parece
que dice en rancia vislonga;
"Soy pedo de Cavadonga
por la Reyna y por mi Honor"
Pedo que a todos desprecia
con desvergenza no poco,
pedo que a todos provoca
y es de los pedos el peor.

El pedo YANQUI, es el pedo
más leve, corto y sonoro;
es un pedo que vale oro
por el eco de su voz;
comercial, emprendedor,
pedo seco, sin saliva
el pedo yanqui no mira
ni la forma, ni elementos,
ni conoce miramientos,
ni rango, ni posición.
La idea crece y se forma
y el pedo por tal se lanza
sin que se quede en la panza
ni un segundo, por su hedor.

El pedo CHINO, aparece
como nube amarillenta
precursora de tormenta
con granizada de arroz.
Es informe, pomuloso,
a ratas muertas apesta
y ya madura indigesta
marcando el paso veloz.
Algunas veces el opio
le dá un olor primoroso,
entonces, es delicioso,
se respira con amor.
Pedo sin opio, con hierbas
y con carnes putrefactas,
es de levantar cien actas
protestando de Molvó.

El pedo MEXICANO, es pedo
con escencia de camote,
de calabazas, de elote,
de plátano y de mamey.
Es demócrata de raza,
no es esclavo ni arbitrario,
no es pobre, es proletario
de los llanos del maguey.
Como pedo Mexicano,
este sí es Señor Don Pedo,
porque muy blando o muy quedo
es atento con el ano;
y aunque la vergenza pierda,
cuando lo detienen preso,
busca las puertas del sieso
y se sale hasta con mierda.

Es propiedad literaria registrada en el archivo del Departamento de Salubridad Pública.

Esta sí es una verdadera cadena de la buena suerte; haga seis copias y mándelas a sus amistades. No corte la cadena si no quiere que le pase lo que al Conde Ciano que por no darle importancia, los pedos le salieron por la boca y por el ano.


HEREJÍA

Ay! Yo no cagará donde solía!
Ya no podrá con hechos inmortales
honrar el pueblo donde en hora pía.

Vió la primera luz entre puñales
ni verterá los zumos deleitosos
en comunas, bacines no orinales!.


Oh! Qué tiempos aquellos, tan hermosos!
Cagabas con olímpica flaqueza
siguiendo tus implulsos generosos:

Mañana tarde y noche la limpieza
era todo tu afán; aligerando
el vientre de tu dueño sin pereza,

Y a veces sin saber cómo ni cuándo,
llevabas una vida meritoria
con igual afición: siempre cagando!

Abrir, cagar, cerrar; tal fué tu historia,
reducida a plagarte y desplegarte
en aras de la mierda transitoria.

Basta con un pujo acariciante
para que desplegaras el ojete
cual despliega el guerrero su estandarte.

Dócil eras; lo mismo en el retrete
que en el salón; de modo igual vertías
en el bacín que en otros capacetes.

Voluntario y leal, siempre querías,
y aunque te hayas seco y extreñido,
al llamar a tus puertas, las abrías.

Ay! qué ha sido de tí? dime! qué ha sido,
infelice portazgo malogrado,
pebetero sin par, caliente nido,

Guardajoyas humilde y reservado,
elástico viaducto, blanda llave
del mojón salomónico? . . . Qué holgado

Arojabas el líquido
cada vez que la purga lo pedía!
como la longaniza tiesa y grave

Que en gallarda espiral retorcía
levantando la cúspide eminente
cual torre que a los cielos desafí!

En años de servicio más de veinte,
pronunciaste discursos peregrinos
con voz apasionada y elocuente;

Qué argumentos, qué frases y qué trinos!
qué suspirantes, plácidos arrullos
no menos deliciosos que cochinos!

Cuántas perlas y flores y capullos
derramados por una y otra parte!
Que cantidad de minutos y de arrullos!

Jamás un instrumento puedo echarte
la zancadilla, flauta y clarinete,
cornetín y vilín, nunca igualarte.

Pudieron en las voces de falsete,
ni en las ágiles, rápidas fermatas
que supiste hacer tú, sublime ojete,

Arias, duos, tercetos y sonatas,
coros a voces solas, sinfonías,
todos los ejecutantes sin erratas.

Sin una menor dificultad, hacías
en un segundo tantos gorgoritos
como Adelina Patti en quince días.

Gayarre, Mario Selva . . . pobrecitos!
Cuándo pudieron ellos ni otro alguno
imitar tus sollozos y tus gritos?

Qué modo de cantar, y qué oportuno!
llamaste la atención como como ninguno:

Estabas en la altura, y la ojeo,
y cuando un wagneriano concertante
llegaba de su fuerza al apogeo.

Sonoro, temperamentoso, rozagante,
soltaste un DO DE PEDO que de bruces
hizo dar sobre el parche al redoblante.

No me digan de pedos andaluces!
Quien oyó aquella noche tu gemido,
ya por nada del mundo se hará cruces.

Desmáyose la tiple, cayó herido
el tenor; y del susto murió luego
el barítono; lúgubre alarido.

Resonó en las alturas; y huyó el ciego
el coro en masa, mientras que aterrado
el público gritaba: "fuego!" "fuego!"


Dulces memorias del primer pasado!
Qué nos resta de aquellas ilusiones?
Qué nos resta de tí? ya la has cagado!

Adios! Adios! . . . Te ruego que perdones
si en algo te ofendí: sobre tu losa
dejaré una girnalda de mojones
que olerán un mes . . . aunque no a rosa.

Annimo


Esta página es cortesía de solicita tu !Página GRATIS!