PÁGINA DE JORGE DE LA TORRE
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PARTE PRIMERA Y ÚNICA
DIABLO:(entrando)
ERMITAÑO:
CANTAN LOS PASTORES:
ERMITAÑO:(sigue hablando)
CANTAN LOS PASTORES:
DIABLO:
ERMITAÑO:
DIABLO:
ERMITAÑO:
DIABLO:
ERMITAÑO:
LOS PASTORES SE RÍEN
DIABLO:
UN PASTOR:
SAN AMADEO:
BATO:
DIABLO:
ERMITAÑO:
FIN
SE CIERRA EL TELÓN LENTAMENTE Y TODOS APLAUDEN.
Quién es ese tan barbón,
tan arrugado y tan viejo?
Soy tu padre, gran cabrón;
no me conoces, pendejo?
si quieres saber quien soy,
y de la tierra que vengo,
arremangame el capote
y verás que verga tengo.
Siéntate Gilita,
que vendrás cansada;
y úntate sebito
que estarás rozada.
De larga tiene una cuarta,
de gruesa tiene tres dedos;
si te la llega a enterrar,
górgoros te harán los pedos.
Yo soy un pobre ermitaño,
que anda vestido de jerga,
y el favor que yo te pido
es que me peles la verga.
Siéntate Gilita,
que vendrás cansada;
y úntate sebito
que estarás rozada.
La limosna que te doy,
si es que el hambre te posterga,
es que empezando desde hoy
me vas a pelar la verga.
Yo soy un pobre ermitaño,
del rancho de San Fernando,
y la limisna que te pido
del culo me ando arrastrando.
Si tienes hambre, cabrón,
y sufres dolencia ingrata,
ven y chupa hasta el troncón,
toda mi pelada riata;
y cuando menos un litro
de rico atole de huevo
me lo sacaré del pito,
condimentado con sebo.
Yo soy un pobre ermitaño,
la sed y el hambre me turban
y en la punta de este palo
nada más los pedos zumban,
y calma ya tus enojos,
glorioso San Amadeo,
no sé que tengo en los ojos
que puros cabrones veo;
ni sé que contiene aquello
debajo de los laureles.
Esa es la verga de Herodes
que viene a que se la peles.
Yo soy un pobre ermitaño,
que cumple con sus deberes
que se la pele tu madre
que es oficio de mujeres.
Aquí los estoy tanteando
pastores nalgas chorreadas.
Anda a tantear a tu madre
hijo de siete chingadas.
Dónde estás diablo pecado?
Dónde mi fiel compañero,
o es que tienes ensartado
a Bato del agujero?
Mi noble y leal Amadeo,
el de verga de corneta:
Dónde estás que no te veo
o es que el diablo
te está haciendo una puñeta?
Oh miliicas infernales
que me arrancáis el pellejo,
venid a formar consejo,
ya no me dejen tan solo,
y si remedian mi daño,
se cojerán a Bartolo
y al puto del Ermitaño!
No vociferes, cabrón,
que aunque el recuerdo no cuadre
yo fuí el que hizo callejón,
el fundillo de tu madre.
