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Al mismo tiempo Vicenta
una chica primorosa
le compró a la dependienta
unos bloomers color rosa.
Y estando ya en su papel
se equivocó la doncella:
los guantes se los dió a ella
y los bloomers se los dió a él.
Quien sin notar el error
remitió la mercancía
y una carta que decía
más o menos así: Amor:
"Para que no estés triste
te mando cun un abrazo,
los que ahora van de reemplazo
a los que anoche rompiste.
"Me dijo la señorita
que en la tienda los vendió,
que no hay mejores ahorita;
los suyos me los mostró.
"Se los pone diariamente
sin molestia y sin daños
y en una ocasión solamente
los ha lavado en cinco años.
"Si al quererlos estrenar
te vienen muy ajustados,
estíralos de los lados
sin dejarlos de soplar.
"Como son muy finos éstos,
si se mancharan, Cristina,
lávalos con gasolina
pero teniéndolos puestos
"Verás no tienen botones,
se sujetan con dos muescas,
No los saques a tirones
tampoco los humedezcas.
"A las rancheras no imites
y si el ambiente se enfría,
Cristina, no te los quites
en el camión o tranvía
"Si por causa extraordinara
te los llegaras a quitar,
no los vayas a olvidar
cerca del confesionario.
"Tenlos puestos en la noche,
el verlos me har´ feliz
y te manda en cada broche
un sonoro beso : Luis".
Y vicenta mientras tanto
con tus guantes color cielo,
era un verdadero encanto
pero iba montada en pelo!