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"Teniendo conocimiento que muchas putas casadas entregan a los jóvenes académicos en sus culos pútridos y pantanosos, deseamos justicia; porque no es de rigor, Sr. que tanto putas y honradas, cojamos vergas iguales".
A lo que el C. Presidente de la rep&aucute;blica en su alto carácter justiciero, tuvo a bien contestar con un oficio del tenor siguiente:
"He tenido el alto honor de leer el memorial que pone la puta gente a mi alta consideración; por lo tanto, castigaré a aquella que ande culeando en la calle, pues chingará tres años de balde para su enmienda y capo al instante al cabrón que este reglamento infrinja:
Por cada pichón un peso, ya sea en cama o en el suelo; si el catre es de ancho vuelo, son tres reales más de exceso; cuatro reales por cada beso; un tostón por la puñeta; peso por la mamada y si la puta es discreta, son seis reales para la alcahueta.
"Dado en el Castillo de Chapultepec, a los 14 días del mes de marzo de 1950".