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Al ver a media asta la bandera
porque murió un personaje el otro día,
el pobre don Hermógenes decía:
¡No harán esto por mi cuando yo muera!
y creyando que así le halagaría,
¿media asta para ti? ¡qué tontería!
le dijo su señora: ¡bueno fuera!
¡A tí corresponde el asta entera!
Podrás mi nombre en el sobre
dijo a Petra, Nicanor
cuando escribas, llanamente
y sin bombo. Y respondió ella:
Sin el "Don", ¿sin duda
querrá decir, mi señor?
Precisamente, ¿Y por que?
Porque no quiero con don.
Hubo en casa de Esperanza
una reunión de confianza
y tocó al piano Lola
una preciosa romanza
con la mano izquierda sola.
La ovación fué general
y su esposo don Luciano
dijo al punto muy formal;
¡Lo que hace con la otra mano,
si que no tiene rival!
Van a alzarte un monumento
¡vaya que estarás contento!
Dije al escritor Fonsanta
¡Quizas! exclamó con triste acento
¡si ya no se me levanta!
¿Qué se conoce en moral
de calumnia con el hombre?
y Blas dijo muy formal;
Aquello, padre Pascual,
que se le levanta a un hombre
Don Blás, el sastre, y la modista Aminta
en una misma casa se albergan
y aunque la escalera era distinta,
en un mismo rótulo se anuncian.
Y a fin de gular mejor al visitante
escribió en él don Blás:
"A la modista se entra por delante
y al sastre por detrás.
De Sonora escribió Pascual
"El año perdiose al cabo,
poco maiz, trigo mal;
habrá que agarrarse al nabo
para pasarlo tal cual".
Cuentan que en cierta ocasión
que el sueño rendía a Justo,
su bella esposa, por gusto,
le gritaba: !Dormilón!
Mas como el hombre se asía
de la silla y no escuchaba,
ella se la meneaba
cada vez que se dormía.
Un caballo bayo,
con cara de mulo
lamía a su dueńo
el ojo del c . . . utis
y el hombre decía:
Me muerde, me callo,
que el ojo del amo
engorda al caballo.