En el crucifijo, si por el anverso está como es costumbre una imagen de Jesucristo crucificado, por la parte posterior, fue labrada una imagen de la Virgen Peregrina. Esta imagen es excepcional en la figuración religiosa de los cruceiros gallegos. Por lo común, la parte posterior se reserva en estos monumentos, cuando hay alguna imagen (son también muy raros los casos en que el crucifijo únicamente muestra al Crucificado por delante), a la representación de la Virgen, bajo las advocaciones de la Piedad, o bien como Dolorosa, o también en la Ascensión, e incluso, más raramente, como la Virgen del Carmen. Son muy contados los cruceiros donde la figuración de la Virgen se ve sustituida por un santo determinado. Personalmente, de entre centenares de cruceiros, tan sólo conocemos no más de cinco ejemplos de este tipo. El culto a la Virgen representada y ataviada como peregrina jacobea, cuyo santuario más importante está en la capital provincial, Pontevedra, en este conjunto de Santo Antón, probablemente guarde relación con un posible trasiego de peregrinos de la comarca hacia Compostella a través de A Estrada, municipio situado al N. de Cerdedo.
Como ya hemos adelantado, la capilla fue levantada inmediata a una encrucijada de caminos, por lo que la ubicación del cruceiro, frente y junto a aquélla, podría entenderse en relación con esa confluencia, como viene destacando la bibliografía específica de estos monumentos. De hecho, es muy frecuente comprobar la existencia de cruceiros en encrucijadas. Ciertamente es muy frecuente tal emplazamiento, pero no es ni mucho menos, un patrón de localización absoluto, conociéndose no sólo numerosos casos, sino también comarcas enteras donde los cruceiros fueron levantados en lugares que nada tenían que ver con encrucijadas. Por poner sobre la mesa un dato concreto, adelantamos que de una veintena de cruceiros estudiados por nosotros en el área de Cerdedo, solamente dos fueron vistos en encrucijadas.
Volviendo al caso que ahora nos ocupa, al cruceiro del Conjunto de Santo Antón, debemos valorar la circunstancia de que aún encontrándose próximo a una encrucijada, en el fondo no está en la confluencia. En realidad, creemos que su ubicación, guarda más relación con el santuario y el tránsito por el camino que con la encrucijada cercana. La cantidad de cruceiros levantados delante mismo de la puerta de una iglesia o de una capilla es elevada. Acudiendo a los conocidos en el entorno de Cerdedo cabe señalar los existentes ante las iglesias del mismo Cerdedo, Castrelo, Folgoso, Santa Lucía, etc. En consecuencia, al menos como una hipótesis de trabajo provisional, damos preferencia a la idea de que este cruceiro se ubicó ante la capilla de Santo Antón probablemente como un cumplimiento de un voto realizado ante el santo. De todos modos, el comitente al concebir la iconografía particular de la obra promocionada no descuidó ajustarla a la peculiaridad del paraje, junto a un camino utilizado por las peregrinaciones jacobeas. Para una comprensión sociorreligiosa de la mentalidad que llevó a la edificación de los cruceiros en la sociedad tradicional gallega puede examinarse un artículo anterior dedicado al baldaquino de San Bieito de Cortegada.
En lo relativo al santuario en sí, su advocación, San Antonio Abad, se vincula con el mundo agrario gallego, siendo uno de los santos de mayor culto en la Comunidad, por ser abogado y protector de los animales domésticos. Otro aspecto interesante de este santuario es su localización en una vía de comunicación de notable importancia local. Un emplazamiento semejante también lo encontrábamos en la capilla de la Virgen del Camino de Freixo (Crecente), si bien aquí el matiz es diferente, al estar dedicado el santuario a una advocación protectora de transeuntes.
Aproximadamente el puente tiene una longitud de 34 m. por 3,8 m. de anchura, y una altura máxima de unos 10 m. Posee dos arcos de desarrollo semicircular, teniendo el mayor una anchura de 8 m., y contando con otro menor de 4 m. Asimismo posee tajamares en el machón intermedio de planta triangular. Longitudinalmente el puente es rectilíneo, pero su calzada se descompone en dos planos inclinados, disposición que en el vocabulario específico se denomina de lomo de mula. La calzada está debidamente pavimentada, y dotada de dos petriles de 1 m. de altura, los cuales definen un vial de 3,4 m. de anchura. Un elemento interesante en este puente es la placa conmemorativa insertada verticalmente en el mencionado petril en el punto más alto del lomo de mula. Esta plancha de piedra está coronada por una pequeña cruz de piedra de aspecto más reciente, mostrando en su cara frontal los restos de una inscripción en la actualidad prácticamente perdida debido a estar muy deteriorada. Sin embargo, las grafías que hemos podido identificar de ningún modo son medievales, sino más bien encuadrables en época barroca. Téngase en cuenta que en estor paneles se grababa un texto alusivo al momento de construcción del puente.
Las barandas arrancan en sus inicios de postes de sección cuadrangular, de algo más de 1 m. de altura, algunos de los cuales están rematados en la parte superior en forma de pirámide truncada.
La fábrica del puente no se redujo exclusivamente a su construcción. En efecto, fue preciso la preparación previa del lugar. Así, para evitar posibles perjuicios de las riadas, hacia el N. el cauce se acondicionó con muros de contención, y por el extremo sur fue necesario el aparejamiento de una gran plataforma de piedras donde apoyar el arranque del arco, así como elevar la calzada buscando el nivel del camino.
Vigo, 21 de Noviembre del 2000
