Terapias
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Un cronopio se
recibe de médico y abre un consultorio en la calle
Santiago del Estero. En seguida viene un enfermo y le
cuenta cómo hay cosas que le duelen y cómo de noche no
duerme y de día no come.
-Compre un gran ramo de rosas -dice el
cronopio.
El enfermo se retira sorprendido, pero
compra el ramo y se cura instantáneamente. Lleno de
gratitud acude al cronopio, y además de pagarle le
obsequia, fino testimonio, un hermoso ramo de rosas.
Apenas se ha ido el cronopio cae enfermo, le duele por
todos lados, de noche no duerme y de día no come.
Cortázar, Julio; Historias
de cronopios y de famas, Buenos Aires, Sudamericana, 1994
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