¡Hola, amigos!

        At last, history remembers the "cruel" Spanish stage and the "happy" american protectorate age... history is written by the winners.
        But we want to remember that anonymous Filipino soldier and all who fell fighting for the Filipinas independence.

        Febrero. Recien finalizado el centenario 1898-1998 y Filipinas entra en otro, 1899-1999: esta vez doloroso y amargo.
        En efecto, el 4 de febrero de 1899 un anónimo soldado filipino sacrificaba su vida para que el gobierno constituido en Malolos pudiese declarar la guerra a los Estados Unidos.
        ¿Fue ingenuidad lo que animó a los patriotas filipinos a confiar en las promesas estadounidenses?¿Es posible que no conociesen las ansias imperialistas de la creciente potencia americana? Fuese lo que fuese, les abrieron las puertas de Filipinas y pronto se encontraron expulsados de su propio país: ni Dewey permitió que los soldados filipinos entrasen en Manila en agosto de 1898, ni el gobierno de los Estados Unidos permitió que representantes del gobierno filipino estuviesen presentes en Paris, en diciembre del mismo año, donde los norteamericanos imponín a los españoles el futuro de Filipinas sin contar con los filipinos. ¡Es fácil imaginar la decepción que debieron sufrir Aguinaldo, Agoncillo, Ricarte, Mabini, Del Pilar, ...!
        Así las cosas, al Presidente Aguinaldo y a los ministros de su gobierno no les quedaba más que una salida: la guerra, nuevamente la guerra. El 4 de febrero, un voluntario soldado filipino atravesaba las líneas norteamericanas en Santa Mesa y caía abatido por los disparos de los centinelas. Se iniciaba una dura guerra. Muy dura. Muchos miles de soldados filipinos murieron en los combates. Muchas decenas de miles de civiles filipinos también.
        También perdieron su vida unos cinco mil jóvenes estadounidenses, pero esto era fácilmente asumido por el gobierno y los empresarios de los Estados Unidos. Su potencial humano y económico les permitía prescindir de ellos y de muchos más. Lo más importante eran los nuevos territorios conseguidos.
        Al final, la historia recuerda la "cruel" etapa española y la "feliz" era de "protectorado" norteamericano... la historia la escriben los vencedores.
        Pero nosotros queremos recordar a aquel anónimo soldado filipino y a todos los que cayeron luchando por la independencia de Filipinas.