Una Madre, un anillo...

y una Unión

por Alondra

Capítulo 2: "Erase una vez... una saiya"


Vegetasei : Año 731 del calendario del Dragón...

Los saiyas, como todos sabemos, eran una raza de poderosos guerreros que al poseer una gran capacidad de pelea, por donde pasaban sembraban el caos y la terror, destruyendo todo a su paso. Había pasado más o menos un año de esa famosa guerra en la que los saiyas vencieron al los tsurfurs y se apoderaron del planeta antes llamado Plant y que ahora era conocido como planeta Vegeta, llamado así en honor al monarca de los saiyajins, el Rey Vegeta, Saiya no Ou...

Las grandes habilidades de los saiyas no había pasado desapercibidas ante el emperador del universo y tirano espacial llamado Freezer, que en este mismo año había establecido una alianza con los saiyas por la cual ellos se comprometían al venderle los planetas que eventualmente conquistaran... y esto era perfecto para los saiyas porque de esta manera ellos se dedicarían a hacer únicamente lo que más les gusta y dominan... pelear.

Justo en ese año, eran cuando más conquistas hacían los saiyas debido a la abundancia de misiones a las que se les encomendaba de conquistar planetas y regresaban casi de todas victoriosos, incluso los aseguraban por adelantado, ya que tenían la costumbre de mandar a sus bebés que tenían bajo potencial de pelea a planetas lejanos para que los conquistaran y entregaran a la corona una vez que fueran adultos. Una costumbre algo salvaje, pero normal para ellos, ya que no sentían demasiado apego hacia sus hijos.

Palacio Real. Habitaciones del Rey.

El rey Vegeta se encontraba en sus habitaciones revisando unos asuntos, mientras era informado de las últimas novedades de sus tropas. Por el semblante que tenía, las noticias eran de su agrado...

En ese mismo instante... jardines del palacio real de Vegetasei. Campo de entrenamiento.

Los saiyas comenzaron a abuchear e insultar a la mujer que estaba frente a ellos, una joven hembra saiya en edad adulta, que irradiaba gran fortaleza y seguridad...

Al llegar al centro, la joven se tomó la mano izquierda, despojándola de un extraño anillo. Lo apretó en su mano para luego guardarlo dentro de su traje para que no se estropeara con la pelea. Luego de esto, dijo...

El saiya lanzó un golpe con todas sus fuerzas hacia la chica, que lo esquivó con tan sólo un movimiento y así hizo con los siguientes que le siguieron. El guardia no podía creer que fuera tan veloz para ser una mujer, así que llenándose de rabia le propinó una patada la cual la mujer esquivó agachándose y en una fracción de segundo el guardia escupió sangre a causa del potente rodillado que recibió en plena boca del estómago, seguido de un puñetazo que lo mandó unos metros lejos. Los otros saiyas se quedaron boquiabiertos por lo que había pasado, mientras el castigado guardia trataba de ponerse de pie como podía...

El enfurecido saiya volvió a lanzarse contra ella que se preparó para recibirlo...

Palacio Real. Habitaciones del Rey

El Rey Vegeta continuaba recibiendo los informes de Nappa, pero el ruido de la encarnizada lucha que provenía del campo de entrenamiento que justo quedaba frente a su ventana lo distraía constantemente. Finalmente, perdiendo la paciencia, rompió la pluma que tenía en su mano y se la arrojó a Nappa que afortunadamente para él pudo esquivarla...

Mientras tanto, en el campo de entrenamiento, la lucha continuaba y el que llevaba todas las de perder definitivamente era el confiado guardia y no podía hacer nada para parar o esquivar los golpes que la mujer le incrustaba y al final terminó derrotado y humillado con un ki-blast proveniente de la muchacha que lo lanzó fuera de la arena contra una pared. Los otros guardias no atinaban a decir nada al ver a su compañero medio muerto y sin poder moverse, mientras la saiya permanecía incólume en su posición de brazos cruzados.

Ambos comenzaron a pelear, y esta vez la lucha era más dinámica que la anterior. En tanto, el Rey Vegeta continuaba observando desde su ventana el interesante espectáculo...

El Rey Vegeta se colocó su rastreador y apuntó hacia donde la mujer y el guardia luchaban, activándolo. Una serie de cifras aparecieron en la pantalla de la máquina y cuando marcaron la cifra del poder de pelea, el rey sonrió satisfecho...

Mientras tanto en el campo de entrenamiento...

A pesar que esta segunda lucha había sido más animada que la anterior, la saiya había logrado dominar a su oponente y estaba literalmente masacrándolo, aunque ella también había recibido unos buenos golpes que habían rasgado su traje. Al final, ya harta de todo, la mujer decidió poner fin al combate, derribando al guardia y tomándolo de la cola le dio varias vueltas para lanzarlo finalmente hacia donde había dejado al otro fuera de combate. Esta vez se le notaba algo más cansada, pero no tanto como para no poder pelear con el otro idiota que la observaba muerto de miedo. Paró para respirar un poco y luego incorporándose, miró al gordo guardia que quedaba y cruzando los brazos le dijo...

Ambos voltearon hacia la dirección de donde había provenido la voz y el guardia se asustó al reconocer al Rey Vegeta en persona...

La saiya miró hacia donde había caído el guardia sin sorprenderse en lo absoluto porque ella había visto y causado muchas muertes en su vida, por lo que eso no era algo extraño para ella. Luego miró hacia el rey sin cambiar su acostumbrada postura y al cabo de un instante se inclinó haciendo una respetuosa reverencia...

Ya en la arena, ambos se observaron detenidamente, como si se estudiaran mutuamente. La saiya contempló al rey, lo había visto sólo unas pocas veces porque ella siempre se encontraba en alejadas misiones de conquista y casi no paraba en su planeta, más que para reponerse, recargar combustible y provisiones, el resto del tiempo lo pasaba en el espacio. El rey Vegeta tenía un aspecto imponente, de tez ligeramente oscura, cabello de punta, su rostro adornado con una distintiva barba y con una mirada peculiar en sus ojos con un ceño fruncido bien marcado. Además era alto y con los músculos bien definidos... en otras palabras, podría decirse que era atractivo... para los ojos de ella.

Por el otro lado, el rey observaba a la guerrera... ella era hermosa en cierta forma, definitivamente mucho más que cualquier otra hembra de su especie. Era de contextura delgada, musculosa, pero con sus formas bien marcadas sin ser demasiado voluptuosa. Su rostro era fino y elegante, y además había algo diferente a otras mujeres de su raza... ella era alta, tenía el cabello largo y lacio recogido de una sola trenza que le caía de lado, y unos mechones de su cerquillo caían sobre sus ojos, de un hermoso color castaño claro. Vestía en la parte superior una armadura de combate y un ceñido pantalón azul obscuro que hacía juego con un par de botas blancas. Finalmente, la cola completaba el atuendo, enroscada finamente en su estrecha cintura. Una guerrera, dueña de una gran fortaleza... y al mismo tiempo, de una gran belleza... la perfecta combinación.

Luego de unos momentos más de estarse observando, la saiya se decidió a atacar primero, sabiendo perfectamente que el rey tenía un nivel muy superior de combate, incluso más que ella, pero de todas maneras ella también tenía curiosidad por saber como era el nivel de combate del soberano. Así que rápidamente la mujer inició su ataque con un puñetazo que fue eludido por el rey sin problemas, ella se dió cuenta y le asestó otro golpe que también fue evitado. Esta vez el rey contraatacó con un codazo en el rostro de la joven, seguido de una patada que la mandó por los aires. Ella pudo reaccionar a tiempo y usando sus poderes de levitación se detuvo en el aire y observó a su rival. El rey sonrió y se lanzó a su encuentro lanzándole de la nada una esfera de energía que ella pudo rechazar con sus brazos, pero en ese instante el rey apareció detrás de ella y golpeándola con ambos puños la mandó de nuevo a tierra. La saiya cayó pesadamente en la arena y el rey aterrizó justo detrás de ella . Mientras ella se incorporaba, el monarca dijo en tono arrogante...

El rey Vegeta casi no pudo terminar la frase al sentir la feroz patada de su hermosa contrincante que lo obligó a retroceder y ella sin darle tiempo a nada volvió a atacar de nuevo y esta vez ambos se enfrascaron en una encarnizada lucha de mayor nivel de combate en la que los golpes y patadas volaban por todas partes. Para ese entonces el campo de entrenamiento se había llenado de espectadores, entre cortesanos y guerreros que no podían creer lo que veían... solamente Nappa permanecía muy tranquilo de pie sin perder ningún detalle de la lucha.

La mujer, en uno de sus ataques, barrió el suelo obligando al rey a elevarse y en ese momento aprovechó para lanzar un potente ki-blast que puso en graves aprietos al rey que contraatacó con varios misiles de energía que la saiya eludió con ágiles saltos acrobáticos y en uno de esos movimientos saltó al encuentro del rey y ambos lanzaron al mismo tiempo un golpe, luego otro y se quedaron haciendo pulso con sus manos. En ese momento sus miradas se encontraron... unas miradas intensas, pero al mismo tiempo, con deseos de ganar. Ambos volvieron a separarse y al aterrizar se quedaron alejados unos metros... respiraban agitadamente y tenían varios golpes y contusiones... ella sobre todo era la que estaba más lastimada, pero no mostraba ninguna señal de queja. El rey frunció el ceño y despojándose de la capa y de la medalla de la familia real, dijo...

Tal y como lo había pensado, los ataques del rey fueron más fuertes y ella los sintió duramente. Allí se dio cuenta que el rey tenía un nivel de combate muy superior a ella, pero ella no se dejaría vencer y lucharía hasta el final como cualquier saiya lo haría. El rey comenzó a dominarla con sus golpes y en uno de sus ataques la atrapó en el aire en una llave haciéndola gritar de dolor, pero ella utilizado su cola que estaba libre, le asestó un fuerte golpe en pleno rostro del monarca y tomando su brazo lo lanzó a tierra persiguiéndolo para rematarlo cuando cayera, pero el rey pudo detenerse a tiempo para recibir a su rival con una patada en el rostro que la hizo rodar por los suelos. Seguidamente el rey la apuntó con ambas manos, listo para lanzarle un energy-ha con toda su fuerza.

La saiya se incorporó con gran dificultad y al levantar la mirada vio con horror que el rey se preparaba para rematarla, así que como pudo, levantó sus manos y también las colocó en posición de ataque y concentró su energía...

El choque fue inevitable... ambos disparos salieron y se escuchó una enorme explosión que remeció en todo el palacio, mientras los cortesanos corrían rápidamente a refugiarse de la onda expansiva. Unicamente Nappa se quedó de pie sin moverse de su sitio...

Cuando el humo se despejó, el campo de entrenamiento estaba hecho un desastre y para sorpresa de todos, ambos contrincantes seguían de pie, pero eso sólo fue por un instante, ya que la saiya, cayó al suelo de rodillas y se apoyó en sus manos, mientras que de sus numerosas heridas brotaba abundante sangre. El rey Vegeta se le quedó mirando y de pronto, de su brazo comenzó a correr un hilo de sangre que se fue haciendo más abundante y goteó en el suelo. Al ver esto, los cortesanos se alarmaron...

Los soldados ya se disponían a atacar a la mujer, pero Nappa se interpuso entre ellos y la hembra saiya, y dijo...

La mujer miró de reojo a los enfurecidos cortesanos y después al rey que aún no había dicho ni una palabra. Recordó como los disparon de ambos chocaron y se cruzaron... al parecer el rey pudo eludirlo un poco, pero ella no tuvo tanta suerte y lo recibió de lleno. Se incorporó tambaleándose mientras se tomaba el costado el cual sangraba en abundancia.
 El rey la miró luego de examinar su lastimado brazo y se le acercó hasta cierta distancia y dijo...

Todos los presentes asintieron con júbilo ante el mandato del rey y poco a poco se fueron retirando, en tanto que la mujer aún permanecía inclinada en el suelo, y no era porque lo quisiera así, sino porque el gran dolor que sentía en su costado no la permitía incorporarse. Una vez que la mayoría de los presentes se fueron, el rey se acercó a la saiya...

Kaissa estaba a punto de desmayarse, pero Nappa la detuvo antes de caer y la ayudó a levantarse...

Kaissa lo observó alejarse de donde se encontraba y una suave brisa sopló moviendo sus cabellos. Tenía muchas incógnitas en su cabeza, muchas dudas... y el rey... no pudía quitárselo de la cabeza. Unos instantes después, introdujo su mano dentro de su destrozado traje y extrajo el objeto de su interés que afortunadamente no había sufrido daño alguno y se lo colocó en el dedo de su mano donde estaba antes. Apretando los puños, Kaissa miró hacia el castillo y lentamente comenzó a caminar...

 

Fin del segundo episodio...

Nota : La idea principal de este capítulo está basada en uno de los fics de mi amiga Vejichan, llamado "Father´s Love"... muchos agradecimiendos a ella por permitirme usarlo.


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