Una Madre, un anillo...

y una Unión

por Alondra

Capítulo 7: "Instintos"


"Amor de madre es puro y natural... es sincero y desinteresado... es el instinto maternal..."

Todo en la habitación estaba en silencio... no había ni un murmullo, más que el ruido que hacían las máquinas al funcionar y el emerger de las burbujas en los tanques de recuperación...

Kaissa abrió lentamente los ojos... habían pasado dos días desde que diera a luz al príncipe y de allí no recordaba nada más ya que perdió el conocimiento a causa del esfuerzo, por un instante pensó que moriría... algo debió haber pasado. Kaissa notó que tenía una mascarilla y estaba flotando en un ambiente líquido y estéril, pero a la vez tibio... era un tanque de recuperación. Enfocó su mirada y a través del duro cristal pudo distinguir, aunque algo distorsionado, varias máquinas y aparatos, pero ningún ser vivo. Se miró a sí misma y estaba desnuda, pero eso era lo de menos, porque lo que llamó su atención fue ver su vientre de nuevo plano... pero a la vez sintió que le habían quitado parte de ella...

Salón del trono...

El rey Vegeta se encontraba sentado en medio de la soledad de la sala, acompañado más que con un par de guardias imperiales. Se veía una sonrisa de satisfacción en su rostro ya que su hijo había nacido y que según los informes que le habían dado, su potencial de pelea era bastante alto... tal y como lo había planeado. El ruido de unas pisadas lo hicieron levantar la vista hacia el frente y pudo ver a Nappa acercarse y hacer un respetuoso saludo al llegar a su presencia...

Sala de recuperación...

El ruido de una alarma hizo que Kaissa abriera los ojos, provenía de la máquina en donde estaba recuperándose y en eso un par de doctores con apariencia de reptil entraron murmurando algo mientras la observaban. Uno de ellos se acercó al panel de control y oprimiendo unos botones, detuvo el funcionamiento de la máquina. El agua que rodeaba a Kaissa comenzó a escurrirse por unos ductos del tanque y ella levantado su mano tomó la mascarilla y se la extrajo, al tiempo que el domo de vidrio de la máquina se abría...

Kaissa se quedó pensativa por unos instantes... así que había sobrevivido... se alegró por eso ya que el rey no se salió con la suya. Observó nuevamente su vientre plano y luego de un largo silencio, se animó a preguntar...

Con ese último grito, hizo que los médicos cumplieran su orden al pie de la letra y al poco rato Kaissa se encontraba vistiéndose con la armadura de combate que siempre usó, pantalones ceñidos y sus botas. Ahora que había dado a luz se sentía más ligera que antes, pero su cuerpo había perdido condición física. Y para completar su atuendo, se colocó una larga capa roja que resaltaba aún más su porte y presencia de reina. Por un momento, sintió que algo le faltaba y pronto se daría cuenta...

Kaissa tuvo un sobresalto al escuchar las palabras del guerrero. Había olvidado totalmente el motivo de su presencia en el palacio... pero apretando los puños, contestó aparentadno indiferencia...

Kaissa se dio vuelta al escuchar las últimas palabras de Nappa, pero éste ya había desaparecido. Se quedó pensando en eso cuando un destello brillante llamó su atención encima de una mesa cercana. Al acercarse lo reconoció... era su anillo y Kaissa no entendía como había llegado hasta ese lugar...

Mientras tanto, en el salón del trono...

El jefe de mando había acudido ante la presencia del Rey luego del aviso de Nappa y se encontraba dándole los últimos informes y planes para unas próximas conquistas mientras revisaban las cartas celestes...

El rey se quedó nuevamente solo en el salón y apretando los dientes de furia, musitó...

Corredores del palacio...

Kaissa caminaba por el castillo tratando de mantener distraída su mente. Sabía que no duraría mucho en el palacio, pero lo que más la perturbaba era un fastidio en su pecho... como si algo le faltara. Recordaba su conversación con Nappa... el anillo... y las palabras que dijo. Por un instante, el recuerdo de una peluda y pequeña cola flotó por su mente...

Sin darse cuenta, Kaissa llegó hasta la sala de incubadoras... y no comprendía como había pasado, era como si "algo" la hubiera llevado hasta ese lugar. Sin poder contenerse, Kaissa tuvo la enorme necesidad de acercarse a la vitrina que la separaba de la sala. Al asomarse vió un gran número de incubadoras, pero había una particular que estaba separada en una sala contigua y por la distancia no le permitía ver bien. De pronto sintió de nuevo ese algo que la llamaba y frunciendo el ceño, de dirigió hacia la entrada de la sala, sorprendiendo a los médicos que se encontraban allí...

Una vez que todos se marcharon, Kaissa respiró profundamente y entró a la sala de incubadoras. Pasó de largo por las que estaban a los lados y centró su atención en la que estaba aislada. Al llegar, sentía que su corazón iba a salírsele del pecho, pero armándose de valor se acercó a la incubadora cuyos monitores no dejaban de sonar.

Finalmente pudo conocer a su hijo... la criatura estaba con los ojos cerrados y completamente desnudo. Era un niño de tez clara como la suya, pero su aspecto era idéntido al de su padre el rey Vegeta, es decir con cabello de punta y un pequeño ceño fruncido...

Kaissa se acercó a la incubadora y no pudo contener el impulso de tocar el vidrio... estaba tibio producto de la temperatura generada por la incubadora. En eso, el pequeño príncipe abrió sus pequeños ojos y al darse cuenta de su extraña visitante, fijó su vista en ella... y sonrió. Kaissa se sentía confundida por la reacción del bebé, era como si la criatura supiera que ella era su madre. Lo miró de nuevo y puso un gesto serio, como para intimidarlo... pero el bebé lejos de asustarse volvió a sonreir y estiró sus pequeños bracitos hacia ella mientras agitaba su cola.

La saiya trató de contenerse se dio media vuelta con intención de salir de la sala... debía olvidarse de su bebé ya que era imposible que le permitieran estar con él. Pero algo había nacido en ella y que la llamaba a regresar hacia su bebé... era su instinto... lo que se refería Nappa... y sin saberlo, un lazo se había formado entre ella y el recién nacido. Kaissa sacudió su cabeza y regresó hacia la incubadora donde el pequeño inquilino se alegró al verla nuevamente. La saiya observó por todas partes cuidando que nadie estuviera cerca y apretando unos botones, desconectó la incubadora y pequeña compuerta de vidrio se abrió. Temblando, Kaissa acercó su mano hacia su bebé y muy suavemente lo tocó... su piel era tan suave, que parecía que se iba a romper con sólo tocarla.

El bebé gimoteó al sentirla y enroscó su colita en la muñeca de su madre. Kaissa se apretó los labios para no llorar de emoción... lo que sentía era tan hermoso, algo que nunca había sentido antes, quizás porque nunca había sido madre y todo esto era nuevo para ella. El bebé comenzó a jugar con los dedos de Kaissa, percatándose del brillante anillo que rápidamente llamó su atención y trató de cogerlo con sus pequeños dedos. Kaissa sonrió mientras retiraba su mano y el niño se quejó cuando le quitó su "juguete brillante" y estiró de nuevo sus manitos hacia ella mientras la miraba con su ceño fruncido. Por algo inercial, Kaissa lo tomó en sus brazos sacándolo de la incubadora y poniéndolo frente a sus ojos para observar sus facciones... era un niño tan hermoso y era parte de ella... era su bebé... su sangre.

Kaissa lo sostuvo contra su pecho por un largo rato, para luego dejarlo en la incubadora ante la negativa del retoño que no quería separarse de su mamá, ni de su "juguete brillante". Antes de poner a funcionar de nuevo la incubadora, Kaissa estuvo tentada a darle un beso, pero se contuvo... por hoy ya había sido suficiente, así que sin pérdida de tiempo encendió la incubadora de nuevo y el bebé luego de un último vistazo a su mamá, cerró los ojos y se durmió.

Kaissa sonrió y musitando algo, salió de la sala... sin notar que alguien en medio de las sombras la había estado observando...

Rato después...

Furioso, el rey Vegeta le lanzó otro disparo, pero esta vez Kaissa lo esquivó pero no contó con un ataque sorpresivo del rey que de una bofetada la tiró a suelo nuevamente y dijo...

Kaissa meditó por un rato la situación, considerando que no le quedaba de otra. Adoptando una posición fría, asintió diciendo...

Kaissa bajó la cabeza y asintiendo se retiró a paso rápido, tratando de contener las lágrimas que no dejaban de correr por sus mejillas. Esta vez el dolor que sentía era demasiado para ella, mucho peor que los anteriores. Se sentía humillada, frustrada... se repetía mentalmente que no que le pasaba no era justo... ¿¿por qué tenía que separarse de su bebé de esa manera tan brusca??. También pensaba en lo último que dijo el rey, sobre su hijo... por su seguridad y la de su bebé era mejor que no lo viera, ni que se enterara que existía... ¿podría soportarlo?...

Pero en el fondo y aunque no estuviera de acuerdo sabía que era lo mejor y lo correcto, después de todo... estaba en una sociedad saiya en donde los sentimientos no valían nada. Así que secando sus lágrimas, tomó la firme decisión de ir a ese viaje por su propia voluntad y olvidarse de su pequeño... para siempre.

Al día siguiente...

Había gran alboroto en el castillo y sobre todo en el puente de lanzamiento, donde los soldados estaban terminando de cargar las naves para era larga travesía a la galaxia del sur. Kaissa entró de inmediato a la nave madre sin siquiera despedirse de nadie ya que lo único que quería era dejar el planeta... y a su pasado. Se instaló en la cabina de control y observó el lanzamiento de las otras naves. Desvió su vista por un minuto al puente de lanzamiento y pudo distinguir la figura de Nappa que la observaba y haciendo una reverencia se retiró tan rápido como desapareció aquella otra vez.

Minutos después las naves despegaron y ya se encontraban en camino a la galaxia del sur. El viaje sería muy largo y pesado, pero Kaissa podría soportarlo. Sintiéndose cansada, se levantó de los controles y dijo a los tripulantes...

Una vez que estuvo en sus aposentos, Kaissa se quitó su armadura e introduciendo su mano por uno de los extremos, oprimió un botón y por uno de los laterales de la armadura emergió una pequeña caja de madera, ya que la armadura tenía unos compartimientos vacíos a modo de bolsillos para guardar cosas. Sonriendo abrió la caja y allí se encontraba un pequeño libro con un pequeña inscripción en idioma saiya... pero traducidas significaban algo muy valioso para ella... Memorias.

Kaissa tomó una pequeña pluma y comenzó a escribir...

" Hoy parto a una nueva misión, hermano mío... y esta vez será muy larga... la verdad no se si sobreviva, pero haré todo lo posible por regresar sana y salva... "

Kaissa cerró los ojos por unos instantes y suspirando, continuó...

" Karionte... no sé que es realmente lo que siento... me siento distinta. Quizás es el hecho de que ahora soy madre, porque... sentí algo muy extraño al tener a mi hijo en brazos... era un sentimiento desconocido hasta ahora para mí... creo que es lo que llaman instinto maternal. Pero por causas del destino tengo la necesidad de olvidarlo, no solo por mi bien, sino también porque pienso en mi hijo y temo que ese maldito del rey le haga algo si lo vuelvo a ver. También pensaba en las palabras de tu compañero Nappa, espero que lo que me dijo sea la verdad. En tanto, ya tomé una decisión y la cumpliré pase lo que pase... pero antes de cerrar la página te diré que... aún siento un terrible dolor en mi pecho... y no sé cuanto tiempo... tardará... en desaparecer.... Adiós."

"KAISSA..."

Y terminado de escribir el último párrafo, Kaissa cerró sus memorias y exhausta se durmió...

 

Fin del séptimo episodio...


Notas de la autora : ¡Hola!... por primera vez en este fic me animo a hacer un comentario. He recibido muy buenas críticas referentes a esta historia y me alegro mucho. La verdad que es la primera vez que escribo con este estilo tan crudo y es porque esta vez quería hacer algo diferente a lo que comúnmente escribo y estoy poniendo bastante cabeza en escribir lo mejor posible en cada capítulo. También este capítulo va dedicado a todas las madres ya que en mi país hoy segundo domingo de Mayo es considerado el "Día de la Madre"... y como nota adicional lo dedico especialmente a dos madres: mi mamá a la que adoro y sobre todo a mi prima Margenia... quien falleció hoy 14 de Mayo en la mañana víctima del cáncer... tenía 34 años...

"Geni... donde quiera que estés, ahora sé que no estás sufriendo y Dios quiso lo mejor para tí... fuiste una madre ejemplar y una prima muy querida por todos. Nunca te voy a olvidar y vivirás por siempre en el corazón de todos... Descansa en paz... así sea..."

Muchas gracias a la gente que apoya a "Un anillo..." y con ustedes hasta otra oportunidad... Ja ne... ALONDRA.

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