por Xime
Cuando Bulma entró a su habitación, cerró la puerta, encendió la radio y después de un momento de derramar lágrimas en silencio, arrojó con todas sus fuerzas su bolso hacia el otro lado de la habitación, dando un fuerte grito.
Luego se dejó caer en el suelo y comenzó a llorar como hacía mucho tiempo no lo hacía.
Vegeta desde la cámara de gravedad escuchó el grito de Bulma y empezó a sentir algo que nunca antes había sentido. "Culpa"
Trató de seguir entrenando un rato más, pero no pudo.
VG: "Tal vez... se me pasó la mano" pensó mientras apagaba el control principal. "Ella nunca me había mirado así"
Estuvo pensando un buen rato si hacerlo o no, y finalmente se dejó llevar por lo que sentía.
Mientras subía la escalera, pensaba en las palabras que debía utilizar para no seguir con la pelea. Cuando estuvo frente a la puerta, respiró profundamente y golpeó.
TOC, TOC, TOC.
BL: ¿Quién es?
VG: ¿Drías erta?
BL: ¿Quién?
VG: ¿Podrías abrir la puerta?
BL: ¡NO!
VG: Yo sí la puedo abrir.
BL: Me alegro mucho.
¡¡CRACK!!
Vegeta descerrajó la puerta y entró. Habitación levemente iluminada, música suave y el objeto de su preocupación sentada en el piso alfombrado, sin zapatos, ligeramente despeinada y con lágrimas surcando sus mejillas.
BL: Puedes pasar, Vegeta dijo irónicamente secándose las lágrimas y cruzándose de brazos.
VG: ¿Por qué estás llorando?
BL: ¿Sabes en qué planeta estás? Vegeta la miró extrañado. Yo soy humana igual que los demás. ¿Por qué no entiendes que lo que dices duele? ¿Por qué no entiendes que yo también puedo llorar?
VG: Llorar es de débiles.
BL: ¿Y qué? ¡Maldita sea! Soy débil y estoy orgullosa de serlo. No como tú, maldito desgraciado. No tienes una sola consideración con los demás dijo muy molesta mientras Vegeta sólo la miraba derramar lágrimas en la semioscuridad de la habitación.
VG: Tú no eres débil. Si lo fueras, yo no estaría aquí.
BL: ¿Por qué me hieres cada vez que tienes oportunidad? Yo no te hago daño.
VG: Es lo que crees.
BL: ¿Cómo? logró preguntar después de unos momentos de confusión.
VG: Por tu culpa estoy traicionando mi sangre de guerrero saiyajin. Por tu maldita culpa todo lo que me inculcaron desde que era un chiquillo se está yendo al infierno.
Bulma se puso de pie y pasaron unos momentos de silencio en que trataba de entender lo que le había dicho Vegeta.
BL: Vegeta...
VG: No sabes lo que me estás haciendo. No tienes idea de lo que es ver cómo tu vida se convierte en nada. Todo lo que fui durante años se deshizo por tu culpa. Todo lo que me parecía normal, ahora no lo es. Todo lo que me parecía ridículo, ahora es lo que hace fuertes a las personas. Guardó silencio un momento. Yo... vine a decirte que... se me pasó la mano con... tú sabes. Eso era todo y... Bulma se acercó a Vegeta.
BL: Disculpa aceptada sonrió levemente.
Vegeta no le respondió nada y salió de la habitación.
Bulma se quedó mirando la puerta y escuchando la canción que en ese momento sonaba en la radio. La letra era realmente hermosa y, aunque ya había solucionado el problema con Vegeta, sintió un enorme vacío dentro de ella. Algo faltaba y sabía que a él también le hacía falta. Ahora sólo era necesario que lo aceptara.
Además, le preocupaban las palabras que le había escuchado decir. No estaba hablando por hablar, eso lo sabía, y quería ayudarlo aunque no sabía bien cómo. Tal vez...
Vegeta se fue a entrenar nuevamente a su "camarita" (como le decía Bulma), maldiciéndose por haberle dicho todas esas cosas. No podía soportar el hecho de que ella supiera que provocaba ciertas reacciones en él, y mucho menos la idea de que no tenía idea cómo defenderse de lo que "La mujer" le estaba haciendo.
Ahora sabía que tenía cierta ventaja sobre él y eso le molestaba demasiado.
Le había dado a entender que por ella sería capaz de revelarse contra sus principios de guerrero y que no le importaría en lo más mínimo.
VG: "¡Cómo rayos fui capaz de decirle todas esas locuras!" gruñía mientras le lanzaba patadas y puñetazos a los robots de entrenamiento, haciéndolos añicos.
Alrededor de una hora más tarde, Bulma, que había tratado de trabajar un poco en su laboratorio para despejar su mente, pasaba por fuera de la cámara de gravedad cuando escuchó una explosión dentro. No era raro oír ese tipo de estruendo, ya que Vegeta hacía explotar los robots de entrenamiento, pero esta vez Bulma dudó que todo estuviera bien y decidió cerciorarse, sobre todo porque después de la explosión todo quedó en absoluto silencio.
Todavía no decidía si llamarlo o irse, cuando de pronto se abrió la puerta de la cámara de gravedad. Vegeta estaba a punto de desmayarse por el cansancio, aparte de estar sangrando y Bulma se asustó al verlo.
BL: ¡Oh, Dios mío! dijo llevándose las manos a la boca para no gritar. Luego se acercó a él y trató de ayudarlo, pero Vegeta la empujó.
VG: ¡Quítate! dijo recuperando el aliento y caminando hacia su habitación.
BL: Vegeta, estás sangrando.
VG: No me digas dijo irónicamente.
BL: Deja que te limpie esas heridas dijo sujetándolo de un brazo.
VG: Suéltame. Trató de retirar su brazo, pero no pudo.
BL: Ven conmigo Bulma lo arrastró hasta su habitación (literalmente) mientras Vegeta maldecía el día que se enteró de la existencia de las esferas del dragón.
VG: Me extraña que no entiendas el significado de la palabra "NO".
BL: Voy por las vendas y el desinfectante. No te vayas.
VG: "Esto va de mal en peor"
Momentos después, Bulma volvió con todo lo necesario.
BL: Listo, aquí están. Déjame ver.
Bulma se acercó a Vegeta y comenzó a limpiar uno de los cortes que tenía en el brazo izquierdo.
BL: Eres increíble. No terminan de sanar tus heridas cuando ya tienes otras nuevas.
Vegeta miraba por la ventana cuando escuchó sus palabras. Se volteó y su mirada se posó en ella. Como la habitación sólo estaba iluminada por una lámpara que tenía disminuida la luz, no necesitaba disimular que la estaba mirando, como en otras ocasiones.
Sentía el suave aroma de su cabello. Sus suaves manos en contacto con la piel de su brazo. Las heridas le ardían por efecto del desinfectante, pero en ese momento no le importaba. Ella le hablaba algo, pero no prestaba atención. Sólo empezó a repasar los hechos desde la primera vez que la vio. Qué lejano veía ese día. Era extraño, pero sentía que la conocía desde siempre. Era como si su vida empezara con ella. Antes de ella no había nada. Le aterraba pensar en eso. Estaba muy confundido porque sabía lo que necesitaba y lo que muy en el fondo quería, pero eso se oponía a lo que le habían enseñado. Las dos cosas eran como el agua y el aceite. No había forma de hacer que se unieran. Debía elegir, y lo que lo atormentaba era tomar la decisión equivocada y mostrar su debilidad.
Bulma había estado reflexionando mucho sobre lo que le había dicho Vegeta y sabía qué decirle, claro que estaría arriesgando mucho si él no lo tomaba como ella esperaba.
Continuó desinfectando su brazo derecho y en ese momento Vegeta escuchó lo que ella le dijo.
BL: No sé mucho de tu vida, sólo lo que me has contado en tus "rarísimos" momentos comunicativos. Guardó silencio un momento buscando las palabras adecuadas. Cuando naciste, no elegiste ser el príncipe de los saiyajin, ni tampoco servir al malvado de Freezer, ni nada de lo que hayas hecho en tu vida hasta ahora, que te diste cuenta de que hay más de lo que siempre te rodeó. No puedo decirte qué hacer. No me corresponde y tampoco dejarías que lo hiciera. Es tu vida y sólo tú tienes el poder de hacer con ella lo que quieras. Quien seas de hoy en adelante va a ser tu responsabilidad. Y sea cual sea tu elección, debes estar orgulloso de ella.
Vegeta quedó helado al escuchar sus palabras. Era como si ella hubiera visto en el fondo de su alma. Bulma respiró profundo esperando que Vegeta no se hubiera molestado con ella. Sabía perfectamente que a él no le gustaba que se metieran en su vida. Esperó comprobar su reacción, pero Vegeta no movió ni un músculo y eso la tranquilizó un poco.
Bulma terminó con su brazo derecho y continuó con su rostro. Humedeció un algodón con desinfectante y lo deslizó suavemente por la superficie del corte que Vegeta tenía en la mejilla. Lo sintió tensarse por el contacto del desinfectante.
BL: Perdón...
VG: ¿Por qué te preocupas por mí? preguntó después de unos momentos y en voz baja.
BL: Porque... te quiero susurró, y luego sonrió, ruborizándose.
Cuando casi había terminado, sintió la enguantada mano de Vegeta sobre la suya. Se sorprendió al principio y no pudo evitar mirarlo a los ojos. Luego, sintió que la mano de Vegeta se deslizaba suavemente por su brazo, casi como si no quisiera tocarla, y haciendo que un escalofrío recorriera su espalda. Cuando la mano llegó a su hombro, sintió que él ejercía una ligera presión sobre ella, haciendo que la distancia que existía entre ambos disminuyera hasta casi desaparecer.
Bulma sintió la cálida respiración de Vegeta sobre su rostro al mismo tiempo que él acariciaba su cabello. Ella, al sentirlo tan cerca, instintivamente cerró los ojos.
BL: "Es el momento"
VG: "La decisión está tomada"
El contacto de sus labios fue tan leve que apenas lo percibieron. Se separaron y se miraron a los ojos. Al comprobar que no había sido tan terrible como imaginaba, Vegeta tomó a Bulma entre sus brazos con mucho cuidado y volvieron a besarse.
Pasaron un buen rato así, hasta que Vegeta sintió a Bulma temblar.
VG: ¿Qué pasa?
BL: Na-nada dijo con un poco más de color en sus mejillas.
VG: ¿Te sonrojaste? dijo sonriendo.
BL: ¡Claro que no! dijo avergonzándose.
VG: Claro que sí. No puedes negarlo dijo soltándola despacio y luego se puso muy serio. Bulma... ¿en verdad... me quieres? preguntó en un tono de voz que incluso sonaba a inseguridad.
BL: Sí... dijo en una voz apenas audible. ¿Y... tú? preguntó tímidamente.
VG: Yo debo... poner en orden algunas cosas antes de...
BL: Vegeta...
VG: ¿Sí?
BL: Yo... siento mucho lo de tus muelas. Si pudiera hacer algo...
VG: ¡Qué! ¿Hay forma de que me las devuelvan? dijo sonriendo.
BL: Creo que no.
VG y BL: Ja ja ja ja ja era la primera vez que los dos se reían abiertamente estando juntos (y lúcidos)
BL: Tienes unos dientes muy lindos... deberías dejar que se vieran más seguido.
VG: ¡Ejem! Vegeta volvió a la realidad y se encaminó hacia la puerta sin decir nada.
BL: ¿Adónde vas? Vegeta sólo se volteó a mirarla con su típica expresión y ella continuó: Supongo que no vas a ver la telenovela los dos sonrieron y Vegeta salió de la habitación.
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