por Xime
Ya estaba completamente oscuro cuando se sentaron junto a las enormes raíces de un gran árbol.
VG: Bueno, creo que aquí estaremos bien – dijo sentándose pesadamente y apoyando la espalda en las raíces.
BL: ¿Tú crees? – dijo todavía de pie y abrazándose a sí misma. Miraba en todas direcciones y temblaba ligeramente por la fría brisa que corría. Vegeta no le respondió. Se había cruzado de brazos y tenía los ojos cerrados - ¿Vas a dormir?
VG: Lo estoy intentando.
Bulma se sentó en el suelo cerca de él, aún temblando por la brisa. Fijó su vista en el cielo, mirando entre las ramas de los frondosos arboles. Estaba despejado, azul oscuro y lleno de estrellas. Tal parecía que la contaminación de la ciudad no permitía ver del todo las estrellas. A pesar de que tenía mucho frío cerró los ojos y respiró profundamente el aire puro que la rodeaba. En cierto modo se sentía muy feliz por estar en una situación (supuestamente) tan romántica con Vegeta. En ese momento se volteó a verlo pero él estaba completamente dormido.
BL: "Pobre!" – pensó – "debe estar agotadísimo ahora que no tiene poderes"
Lo observó detenidamente. A pesar de estar dormido parecía estar alerta a cualquier cosa que pasara a su alrededor. Sus facciones bien marcadas eran acentuadas por el aspecto de constante enojo que a ella al principio le disgustaba tanto pero que ahora le encantaba.
Se quedó observándolo unos momentos hasta que el sueño y el cansancio la vencieron.
En medio de la noche el crujido de las ramas de los arboles despertó a Vegeta. Se sobresaltó al principio porque le costó darse cuenta donde estaba. Cuando su vista se adecuó a la oscuridad reinante vio a Bulma cerca de él. Estaba acurrucada y temblaba por el frío.
VG: "Se está congelando" – pensó.
Se acercó a ella sin levantarse y la rodeó con su brazo izquierdo. Ella gimió en protesta por el cambio de posición pero luego de acomodarse siguió durmiendo tranquilamente.
Casi al amanecer Vegeta despertó literalmente de golpe porque una fruta del árbol bajo el cual habían pasado la noche lo despertó amablemente reventándose en su cabeza por lo madura que estaba.
Después de llevarse la mano a la cabeza para sentir lo que lo había golpeado, sintió la sustancia pastosa escurrir por su cara.
VG: ¡Que rayos…! ¡Que es esta cosa tan asquerosa! – dijo mirándose la mano llena de fruta y la sacudió para quitársela sin tomar en cuenta que Bulma dormía apoyada sobre sus piernas y al hacer ese movimiento la salpicó a ella con la fruta.
BL: ¡Ay! Oye Vegeta, ¿qué estás haciendo? – dijo limpiándose la cara – ¡Pero qué es esto, qué cosa más asquerosa!
Vegeta se puso de pie todavía limpiándose la cara y luego miró en todas direcciones decidiendo qué dirección tomar.
VG: ¿Qué hora es?
BL: Un cuarto para las siete – dijo mirando su reloj mientras se levantaba.
VG: Será mejor que empecemos a caminar.
Recorrieron unos buenos kilómetros cuando ya ambos estaban cansados. Hacía calor y no habían comido ni bebido nada desde el día anterior. Obviamente Vegeta era más resistente que Bulma, pero en ese momento y sin sus poderes estaba muy cansado. Debido a esto Vegeta disminuyó la velocidad de sus pasos gracias a lo cual Bulma logró alcanzarlo. Durante todo lo que habían caminado Vegeta apartaba ramas, saltaba rocas y malezas sin hablar con Bulma y asumiendo que ella iba tras él. Sólo miraba de reojo cada cierto tiempo para asegurarse que así fuera.
En el momento que Bulma lo alcanzó lo tomó de la mano suavemente. Ya estaba preparada para que él se molestara y le dijera alguna pesadez, pero por el contrario Vegeta estrechó su mano con firmeza sin dejar de caminar y sin pronunciar palabra alguna.
Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos que no tenían nada que ver el uno con el otro…
BL: "¿Por qué no me hablará? ¿Estará enfadado? No lo creo…aunque"
VG: "Rayos! Me estoy muriendo de hambre. ¿No habrá algo para comer por aquí?" – pensó mirando hacia los árboles en busca de frutas.
Siguieron caminando un buen rato hasta que Vegeta se detuvo en seco y Bulma que iba distraída casi choca con él.
BL: ¿Que pa…?
VG: Shhh
Vegeta miró en todas direcciones moviendo sólo sus ojos. Trató de concentrarse buscando cualquier tipo de sonido que le indicara algo Había escuchado una especie de aullido pero no estaba completamente seguro. Vio un camino que se veía más despejado.
VG: Vamos
BL: Eee…Vegeta… - dijo haciendo que él se volteara a verla - ¿Podrías adelantarte? Te alcanzo en seguida.
VG: ¿Que?
BL: Sólo adelántate.
VG: ¿Para qué? – preguntó sin comprender todavía.
BL: ¡Ay! – suspiró fastidiada - ¡¡Necesito ir al baño, genio!! – le dijo molesta y sonrojándose.
VG: De acuerdo, ve. Yo te esperaré aquí – Bulma se dio vuelta y comenzó a alejarse un poco – "Ahora que lo pienso…" – se dio vuelta y caminó hacia el lado opuesto de Bulma.
Minutos después cuando cada uno había terminado lo suyo debían volver a encontrarse, sólo que Bulma se perdió. Al no encontrar a Vegeta supuso que había continuado por el camino.
BL: Vegetaaaaa!!!!! ¿Dónde estás? – gritó (silencio) – Oh-oh…creo que me perdí.
VG: Bulmaaaa!!!
BL: ¿Vegeta?
Se inició una conversación a gritos.
VG: ¡¿Dónde demonios te metiste?!
BL: ¡¿Me metí?! Tú me dejaste sola inconsciente!!
VG: ¿Yo? Tú fuiste la que se largó!!
BL: Porque tú no estabas donde te dejé!!
Al tiempo que se gritaban ambos avanzaban a duras penas entre los matorrales y arboles.
VG: "Algún días pagarás por esto Kakarotto" – maldecía mentalmente culpando a Gokú porque según Vegeta, él tenía la culpa de toda esa situación.
Para descargar su rabia lanzó un manotazo para apartar unas ramas, sólo que junto con las ramas golpeó un gran panal de abejas que cayó junto a él rompiéndose. Vegeta no le dio importancia y siguió caminando. Cuando alcanzó a divisar a Bulma, un ‘Bzzz’ tras él lo hizo darse vuelta a mirar. Abrió sus ojos sorprendido y comenzó a correr.
VG: Maldicióooon!!! – gritó corriendo como podía entre la maleza. Bulma lo vio aparecer entre las altas malezas corriendo como loco y seguido por una nube negra compuesta de cientos de abejas.
BL: "Oh! Dios mío. Lo único que faltaba" ¡¡¡Corre Forrest, corre!!! – le gritó a Vegeta mientras ella misma trataba de correr lo más rápido que podía.
VG: "¿Forrest?" – fue lo último que pensó cuando sintió el primer pinchazo en el cuello, el segundo en el brazo derecho y luego varios más en la espalda y pecho. Afortunadamente la maleza le llegaba a la cintura y lo protegía un poco. Bulma había tomado otro camino y estaba a salvo de las abejas gracias a que se trepó a un árbol, pero al bajar de él se encontró con unas hiedras venenosas que le provocaron una gran alergia debido a que llevaba una minifalda que dejaba al descubierto la mayor parte de sus piernas.
Cuando por fin logró encontrar a Vegeta, este estaba sentado en el suelo de espaldas a ella. Se acercó lentamente a él y comprobó que las abejas se habían dado el gusto de picarlo donde habían querido.
BL: ¿Te encuentras bien? – le preguntó dulcemente.
VG: ¿Tú que crees?
BL: Lo siento. De verdad – dijo sentándose junto a él mientras se rascaba las piernas hasta casi sacarse sangre. Notó que por sus mejillas corrían lágrimas pero no estaba llorando. Sólo era la respuesta a las picadas que había recibido en el rostro.
VG: ¿Cómo lograste que no te pasara nada?
BL: Me trepé a un árbol.
VG: ¿Vestida así? – dijo mirando su falda.
BL: Lo que sea por sobrevivir.
VG: Si…claro – dijo secándose las lágrimas.
BL: Déjame quitarte los aguijones – dijo acercándose a él y sujetando uno de sus brazos.
VG: Con cuidado, por favor – Bulma lo miró sorprendida.
BL: ¿Por favor? ¿Dijiste por favor? Eso ya es un progreso.
VG: Lo que sea por sobrevivir – Bulma sonrió.
Había avanzado la tarde, un poco después del mediodía cuando Bulma había terminado de quitarle los aguijones a Vegeta.
BL: ¿Qué se supone que hagamos ahora?
VG: Seguir caminando – dijo levantándose y ambos se pusieron en marcha nuevamente. Otra hora más pasó cuando de pronto ambos escucharon un sonido familiar. Se miraron sin decir nada y buscaron en todas direcciones la fuente del sonido. Tras avanzar un poco más y apartar unos matorrales encontraron un pequeño arrollo de aguas cristalinas que atravesaba un claro bastante amplio que se encontraba en medio de la espesa vegetación.
¡¡AGUA!! – dijeron al mismo tiempo y a pesar de estar muy cansados corrieron hacia el arrollo. Ambos metieron completamente la cara bajo el agua bebiendo ávidamente.
Cuando consiguieron saciar su sed se quedaron sentados junto al arrollo. Ya estaba atardeciendo y los grillos se empezaban a escuchar cuando Bulma divisó un árbol y se acercó a él.
BL: Mira Vegeta. Parece que estas frutas son comestibles – dijo tomando una y percibiendo su dulce aroma. Vegeta se acercó a ella y Bulma le arrojó la fruta. Él se la llevó a la boca y le dio una mordida. Masticó unas cuantas veces y con la boca llena dijo:
VG: Sí, se pueden comer.
BL: Que bueno. Por lo menos no moriremos ni de hambre ni de sed – dijo empezando a comer una de las frutas.
VG: Sí, pero nos puede devorar cualquier animal salvaje – Bulma lo miró asustada.
BL: ¿Tu crees? – luego miró en todas direcciones.
VG: Estamos en un lugar peligroso. No tenemos en donde escondernos en caso de que…
BL: Ya!!! No sigas que me estás asustando.
VG: Tu preguntaste – contestó sin darle importancia - ¿Dónde vas? – preguntó al ver que empezaba a caminar.
BL: Al arrollo – dijo sin detenerse – Necesito bañarme.
Vegeta no contestó y miró en todas direcciones para luego fijar nuevamente su vista en Bulma
Ella se quitó los zapatos, las calcetas y cuando iba a seguir desvistiéndose se dio cuenta de que no estaba sola. Miró hacia atrás y vio que Vegeta no le quitaba los ojos de encima.
BL: "Es cierto, no puedo desnudarme porque estoy con Vegeta. Ni modo…tendré que bañarme con ropa" – suspiró resignada y empezó a caminar dentro del agua.
Vegeta la vio avanzar hasta que el agua cubría su cintura. En eso sintió un ruido tras él y rápidamente se dio vuelta. No encontró nada. Esperó un momento más y volvió a escuchar el mismo ruido. Avanzó hasta un arbusto y al apartar una de sus ramas se encontró con un extraño animal. Por su tamaño asumió que no era peligroso, más bien tenía el aspecto de un cachorro. Decidió dejarlo allí y no hacer nada. Caminó de vuelta al arrollo donde Bulma se había sumergido completamente. Cuando salió a la superficie Vegeta le preguntó:
VG: Oye Bulma – dijo mirando nuevamente en la dirección donde se encontraba el extraño animal.
BL: ¿Qué pasa? – dijo estrujando su cabello.
VG: ¿Existe una mezcla entre burro y puerco espín?
BL: No te menosprecies tanto, Vegeta – dijo sonriendo.
VG: Ja, ja , ja, muy graciosa – simuló una risa – hablo en serio.
BL: Que yo sepa, no.
VG: Hmm. Mejor sal luego de ahí.
BL: Ya voy.
Finalmente Bulma salió del agua peinándose el cabello con los dedos.
BL: También deberías bañarte. El agua fría te ayudará con las picadas.
VG: Sí, eso voy a hacer. No te alejes mucho.
BL: No.
Vegeta se quitó las botas, la camiseta y se sumergió en el agua. Cuando salió a la superficie observó a Bulma que estaba haciendo dibujos en la tierra con una rama. Salió del agua agitando su cabeza. Se calzó las botas y se sentó junto a Bulma mientras se ponía la camiseta.
BL: ¿Tienes alguna idea de por qué perdiste tus poderes?
VG: No.
BL: A lo mejor te hicieron una brujería.
VG: No seas tonta, esas cosas no…espera un segundo…¡¡Esto es tu culpa!!
BL: ¿Qué?
VG: Me echaste una maldición.
BL: ¿Yo?
VL: El otro día me dijiste "Ojalá que pierdas tus poderes" – la imitó.
BL: Ay! Pero no por eso…
VG: ¡¡Cállate!!
Bulma abrió los ojos sorprendida mirando atrás de donde estaba Vegeta.
BL: Mira Vegeta, creo que ahí hay una cueva. Podemos pasar la noche allí – Vegeta miró en la dirección que Bulma señalaba.
VG: Vamos a ver – dijo levantándose todavía molesto, pero no contaba con que justo sobre él estaba la gran rama de un árbol, la cual no lo acarició precisamente en la cabeza – "%$"/#(=!¡&%, ahora sí que vi todas las constelaciones – cayó de espaldas al suelo.
BL: ¿Te encuentras bien? – se acercó preocupada agachándose junto a él.
VG: Eso depende – dijo sujetándose con una mano el lugar del golpe.
BL: A ver…¿cuantos dedos ves? – le preguntó mostrándole el signo de la paz. A Vegeta le costó unos segundos centrar la vista.
VG: ¿Nueve? – contestó inseguro.
BL: ¡Nueve! – dijo sorprendida.
VG: Espera un momento, ¿quién eres tu?
BL: ¡¡¿¿Qué??!!
VG: Ay! Fue una broma, no te alteres – dijo incorporándose todavía con la mano en la cabeza.
BL: ¡No me vuelvas a hacer ese tipo de bromas, tonto! – dijo poniéndose de pie y dirigiéndose hacia la cueva.
Cuando llegaron, Vegeta se aseguró de que la cueva no estuviese siendo ocupada por algún animal, y como estaba desierta allí se quedaron.
VG: Aquí estarás segura. En seguida vuelvo.
BL: ¿A dónde vas?
VG: A buscar comida.
BL: ¿Sólo?
VG: ¡Claro! Si voy contigo no voy a poder cazar ningún animal. Los espantarías.
BL: ¿Y yo qué hago?
VG: Te quedas aquí y no te metes en problemas.
BL: Pero Vegeta…
Alrededor de una hora después llegó Vegeta con un tigre no muy grande colgando de su hombro izquierdo y con una piedra muy filosa en la otra mano. Tenía la mayoría de su cuerpo salpicado de sangre. A Bulma se le produjo un vacío en el estómago cuando lo vio. Observó su mano y pensó
BL: "Seguramente con eso lo mató"
Vegeta se extrañó de la expresión que tenía y de como lo miraba.
VG: ¿Qué pasa?
BL: N-nada.
VG: No es muy grande pero creo que alcanzará para los dos – dijo arrojando el cuerpo inerte del tigre al suelo y agachándose junto a él para empezar a cortarlo.
BL: ¿Para…los dos?
VG: ¿No tienes hambre?
BL: Sí, pero…¿piensas comerte la carne cruda?
VG: No, la voy a asar a la parrilla con bastante condimento – dijo usando un tono bastante irónico.
BL: No le veo la gracia.
VG: Mira, no es tan mala después que te acostumbras. Además todavía está caliente – dijo mientras desgarraba la piel separándola del músculo.
BL: No, gracias. Creo que perdí el apetito – dijo volviendo a sentarse a unos cuantos metros de donde estaba Vegeta.
VG: Como quieras.
Luego que terminó de comer, Vegeta se deshizo de las sobras y se dio un baño en el arrollo para quitarse los restos de sangre. Cuando volvió a la cueva se sentó pesadamente mirando hacia el exterior. Después de un rato, fijó su vista en Bulma que estaba sentada arrojando piedrecillas hacia el lado opuesto de la cueva. Había muy poca luz, casi nada, pero aún así él podía distinguir su silueta.
La observó atentamente, centímetro por centímetro. Ella al sentir su mirada volteó a verlo. La miraba de una manera extraña. No le quitaba los ojos de encima.
BL: No me mires así – dijo bajando un poco su falda al notar que Vegeta le miraba las piernas.
VG: Tranquila. No me voy a propasar contigo…a menos que tú quieras – dijo mirando nuevamente hacia el exterior. Bulma abrió los ojos sorprendida ante tal insinuación y se ruborizó. Ninguno de los dos habló más esa noche.
Cuando el sol comenzaba a aparecer, se pusieron nuevamente en camino.
VG: No puedo creer que en todo el tiempo que llevamos caminando no hayamos encontrado a nadie viviendo aquí. Es el colmo!
BL: No quiero aceptarlo pero parece que es una isla desierta. Por lo menos no ha llovido.
- Un fuerte trueno se escucho en el cielo mientras se cubría de nubes negras y empezaban a caer abundantes gotas –
Vegeta miró a Bulma con ojos asesinos.
VG: ¡Bruja!
BL: ¡Cuida tus palabras, soldado Vegeta! – le dijo molesta y siguió caminando sola. Luego de un momento de reflexionar lo que había escuchado:
VG: "Ahora lo entiendo todo" – pensó divertido y la siguió.
No pasó mucho rato cuando ambos ya estaban hechos sopa. Seguían caminando a duras penas bajo la lluvia cuando de pronto Vegeta sintió algo bajo una de sus botas. Al levantar el pie del piso para ver qué era, se llevó una desagradable sorpresa. Había pisado una manzana que estaba completamente agusanada.
VG: Ahhhhh!!!! – gritó dando un salto hacia atrás y de pronto se encontró suspendido en el aire. Estaba levitando.
BL: ¿Qué pasa? - preguntó dándose vuelta y lo vio a metro y medio del suelo – E-estás volando!. ¿Cómo recuperaste tus…?
Vegeta no le dio tiempo de terminar la frase y sujetándola de un brazo salió volando de la isla aumentando lo más que pudo su velocidad. Bulma sólo cerró los ojos y se encomendó a todos los santos para que alcanzaran a llegar a cualquier lugar, pero donde hubiera gente.
Un rato después descendían en el jardín de la CC, pero cuando estaban a pocos metros del piso, Vegeta perdió nuevamente sus poderes y cayeron pesadamente.
BL: Ay! Podrías tener más cuidado la próxima vez – dijo levantándose como pudo y revisando su brazo – Casi me arrancas el brazo.
VG: Cállate!! Estoy harto de ti!! – le gritó entrando a la casa.
BL: Y yo de ti. No quiero volver a verte!!
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