Aprendiendo a Defenderse

Los delfines parecen tener una extraña afinidad con los seres humanos. Es frecuente verlos acercarse a las embarcaciones realizando vistosas piruetas en la proa de las mismas. Muchas veces este acercamiento resulta muy costoso para estos amistosos cetáceos ya que suelen ser víctimas de las redes de los barcos pesqueros.

Según los estudios realizados por la bióloga marina Karen Pryor de Hawai estos acercamientos han cambiado en los últimos años. En un principio parece ser que los delfines pueden distinguir entre los barcos de pesca y los de investigación científica incluso cuando estos últimos sean pesqueros reformados ante los que se comportan con total libertad. Pero tan pronto se acerca a la zona un buque de pesca toman todas las precauciones, es decir: evitan los saltos fuera del agua y el vapor de sus respiraciones sobresale menos sobre la superficie del agua. Esto no significa que no se acerquen a los barcos de pesca. Lo hacen pero siempre por la banda de estribor (derecha) y evitan como peste situarse a babor (izquierda). Parece ser que se dieron cuenta de que las redes son recogidas por las poleas que están a babor del buque, mientras que del otro lado no se exponen a ningún riesgo. convulsivas.


sorprendente resulta el hecho de que los delfines del Pacífico al quedar encerrados en una red mientras se intenta capturar atunes. permanecen nadando tranquilamente en la superficie y en el centro de la red en espera del momento en que el barco da marcha atrás para iniciar, la recogida de la red.

En esos momentos el borde superior de la red, en las proximidades de la borda del barco, se hunde durante unos pocos segundos, tiempo que los delfines aprovechan para nadar en fila india saliendo de la mortal trampa por ese hueco. El problema insalvable lo encuentran en la pesca nocturna donde los delfines no pueden encontrar el hueco y quedan atrapados.


Dueños del aire

El delfín oscuro o Dusky, asiduo visitante de la Patagonia Argentina, es el más vistoso a la hora de saltar.

Al sacar el cuerpo varios metros fuera del agua ejecuta maniobras increíbles girando sobre si mismo o dando varias vueltas en el aire para volver a caer estrepitosamente sobre la superficie del agua. Es por eso incomprensible que, tanto estos delfines como cualquier otro, no puedan escapar al quedar encerrados en redes de pesca flotantes. Se cree que los delfines asocian estos saltos con un juego y son una muestra de buen humor y que por esa razón no lo pueden relacionar con una forma escape. Normalmente se ve a estos hermosos animales en grupos de 5 a 25 individuos, en ocasiones se los puede divisar en grupos más grandes de hasta 100 individuos. En la provincia de Chubut hay registros de manadas de 300 individuos navegando juntos. Cuando uno de ellos realiza un salto fuera del agua parece contagiar a los demás que comienzan a saltar también. A principios de 1999 el barco de pesca "Mar Salvaje", con bandera argentina y puerto base en la Ciudad de Mar del Plata se encontraba pescando ilegalmente en la zona de exclusión de la merluza y capturó, en lo que ellos definieron como "pesca accidental" a cincuenta delfines dusky que murieron en la cubierta del barco sin que los tripulantes, de origen ruso, intentaran volverlos al mar cuando aún vivían.

¿Sabías Qué...?

Si bien los delfines son los campeones de saltos en el mar son incapaces de saltar para escapar a las redes de pesca flotantes. Se cree que estos animales saltan fuera del agua como una expresión de alegría o como un juego pero son incapaces de utilizar estos saltos para escapar de las redes a menos que se los entrene para ello. Esto incluso les sucede a las orcas que son fácilmente atrapadas con la simple utilización de la red de superficie.Esto hace que los delfines mueran accidentalmente cuando desde un barco tratan de pescar el cardumen de peces del cual los delfines se estaban alimentando o bien cuando se pesca sobre un cardumen de atunes a los que los delfines suelen seguir desde la superficie. Esta pesca no sería tan accidental ya que el barco que está realizando la maniobra puede ver a los delfines y podría, de querer hacerlo, formar un seno en la red para que los delfines escapen pero, como esto permitiría escapar a parte de la pesca, no lo hacen.

En Argentina se calculan en 400 los delfines muertos anualmente por las redes de pescadores. Muchas pesqueras del mundo llegaron a un acuerdo con organismos ecologistas quienes ponen a bordo de sus barcos inspectores que se aseguran que se deje escapar a los delfines de las redes, sus productos se distinguen

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