La Pasión de la Vida
 

 

 

        Empujo las puertas del bar,  me recuerdan a las cantinas del viejo oeste, rechinan sus bisagras, detengo las portezuelas para impedir su regreso. Caminas atrás de mí, subimos los cuatro escalones que se encuentran después de la barra del bar. Señalo una mesa del rincón, y te pregunto: “¿Te agrada esa?”; tú mueves tu cabeza afirmando. Te retiro la silla, pero tú prefieres otro lugar, así que mueves otra silla y te sientas. Tomo asiento también, saco los cigarros de la bolsa del pantalón al mismo tiempo que se acerca el mesero a preguntar: “¿Qué van a  tomar, les traigo una jarra de cerveza?”. Te pregunto si la cerveza obscura te agrada. Tú contestas –lo que quieras-. “Típico”, pienso, “es mucho pedir un: esta bien  o... prefiero... o no se, cualquier pista.  Aborrezco esa respuesta, ¿cómo voy a saber qué te gusta?. Es la primera vez que salimos a un bar, en las ultimas tres reuniones de tu casa tomas cerveza clara, por no aclarar... te jodes, pediré cerveza obscura, después de todo como yo pido yo pago así que también saldré jodido; ¿quién habrá inventado esa regla?”.

        Pido al mesero la jarra de cerveza obscura, él lo anota en su libreta y se retira.
Una vez decidida la bebida, me olvido del asunto del dinero, pues vale la pena pagar esos dos litros y medio de cerveza a cambio de tu compañía, espero no ayas venido sólo por la cerveza.

        Retiro un cigarro de la compañía de los otros 18, lo enciendo, trato de relajarme, quiero disfrutar la velada, hace una semana estabas castigada, sin posibilidades de salir, después de esta espera lo mejor será pasarla bien. Además es difícil vernos a diario por nuestros compromisos de trabajo.

        Nos miramos a los ojos, sonreímos, tu sonrisa es tierna, tu rostro esta radiante a pesar de la luz tenue del lugar, me agrada tu compañía, pero... nos volvió a suceder, nos quedamos sin tema de conversación, ciertamente no sé ¿por qué insisto en que salgamos?, me agradas pero nuestras vidas son prácticamente opuestas, ¿será eso lo que me atrae de ti?, conocer tu manera de ver el mundo.

        Haces la primera pregunta, - ¿cómo te fue hoy? -, respondo: - bien gracias ¿y a ti? - . - Taambién bien -. “Esto se complica,  si seguimos así será la noche mas aburrida de nuestra vida”. Tu segunda pregunta: - ¿Qué hiciste hoy? -. Trato de responder con más amplitud, pero por miedo a aburrirte sólo respondo: - Fui a trabajar, al salir tomé mi curso de sociología. Sabes que hay toda una teoría sobre la falta de líderes en la actualidad,  se dice que por eso surgió Superman, el primero de una gran generación de super héroes que todavía no terminan -. Tus ojos brillan y te recargas en la mesa, parece que te interesa el comentario. El problema es que ya se acabó, te toca decir algo. Es entonces cuando milagrosamente, salen de tu boca una serie de ideas: - Creo que es verdad lo que dices, ya no hay líderes sociales que luchen por sus ideales, ya no hay Che Guevara, ni James Dean, ni Elvis, murió la madre Teresa, quién queda ¿el Papa?, ¿Clinton?, y ¿quién más? Sabes, no importa, para que queremos lideres, la vida me ha dado todo, tengo a mis padres, estoy estudiando una carrera, en un año seré licenciada, he logrado todo lo que quiero, disfruto de las cosas pequeñas, de las maravillas de la naturaleza. Mi vida es perfecta,  pero... ¿sabes qué?, estoy harta de estar viva -. Guardas silencio. Me has dejas sorprendido, jamás hubiera esperado ese comentario, a pesar de que no es la primera vez que escucho a alguien que aparentemente teniendo todo  y es infeliz.

        - Sabes -, intervengo. - Es algo que reealmente no entiendo, tienes todo, crees en Dios, vas a misa, a la escuela, tus papás te quieren, tienes una familia, estabilidad económica, un trabajo, pero hablas como si... no sé, estuvieras enfadada con lo que tienes o como si tuvieras lo que no quieres -.

        Aparece a tu costado el mesero con nuestros dos litros y medio de cerveza obscura, en una enorme jarra de cristal que sostiene en la mano derecha  y dos tarros en la izquierda.

        “Que raro que no usará la charola. Más te vale que te guste la cerveza obscura” pensé mientras el mesero llena los tarros. Luego los tomamos, los levantamos y exclamas: - Salud. Por la libertad -, - Salud -. Me recargó en el respaldo de la silla, estoy verdaderamente confundido, trato de entender lo que te ocurre, prefiero guardar silencio un momento permito a mi cabeza procesar varias ideas: “Valla que tengo suerte, de millones de mujeres que hay en este mundo, tenía que encontrar a una que esta harta de vivir”.

        Tomo otro cigarro, a la vez,  tú sacas tu cajetilla del bolso de mano. “Es el colmo, ni en la marca de cigarros coincidimos” pienso al tiempo que enciendo tu cigarro, después el mío, en perfecta sincronía le damos una fumada, colocas tu cigarro “ligth” sobre el cenicero. “Por lo que dices, tu cigarro pareciera ir con tu personalidad ligth”, mi cabeza continúa analizandote. Repentinamente rompes el hielo: - ¿Recuerdas a Alejandra?, nuestra compañera de estudios de hace cinco años -. Inmediatamente viene a mi mente la imagen del Table Dance en donde trabaja. La veo bailando semidesnuda, sus movimientos muy sensuales, provocativos, buscando despertar los instintos de su público masculino quien la observa fijamente, muchos borrachos pero muy atentos para no perderse ni el más mínimo detalle de la función. Ella se acerca a las personas que tiene a menor distancia  para permitirles colocar un billete en su diminuto bikini, ellos,  tratan de tocar la excitante piel canela con sus ansiosas manos. Increiblemente clientes y bailarina terminan este ritual satisfechos. Treinta minutos por noche y gana más plata que yo trabajando una semana. Quién diría, los negocios de la carne dejan buen dinero.

        - Sí, sí la recuerdo, &iqquest;por qué la pregunta?
        - Porque aveces me gustaría ser como ella.

        “Lo que me faltaba”, mi mente sorprendida grita, “quiere ser bailarina exótica”. Le doy un sorbo a mi cerveza, una gran fumada a mi cigarro; espero impaciente la explicación de lo que quieres decir con eso. “Soy consciente de que nos dejamos de frecuentar casi por un año,  en un año pasan muchas cosas, pero en los últimos tres meses hemos estado viéndonos,  no he notado ningún cambio radical en tu vida, sigues con el modelaje, la escuela, tu casa, no sé, todo más o menos igual. De modelo a bailarina de Table Dance. Eso sí  me sorprende”.

        Antes de que mí cabeza siguiera formulando explicaciones y teorías, respondiste: - Ella tuvo el valor de hacer su propia vida, se hizo bailarina sin importarle las criticas de sus amigas o sus padres, es libre, no hace todo como la mayoría, sino como ella quiere; se vale por sí misma, no necesita de permisos de sus papdres o dinero de un esposo;  sólo disfruta de su vida, vive en un lujoso Penthouse mucho mejor que yo,  futura abogada.”

        - ¿Me entiendes? -, preguntas. -- Sacrifico cinco años estudiando, desveladas, tareas, tiempo limitado para estar con mis amigos, eso no lo sacrifica Alejendra. Puedo esforzarme toda mi vida y tal vez siempre siga ganando una miseria. En cambio, si siguiera los pasos de Alejandra, me haría millonaria, tal vez hasta famosa, podría ser la mejor bailarina sobre la faz de la tierra, después de todo, encuerarse en público le ha dado fama a Madonna -.

        Le das la última fumada a tu cigarro, lo apagas y tomas un gran sorbo de tu tarro de cerveza, el cual se vacía, pero antes de que pudiera darme cuenta, llega el mesero, renueva el obscuro líquido en tu tarro. “Lo que hace por ganarse la propina, si supiera que apenas alcanzo a pagar la jarra, tal vez no me atendería”, pienso, Tú te quedas observándome como en espera de mi opinión. Yo respiro profundo, me recargo en la mesa, fumo mi cigarro, intento asimilar todo lo que estas diciendo e inicio: - Estoy de acuerdo contigo, es mejor estar convencido de lo que uno decide ser o hacer en esta vida que intentar vivir una vida ajena -.

        - Tú comenzaste con las historiaas, te pongo otra. Julia y Ramón. Julia se embarazó, Ramón creyó que quería casarse, todo bien los primeros meses... y ahora... no se aguantan. Salen de vacaciones,  se aburren. Un día viven juntos, otro ya no, luego otra vez sí. Y no los culpo, a los 17 años quién sabe lo que realmente quiere. Debieron de haberlo pensado dos veces, Tal vez se hubieran evitado cargar con la tortura cotidiana de aguantarse todos los días. Cargando con los hijos en todos sus problemas -.

        - Muchas veces decidimos las cosas porqque las circunstancias lo exigen, pero olvidamos preguntarnos si es realmente lo que queremos hacer,  si estamos dispuestos a vivir con las consecuencias de nuestras decisiones -  Doy una gran fumada a mi cigarrro, lo apago  y continuo. - Cyrano de Bergerac lo explica en una sola frase al morir, algo así: "toda mi vida fue un fracaso, falle en todo. Ahora que me presente ante Dios sólo una cosa podré mostrarle, mi pañuelo blanco". Su honor, me parece que eso es lo único que tenemos en la vida y eso no tiene precio -.

        Me miras fijamente, sin parpadear, no se cómo pero logré el cien por ciento de tu atención, estas inmóvil, no respiras.  “Espero que tu cabeza dé para contestar algo”, pienso.

        Saqué otro cigarro y lo encendí rápidamente, tratando de no interrumpir tu concentración, ni desviarte del tema. Cuando me disponía a encenderlo, lo quitas de mi boca, acercaste tus labios cálidos a los míos y me besaste, me dejaste inmóvil, estaba frío por la sorpresa pero ardía por el beso. ¿Cuánto duró?, lo ignoro, pero fue un beso lleno de vida, de libertad, y quién sabe tal vez de amor.

        Salimos del bar, te abrace me miraste a los ojos y dijiste: “Dentro de un par de años veremos qué ha sido de nosotros, promete que nos veremos”. Te sonreí.

        Otra vez nos perdimos la pista un par de años. Hoy te vi en  internet, tienes el pelo pintado de rubio y rizado, tus ojos son verdes y tus pechos al descubierto.

        Aquella noche comprendí que buscas tu libertad. No sé si ya te sientes realizada, a mi me parece que no, pero en definitiva, sólo el tiempo podrá decirnos cuáles fueron nuestros triunfos y dónde están nuestros errores.
 
 

ASC