TRAICIÓN
ESTADOUNIDENSE AL DERECHO INTERNACIONAL
Por
Daphne Rubio
México,
Ciudad Universitaria 25/04/03 (AUNAM).-
La
política internacional de defensa preventiva que los Estados Unidos
asumieron en la guerra contra Irak se aparta del Derecho
Internacional y de la normatividad creada por los miembros de la
Organización de las Naciones Unidas.
En
entrevista exclusiva para AUNAM, el doctor Ricardo Méndez Silva,
Coordinador del área de Derecho Internacional del Instituto de
Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, señaló que la “Doctrina
Bush” implica una contradicción histórica, pues paradójicamente la
Carta de las Naciones Unidas tuvo en Estados Unidos a uno de sus
principales impulsores.
Estados Unidos fue
el país sede de las reuniones preparatorias que le dieron origen a
la ONU, cuya sede general se mantiene en la ciudad de Nueva York. De
hecho, las palabras iniciales de la Carta de las Naciones Unidas
“Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas” se inspiran en la
frase de inicio de la propia constitución estadounidense.
El
académico universitario agregó que las resoluciones de la ONU
no pueden
convertirse en medidas de fuerza o presión contra algunos países,
pues una de las tareas fundamentales del organismo es la prohibición
del uso de la fuerza en la solución de conflictos.
Méndez Silva
calificó como una “gran traición” la actitud de Estados Unidos para
con la ONU y su Consejo de Seguridad en las discusiones en torno a
Irak, y explicó que dicha traición es el resultado de una ideología
conservadora convertida en arrogancia y altanería, actitudes que no
son nuevas ni privativas del actual gobierno estadounidense; no así
“el desenfado y la grosera producción de presiones contra los
miembros permanentes y no permanentes del Consejo de Seguridad”.
El autor de
Resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre
terrorismo, texto incluido en el libro Derecho Internacional de los
derechos humanos, concluyó que la postura de los Estados Unidos,
según la cual se erigen como el poder absoluto a nivel mundial,
generará la duda sobre el papel del derecho internacional y de la
ONU en el futuro.
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