LOS RIESGOS DE
LUCIR BELLA
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Los
adolescentes, blanco principal de los trastornos alimenticios:
anorexia, bulimia y atracones compulsivos
Por
López Negrete Miriam
México,
Ciudad Universitaria 17/06/03 (AUNAM).-Los trastornos alimenticios
como la anorexia, bulimia y los atracones compulsivos afectan
principalmente a mujeres adolescentes y adultas jóvenes, quienes
son especialmente vulnerables debido a que siguen estrictas dietas
en busca de una figura acorde con los patrones estéticos de belleza
actuales.
Durante
la conferencia “Trastornos de la alimentación”, en el Auditorio
Fernando Ocaranza de la Facultad de Medicina de la UNAM, la
psicóloga Verónica Vázquez Velásquez señaló que más del 90 por
ciento de las personas afectadas por estas enfermedades son mujeres,
aunque también los hombres las padecen.
Se calcula que entre
el 0.5 y el 3.7 por ciento de las mujeres sufren anorexia y entre el
1.1 y el 4.2 por ciento viven con bulimia en algún momento de su
vida; sin embargo, pese a que la anorexia es más común en las
mujeres, de todos los adolescentes a quienes se les diagnostican
trastornos alimentarios, del 4 al 10 por ciento son varones.
Las personas con anorexia nerviosa (o simplemente
anorexia) se privan de comer intencionalmente, lo que causa una
extrema pérdida de peso, al menos un 15 por ciento por debajo de lo
normal.”
De acuerdo con la
especialista, la comida y el peso se convierten en obsesiones y ello
puede causar rituales de alimentación extraños o la negativa a comer
delante de otros. “No es raro que las personas con anorexia busquen
recetas y preparen banquetes deliciosos para los familiares y
amigos, pero no ingieran ellos mismos la comida”.También, agregó,
los anoréxico suelen realizar rutinas de actividad física estrictas
para no ganar peso, este es otro síntoma del padecimiento.
La incidencia de la
anorexia nerviosa ha aumentado a lo largo de los últimos 20 años y
se calcula que se presenta en una de cada 100 mujeres entre las
edades de 16 y 18 años de edad. Inicialmente este fenómeno se
encontró mayoritariamente en las familias de clase media y alta,
pero ahora la anorexia está presente en todos los grupos
socioeconómicos y en una variedad de grupos étnicos y raciales.
Aunque no se sabe a
ciencia cierta la causa de esta enfermedad, se cree que la anorexia
normalmente comienza como un comportamiento de dieta inocente, pero
gradualmente progresa a una pérdida de peso extrema y dañina. Las
actitudes sociales hacia la apariencia del cuerpo, las influencias
familiares, la genética, etc. se consideran posibles causantes de la
anorexia.
Asimismo, Verónica
Vázquez manifestó que las personas que desarrollan anorexia tienen
más probabilidades de proceder de familias con antecedentes de
problemas de peso, enfermedad física y otros problemas de salud
mental, como depresión o drogadicción. Además, “a menudo los
adolescentes que tienen la enfermedad proceden de familias demasiado
estrictas, excesivamente críticas, entrometidas y protectoras.”
“Las personas que
tienen anorexia pueden ser también dependientes, inmaduras en su
desarrollo emocional y es probable que se aíslen con frecuencia de
los demás”, añadió.
Con base en estudios
recientes sobre los trastornos alimentarios en adolescentes, la
Psicóloga aseguró: “la mayoría de las personas con trastornos
alimentarios comparten ciertos rasgos de personalidad y desarrollan
rituales anormales de alimentación como un medio para manejar el
estrés y la ansiedad, también suelen someterse a los deseos de los
demás y no han aprendido a hacer frente a los problemas típicos de
la adolescencia, del crecimiento y de lograr cierta independencia.”
Existen dos
subgrupos de comportamientos anoréxicos cuyo objetivo es reducir la
ingestión calórica: el tipo restrictivo, limita severamente
la ingestión de alimentos, especialmente de aquellos que contienen
hidratos de carbono y grasa; y la bulimia (también denominada comer
en exceso/purgante) que consiste en comer con exceso y luego
provocarse el vómito y/o tomar grandes cantidades de laxantes u
otros purgantes (medicamentos que, a través de sus efectos químicos,
sirven para aumentar la eliminación del contenido intestinal).
Entre los factores
que contribuyen al desarrollo de la bulimia se incluyen los ideales
culturales y las actitudes sociales con respecto al aspecto físico,
la autovaloración basada en el peso y la figura corporal, y los
problemas familiares. Del treinta al 50 por ciento de las personas
bulímicas también cumplen los criterios de la anorexia nerviosa al
inicio de su enfermedad.
Existen dos tipos de
bulimia señalados por la psicóloga Vázquez: el tipo purgante, es
decir el vómito autoprovocado o el uso incorrecto de laxantes,
diuréticos, enemas u otros catárticos (medicamentos que, mediante
sus efectos químicos, contribuyen a vaciar el contenido intestinal).
El tipo no purgante: emplea otros comportamientos inadecuados, como
el ayuno o la actividad física excesiva, en lugar de realizar
prácticas purgantes, para reducir la absorción calórica de las
enormes cantidades de comida.
Otra de las
enfermedades alimenticias es el Trastorno de Atracones
Compulsivos, enfermedad parecida a la bulimia nerviosa y se
caracteriza por episodios de comilonas o atracones descontrolados.
Se diferencia de la bulimia porque quienes lo padecen no purgan su
cuerpo del exceso de comida mediante el vómito ni el abuso de
laxantes o diuréticos.
Al respecto comenta
la psicóloga: “las personas con este tipo de trastorno suelen
ingerir grandes cantidades de comida; no dejan de comer hasta que se
sienten incómodamente llenos; y cuentan con antecedentes de
fluctuaciones de peso”.
El trastorno de
atracones compulsivos afecta aproximadamente entre el dos y el cinco
por ciento de la población general y es más frecuente en las mujeres
que en los hombres. Los investigadores señalan que el trastorno de
atracones compulsivos afecta a alrededor del 30 por ciento de las
personas que participan en programas de control de peso con
supervisión médica.
Las personas con el
trastorno de atracones compulsivos (y bulimia) típicamente consumen
enormes cantidades de comida, en general comida "basura", para
reducir el estrés y aliviar la ansiedad; sin embargo, después de
comer de forma compulsiva, sienten culpa y depresión. La purgación
ofrece un alivio, pero es sólo temporal. Esta enfermedad no
supervisada por los médicos puede derivar en otra: la obesidad.
Al concluir la
conferencia, la experta mencionó que para identificar si las
personas a nuestro alrededor padecen algún tipo de desorden
alimenticio se debe: hacer una historia detallada del comportamiento
del individuo por parte de la familia, los padres y maestros, además
de observaciones clínicas del comportamiento del individuo y,
algunas veces, un examen psicológico. |