EN
TRES MESES ENTRARÁ EN VIGOR EL PROTOCOLO DE CARTAGENA SOBRE LA
SEGURIDAD EN BIOTECNOLOGÍA
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El
convenio firmado por 50 países comenzará a correr sin que México
cuente con una legislación propia en la materia
Por
Viridiana García Martignon
México, 20 de junio (AUNAM).- A una semana de que Ghana ratificara
su adhesión al Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad en
Biotecnología, y que con ello comenzaran a correr los tres meses
necesarios para que éste entre en vigor; México, país miembro,
todavía no cuenta con una ley de Bioseguridad.
Debido
a que en
los últimos años los organismos genéticamente
modificados han sido objeto de un controversial debate, los
gobiernos de distintas partes del mundo negociaron una serie de
acuerdos para abordar los posibles riesgos del comercio
transfronterizo y las emisiones accidentales de dichos organismos.
El Protocolo de Cartagena, firmado por 50 países,
surgió como parte de estas preocupaciones y consiste en exigir a los
exportadores una descripción detallada del contenido y los
transgénicos exportados para garantizar que los países receptores
puedan evaluar los riesgos asociados a los productos antes de
aceptarlos.
Con la firma del Protocolo por parte de Ghana, última
nación que confirmó su participación el pasado 13 de junio, se
completaron las certificaciones de la totalidad de los miembros del
convenio, el cual entrará en vigor en septiembre próximo.
Para México, que garantizó su cooperación desde el
2002, el hecho de que el Protocolo inicie en noventa días y que no
exista una ley de Bioseguridad en el país, tendrá fuertes
implicaciones. Ante esto, el
presidente de la Academia Mexicana de las Ciencias (ACM), José
Antonio de la Peña explicó que, en el caso antes citado, el
Protocolo se aplicará directamente estableciendo mecanismos de
evaluación y aprobación sobre organismos genéticamente modificados
que no serán lo suficientemente claros para nuestro país.
La ley
de Bioseguridad, propuesta por la Academia Mexicana de las Ciencias
y que integra observaciones hechas por 40 miembros destacados de
ésta, Organizaciones No Gubernamentales (ONG's) y empresas de
biotecnología, actualmente se encuentra detenida, pues a pesar de
haber sido aprobada por el Senado el 24 de abril pasado, hasta la
fecha no ha sido ratificada por la Cámara de Diputados.
En
referencia a la propuesta de ley en bioseguridad para México, José
Antonio de la Peña explicó que ésta se propone: “proteger el medio
ambiente y la salud de la población, pero sin inhibir las
investigaciones de la biotecnología que se realizan en el país, para
lo cual cuenta con diferentes apartados a fin de controlar el tema
de la bioseguridad desde el punto de vista sanitario, ecológico,
fiscal, aduanal y de etiquetados informativos para el consumidor.”
La
doctora Amanda Gálvez Mariscal, académica de la Facultad de Química
de la UNAM y miembro de la delegación mexicana ante el Protocolo
Internacional de Bioseguridad, coincidió en afirmar que con la
entrada en vigor del Protocolo de Cartagena se vienen encima, para
nuestro país, una serie de obligaciones que serían mejor llevadas a
cabo si las legislaciones nacionales estuvieran completas.
Asimismo, señaló la necesidad de un instrumento legal que permita
evaluar y ejercer la cotidianidad en la importación, la exportación
y el manejo de los organismos genéticamente modificados.
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