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mostrara la ubicacion de Estado de Puebla y la region de Huauchinango.
Emplazada
en medio de una exuber
ante
vegetación, la próspera ciudad de Huauchinango se
localiza a 201 kilómetros de la ciudad de Puebla. A tres horas del DF en
Autobus o a tres de cd de Puebla.Como la zona tiene altitudes
que varían de cero hasta más de dos mil metros, el clima va del templado al
caliente, sin llegar al tórrido por las abundantes lluvias y la neblina que se
presentan durante la mayor parte del año.
Antiguamente la
jurisdicción de
Huauchinango se extendía desde la ladera oriental de la Sierra Madre hasta la
Barra de Cazones y la laguna de Tamiahua, en la costa del Golfo. Al momento del
contacto con los españoles casi toda el área pagaba tributo a la Triple
Alianza, y en la región montañosa estaban los señoríos de Huauchinango,
Xicotepéc y Pahuatlán, con gobernantes texcocanos cuyos súbditos hablaban el
náhuatl, el otomí y el totonaco.
Hacia 1521 una expedición enviada por Hernán
Cortés sometió a esos señoríos. Huauchinango fue entonces encomendado a Juan
de Jaso, pero en la misma década fue reasignado al conquistador Alonso de
Villanueva. En 1543 la labor de los agustinos suscitó la fundación de un
monasterio, del que no queda, lamentablemente, ninguna traza.
La situación geográfica de Huauchinango y
sus riquezas naturales han sido determinantes para el desarrollo de una
importante economía. La industria más poderosa es la eléctrica, que ha sabido
aprovechar las numerosas corrientes y saltos de agua. La maderera es otra
actividad remarcable, puesto que la región es pródiga en encinos, álamos,
cedro, abeto, oyamel y nogal, por citar algunas especies. Entre su amplia
variedad de frutas se cuentan los zapotes, el durazno, la papaya, el plátano y
la mora.
También se cultivan las plantas de olor,
las verduras y hortalizas, la cebada, lenteja, cacahuate, café, etcétera.Una
parte sustancial de la economía regional se basa en la floricultura, con la
venta de aromáticas cargas de azaleas, jazmines, magnolias, tulipanes,
begonias, dalias y camelias, entre otras flores. En torno a esta actividad se
realiza desde 1944 la Feria de la Flor, fiesta pagana y a la vez religiosa que
tiene lugar entre el segundo y tercer viernes de Cuaresma, en la que se premian
las flores más raras y bellas.Los festejos incluyen la venta de otros productos
agrícolas, industriales y artesanales, así como peleas de gallos, jaripeos y
presentación de danzas de la región. Ahí se puede admirar el elaborado traje
de las mujeres de San Pablito Pahuatlán, compuesto por falda y quexquémitl
bordados, de lana roja y blanca, y blusa blanca de algodón bordada con
diminutas chaquiras o con hilos de vivos colores. La Feria es también una
oportunidad para deleitarse con los molotes y otros antojitos de la cocina
regional, como los tamales envueltos en hojas de papatla, o los tamales llenones,
semejantes a un albondigón, que se arropan en grandes hojas de totomoxtle.
