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EL REENCUENTRO III: LISA por Adriana

 

 

Nikita estaba tumbada en el suelo con las piernas en lo alto de la banqueta, que se encontraba a los pies de la cama. Tenía los ojos cerrados y las manos apoyadas en su abultado vientre.

Michael se asomó silenciosamente por la puerta. Ella intuyéndolo abrió los ojos.

 

-Adam me ha dicho que tuviste una pelea con tu madre, que ocurrió?

-Quiso enseñarme a educar a mis hijos.

 

Michael se sentó en la banqueta y empezó a masajearle los hinchados pies a su esposa.

 

-No puedo más, no puede enseñarme como cuidar a los niños porque ella no fue capaz de cuidarme a mí. Me trata como a una niña. A cambiado el contenido de todos los armarios de la cocina. El otro día redecoró la habitación que yo había arreglado para el bebé...

-Si te sientas te doy un masaje en los hombros. Ella solo pretende ayudarte...

 

Nikita se sentó en la cama. Michael se arrodilló a su espalda y empezó a darle un masaje, ella estaba muy tensa.

 

-Es que quiere controlarme, esta todo el día encima mío, no lo soporto... y este calor es insoportable.

-En tres semanas sales de cuentas, en cuanto nazca el bebé todo volverá a la normalidad.

-Me a dicho que se irá.

-Tu quieres que se vaya?

 

Las manos de Michael iban moviéndose por el cuello y la espalda de Nikita, poco a poco la tensión iba desvaneciéndose.

 

-No funciona Michael. A pasado demasiado tiempo, pero sobretodo me han pasado demasiadas cosas a mí. Creo que nos llevaríamos mejor si no viviéramos en la misma casa.

-Eso lo puedo arreglar, le buscaré una casa cerca de aquí.

-Hablarás tu con ella? Yo no me siento con ánimos y seguro que terminamos peleando.

-Yo me encargo. He de irme.

-Donde?

-Todavía no he terminado todo el trabajo, Michelle me esta esperando.

 

Nikita se voltea para verle la cara.

 

-Otra vez con Michelle?

-Nikita ya sabes que ocupa tu lugar hasta que puedas volver...

-Pasas mas tiempo con ella que con nosotros, hace semanas que no cenas con tus hijos.

-Nikita...

-Qué? Acaso no es verdad? Llegas tarde por la noche y te vas casi de madrugada. Los niños y yo casi no te vemos, ya ni siquiera vas a los partidos de fútbol de Adam.

-Tenemos mucho trabajo, Red Cell esta muy activa últimamente.

-“Tenemos”? Tu y Michelle?

-Es tu hermana, la escena de celos puedes ahorrártela.

-Eso dicen. Pero ella es muy bonita, rubia, con un perfecto cuerpo atlético...es tu tipo.

-Se puede saber a que viene todo esto?

-A que parece que te has olvidado que tienes una familia y yo tengo una barriga enorme que no me permite hacer nada, hace meses que no me veo los pies y tu sólo vienes a dormir y luego te vas a trabajar con Michelle todo el día.

 

Michael se acercó a Nikita y la abrazó ella trató de zafarse pero él no se lo permitió. Estaba enfadada con él pero no podía resistirse a sus caricias y abrazos.

 

-Crees que ya no te quiero porque estas embarazada?

-No es eso, es que si ya resultaba difícil oírte decir te quiero o algo lejanamente parecido ahora es imposible. Nunca estas en casa...

-Lo siento, últimamente e estado muy ocupado y no os e prestado mucha atención a ti y a los niños ... pero ya sabes que yo te amo, eres lo más importante para mí.

-Lo sé, pero puedes demostrarlo y decirlo, aunque sólo sea de vez en cuando.

 

Michael acarició el rostro de Nikita con dulzura y acercó sus labios a los de ella.

 

-Te amo, eres mi vida.

 

 

                                      +++++++++++++++++++++

 

 

 

Michael  y Nikita estaban en la cama, desde la pequeña discusión que habían tenido días atrás, Michael ya no llegaba tan tarde y pasaba más tiempo con su familia, pero gran parte de ese tiempo parecía ausente.

 

-Michael, se que hay algo que te preocupa. Estas aquí a mi lado, pero tu mente esta muy lejos. Cuéntamelo.

-Se trata de Lisa Fanning .

-Lisa Fanning?

-Ya te conté que estas últimas semanas Red Cell a aumentado mucho su actividad, sobre todo en Europa. Hemos tenido muchos problemas para contenerlos. Hace unos días descubrimos a uno de sus principales colaboradores en el blanqueo de dinero y exportación de armas.

-Lisa.

-Exacto. Al parecer supo invertir muy bien el millón de dólares que le di.

-Lo suponía, en cuanto Birkoff me dijo que las cuentas no cuadraban supuse que tu le habías intervenido en el asunto. Lo que no entiendo es como terminó juntándose con Red Cell.

-Hace un par de años se volvió a casar, con John Beet , un importante exportador de frutos secos de Europa a América. Pero sus verdaderos negocios eran con Red Cell, los barcos transportaban más armas que avellanas. Beet murió de un ataque al corazón hace diez meses, al parecer provocado y Lisa se quedó al mando de los negocios.

-Ella lo mató?

-Es lo que demuestran los informes.

-Vas a mandar eliminarla?

-Es un poco más complicado, tiene contactos con la más alta esfera de Red Cell, la necesitamos viva para poder destruir Red Cell desde dentro.

-Michael tu  no puedes...

-Hemos evaluado todas las posibilidades y es la que ofrece un mayor porcentaje de éxito.

-Tu ya no haces trabajos de campo ni trabajos encubiertos, hay un montón de agentes preparados para hacerlos

-Ella siente debilidad por mi.

-Ella y la mitad de las mujeres del mundo.

-Nikita...

 

Nikita se levantó de la cama y empezó a andar por la habitación.

 

-Cuando?

-Cuando?

-Cuando empiezas con la misión?

-Lo están preparando todo para que parezca un encuentro casual, puede ser cualquier día hoy, mañana, la semana que viene...

 

Nikita se paró delante de la cama, estaba muy enfadada.

 

-Y cuando pensabas decírmelo, dos horas antes de irte? Des del teléfono de su coche? O mejor desde el teléfono de su mesilla de noche!

 

Michael se levantó de la cama para intentar calmarla.

 

-Tranquilízate. El bebé....

-El bebé? El bebé? Acabas de decirme que vas a irte antes de que nazca, no me digas que ahora te preocupa el bebé.

-Nikita estas siendo injusta.

-Yo? Yo no soy la que se va a ir con otra!

-Intentare estar contigo cuando nazca.

-Gracias, muchas gracias, le pedirás permiso a Lisa? No te molestes puedo arreglármelas sola.

Michael se acercó a ella e intentó cogerle la mano.

 

-No me toques! No te atrevas a tocarme!

-No estas siendo justa Nikita, es trabajo, no lo hago por placer.

 

Nikita cogió su batín de seda y se dirigió hacia la puerta.

 

-Adonde vas?

-No creerás que voy a compartir la cama contigo! Así vas acostumbrándote, no sea que le digas Nikita a Lisa.

 

Michael se quedó en la habitación y se tumbó en la cama. Ya había previsto la reacción de Nikita, aunque tenía que reconocer que se había quedado corto. No contaba con que ella se iría de la habitación. Ir detrás suyo sólo habría empeorado más las cosas, esperaba que una vez Nikita hubiera asimilado la noticia entendiera que se trataba sólo de trabajo. Extendió el brazo y cogió el cojín de Nikita que acercó a su cara, el suave perfume que usaba estaba impregnado en él y le embargó una profunda tristeza, pronto tendría que separarse de ella, de sus hijos, del bebé que todavía no había nacido. El dolor que aquella noticia había producido en Nikita, no podía compararse con el que él sentía en aquellos momentos, sentía que estaba traicionándola.

 

En la habitación de invitados Nikita lloraba amargamente sobre la cama, no podía creer que Michael se fuera justo antes de nacer el bebé. Lo que más la molestaba era su pasividad, ni siquiera había levantado la voz cuando ella le había gritado. Volvía a sentir lo mismo que cuando se encontraba prisionera de la Sección y Michael hacía con ella lo que le venía en gana. Parecía que Michael volvía a convertirse en el agente que había sido, salía a relucir su parte más oscura. Necesitaba hablar con alguien, descolgó el teléfono y marcó un número. A miles de kilómetros de allí un teléfono sonó .

 

-Diga?

-Te necesito.

 

 

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Michael se levantó muy temprano, no había pasado muy buena noche. La soledad de aquella gran cama de matrimonio, la primera pelea de verdad con su amada, la inminencia de su partida, demasiadas cosas en poco tiempo.

El timbre de la puerta principal lo sorprendió en la cocina, preparando café. No eran aún las seis y media de la mañana y no podía imaginar quien debía de ser el visitante. Se dirigió a la puerta, al abrir se llevó una gran sorpresa.

 

-Se puede saber que le has hecho, muchacho?

 

Michael acompañó a Walter hasta la cocina donde le ofreció una taza de café recién hecho.

 

-Me llamó ayer llorando, apenas podía hablar, sólo sollozaba.

 

Michael se levantó del taburete y fue hasta la puerta corredera de vidrio que daba al jardín, de espaldas a Walter empezó a hablar.

 

-Recuerdas a Lisa Fanning?

-Sí, aquella chica que tuviste que seducir para obtener “El Libro”.

-Exacto. Ella es ahora una de los principales colaboradores de Red Cell. Podríamos eliminarla, sin más, pero tiene contactos directos con la más alta esfera de la organización, viva nos es de más utilidad.

-Hasta aquí no veo ningún problema, pero...  Michael, no habrás pensado que tu...

-Ella siente debilidad por mí.

-Conozco a más de una en esta situación. Michael hay muchos agentes que podrían hacer este trabajo.

-Ya lo han intentado, nadie a conseguido acercarse lo suficiente y se nos acaba el tiempo. Red Cell está preparando algo grande y aún no sabemos lo que es.

-Hay algo más verdad?

-Me marcho un día de esta semana, puede que hoy mismo, en cuanto todo esté preparado.

-Pero Michael y el bebé?

-Lo sé, nacerá dentro de quince días.

-Si sigues dándole esta clase de disgustos a Nikita puede que nazca antes.

-Te quedarás con ella?

-Claro, pero y Roberta?

-Ellas se pelearon, Nikita se sentía agobiada, no pueden vivir en la misma casa. Le busqué una casita, cerca de aquí. Su relación a mejorado desde entonces.

 

Nikita estaba en la puerta de la cocina, con un fresco camisón de verano.

 

-Buenos días

 

Había oído parte de la conversación que habían mantenido Michael y Walter, pero aún no se sentía con ánimos para hablar con Michael sin terminar gritándole. Walter se levantó y fue a abrazarla.

 

-Buenos días nena, vaya estas enorme!

-Muchas gracias.

-No lo tomes a mal, estás preciosa, toda tu reluces.

-Ya basta Walter, tu no cambiarás nunca. Te vienes conmigo al salón?

-Claro nena.

 

Michael giró hacia Nikita.

 

-Nikita, nos vemos al mediodía, tenemos que hablar.

 

 

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Nikita estaba sentada en el sofá con los pies en alto y Walter se sentó en un sillón delante de ella.

 

-Veamos, nena, no es que esté de acuerdo con la decisión que a tomado Michael, pero tu y yo le conocemos y sabemos que no toma las decisiones a la ligera. Estoy seguro que la ha meditado mucho.

-No estará, no estará conmigo cuando nazca el bebé y ni siquiera sabe cuando volverá.

-Entiendo que estés enfadada pero te has parado a pensar como se siente él? Para él tampoco debe de ser fácil irse ahora y por lo que tu me has contado, el Hombre de Hielo también tiene sentimientos.

-Ya lo sé. No creas que no he pensado en ello, pero es que esto me supera.

-Nena es su trabajo.

-No, ya no. Ahora sólo debería planificar misiones, decidir que dirección hay que seguir, no tiene porque hacer trabajo de campo. Parece que le guste.

-Dime, nena, mírame a los ojos y dime que tu no hechas de menos la acción.

 

Nikita no contestó, sólo le miró con los ojos llorosos.

 

-No puedes verdad? No es malo, no significa que seas mejor o peor persona.

-Pero es que me da rabia, no me gustaba como me sentía cuando estaba en la Sección.

-Porque los métodos de Paul y Madeline no eran los correctos, porque sólo buscaban el poder. Pero la Sección 1, todas las secciones fueron creadas por Adriana para ayudar a la gente, para hacer el bien. Y eso es lo que tu hechas de menos. Y en cuanto a Michael, ya sabías que no era el típico hombre que se queda en casa jugando a las casitas, si estuviéramos en la edad media, sería guerrero de las cruzadas.

 

La imagen de Michael vestido de guerrero provocó una sonrisa en Nikita.

 

-Así me gusta, nena, que sonrías, estás muy fea cuando no lo haces.

-Es que últimamente me siento muy sola.

-Acaso no tienes amigas, alguien con quien salir a tomar un café y hablar?

-La verdad es que no. Hasta hace poco menos de dos meses trabajaba con Michael y no tenía mucho tiempo libre y el que tenía lo pasaba con lo niños.

-Y con las madres de los compañeros de Adam y Adriana?

-Es que no tenemos nada en común y estoy harta de mentir sobre mi trabajo, mi pasado,...  

-Pero nena, es por tu seguridad y la de ellos.

-Ya lo sé. No sé, creo que este embarazo me a afectado la cabeza.

-La cabeza no sé, pero de tu cintura no queda ni rastro.

-Walter no seas malo!

-Ya sabes que yo te querré igual, aunque no vuelvas a caber en tus vestidos.

-Te juro que si pudiera moverme, me levantaba y te daba una buena lección.

-Apuesto a que no lo olvidaría fácilmente, lo haríamos aquí mismo, en el suelo?

-Contigo no hay quien pueda, siempre pensando en lo mismo, acaso no vas a madurar nunca?

-Cariño me encanta verte sonreír de nuevo.

-Te he echado mucho de menos, ya sabes que te quiero como si fueras mi padre.

-Vaya acabas de echar por tierra todas mis fantasías románticas.

-Me acompañas a despertar a los niños, estarán encantados de verte.

-Vamos a verlos.

 

 

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Walter fue a despertar a Adam mientras Nikita iba a ver que tal estaba la pequeña Adriana.

 

-Tío Walter!

-Hola Adam, como estás campeón?

-Muy bien. Has venido de visita o vas a quedarte unos días?

-Creo que voy a quedarme unos días.

-Para la llegada del bebé?

-Sí, y quizás unos días más.

-Vas a llevarme tu al colegio hoy?

-Lo quieres?

-Sí, voy a presentarte a mis amigos.

-Entonces, corre al baño o llegaremos tarde.

 

Mientras Adam salía corriendo para el baño, Nikita entró con la niña en brazos.

 

-Pero como has crecido cosita!

-Verdad que está muy grande y no veas lo que pesa.

-Quieres venir con tío Walter?

 

La niña estaba muy interesada en el pañuelo rojo que Walter llevaba anudado en la cabeza e intentó quitárselo.

 

-Michael ya se ha marchado?

-Sí, acaba de irse.

-Yo llevaré los niños al colegio, tu date un relajante baño de espuma.

-Gracias. Que quieres que prepare para comer?

-Nada, creo que voy a ir a ver a tu madre, la llevaré a comer. Nosotros recogeremos los niños por la tarde. No te preocupes por nada.

-Pero...

-Michael y tu tenéis muchas cosas de las que hablar. No seas muy dura con él, también sufre. Vaya nunca hubiera creído que yo pudiera decir  esto sobre Michael.

 

 

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Nikita izo caso del consejo de Walter y llenó el jacuzzi con agua tibia y espuma. Una vez dentro se sintió mucho mejor, recostó la cabeza contra una toalla que le hacía de almohada y cerró los ojos. Des del estéreo llegaba una suave música que la ayudó a relajarse. Media hora después salió del baño de mejor humor. Se secó el pelo y se puso un ligero vestido de color azul. Aunque era mediados de Mayo, estaban bajo los efectos de una ola de calor y con el embarazo era aún peor. Eran cerca de las once, Michael llegaría dentro de una hora. Decidió preparar algo ligero para comer, una ensalada y un poco de pasta. Continuaba molesta por la decisión que había tomado Michael, pero no le gustaba estar enfadada con él. Justo había terminado de hervir la pasta cuando oyó el ruido de la puerta principal, Michael acababa de llegar.

 

Michael entró en la cocina y se quitó la americana, su musculado torso se podía adivinar bajo la camiseta oscura que llevaba. Aunque ya no hacía trabajos de campo, no había dejado de entrenar, de hecho entrenaron juntos hasta que el embarazo de Nikita no lo permitió. Nikita se descubrió a sí misma pensando en lo mucho que echaba de menos ir a la oficina, las reuniones y los entrenamientos con Michael.

 

Nikita estaba delante de la cocina y Michael se sentó en el taburete de la barra americana. No dijo nada, solo la miraba, pero no con una de sus miradas frías y vacías, la miraba con amor.

 

-Hola.

-Hola.

-He preparado algo de comer.

-Y los niños?

-Walter y mi madre se los llevaron a comer, los traerán por la noche.

-Tenemos toda la tarde para nosotros?

-Hasta que tu regreses a la oficina.

-Ya no regreso. Siéntate, yo serviré la comida, luego hablamos.

 

La comida fue muy silenciosa, hablaron un poco de los niños y de Walter, pero dejaron el tema de Lisa para el postre.

 

-Quieres que vayamos al salón, en el sofá estarás más cómoda.

-De acuerdo.

 

Nikita se sentó en un extremo del sofá y Michael en el otro.

 

-Ya sabes cuando vas a irte?

-No, todo sigue como ayer. Nikita, deja que te explique todas mis razones.

-Te escucho.

-Como ya te he ido comentando, Red Cell a aumentado mucho su actividad estas últimas semanas, sobretodo aquí en Europa, están preparando algo grande y no sabemos que es. Muchos de sus agentes en América están desplazándose hasta aquí. Contactar con Lisa es lo más rápido para llegar a descubrir que es lo que tratan de hacer. Desde que descubrimos que Lisa era una de las principales colaboradoras, hemos mandado a tres agentes en misión encubierta, pero ninguno a podido acercarse a ella. Yo soy la última carta que podemos jugar.

-No tenéis ninguna idea sobre lo que pueda intentar Red Cell?

-Este verano hay varias conferencias mundiales en Europa. En Berlín se va a celebrar una por la paz, en Holanda van hacer la del medioambiente y en Austria se va ha celebrar una por la unidad mundial. Los más altos dirigentes de todos los países van a estar repartidos por estos tres países. Hay demasiadas incógnitas, demasiados flancos desprotegidos. No podemos concentrarnos solamente en las tres convenciones, los problemas en oriente medio siguen empeorando, el trafico de armas hacia las pequeñas organizaciones terroristas no se detiene.

-Lo entiendo, entiendo todas tus razones. Pero tu comprendes las mías? Te vas a ir justo antes de que nazca el bebé y ni siquiera sabes por cuanto tiempo será. Además que te hace pensar que Lisa no va a mandar matarte en cuanto te vea, la última vez que te vio la utilizaste como moneda de cambio. Se la diste a su marido, él la tenía aterrorizada.

-También le proporcioné algo con lo que pudo deshacerse de él para siempre.

-Hasta donde estás dispuesto a llegar para ganarte su confianza?

-Hasta donde haga falta.

-Hasta su cama?

-Nikita, es sólo una misión más. No te dejo por otra mujer. Acaso crees que me gustaba acostarme con otras mujeres y saber que tu me odiabas por eso? Crees que te quería menos? Sabes era muy doloroso estar en la cama con otra pero no poder dejar de pensar en ti. Pensar, esta vez me perdonará o ya habré colmado el vaso?

 

Nikita recordó todas las veces que el la había utilizado en el pasado, a su antojo, como había querido. También recordó como ella misma le había perdonado todas y cada una de las mentiras que el le había dicho. Y recordó como después, con el tiempo, ella también había aprendido a jugar siguiendo los pasos de su mentor. Tuvo que reconocer que los dos se habían hecho y dicho cosas muy dolorosas el uno al otro y que al final siempre terminaban igual, amándose más aún. Era su destino, se amaban y se dañaban para luego volver a amarse. Parecía que sus almas estuvieran unidas por un lazo indestructible, los dos habían intentado olvidarse y ninguno lo había conseguido.

 

-Estarás conmigo cuando nazca el bebé?

-Sabes que haré todo lo posible para estar a tu lado. No puedo prometerte nada.

-Está bien. Sólo una condición.

-Cual?

-A partir de mañana y hasta que tengas que irte yo iré a la oficina, yo misma supervisaré el perfil de la misión.

-Nikita, no estas en condiciones.

-No estoy enferma, sólo embarazada.

-De acuerdo, pero sólo por las mañanas.

-Acércate, el bebé está jugando al fútbol en mi barriga.

 

Michael se acercó a ella y puso una mano sobre el voluminoso vientre de su mujer. Pudo sentir como el bebé golpeaba con sus piececitos. Nikita puso su mano sobre la de él.

 

-No me gusta estar enfadada contigo.

-A mi tampoco.

 

Michael le acarició el rostro y le susurró un te quiero al oído, después le besó dulcemente el lóbulo de la oreja y fue bajando su boca por el cuello , para luego volver a subir y posarse definitivamente sobre la bocal de ella. Poco a poco, todos los malos momentos pasados en los días anteriores fueron desvaneciéndose mientras se encendía en ellos el fuego de la pasión. Michael le bajó los tirantes del vestido y sus hinchados pechos quedaron al descubierto. Ella le quitó la camiseta. Sus cuerpos se fundieron en uno solo, y redescubrieron el placer de amarse.

 

 

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Poco antes de las siete Walter llegó con los niños. Adam estaba muy animado y la pequeña Adriana estaba medio dormida en los brazos de Walter.

 

-Hemos ido al parque mamá y tío Walter nos a comprado helados. Está papá?

-Sí cariño, acaba de ducharse y estará vistiéndose.

-Voy a verlo.

 

Nikita cogió a la pequeña en brazos.

 

-Y mi niña, como  se ha portado?

-Es un angelito, nena y me llama tío “balter”.

-Y a ti se te cae la baba verdad?

-Esta niña romperá tantos corazones como su madre, tenías que verla en el parque jugando con los otros niños, los tenía a todos embobados.

-Oh vamos, no seas tan exagerado.

-Y a ti, nena, que tal te ha ido. Por tu sonrisa diría que muy bien.

-De maravilla.

-Todo arreglado?

-Michael tiene que ir, pero hasta entonces yo misma supervisaré el perfil y bueno voy a estar informada las veinticuatro horas. No puedo decir que me guste pero tampoco tengo elección.

-Y el bebé?

-Dijo que intentaría estar conmigo.

-Y?

-Le creo, él adora a sus hijos.

-Y daría la vida por ti, de eso puedes estar segura.

 

 

 

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El despertador sonó y Michael se giró para pararlo, eran las siete y media. Nikita se movió a su lado. Michael se apoyó sobre su codo y la observó despertarse, era tan linda. Sólo de pensar que le podía pasar algo su corazón se aceleraba, la amaba más que a su propia vida. Verla dormir era uno de sus pasatiempos favoritos, se la veía tan tranquila, tan serena y de vez en cuando susurraba su nombre.

Nikita despertó y lo pillo observándola.

 

-Qué?

-Nada.

-Porqué me miras así?

-Así? Cómo?

-Así embobado.

-Te he dicho nunca que eres preciosa.

 

Nikita sonríe encantada.

 

-Últimamente no.

-Te amo.

-Oye! Se puede saber que es lo que te ocurre hoy? Quién eres tu y que has hecho con mi marido?

 

Michael se acercó a Nikita y la besó, ella le rodeó el cuello con sus brazos y le devolvió el beso. La cosa podía haber pasado a mayores pero entró la pequeña Adriana, agarrando a su peluche.

 

-Mamá bibe.

 

Michael se volvió y la ayudó a subir a la cama. Cada día se parece más a su madre, pensó, además es igual de cabezota que ella. Adriana estaba investigando la barriga de su madre, le encantaba apoyar la cabecita en ella y notar como el bebé se movía.

 

-Ven con papá, vamos a la cocina a por tu bibe?

-Sí.

-Mientras tanto yo iré arreglándome, me prepararás un tazón de leche?

-Café o cacao?

-Café.

 

Michael se levantó y cogió a la niña en brazos. Le hizo cosquillas y ella se rió encantada, adoraba a su padre. Toda la casa se llenó con sus risas.

Cuando Nikita terminó de arreglarse bajó a la cocina y se encontró con una agradable escena. Adriana, desde su sillita, estaba explicándole algo con su lengua de trapo a Michael que la escuchaba atentamente mientras se tomaba su café.

 

-Interrumpo?

-Adriana me explicaba el dibujo que hizo el otro día en la guardería. Aquí tienes tu taza.

 

Nikita se sentó pesadamente en la silla, al lado de Michael.

 

-Pareces cansada.

-Si tu tuvieras mi barriga también lo parecerías. Estoy bien, de verdad. Si no te das prisa  llegaremos tarde.

-La reunión es a las diez.

-Quiero llegar antes para poder repasar el perfil.

-Está bien. Voy a ducharme.

-Mira si Adam ya a salido de la cama, yo lo he llamado antes de bajar.

 

Walter entró en la cocina justo cuando Michael se iba.

 

-Buenos días chicos.

-Buenos días Walter.

 

Walter se acercó a la niña e hizo ver que le quitaba su peluche.

 

-Hola ratita.

-Mío.

-Walter sírvete tu mismo, el café está recién hecho.

-Gracias nena.

-Si quieres algo más puedes cogerlo tu mismo.

-Os vais ya?

-En cuanto baje Michael.

-Como van las cosas?

-De maravilla aunque sigue sin gustarme que se vaya.

-Tienes una mamá de lo más tozuda.

-Mi madre estará a punto de llegar, ella arreglará a los niños y los llevará al colegio. Nosotros estaremos de vuelta  a  la hora de la comida.

-Y yo que hago toda la mañana?

-Puedes ir a dar una vuelta por el centro, a ligar...

-Eso suena muy bien, nena, pero que muy bien.

 

Michael entró en la cocina, listo para irse.

-Ya estoy listo, Nikita, Adam está terminando de arreglarse.

-Pues vamos.

 

Nikita sacó a Adriana de la sillita.

 

-Adiós mi amor.

-Adiós mamá.

-Pórtate bien y no hagas enfadar a Tío Walter.

 

Michael y Nikita se fueron hacía la puerta y se despidieron de Adam antes de marcharse.

 

 

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Ya en el coche Michael le comentó a Nikita la reunión que tenían programada para las diez.

 

-Va a venir un representante de Oversight y el Operations de cada Sección.

 

Nikita miró su reloj.

 

-Son las ocho, tendrás casi dos horas para ponerme al corriente de todo.

-Yo y Michelle tenemos que repasar algunas cosas de las misiones que estén llevándose acabo ahora, te ayudará Marie. Ella será tu ayudante.

-Marie?

-Es una agente nueva, llegó justo cuando tu te fuiste. Creo que te caerá bien.

-Cómo es?

-Es joven y muy simpática, me recuerda un poco a ti cuando llegaste.

-mmmhh.

-Es muy buena con los ordenadores.

-Ya veremos.

-Michelle me dijo que  Marie a salido algunas veces con Bruno, de estrategias.

-Vaya que informe más detallado.

-Ella va a ser tu ayudante, tenía que asegurarme de que fuera de entera confianza.

-Mi ángel de la guarda, que haría yo sin ti?

-Ya llegamos.

 

 

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Volver a entrar al complejo de oficinas, le produjo a Nikita una sensación de alegría  a la vez de que de tristeza. Alegría porque después de casi dos meses sin hacer nada más que ocuparse de la casa y los niños se sentía útil, desde allí podía hacer muchas cosas para que la gente pudiera vivir tranquila, en sus casas, sin ser concientes de Red Cell, Marzo Sangriento y otras organizaciones terroristas. Y triste porque cada vez que entraba recordaba los malos momentos que había pasado en la Sección Uno, el proceso Gelman, los compañeros que habían muerto,...

Miro a su alrededor, todo seguía tal y como ella lo había dejado. La mesa de reuniones estaba situada en el centro de la sala. Todos los pisos superiores daban a esta sala. Alrededor de la sala se distribuían otras salas: armamento, investigación, estrategias,... El despacho doble que ocupaban Michael y Nikita estaba justo en la siguiente planta y ocupaba buena parte de ésta.

Michael la sacó de su ensimismamiento cuando se acercó a ellos una chica alta y sorprendentemente risueña para el sitio en que estaban.

 

-Nikita, ella es Marie.

-Hola señora.

-Hola.

-Me reuniré con vosotras en cuanto termine de repasar algunas cosas. A llegado ya Michelle?

-Sí, ella la está esperando en estrategias.

 

Michael se despidió de Nikita con una mirada y un roce de manos, Nikita sonrió al ver la cara de extrañeza que puso Marie. Era una costumbre que no habían olvidado, cada vez que se cruzaban por algún pasillo o se separaban se despedían con un roce de manos, como cuando tenían que esconder su amor.

 

-Tenemos poco tiempo, vamos al despacho.

-Sí, señora.

-No me llames señora, llámame Nikita.

-Sí señ.. perdón, Nikita.

 

Mientras se dirigían al despacho, Nikita no pudo dejar de darse cuenta de las miradas de sorpresa que algunos agentes tenían al verla allí con semejante barriga. Saludó amablemente a algunos a los que conocía más. Ya en el ascensor Marie habló.

 

-Puedo preguntarle algo Nikita?

-Claro Marie.

-Porque ha vuelto? Me refiero a que ha vuelto antes de tener al bebé.

-Como ya debes saber será Michael el agente encubierto que actúe en la misión contra Red Cell. Yo quiero comprobar personalmente el perfil y quiero estar enterada de todos sus pasos antes que nadie.

-Es comprensible. Si yo estuviera con alguien tampoco me gustaría que se fuera a una misión así sin que yo no supiera todos los detalles.

-Vamos a trabajar.

 

Salieron del ascensor y entraron al despacho. Era una amplia sala, las mesas  de Michael  y Nikita estaban en uno de los extremos, uno al lado del otro. La pared al lado de las mesas estaba  cubierta por varios monitores, había dos que estaban encendidos y mostraban los perfiles de dos de las misiones que en aquellos momentos se estaban llevando a cabo. El resto de la sala estaba ocupada por un sofá de piel negra, con unas butacas a juego y una mesita de café de diseño: una superficie de vidrio sostenida por unas barras cruzadas de aluminio.

Nikita se sentó en su silla y le indicó a Marie que tomase asiento en la silla de delante. Encendió su portátil. Marie llamó por el intercomunicador al área de estrategias.

 

-Ben, pasa toda  la información de la misión Fanning al portátil de Nikita.

-En dos minutos lo tenéis.

-Gracias Ben.

 

Ben era el equivalente de Birkoff en el Complejo, hacía su trabajo muy bien, pero no podía dejar de compáralo con Birkoff, y Ben siempre perdía.

Nikita graduó su silla, la espalda la estaba matando.

 

-Quieres que te traiga algo para beber?

-Gracias Marie. Un te helado por favor.

-Mientras esperamos voy a buscártelo.

 

Nikita se quedo pensando en aquella chica. No tendría más de 20 años, era delgada, alta y muy pelirroja. No era especialmente bonita, pero se la veía muy simpática. La primera pregunta que le vino a la mente fue como había llegado hasta allí, que habría hecho aquella encantadora chica para que le hubieran arrebatado su libertad? Apretó el botón del intercomunicador.

 

-Robert?

-Sí señora?

-Mándame los datos de Marie a mi computadora.

-Ya está señora.

-Gracias.

 

-Veamos.

 

Nikita tecleó en su portátil y apareció la foto de Marie seguida de todos sus datos.

 

Lugar de nacimiento: Dublín.

Fecha de nacimiento: 12/02/1980

Nombre completo: Marie Joanne McNeil

Fecha de reclutamiento: 15/11/1999

Mentor: James Thomas

 

Antecedentes:

Miembro activo del grupo terrorista del IRA, detenida el 10/15/1999 en Edimburgo después de intentar asesinar al primer ministro ingles. Acusada de intentos de asesinato a diferentes políticos ingleses, colocación de coches bomba y del asesinato de varios civiles a causa de la explosión de cargas explosivas durante una manifestación.

 

Era algo mayor de lo que aparentaba y desde luego no era ningún angelito.

Cerró el archivo, poco después entró Marie con dos vasos grandes de té helado.

 

-Han llegado ya los informes?

-Acaban de cargarse ahora.

 

Nikita tomó un sorbo de té y apartó de sus pensamientos el informe que acababa de leer.

 

-Empecemos.

-Descubrimos que Lisa Fanning era una colaboradora de Red Cell hace algo menos de dos meses. Cuando interceptamos un envío de armas  desde Francia a Florida.

 El cargamento iba escondido en las bodegas de carga de uno de los barcos de su empresa. El cargamento constaba de armamento militar: desde simples fusiles de asalto a bazocas de última generación.

A partir de entonces todos sus movimientos han sido seguidos, a distancia. Cuando Red Cell aumentó su actividad y empezó a reorganizar a sus agentes, Lisa desapareció, pero los envíos no cesaron, aunque no pudimos interceptar ninguno.

Hace algo menos de un mes dimos con ella. Se envió un agente encubierto desde la Sección 8. No pudo acercarse mucho a ella, lo perdimos en tres días. Después se envió otro agente, esta vez desde la Sección 1, tampoco tuvo éxito, lo perdimos a los cinco días. Red Cell ha triplicado la vigilancia entorno a ella, al parecer es una pieza clave para algo o es muy importante para alguien.

Después del segundo intento Lisa volvió a desaparecer, tenemos a más de cien agentes de diferentes secciones buscándola, es cuestión de tiempo que la encontremos.

-Y Michael?

-Sabemos que Red Cell lo cree muerto, así que le hemos construido un pasado desde que “murió” hasta ahora. Nikita te sientes bien? Estás muy pálida.

 

Nikita tenía ganas de gritarle: cómo me voy a sentir bien? Michael está a punto de embarcarse en una misión casi suicida.

 

-Continua por favor.

-Seguro?

-Continua.

-Bien, la historia es parecida a la real, tu le ayudaste a escapar para evitar que lo cancelaran. Estuvo viviendo en un pequeño pueblo  rural durante unos meses, luego te mataron cuando intentabas escapar con él. Eso le hizo enloquecer y desde entonces anda buscando la oportunidad de vengarse de la Sección. Todos los detalles están calculados al milímetro, todas las coartadas son seguras e indestructibles.

-Continua siendo una misión de alto riesgo. Que porcentaje de éxito tiene la misión?

 

Marie bajó la vista.

 

-Marie te he preguntado por el porcentaje de éxito de la misión.

-Sí, veras,...

 

Michael entró en el despacho. Le sostuvo la mirada a Nikita y dijo:

 

-Menos del cuarenta por ciento.

 

Nikita se dirigió a Marie:

 

-Es todo. Déjanos solos.

 

Marie salió del despacho y cerró la puerta detrás suyo.

La temperatura dentro del despacho parecía haber bajado de golpe. Nikita se levantó y se apoyó en su mesa. Michael continuaba en el centro de la habitación, sin decir nada, sólo mirándola. Poco a poco, Nikita, sentía como iba enfureciéndose, la sangre le golpeaba en las sienes. Apretó los puños y miró gélidamente a Michael antes de empezar a hablar.

 

-Menos del cuarenta por ciento, cuanto menos?

-Según todas las simulaciones por ordenador entre un 28 y un 30 por ciento.

-Creía que te conocía, pero NO SABÍA NADA DE TUS TENDENCIAS SUICIDAS! Acaso te has vuelto loco? Un 30 por ciento de éxito? Utilizamos agentes apartados para misiones con este tipo de porcentajes, porque nunca vuelven!

-Nikita, tranquilízate, piensa en el bebé.

-Estoy pensando en él! Que quieres que le diga: que su padre fue un gran héroe o un maldito loco inconsciente!

-Los otros dos agentes sólo tenían una probabilidad de éxito del 15 por ciento.

-Y terminaron muertos! Eso no te dice nada?

-Nikita quieres que empiece otra guerra mundial? Sabes lo que puede ocurrir con todos los jefes de estado fuera de sus países , todos reunidos en el mismo sitio?

-Es que no sabemos lo que quiere hacer Red Cell, puede que no intenten nada contra ellos.

-Ahora la que no es razonable eres tu.

 

Michael se acercó a Nikita para intentar tranquilizarla.

 

-Nikita si no creyera que puedo conseguirlo no iría.

-Hace mucho tiempo que estás inactivo.

-No voy a una misión de campo.

-No hace falta que me lo recuerdes.

-Nikita vamos a sentarnos.

-No! Te das cuenta de que no tendrás ningún tipo de apoyo? El equipo más próximo tardará horas en llegar y para entonces puede que ya no valga la pena.

-Lo sé, he repasado todos los puntos.

 

El dolor de espalda de Nikita era cada vez más intenso y de pronto una aguda punzada de dolor le atravesó el vientre.

 

-Ahh!

-Que te ocurre? El bebé?

 

Michael la ayudó a sentarse en el sofá. El dolor remitió.

 

-No fue nada, sólo una punzada, ya estoy bien.

-Voy  a pedir que suba un médico.

-No hace falta ya estoy bien, además nos esperan en menos de cinco minutos, ya son casi las diez.

 

Nikita se levantó pesadamente del sofá y Michael la siguió hasta el ascensor.

 

-Después de la reunión quiero que te vea un médico.

-Te he dicho que ya estoy bien.

-Si hace falta te llevaré a rastras.

-Iré.

 

 

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El doctor acababa de visitar a Nikita, Michael entró en la enfermería.

 

-Como están?

-El bebé esta perfectamente. Pero ella está muy nerviosa, estresada. El estrés puede provocar un adelanto del parto, que nazca unos días antes de lo previsto.

-Que pasaría?

-Nada, esté tranquilo. No será el primer bebé que nazca unos días antes. Está perfectamente, tiene el tamaño y el peso que le corresponde para su tiempo. Yo me preocuparía más por ella.

-Que se puede hacer?

-Eliminar la causa del estrés. Tiene usted idea de cual puede ser?

 

Michael le contestó con una de sus miradas vacías y se fue.

 

 

                           

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Michael se dirigió al despacho en busca de Nikita, pero ella no estaba allí, así que volvió a bajar. De detuvo frente al encargado del armamento, un joven de unos veinticinco años llamado Brad. En aquellos momentos Brad estaba terminando de montar una pequeña bomba bajo una gran lupa.

 

-Has visto a Nikita?

 

Brad levantó la vista de lo que estaba haciendo.

 

-Hace un rato pasó por aquí, creo que se fue a estrategias.

 

Michael dio la vuelta y cruzó toda la sala para llegar al área de estrategias. Brad volvió a su trabajo.

 

 

 

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Después de que el medico la visitara, Nikita se dirigió a estrategias. El encargado era Ben. En aquellos momentos se encontraba tecleando rápidamente en su consola. Nikita se detuvo delante de su mesa.

 

-Ben necesito que me ayudes un momento.

-Sí señora.

 

Nikita acercó una silla y se sentó delante de Ben.

 

-Quiero que recuperes los simulacros por ordenador de la misión Fanning y les añadas un nuevo elemento.

 

Ben insertó un pequeño CD y tecleó algo en la consola.

 

-Cual es el nuevo elemento?

-Que Michael tuviera que dejar la misión un día, dos a lo sumo. Cual sería el porcentaje de éxito?

 

Ben volvió a teclear en su consola y unos instantes después sentenció:

 

-Si tuviera que ausentarse un día en plena misión las probabilidades de éxito se reducirían al 20 por ciento y si fueran dos pasaríamos al 15 por ciento.

-Y si cuando encontremos a Lisa se pierde la oportunidad de contactar con ella, porque Michael no llegase a tiempo?

-Cada vez es más difícil acercarse a ella. Para cuando volviésemos a encontrarla sería demasiado tarde. La primera convención es a finales de Junio, falta poco más de un mes, no hay tiempo.

-Gracias Ben. No comentes con nadie nuestra pequeña charla. Y mucho menos con Michael, si te pregunta, inventa algo.

-Sí señora.

 

 

 

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Michael entró en el área de estrategias y fue directamente hasta la mesa de Ben.

 

-Has visto a Nikita?

-Se ha ido hace cosa de diez minutos.

-Has hablado con ella?

-Sí.

-Que quería?

-Comentar algunos puntos de la misión Fanning.

-Cuales?

-Equipos de apoyo y seguridad.

-Sabes a donde ha ido?

-No lo dijo.

 

Michael se giró y se fue. Ella necesitaba pensar y siempre lo hacía en el mismo sitio.

Michael cruzó todo el complejo y subió varios pisos en el ascensor. Andó unos cincuenta metros por el pasadizo y se detuvo delante de una puerta. Aquella puerta daba a la azotea. La abrió. Al hacerse cargo ellos del complejo, Nikita había mandado habilitarla como jardín. Era un jardín en las alturas. La vista era espectacular y dominaba toda la ciudad. Allí subía Nikita cuando necesitaba paz y tranquilidad para pensar en algo.

Michael caminó un poco por el caminito de piedras que quedaba entre los parterres. Nikita estaba sentada de espaldas a él, en una cómoda silla de madera con cojines blancos. La suave brisa que soplaba, jugaba con sus cabellos sueltos. Él se sentó en la silla de al lado. Adivinó que bajo las gafas de sol, los ojos de ella estaban cerrados.

 

-Nikita, ya se que debería habértelo dicho, pero sólo habría servido para que te enfurecieras más aún.

-Deberías haberlo hecho. Tenía derecho a saberlo.

-Lo sé.

-Nadie lo diría.

-Nikita no quiero volver a pelearme contigo.

-Yo tampoco. Además ahora ya da igual.

-No quiero marcharme estando enfadados Nikita.

-No estoy enfadada contigo, sólo molesta.

-Nikita yo no quería que te preocuparas.

-Vámonos a casa.

 

Michael se estaba levantando de la silla cuando su móvil sonó.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Nikita, estaba segura de que ya habían encontrado a Lisa.

Michael abrió lentamente el móvil.

 

-Sí? Sí. Grábalo en un disquete.

 

Michael guardó el teléfono en el bolsillo interior de su americana. Nikita se puso las gafas a modo de diadema en el pelo y miró seriamente a Michael.

 

-La han encontrado.

-Lo suponía.

 

Bajaron al despacho para recoger sus cosas y antes de salir del complejo pasaron por estrategias para recoger el disquete con toda la información para Michael.

El viaje en coche fue de lo más silencioso hasta que Nikita se atrevió a preguntar.

 

-Cuando?

-Pasado mañana, en París.

-Este domingo. A que hora?

-Lisa tiene una reserva en el Maxims a las 7. Saldré a las 3 de la tarde.

-Quien se quedará al mando?

-McNeil y Michelle. Michelle estará  al cargo de las Secciones y McNeil se ocupará de estrategias.

-Bien.

-Mañana no iremos al Complejo, podríamos llevar a los niños al zoo.

-Llévalos, yo me quedaré en casa.

 

 

 

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Michael aparcó el coche en el garaje  y  Nikita fue a ponerse ropa más cómoda que el traje pantalón premamá que llevaba. Cuando bajó a la cocina, encontró a Michael preparando la comida. Se sentó en un taburete de la barra americana y observó cocinar a Michael. Era algo que siempre le gustaba hacer y al hacerlo se sentía bien, protegida. Pero aquel día era distinto porque un gran peso le oprimía el corazón.

 

-Quieres beber algo?

-Me tomaría un vaso de vino, pero voy a conformarme con un té helado.

 

Michael sacó la jarra de la nevera y le sirvió un vaso a Nikita y otro para él. Nikita lo observó cortar las verduras de la ensalada y tomó una decisión. Aunque no estaba de acuerdo con la misión y se sentía muy molesta, no lo demostraría. Las probabilidades de éxito eran mínimas, Michael debía estar concentrado al cien por cien para que todo saliera bien, para que pudiera regresar vivo a su lado. Debía confiar en él y facilitarle la misión en la medida de lo posible. En cuanto regresara, ya ajustaría las cuentas con él.

 

-Michael.

-Sí?

-Te amo.

 

Michael dejó de lavar la verdura, se secó las manos con un paño y se acercó a ella. Le cogió una mano y se la acarició como solo él sabía hacerlo. Nikita sintió como todo su cuerpo respondía a la suave caricia de Michael. Tiró de Michael hacia ella y lo besó.

 

 

 

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Después de la comida con Walter y los niños, Michael fue el encargado de llevarlos al colegio. Walter y Nikita se quedaron tomando café en el salón.

 

-Cómo te ha ido el día, nena?

-Fatal.

-Habéis vuelto a pelearos?

-Sí.

-Qué ocurrió? Encontraste algo en el perfil que no te gustó?

-Revisé el perfil, pero lo que no me gustó fue el porcentaje de éxito. Es del 28 al 30 por cien.

-Vaya. Eso es muy preocupante nena.

-Lo sé, pero él ya está decidido a ir, nada le hará cambiar de opinión.

-Nena, tu y yo sabemos que la única persona capaz de sacar adelante ésta misión es Michael.

-Lo sé, por eso he tomado una decisión, voy a apoyarlo, quiero que regrese y que lo haga vivo.

-Creo que has tomado la decisión adecuada.

-Eso espero.

 

 

 

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Aquella noche Michael acostó a los niños y cuando entró a su habitación encontró a Nikita sentada delante de su tocador cepillándose el pelo con la mirada ausente. La observó unos instantes, ella no parecía haberse dado cuenta de su llegada. Se desnudó y se metió en la cama.

 

-Nikita, ven a la cama.

 

Ella salió de sus ensoñaciones. Se levantó y se quitó la bata, ya en camisón se tumbó al lado de Michael. Él la abrazó.

 

-No te preocupes, toda saldrá bien cherie.

 

Nikita le respondió con una sonrisa triste.

 

-Sólo quiero que vuelvas y que lo hagas pronto y vivo.

-Lo haré, te lo prometo.

 

Michael poso una mano sobre la barriga de Nikita y sintió como el bebé movía los pies.

 

-En que piensas cariño?

-Bailar. Sabes cuanto tiempo hace que no bailamos, Michael? Pronto hará medio año de nuestra última cena, los dos solos, sin niños, sin madre, sin hermana.

-Te prometo que será lo primero que hagamos en cuanto vuelva. Y además nos iremos unos días a la cabaña tu y yo, solos.

-Te tomo la palabra Michael.

 

 

 

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 Adriana los despertó a las 9 de la mañana siguiente pidiendo su biberón. Michael la cogió en brazos y los dos se fueron hacía la cocina para preparar el desayuno. Nikita decidió que los acompañaba al zoo, quería pasar el mayor tiempo posible con Michael antes de que él se fuera. Se duchó y fue a despertar a Adam. Preparó la ropa de los dos niños y bajó a desayunar. Se sentó en la mesa, al lado de la sillita de la niña y se tomó su café.

 

-Voy a ir con vosotros. Adam ya está vistiéndose. Mientras tu te arreglas yo preparo a la niña.

 

Se levantó y tomó a la niña en brazos.

 

-Pero como pesas mi amor!

-Déjala Nikita, yo la subo o terminareis las dos rodando por las escaleras.

-Mira tu papá cree que ya no puedo sostenerte.

 

Adriana alargó sus brazos hacía su padre y este la montó a caballito sobre su espalda y subió al trote por las escaleras seguido por Nikita.

 

 

 

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Pasaron un estupendo día en el parque y Nikita estuvo unas horas sin pensar en la inminente marcha de Michael. Los niños disfrutaron mucho y terminaron cansadísimos.

A llegar a casa encontraron a Walter tomando una cerveza en el jardín. Nikita se sentó a su lado mientras los niños jugaban y Michael hacía unas llamadas.

 

-Que tal el día, nena?

-A sido maravilloso, lo hemos pasado muy bien. Pero estoy muy cansada, el parque era enorme.

-Y los niños, ya lo saben?

-Todavía no.

-Y que les vais a decir?

-Que su padre tiene que hacer un viaje de trabajo.

-Y el tiempo?

-Como máximo van a ser un par de meses, hasta que empiecen las cumbres.

-Es mucho tiempo. Y como vas a hacer para explicar que no llame?

-Walter!

-Nena, no quiero enfadarte pero son cosas que hay que tener en cuenta.

-Pues no sé, Adam cree que su padre es geólogo, hemos decidido decirle que se va a la selva, a estudiar unas excavaciones Mayas recién descubiertas, al ser un lugar remoto podemos explicar que no llame. Además, dentro de unos días Adam se marcha de campamento.

-Vaya, no crees que es una historia algo rocambolesca.

-Watlter por dios! Estas aquí para animarme o para terminar de hundirme?

-No te exaltes nena, no te exaltes.

 

Michael se reunió con ellos y hablaron de cosas intrascendentes hasta la hora de la cena.

 

Pasaron su ultima noche abrazados y Michael le susurró cuanto la quería al oído. No durmieron demasiado, pero el sentir el amor de Michael izo que Nikita se sintiera mejor, con más fuerza para superar los duros días que les esperaban.

Por la mañana les contaron a los niños que su padre debía marcharse por un tiempo a causa del trabajo y parecieron tomárselo bien. Michael les dijo que no podría llamarlos porque allí donde iba no estaban muy bien las comunicaciones. Adam le pidió que regresara tan pronto como pudiera y que le trajera un regalo. Michael le aseguró que así lo haría.

Comieron al mediodía, fue una comida alegre en la que Adam no paró de preguntar cosas sobre la estancia de su padre en la selva.

Después de comer, Michael y Nikita subieron a su habitación para despedirse.

 

-Ve con cuidado Michael.

-Te prometí que volvería y lo cumpliré.

-También me hiciste otra promesa, recuerdas?

-Iremos a bailar y a descansar a la cabaña.

 

La expresión de Michael se volvió triste.

 

-Cuida de los niños  y cuídate tu, no te preocupes, ni por mi ni por el Complejo, Michelle y McNeil se encargarán de todo.

-Te quiero.

 

Michael se acercó a ella y la abrazó. Acercó su cara a  la de ella, sus labios estaban apenas a unos milímetros.

 

-Te amo.

 

Sellaron su promesa de amor con un largo beso.

 

 

 

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No hacía aún tres horas que Michael se había ido pero Nikita ya lo echaba de menos, notaba su ausencia como un peso en el corazón y algo le decía que aquello no terminaría bien.

 

 

 

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París,  Francia. 6:45

 

Michael estaba en su coche, un mercedes negro de ultimo modelo, delante del restaurante Maxims. A los pocos minutos una limusina paró delante de la puerta principal y de ella descendieron Lisa y dos de sus guardaespaldas. La limusina se marcho. Michael esperó unos minutos y después bajó del coche y cruzando la calle entró al restaurante.

Todo parecería un encuentro de lo más casual, la mesa de Michael sería contigua a la de Lisa.

El metre le condujo hasta su mesa. Pasó por detrás de Lisa, ella aún no había tenido la oportunidad de verlo, estaba leyendo la carta. Michael se sentó dándole la espalda, el camarero le dio una carta y el se dispuso a escoger su cena.

Michael se dirigió al camarero.

 

-Tráigame un Burdeos muy frío y canard au l’orange.

-Si señor.

 

El camarero se retiró.

 

Lisa levantó la mirada, aquella voz le resultaba muy conocida. Reconoció de inmediato al apuesto hombre de la mesa de al lado, aunque sólo podía verle la espalda. Se levantó de su silla y fue a sentarse enfrente Michael.

 

-Vaya Michael, como tu por aquí?

-Lisa, cuanto tiempo sin vernos no?

-Que es lo que quieres, Michael?

 

Michael fingió sorpresa.

 

-Que que quiero? Quiero comer.

-Michael no me tomes el pelo.

-Porque debería de hacerlo?

-Donde dejaste a Nikita?

 

La cara de Michael cambió por completo.

 

-No menciones su nombre.

-Que ocurre Michael, te usó y te dejó tirado por otro? Eras sólo una misión más?

 

Michael agarró a Lisa por la muñeca.

 

-No nombres a Nikita.

 

Lisa cambió su expresión de burla por una de intriga.

 

-Que le ocurrió?

 

Michael no contestó, se limitó a ofrecerle una mirada vacía. Cosa que aún hizo que Lisa se sintiera más intrigada por el paradero de Nikita.

 

-Te importa que cene contigo, ahora que estas solo...

-Haz lo que quieras.

-Camarero! Tráigame lo mismo que al monsieur.

-Si señora.

 

Lisa llevó todo el peso de la conversación durante toda la cena, Michael se encerró en su caparazón y sólo contestaba con monosílabos y frases cortas. Aunque intentó sonsacarle disimuladamente lo que le había ocurrido a Nikita, no lo consiguió, porque Michael se cerraba en banda cada vez que ella insinuaba en tema. Les trajeron el café.

 

-Y ahora, Michael, te esta esperando alguien?

-No.

-Quieres venir a tomar una copa a mi casa?

-No.

-Vamos Michael, no seas tan arisco.

-Esta noche no.

-Comemos mañana?

-De acuerdo.

-Que te parece en el Ritz?

-Bien.

-Mañana a las doce, te esperaré en el bar, no me plantes.

 

Lisa se levantó y se dirigió a la salida del restaurante donde ya la esperaban la limusina y sus guardaespaldas.

 

-Greg.

-Si señora.

-Que sigan al hombre que ha cenado conmigo, quiero saber donde vive.

-Si señora.

 

Lisa entró en la limusina y cogió su móvil.

 

-Soy Lisa. Quiero información sobre Michael Samuelle, agente de la Sección Uno.

 

 

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Michael se quedo unos minutos más sentado en la mesa, antes de pedir la cuenta e irse a su hotel. Al poco de salir del restaurante se dio cuenta de que le seguían y no pudo hacer otra cosa que sonreír, era justo lo que esperaba. Además estaba seguro de que Lisa ya había pedido informes sobre él  y Nikita.

Cogió su móvil.

 

-Michael. He hecho contacto. Que todos los informes estén listos. Voy al hotel.

 

 

 

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Nikita dio de cenar a los niños y los acostó temprano, no estaba muy de humor para jugar con ellos. Bajó al salón donde Walter la estaba esperando mirando la tele.

 

-Ya se han dormido?

-A Adriana le ha costado un poco y Adam esta leyendo.

-Y tu , nena, como estás?

-Cansada, triste, sola,... quieres que continúe?

-Vaya, veo que estamos muy animados hoy, eh?

-Creo que voy a irme a la cama.

-Si quieres algo sólo tienes que silbar y acudiré en tu ayuda.

-Que haría yo sin mi caballero?

 

Nikita se levantó del sofá y le dio un beso en la frente a Walter antes de irse a su cuarto. Pasó una noche muy mala, apenas pudo dormir, le faltaba Michael, se sentía muy pesada y el calor parecía no parar de aumentar.

 

 

 

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Michael no paso una noche mejor que la de ella, la echaba mucho de menos. Hacía ya mucho tiempo que no tenía problemas para dormir, desde que vivía con Nikita, antes podía pasar noches y noches dando vueltas en la cama sin poder dormir.

 

 

 

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Los días fueron pasando y los encuentros entre Michael y Lisa eran cada vez más frecuentes, Michael fue representando su papel a la perfección y Lisa sin darse cuenta volvió a caer en sus redes. A la semana del primer encuentro en el Maxims, Michael se trasladó a vivir con Lisa, en un céntrico duplex del centro de París.

Una noche, después de hacer el amor, Lisa volvió a preguntarle por Nikita. Aunque ya sabía, más o menos, lo que había sucedido entre ellos, por los informes que había pedido, quería oírlo de boca de Michael.

Michael estaba tendido boca arriba, desnudo bajo las sabanas de seda y Lisa tenía la cabeza apoyada en su pecho, podía oír los latidos de su corazón.

 

-Michael.

-Qué?

-Cuentame, que le ocurrió a Nikita?

 

Michael respiró hondo y cruzó los brazos por encima de su cabeza.

 

-Nikita debía eliminarme, pero no lo hizo, no pudo...

-Ella te quería.

-Sí. Me dejó escapar, me obligó a escapar. Pero teníamos un plan, ella fingiría su muerte al cabo de unos meses y entonces podríamos estar juntos, para siempre.

 

Lisa notó como el corazón de Michael se aceleraba al hablar de Nikita.

 

-Qué ocurrió? Qué salió mal?

-Ellos se enteraron de que yo no había muerto.

-Ellos son la Sección Uno?

-Sí. La Sección se enteró y nos tendió una trampa. En la misión en que Nikita debía fingir su muerte nos tendieron una emboscada, cuando estábamos huyendo nos  rodearon... nos faltó muy poco para escapar... eliminamos a todos los agentes o eso creímos, pero uno no estaba muerto y me disparó, Nikita se interpuso entre yo y la bala... ella... ella murió en mis brazos. Yo le juré que vengaría su muerte con mi libertad y destruyendo la Sección.

-La querías?

 

Michael se levantó de la cama y se fue hacía la ventana. Desde allí tenía una maravillosa vista del Sena, con los barcos para turistas iluminados surcándolo, las luces de la ciudad de París iluminaban el cielo.

 

-Nunca he amado a nadie como la amé a ella.

 

Lisa se levantó y se acercó a Michael. Le acarició la espalda y le susurró bajito.

 

-Yo puedo ayudarte a vengarla. Tengo amigos muy poderosos.

-Nadie sabe tanto de la Sección como yo.

-Lo sé, pero ellos tienen los medios.

-Y tu harías eso por mi?

-Yo también gano algo al hacerlo.

-Qué?

-A ti, me vas a deber un gran favor.

 

Lisa se abrazó al cuerpo desnudo de él, sin saber que había firmado su propia sentencia de muerte. Michael la abrazó, pero sólo podía pensar que ya estaba un paso más cerca de volver a casa, con sus hijos y con Nikita.

 

 

 

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Walter y Nikita habían acompañado a Adam a su campamento, estaba muy ilusionado con volver a encontrarse con todos sus compañeros, así que en los últimos días apenas había hablado de su padre.

Nikita había pasado todo el día con dolor de espalda y por la noche el dolor ya era insoportable. Tumbada en la cama, iba cambiando de posición, para intentar mitigar el dolor, pero este no cedía. De pronto sintió una fuerte contracción. Se levantó para cambiarse y coger la bolsa del bebé, pero mientras se ponía una camiseta, otra contracción la obligó a apoyarse  en la cama.

 

-Walter!!

 

Cuando el dolor cedió, se puso en pié y terminó de vestirse rápidamente.

 

-Walter!!

 

Walter entró corriendo en la habitación.

 

-Qué, qué pasa nena!?

-El bebé, ya llega.

 

Otra contracción la sacudió y Walter la sostuvo mientras duró.

 

-Las tienes muy seguidas?

-Más de lo que querría. Llama a mí madre, que venga, tu te quedarás en casa con Adriana y llamas a Michelle. Ayúdame a bajar, llamaré para que me vengan a recoger.

-Llamo a Michael?

-No.

-Lo haces tu?

-No, nadie llama a Michael.

-Pero...

-Pero nada..aaahhh!

-Cariño como continúes apretándome así la mano no voy a poder llamar  nadie.

 

Unos minutos después llegó Roberta y antes de que llegara el coche que las tenía que llevar al Complejo, Nikita rompió aguas.

 

-Donde está el maldito coche!?

-Nikita tranquila.

 

Walter estaba en la puerta de la calle vigilando la llegada del coche.

 

-Ya está aquí, ya a llegado.

Uno de los agentes ayudó a Nikita a subir al coche, Roberta llevaba la bolsa con la ropa del bebé y de su hija.

Llegaron al complejo donde ya los esperaba el medico de Nikita, con todo listo.

Los enfermeros subieron a Nikita a una camilla  y la llevaron al área médica. El doctor se dispuso a examinar a Nikita.

 

-Veamos como va todo Nikita. Tienes las contracciones muy seguidas, no?

-Cada dos minutos, creía que nacería en el coche, de camino hacia aquí.

-Vaya, está más avanzado de lo que creía, ya puedo verle la cabecita. Unos pocos empujones y ya podrás cogerlo en brazos.

-No voy a poder soportar mucho más este dolor, aahh otra, ya empieza otra vez!

 

Aunque la habían torturado muchas veces y su entrenamiento había sido muy duro, nada podía compararse al dolor que sentía en aquellos momentos, parecía que estaban intentando partirla en dos.

 

-Vamos Nikita un par de empujones más.

-Vamos hija que ya casi has terminado.

-Ya está, es un niño, es perfecto y está muy sano.

-Démelo, está bien?

 

El medico entregó el bebé a una enfermera que lo limpió y lo envolvió en una sabana. Después se lo entregó a Nikita.

Nikita acunó al bebé con ternura.

 

-Hola mi amor.

-Haber, cariño, a quién se parece?

-Todavía está muy arrugadito, mamá, mañana se verá mejor. Pero creo que se va a parecer a su padre, tiene su mismo pelo.

-Y bien, como se llamará?

-André, se llama André Samuelle. Michael y yo decidimos que si era niño se llamaría André y si era niña Marianne.

 

Llevaron a Nikita a una habitación, preparada especialmente para la ocasión. La enfermera puso el bebé en una cuna al lado de la cama de Nikita. Su madre se fue a casa para contárselo a Walter.

Nikita se quedó sola, con el pequeño André dormidito en la cuna. Mientras lo observaba, la invadió una profunda tristeza, que estaría haciendo Michael en aquellos momentos? No sabía que acababa de tener un hijo.

 

 

 

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Mientras tanto en París, Michael hacía el amor con Lisa, para agradecerle su confianza, al ponerlo en contacto con sus poderosos amigos.

Después de que Lisa se durmiera, Michael salió de la cama y se fue al salón, donde tenía su portátil. Estableció un canal seguro con Ben en el Complejo.

 

-Soy Michael.

-Que novedades hay?

-En dos días voy a conocer a la cúpula de Red Cell. Manteneos en alerta. Yo me pondré en contacto.

 

Michael cortó la comunicación y apagó el portátil.

 

 

 

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A la mañana siguiente el doctor fue a visitar a Nikita y al bebé.

 

-Como ha pasado la noche Nikita?

-Bien.

-Tomó el pecho?

-Sí, se despertó tres o cuatro veces, pero después de mamar se quedó dormido enseguida.

 

El doctor cogió al niño y lo puso sobre la cama para examinarlo. El bebé se estiró y lloriqueo un poco, lo habían despertado.

 

-Tiene buen apetito?

-Sí.

-El cordón ya está secándose y por lo demás yo lo veo perfecto.

-Cuando podemos irnos a casa?

-Aún no hace un día que ha nacido.

-Yo me encuentro perfectamente y acaba de decir que el bebé está bien.

-Si me promete que descansará y no hará ningún tipo de esfuerzo, podrá irse esta tarde. Yo pasaré a revisar el bebé por su casa.

-Me portaré bien.

-Pasaré otra vez después de comer y ya podrá irse.

 

 

 

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Lisa estaba sentada en su escritorio, trabajando en su ordenador. Se abrió la puerta y entró Michael. Lisa se levantó y fue a su encuentro.

 

-Donde has estado, Michael?

-Fui a pasear, necesitaba pensar.

-Pensaste?

-Sí.

-Hablé con mis amigos. Tenemos una reunión mañana, están muy interesados en conocerte.

-Donde?

-En Macedonia.

-A que hora?

-A las tres de la tarde. Cogeremos mi avión.

-Bien.

 

Lisa se acercó más a Michael, lo atrajo hasta si tirándole de la americana, le besó. Michael le de volvió el beso pero sin mucha pasión.

 

-Tengo que irme a una reunión, estarás aquí cuando vuelva o te abras ido a pasear?

-A que viene la ironía Lisa?

-Has estado muy frío conmigo.

-Lo siento, estoy algo preocupado.

-Está bien, es por lo de Nikita verdad?

 

Michael le contestó con una mirada vacía, Lisa se dio por vencida. Aún no había aprendido a leer en los ojos de Michael.

 

-Me voy, regresaré por la noche.

-Prepararé la cena.

-Sabes cocinar, Michael?

-Algo se me ocurrirá.

 

Lisa se fue dejando a Michael solo en el apartamento. Cada vez estaba más cerca de volver a casa, con Nikita. Conectó su portátil y estableció una comunicación segura con Ben.

 

-Michael.

-El canal es seguro, puede hablar.

-Mañana me reúno con ellos en Macedonia. Si es su centro de control activaré mi localizador.

-Mandaré equipos de apoyo en espera 5, en cuanto recibamos su señal, tardarán menos de 10 minutos en llegar.

-Yo me pongo en contacto.

 

 

 

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Nikita acunaba a André que había terminado de mamar. Mientras el niño se iba quedando dormido ella tomó una decisión, ella tomaría el mando, ella traería a Michael de vuelta. Levantó al bebé y lo miró directamente a los ojos, los de André eran de un profundo verde, mucho más verdes que los de su padre.

 

-Yo haré que tu papá regrese para que pueda conocerte y quererte mucho.

Acercó el niño a su cara y le dio un tierno beso. Volvió a acunarlo y cogió su móvil.

 

-Marie.

-Soy Nikita.

-Señora?

-Reúnete conmigo en el área médica.

-Ocurre algo?

-Te espero en 15 minutos.

 

Nikita acostó al niño y fue a vestirse. Se puso un vestido ancho de color negro para disimular un poco su barriga y se recogió el pelo con una pinza. Su cabeza no paraba de pensar, sabía exactamente lo que tenía que hacer.

 

Marie llegó justo a los 15 minutos. Dio unos golpecitos en al puerta entreabierta.

 

-Pasa Marie.

 

Nikita estaba de pie en el centro de la habitación, Marie se percató de que ya había dado a luz.

 

-Marie, tenemos mucho trabajo.

 

Nikita le señaló con una mano la mesa donde ya había instalado su portátil. Se sentaron. Desde su sitio Marie podía ver el extremo de la cunita del bebé. Se preguntaba a quien se parecería el bebé que estaba durmiendo en ella, rubio como su madre o moreno como su atractivo padre? Sería muy descarado pedirle a Nikita que le dejara ver al bebé?

 

-Marie, manda que abran una puerta en mi despacho que de justo al despacho contiguo y haz que lo habiliten para el niño. Quiero que una de las enfermeras esté con él todo el tiempo.

-Es el despacho de James, señora.

-Pues que se traslade y ya te dije que no me llamaras señora.

-Michael se ha comunicado?

-Sí.

-Que ha dicho?

-No lo sé, habló con Ben.

 

En ese momento Michelle llamó  a la puerta.

 

-Hola Nikita.

-Vengo a ver a mi sobrinito, pero si estás ocupada...

-No, Marie ya se iba, tiene trabajo.

 

Marie se marchó y Michelle se acercó a la cuna.

-Puedes cogerlo, si quieres.

-Puedo? Vaya es tan chiquitito.

-Pues a mi no me lo pareció. Tengo que hablar contigo.

-Sobre que?

-La misión de Michael.

-Oh, vamos Nikita estas de baja.

-Estoy perfectamente.

-Michael dejo muy claro que no quería que tú...

-Michael no está y ahora mando yo.

-Está bien, que quieres?

-Quiero todos los datos de la misión y todas las comunicaciones de Michael.

-Hablaré con Ben.

-Tú sigue controlando las Secciones, si te necesito te lo diré.

-Como tu quieras.

-Tienes mucho trabajo?

-No, de hecho me marchaba a comer.

-Quédate con el niño y pide que nos traigan algo de comer, yo misma iré a hablar con Ben.

-Puedes andar bien, aún no hace un día que diste a luz.

-Los puntos me tiran un poco, pero podré aguantarlo. Te encargas del niño? Ha comido hace poco, estará tranquilo un par de horas, pero yo regresaré enseguida.

-Yo me encargo, ay que ver lo mucho que se parece a su padre.

-Tiene los ojos más verdes.

 

 

 

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Ben tecleaba muy concentrado en su ordenador, no se dio cuenta de la presencia de Nikita hasta que esta habló, entonces dio un respingo.

 

-Ben.

-Señora.

-Veo que estás muy ocupado.

-Estoy entrando las nuevas informaciones de la misión en el perfil.

-Cuantas veces se ha comunicado Michael?

-Dos.

-Que dijo?

-Mañana se reúne con ellos en Macedonia, si es el centro de control dará la señal.

-Que probabilidades hay de que sea el centro de control?

-Pocas, es la primera reunión, no se arriesgarán.

-Pero tienen poco tiempo, sólo faltan tres semanas para la primera convención.

-Si pero querrán asegurarse de que Michael está de su lado.

-Como?

-Lo interrogarán, ya están investigándolo, han entrado en los archivos que preparamos sobre él y su perfil dentro de la Sección. Además le pedirán pruebas.

-Como cuales?

-Nombres, localizaciones,...

-Está todo preparado?

-Estamos en ello.

-Quiero que me informes de todo, ahora yo estoy al mando.

-Sí señora.

 

 

 

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-Pues si que era verdad que sabes cocinar.

-Te gusta?

-Mucho. Seguro que no has llamado a un restaurante a domicilio?

-No. Como fue tu reunión?

-Aburrida, como todas, pero el trabajo es el trabajo.

-A que hora sale el avión?

-A las once. No hará falta que madruguemos y podemos irnos a dormir tarde.

 

Lisa estaba enganchada, completamente enredada en las redes que él había tejido muy astutamente  a su alrededor.

 

 

 

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El médico pasó a revisar a Nikita y al bebé y les dio permiso para irse a casa.

 

-Recuerda que me prometió que no haría esfuerzos, verdad?

-No los haré. No hará falta que pase por casa, yo misma traeré al bebé cada día.

-Que quiere decir?

-Vuelvo al trabajo, traeré al niño conmigo. Necesito que una de sus enfermeras se quede con él, ya está preparada su habitación.

-Nikita aún es demasiado pronto. No está lo bastante fuerte.

-Pues recéteme unas vitaminas.

 

La cara y la mirada de Nikita le indicaron al doctor que era mejor no insistir.

 

-Está bien, voy a por unos complejos vitamínicos. Se los va a tomar a cada comida y tiene que comer equilibradamente.

-Haga una dieta y pásesela al cocinero.

 

El médico se retiró y volvió a los pocos minutos con las vitaminas. Nikita las guardó en la bolsa del bebé, lo tomó en brazos y se fue hasta el coche que ya estaba esperándola.

 

 

 

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Nikita llegó a casa, como era media tarde, no encontró a nadie. Walter y Roberta debían haber llevado a Adriana al parque. Subió a su habitación, ya habían puesto la cunita del bebé al lado de la cama. Como aún estaba dormido, Nikita lo puso en la cuna y fue a darse un baño, dejando la puerta entreabierta por si André lloraba. Salió del baño envuelta en el albornoz y se tumbó en la cama, se sentía cansada y un poco abrumada por la decisión que había tomado, pero sabía que era lo mejor. Los agentes del Complejo eran muy buenos, los mejores, pero todavía eran muy jóvenes, les faltaba algo de experiencia. Sin darse cuenta se durmió. La despertó el lloriqueo de André una hora y media después, era la hora de su comida.

 

Mientras Nikita amamantaba al niño, llegaron Walter y su madre con Adriana.

Walter, Roberta y Adriana llegaron al cuarto. Adriana corrió hacia su madre.

 

-Hola mi amor, has echado de menos a mamá?

-Sí. Quiero  bebé.

-Claro, si te sientas en la cama te dejo que lo cojas en brazos.

 

 

 

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Después cenar y acostar a la niña, Walter y Nikita se quedaron solos, su madre se fue temprano porque tenía una clase de baile.

 

-Michael se puso en contacto.

-Cuando?

-Ayer y hoy. Tiene una reunión mañana en Macedonia. Querrán tantearlo, asegurarse de que es de fiar.

-Ya está todo listo?

-Mañana voy a darle el último vistazo, Michael ya sabe lo que tiene que hacer.

-Que significa que vas a darle “el último vistazo”?

-Yo estoy a l mando.

-Pero Nikita...

-Ni peros, ni nada. Yo me encargaré personalmente de que Michael vuelva, entero.

-Eras más tozuda que él y eso es mucho. Cuéntame todo.

 

 

 

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Llegaron a Macedonia a la 1:30, en la pista los esperaba una limusina negra con cristales ahumados. Agentes armados les invitaron a subir. El viaje duro cerca de una hora y media. Llegaron a una mansión en medio de ninguna parte. Lisa se fue con un hombre que salió a recibirla y que al parecer conocía mucho. A Michael dos agentes lo condujeron a una sala donde lo conectaron a unas máquinas, iban a interrogarlo.

 Estuvieron dos horas haciéndole todo tipo de preguntas, sobre la Sección, sobre él, sobre Nikita. Superó las pruebas sin dificultad, el entrenamiento en la Sección había sido perfecto y usando unas técnicas que red Cell ni siquiera sabía que existían.

Le condujeron con Lisa y su acompañante.

 

-Este es Junot, Michael. Él es uno de mis amigos más poderosos. Si le convences te presentarán a los otros.

-Encantado.

-Me han contado maravillas de usted Michael, espero que este a la altura de su leyenda. Y ahora, hablemos de negocios. Necesitamos pruebas de su buena fe. Nombres, localizaciones, ya sabe a que tipo de cosas me refiero no?

-Deme un portátil y le daré lo que me pide.

 

 

 

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Nikita se encontraba en su despacho, repasando los informes que llegaban de todos los rincones del mundo. El bebé dormía plácidamente en el cuarto contiguo, bajo la atenta vigilancia de la enfermera.

 

-Señora.

-Sí Ben?

-Michael a entrado en el archivo preparado para la misión.

-Bien. Que todos los equipos se preparen.

-Sí señora.

-Los cebos están listos?

-Sí, desde que empezó la misión. Son agentes que no pasaron las pruebas o que estaban a la espera de ser eliminados.

-Mantenme informada.

-Sí señora.

 

 

 

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Habían pasado cinco días desde la reunión en Macedonia y Michael y Lisa habían regresado a París a la espera de recibir noticias de la cúpula de Red Cell.

Cenaban en el Maxim’s cuando el móvil de Lisa sonó.

 

-Allo?

-Lisa mon cherie, soy Junot.

-Junot, que tal estas?

-Bien cariño. Pasado mañana os espero a ti y a Michael, en Hungría.

-Salió todo bien?

-Perfecto, tu chico es de fiar.

-Con quien nos reuniremos?

-Con Lacrois, no tenemos mucho tiempo, en menos de diez días tiene que estar todo preparado.

-Allí nos vemos.

-Au revoir.

-Au revoir.

 

-Y?

-Nos esperan pasado mañana en Hungría, nos reuniremos con el jefe.

-Bien.

-Sabía que querrían verte, naturalmente después de comprobarlo todo.

-A caso dudabas de mí?

-Michael ya no soy la chica tonta  a la que enamoraste la primera vez, ni la chica crédula de la segunda. No me engañarás tan fácilmente.

-Quiere decir eso que me investigaste?

-A caso lo dudabas? Te digo una cosa Michael, no te atrevas a traicionarme, porque lo pagarías muy caro.

 

 

 

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A la mañana siguiente Lisa se fue a una reunión del trabajo. Michael se quedó en el apartamento y aprovechó para comunicarse con la Sección.

 

-Ben.

-Sí señor?

-Mañana en Hungría.

-Los equipos estarán listos señor.

 

-Señora?

-Si Ben?

-Michael acaba de comunicarse. Será mañana, en Hungría.

-Manda los equipos, los mejores.

-Están haciendo los cálculos para la mejor distribución de los equipos, en cuanto estén listos, saldrán los equipos.

-Han localizado algún punto caliente en Hungría donde podría estar el cuartel?

-Están en ello, pero todo parece normal.

Nikita cogió su celular y llamó a casa.

 

-Walter?

-Sí nena?

-Hoy no voy a regresar te ocupas de la niña?

-Que a ocurrido?

-La reunión será mañana, en Hungría, hay mucho trabajo por hacer.

-No trabajes demasiado y procura dormir algo.

-Si papá.

-Te lo digo de verdad.

-Adiós Walter.

 

Nikita apretó el botón del intercomunicador.

 

-Marie, tráeme un café.

-Enseguida.

 

 

 

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Como la otra vez, en el aeropuerto los esperaba una limusina negra, pero la seguridad era mucho mayor.

La limusina se detuvo delante de un edificio de oficinas, allí fueron escoltados por un grupo de agentes de paisano hasta las plantas inferiores, donde tomaron un ascensor hasta las instalaciones  subterráneas de Red Cell.

 

 

 

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Nikita fue a encontrarse con Ben, estaba muy nerviosa y apenas había dormido un par de horas en toda la noche.

Ben estaba revisando unos gráficos en su ordenador mientras hablaba por teléfono con alguien.

 

-Ben.

-Si señora?

-Cuanto tiempo tiene Michael después de activar su localizador?

-Brad fue quien lo creó, él se lo podrá explicar mejor que yo.

 

Nikita cruzo la sala hasta el área de armamento.

 

-Brad como funciona el localizador de Michael?

-Es mi mejor creación hasta el momento. Es un localizador subdérmico, indetectable si no se sabe lo que se busca, tampoco puede localizarse por rayos X, ni infrarrojos. En cuanto el jefe lo active empezará a emitir en un amplio rango de frecuencias, así si hay algún bloqueador de frecuencias alguna podrá llegar hasta nosotros. No emite un señal intermitente sino que parece una transmisión de radioaficionado, eso le da al jefe un margen de unos minutos hasta que puedan detectarlo y localizarle.

 

-Cuanto tiempo?

-Seis minutos.

-Seis minutos.

-La distribución de los equipos sobre el terreno está pensada para que ninguna área esté a más de diez minutos de algún equipo.

-En cuatro minutos pueden pasar muchas cosas. Yo he visto pasar muchas cosas en menos tiempo.

 

Nikita sonrió tristemente a Brad y se fue.

 

 

 

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Michael y Lisa fueron conducidos hasta Lacrois, en una sala de reuniones. Allí Lacrois le explicó a Michael de forma general los planes que tenían.

 

-Como debe saber, dentro de doce días empiezan en Europa un conjunto de Cumbres donde se reunirán los más importantes jefes de estado de todo el continente. Es nuestra oportunidad para hacernos con el control. Tus conocimientos sobre la Sección nos van a ser de gran ayuda.

-Por supuesto.

-Quiero que se reúna con nuestros expertos en estrategias y los ayude. Si sabe jugar bien sus cartas puede llegar muy lejos dentro de nuestra organización, Michael, mucho más lejos que en la Sección.

 

Michael contestó con una media sonrisa y siguió a un agente que lo condujo hasta el área de estrategias. Mientras iban caminando por un largo pasadizo, Michael activo su localizador.

 

 

 

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Ben estaba sentado delante de una pantalla que mostraba Hungría, hacía horas que la vigilaba atentamente a la espera de que el localizador de Michael se activara. Quería un café pero no podía moverse de delante de la pantalla, en cualquier instante podría aparecer la señal.

Nikita estaba caminando nerviosa de un lado al otro del área de estrategias.

 

-Ben ve a tomarte un café o un  te, yo me quedo a esperar, pero no tardes mucho.

-Sí señora.

 

Nikita ocupó la silla de Ben delante de la pantalla.

 

 

 

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Los agentes de estrategias le dieron a Michael un portátil, desde allí tenía acceso al perfil de la misión. Se sentó e hizo ver que lo estaba estudiándolo, en realidad estudiaba la distribución de los agentes en la sala y la mejor vía de escape que podía utilizar.

 

 

 

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Una lucecita empezó a parpadear en la pantalla. Nikita lo vio, llamó a Ben y puso en alerta a todo el Complejo.

Ben regresó corriendo y empezó a teclear en su consola.

 

-Ben, quiero comunicación directa con los equipos.

 

Ben le ofreció una auricular a Nikita.

 

-En la apantalla aparecen los canales y el agente al mando.

-Greg.

-Sí señora.

-Su equipo está a solo 5 minutos, quiero a Michael vivo y a todos los jefes de Red Cell, a Lisa también viva.

-De acuerdo.

-Manden audio y video.

 

-Beerd, su equipos está a diez minutos, lleguen en cinco. Manden audio y video.

Lisa y los jefes de Rec cell vivos y Michael también, él es la prioridad.

 

Nikita continuó contactando con todos los equipos. El Complejo estaba a máxima actividad.

A Michael le quedaban menos de tres minutos antes de que fuera descubierto y los nervios de Nikita aumentaban a la misma velocidad con la que el tiempo de Michael se esfumaba.

 

 

 

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De pronto sonó una alarma en las instalaciones de Red Cell. Michael aprovechó la confusión para salir de la sala justo cuando Lacrois apareció corriendo y gritando ordenes a sus agentes, Lisa iba con él, parecía no entender lo que estaba ocurriendo.

 

-Señor, la señal parecía salir de esta sala.

-Parecía!? Parecía o salía de esta sala!?

-De esta sala señor.

-Exactamente de donde, de terminal.

-De ninguna terminal, era una señal autónoma.

-Entonces de donde salía!? Donde está ahora!?

 

El agente comprobó algo a en su consola.

 

-Se está moviendo, pasillo 3D.

-Donde está Michael?

-Estaba estudiando el perfil de la misión, en los terminales del fondo.

-Y ahora?

-No está señor.

-Que significa “no está señor”?

-Ya no está allí.

-Pues búscalo! Que todo el mundo busque a Michael.

 

La cara de Lisa pasó de la confusión a la ira. Cogió su arma y se dirigió al pasillo 3D. Lacrois la detuvo.

 

-Lisa! Donde vas?

-Yo misma me cargaré a ese maldito cabrón! No me la va a jugar nunca más! Cree que aún está jugando con la muchachita débil que conoció, le demostraré lo equivocado que está!

 

 

 

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El cronometro que marcaba el tiempo de Michael ya hacía medio minuto que había empezado a correr hacía atrás.

 

-Greg que pasa? Porque no estáis dentro?

-La entrada está muy protegida, pero en dos minutos estamos dentro.

-No tenéis dos minutos! Volad la entrada, volad el edificio entero pero entrad ya!

 

Todos los agentes se quedaron mirando a Nikita, nunca la habían visto tan nerviosa ni tan autoritaria.

 

-Que miráis!? A caso no tenéis trabajo!? Ben donde están los otros equipos?

 

Ben tecleó en su consola y un pantalla se encendió mostrando la localización de cada equipo respecto las instalaciones de Red Cell.

 

-Los equipos 3, 7 y 11 llegaran en un minuto. El equipo 13 es el que está más lejos tardará cerca de 20 minutos.

 

Greg se comunicó.

 

-Hemos entrado.

-Sacad a Michael de ahí.

 

 

 

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Michael iba desarmado y sabía que en aquel mismo instante todos los agentes de Red Cell estarían buscándolo, además, el localizador no le era de gran ayuda, solo entorpecía más su huida. Giró hacia la derecha pero tuvo que recular y esconderse porque venían dos agentes armados. Tenía que llegar cuanto más arriba mejor, para poder encontrarse con sus agentes. Siguió subiendo pisos. Estaba en el quinto piso cuando escucho los primeros disparos, los refuerzos habían llegado, pero aún debía subir cuatro pisos más. Un agente se dirigía hasta donde él se encontraba, lo esperó agazapado, lo desarmó de una patada y lo golpeó hasta que quedó inconsciente. Recogió el arma del suelo. Continuó subiendo y eliminó a cinco agentes por el camino. Al llegar al segundo piso encontró al equipo de Greg al otro extremo del pasadizo.

 

-Por aquí señor!

 

Michael cruzó corriendo pero antes de llegar se oyeron dos disparos y su cuerpo se desplomó en el suelo. Tres agentes corrieron hacía él mientras otros dos herían y se llevaban al autor de los disparos, Lisa.

 

 

 

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En el Complejo la tensión era palpable, tres equipos más habían llegado a las instalaciones de Red Cell y mandaban información en audio y video sobre el interior. Desde los ordenadores llegaban cantidades ingentes de datos que tenían que ser catalogados y guardaos a la espera de ser estudiados con detenimiento.

Ben cambió el canal de su auricular, lo que escucho no pareció agradarle mucho.

 

-Greg se ha comunicado, tiene a Michael.

 

La voz de Greg sonó tensa y tenía una expresión sombría. Nikita lo interrogó con la mirada.

 

-Michael está herido.

-Pásame a Greg, donde está?

-Canal 6, ahora están en el transporte llegaran en tres horas.

-Greg que pasa? Que ocurrió?

-El pasillo estaba limpio, ella salió de la nada...

-Ella? Ella es Lisa?

-Si señora.

-La mataron?

-No, usted la quería viva.

-La quiero viva y delante mío cuanto antes. Pásame a Michael.

-Está malherido e inconsciente, pierde mucha sangre.

 

Nikita sintió una oleada de terror, palideció y a punto estuvo de desmayarse pero respiró hondo e intentó calmarse.

 

-Ben manda a aún equipo médico al avión de transporte.

-Ya los están esperando.

-Greg cuanto tiempo les falta para llegar al avión?

-Cinco minutos.

-Allí les espera un equipo médico. Han mandado ya el audio y el video?

-Sí deben de estar recibiéndolo.

-Cuando lo tengas pásamelo a mi terminal Ben.

 

Nikita se dirigió a su despacho, se sentía flotar, aquello no podía estar pasando, Michael no se estaba muriendo a miles de kilómetros de allí, no, no, no podía ser cierto.

 

-Ben, el jefe no llegará con vida, está perdiendo mucha sangre.

-Que llegue vivo al avión, Greg, que llegue vivo hasta allí.

 

Nikita se sentó en su silla, estaba aturdida, no podía pensar, más bien no quería pensar. A Michael lo habían herido muchas veces, lo habían torturado incluso había llegado a perder la memoria, pero siempre lo había superado y seguido adelante, esta vez sería igual. Pero un profundo malestar la invadía, era como un presentimiento oscuro, desagradable. La voz de Greg la devolvió a la realidad.

 

-Le paso las imágenes.

-Gracias.

 

La pantalla le mostró un pasillo donde había un intercambio de tiros entre agentes del Complejo y los agentes de Red Cell. Después la calma, el pasillo estaba despejado y aparecía Michael al fondo. Greg lo llamaba. Michael se dirigía hacía ellos. Como de la nada aparecía Lisa y disparaba dos tiros a Michael, esté se desplomaba contra el suelo y no se movía. Más disparos y Lisa era herida. Dos agentes la cogían. Otros agentes recogían el cuerpo de Michael. Este seguid sin moverse.

Nikita se quedó allí, con la mirada fija en la pantalla, sin moverse, sin decir nada.

La enfermera entró en la habitación.

 

-Señora?

 

Nikita no la oyó, ni siquiera la vió.

 

-Señora.

 

La enfermera se acercó a ella y le tocó el hombro.

Nikita parpadeó y se volvió hacía ella.

 

-Señora al bebé le toca comer.

-Si, claro.

 

Nikita se levantó y le dio el pecho a su hijo, pero no parecía que se encontrase en este mundo.

 

-Está bien, señora?

-Sí.

-Pues parece que esté en shock.

 

 

 

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Dos horas después Ben se comunicó con ella.

 

-Ya llegan, en cinco minutos estarán en la entrada de la zona médica.

-Aún está vivo?

-Parece que sí.

 

Aquella noticia sacó a Nikita del estado en que se encontraba, salió corriendo del despacho para el área médica. Allí ya estaba el equipo de cirujanos.

Se abrieron las puertas  y entraron dos agentes empujando una camilla. Michael estaba muy pálido, lo habían intubado y tenía un montón de vendas ensangrentadas en el pecho.

El médico que lo atendió por el camino explico la situación a los  cirujanos.

 

-Dos impactos de bala un solo orificio de salida, pneumotorax, pierde mucha sangre, por el camino le hemos puesto cinco unidades, a tenido una parada pero hemos podido recuperarlo, no ventila solo.

-Al quirófano, allí mismo le haremos las radiografías.

 

Nikita solo pudo verle unos instantes mientras oía la jerga médica. Detuvo a una de los cirujanos antes de que entrara en el quirófano.

 

-Como está?

-Muy mal, hay que extraer una bala, salvar el pulmón y ver las posibles heridas internas. La operación durará horas.

-Sobrevivirá?

-No se lo puedo asegurar, está en un estado muy crítico.

-Hagan su trabajo o yo tendré que hacer el mío, salven a Michael.

 

Después de ver el estado en el que Michael había quedado, no podía pensar racionalmente, ni siquiera había pensado antes de amenazar al cirujano. Greg se acercó a ella.

 

-Lisa está en la sala de interrogatorios. Mando a alguien?

-No, yo misma me encargaré de ella.

 

Lisa estaba atada a la silla de la sala de interrogatorios, Nikita se detuvo delante de la puerta, se alisó la falda gris perla y se ajusto la camiseta, cerró los ojos y respiró hondo, necesitaba estar lo más serena posible para hacer bien el trabajo. Cuando se sintió preparada abrió la puerta. Lisa levantó la cabeza y se sorprendió al verla entrar, pero pronto volvió a su expresión fría.

Nikita cruzó sus manos detrás de la espalda y se dispuso a desplegar todos los conocimientos que había adquirido de Madeline. Lentamente, sin decir nada, Nikita describió un circulo alrededor de Lisa.

 

-Estás muy bien para llevar dos años muerta. De hecho no debería sorprenderme, todo lo que me dijo Michael fueron mentiras, desde la primera vez que lo conocí. Pero recibió su merecido, verdad?

 

Cuando estuvo de nuevo delante de ella habló.

 

-Las cosas pueden ser fáciles o difíciles, tu decides.

-Esto es la Sección?

-No. Estas en el Complejo, desde aquí se controlan todas las secciones.

-Que tal está Michael?

 

Nikita no contestó, cada vez que ella nombraba a Michael parecía como si le estrujaran el corazón y sentía como la ira crecía dentro de ella.

Lisa continuó rascando en la herida.

 

-La última vez que lo vi estaba desangrándose en el suelo. Se pudo despedir de ti?

-Que te hace pensar que tenía que hacerlo?

-La única cosa que dice, perdón, decía en sueños era tu nombre.

-Lisa vayamos al grano, quiero todos los nombres de tus clientes.

-Pues a mí me gustaría más hablar de Michael. Cuando hacéis el amor te susurra cuanto te quiere en el oído? 

 

Nikita tenía que hacer un gran esfuerzo para no golpearla, mientras Michael se debatía entre la vida y la muerte en el quirófano ella no hacía más que provocarla hablando de él.

 

-Quieres que te cuente que más cosas me hacía Michael? Verás se dormía abrazándome.

 

Nikita sacó su arma y le disparó a Lisa en un rodilla.

 

-Se terminó el juego Lisa, los nombres.

-Vete a la mierda! Crees que estás jugando con la muchacha aterrorizada por su marido? Pues esa Lisa murió. Vosotros la matasteis.

-Lisa, dame los nombres y todo será más fácil.

-A ti no te daría ni la hora.

-Ya basta Lisa, no lo hagas más difícil.

-No voy a decir nada, mátame si quieres, así iré a hacerle compañía a Michael.

 

Nikita salió de la sala, si seguía en allí un minuto más, ella misma le pegaría un tiro.

Apretó el botón del intercomunicador que estaba al  lado de la puerta,

 

-Que vengan Robert y Jenna. En cuanto terminen y tengamos los nombres deshaceos de ella.

 

Se apoyó en la pared y cerró los ojos. En algo si que Lisa tenía razón, ellos la convirtieron en lo que era o como mínimo la empujaron a ello. Michael nunca debió inducirla a matar a su marido, debería haberlo hecho él mismo. La primera vez que matas a alguien, algo en tu interior se muere y cambias, si no eres lo suficientemente fuerte este cambio te supera.

 

Bajó hasta el área médica, pero los cirujanos aún estaban operando a Michael, una enfermera le dijo que había tenido otra parada pero que habían podido recuperarlo. Mientras estaba hablando con la enfermera sonó su móvil, era la enfermera que cuidaba de André. Se había olvidado por completo del niño. Subió a darle de comer. La hora que estuvo con el niño la ayudó a tranquilizarse un poco.

 

Ben la llamó para que bajase a comprobar unos datos que estaban llegando en aquellos momentos. Michelle estaba con él.

 

-Que pasa Ben?  Michelle?

-Tenemos problemas en África, la dejamos muy desprotegida al mandar la mayoría de los equipos a Hungría.

-Cuantos equipos necesitamos en Hungría?

-Con tres hay de sobras.

-Bien el resto puede volver a sus puestos y si hay que mandar más agentes a África se mandan, te encargas tu Michelle. Puedes venir a mi despacho?

-Claro.

Michelle y Nikita subieron al despacho de esta.

 

-Como está Michael?

-En el quirófano, lleva allí desde que llegó, más de tres horas.

-Que te han dicho los médicos.

-Que está muy mal, perdió mucha sangre.

 

Mientras hablaba, sus ojos se llenaron de lágrimas, era la primera vez que lloraba des de que sabía que Michael estaba herido y se sintió un poco aliviada.

 

-Nikita, has llamado a casa?

-No, no puedo.

-Quieres que llame yo?

-No, no, lo haré yo, en cuanto Michael salga del quirófano.

-Estás bien?

-He estado mejor.

 

Se tomaron un café y hablaron un rato. Michelle intentó distraer a su hermana, sin mucho éxito. Mientras hablaban los interrumpió una comunicación desde el área médica.

 

-Michael ha salido del quirófano.

-Bien. Ahora mismo bajo.

-Te acompaño?

-Mejor no. Empieza con el problema de África.

-Nos vemos luego.

 

Nikita se detuvo antes de entrar al área médica, tenía miedo de lo que podría encontrar al otro lado.

El cirujano jefe la esperaba, aún vestido con la ropa de quirófano.

 

-Siéntese conmigo Nikita.  

 

Nikita tomó asiento al lado del doctor, estaba temblando.

 

-Michael está vivo, pero su pronóstico es muy grave, crítico. Las próximas setenta y dos horas serán decisivas para su supervivencia. Si conseguimos mantenerle estable y no coge ninguna infección, sus probabilidades de vivir aumentaran considerablemente.

-Michael es fuerte, ha estado mal muchas veces y siempre a salido adelante.

-Michael ya no es un muchacho de veinte años y todas las heridas que a sufrido se han cobrado un poco de su fortaleza. Pero yo creo que pude sobrevivir.

-Hay algo más verdad? Que ocurre?

-Hemos salvado su pulmón herido y extraído la bala, pero al abrir hemos visto que tenía una pequeña brecha en la arteria pulmonar, lo hemos podido solucionar con éxito. Del pulmón herido se ha desprendido un pequeño coágulo que le ha producido una parada cardiaca... se  ha recuperado... pero a entrado en coma.

-Está en coma?

-Está en coma profundo.

-Cuando despertará?

-Pueden pasar días, semanas e incluso meses. Salir de un coma no es fácil, hay que tener muchas ganas de vivir.

-Quiero verlo.

-Adelante.

 

Nikita se levantó de la silla y se dirigió despacio hasta la UCI en la que tenían a Michael. Antes de entrar respiró hondo, sentía verdadero terror a perderlo, no podía imaginar nada peor que vivir sin él. Entró en la habitación pero se quedó parada en la puerta.

En medio de la sala y rodeado por varias máquinas, estaba Michael, parecía dormido. Tenía los brazos a ambos lados del cuerpo, en el dedo índice de la mano derecha llevaba la pinza que recogía los latidos de su corazón, lentos pero constantes. El tubo del suero salía de su brazo izquierdo. La sabana blanca cubría la mitad de su cuerpo y por debajo asomaba el grueso vendaje que ocultaba su pecho herido.

Nikita lo observó unos instantes antes de atreverse a tocarlo, nunca lo había visto tan desprotegido, tan débil. Su tez tenía un color blanquecino, parecía más vivo que muerto, y todas aquellas maquinas zumbando a su alrededor, no hacían más que aumentar la sensación de angustia de Nikita.

Le acarició la mejilla, áspera, debido a su sempiterna barba de dos días. Poco a poco la sensación de tristeza de Nikita fue dando paso a la ira: Porque siempre hacía lo que le daba la gana? Porque no le hizo caso cuando ella le pidió que no fuera? Porque no luchaba por vivir?

La rabia y la impotencia  la invadían y unas lágrimas traicioneras le recorrían las mejillas. Casi sin darse cuenta empezó a gritarle.

 

-Maldito seas Michael! Porque siempre soy yo la que tiene que sufrir tus decisiones? Porque no me hiciste caso? Te pedí que no fueras, era un suicidio! Pero no, tu tenías que ir, que es lo que querías demostrar? Que eras invencible? Que sigues siendo el mejor agente de la Sección? Eso ya no importaba, tu y yo éramos más que la Sección!

 

Tenía ganas de golpearlo, de hacer que volviera en si a base de bofetadas. La ira se desvaneció tal y como había llegado y volvió a invadirla un profundo estado de tristeza.

 

-Me prometiste que regresarías, vivo. Tenemos que ir a bailar, recuerdas? Tienes que conocer a André. Tenemos que ir a recoger a Adam, su campamento termina en dos semanas. Adriana te hecha mucho de menos. Yo no puedo vivir sin ti. No me puedes dejar sola, nunca te lo perdonaría.

 

Se sentía muy cansada, arrastró una silla hasta la cama y se sentó apoyando su cabeza en el brazo de él, necesitaba sentir su calor. Se durmió en unos minutos.

 

 

 

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Michelle estaba concentrada, trabajando en su labtop, cuando la interrumpió una llamada desde comunicaciones.

-Sí?

-Es Walter.

-Pásemelo.

 

-Michelle?

-Soy yo, ocurre algo?

-Eso es lo que deberías decirme tu, Nikita no se ha comunicado desde ayer.

-Sí veras... esta en una reunión y...

-La verdad Michelle, soy demasiado mayor para estos jueguecitos.

-Llegamos hasta la cúpula de Red Cell, 90% de éxito. Apenas hubo bajas de las nuestras.

-Michelle, no me interesan los números, que ocurrió con Michael?

-Lo hirieron, llegó muy grave... está en coma... los médicos aún no saben si va a vivir.

-Y Nikita?

-Aparentemente está bastante bien, pero creo que pronto va explotar. Ahora está con él.

-Voy para allá.

 

 

 

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Walter entró en la UCI, Nikita seguía dormida, recostada en el brazo de Michael. Se acercó lentamente a ella y le dio unos suaves golpecitos en la espalda para despertarla.

Nikita se despertó algo desconcertada.

 

-Que? Que ocurre?

-Nada, nena.

-Walter, que haces tu aquí?

-Como no te comunicaste.... llamé a Michelle, ella me lo contó.

-Que hora es?

-Casi las tres.

-André tiene que comer y tengo que revisar toda la información que llega de los equipos.

-Eso puede hacerlo otro, porque no recoges al niño y nos vamos a casa?

-A casa? Con Michael aquí? Walter tengo mucho que hacer.

-Adriana hace dos días que no te ve.

-Adriana... esta tarde pasaré por casa, para cambiarme de ropa y darme una ducha.

-Nikita...

-Tengo trabajo.

 

Nikita acarició la mano de Michael y salió de la habitación dejando a Walter con el herido.

Al salir de la habitación paró a la enfermera.

 

-Manténgame informada de cualquier cambio y póngale música, le haré llegar los Cds.

-Si señora.

 

 

 

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Una semana después del gran ataque contra Red Cell y Michael aún no había despertado del coma. Nikita se mantenía ocupada todo el tiempo que le era posible. Comía con Adriana, pero pasaba el resto del día en el Complejo y por la noche se quedaba al lado de la cama de Michael.

Michelle y Walter intentaban animarla, pero ella actuaba como una máquina.

 

-No puede continuar así.

-Lo sé Walter, intento que delegue algo de trabajo en mí, pero ella se niega. Mantenerse ocupada la hace sentir mejor.

-Está negando la situación, se niega a aceptar el hecho de que es probable que Michael nunca recupere la conciencia. El tiempo pasa y las esperanzas se reducen...

-Hoy está especialmente nerviosa.

-Lo sé. Adam va a regresar del campamento dentro de tres días. Nikita va a tener que aceptar la realidad, a Adriana la puede engañar pero a Adam no. Eso la tiene muy alterada.

-¿Donde está ahora?

-La dejé terminando unos informes, pero creo que debe de estar con Michael, normalmente le hace una visita a media mañana.

 

 

 

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Nikita estaba junto a Michael, observándolo y poco a poco notó como dentro de ella crecía una furia incontrolable. Él parecía apaciblemente dormido y ella se sentía como si fuera a morirse de un momento a otro. Se levantó, tenía la necesidad de zarandear a Michael, gritarle. Casi sin darse cuenta empezó a hacerlo.

 

-Prometiste que volverías, ¡me lo prometiste! Te pedí que no fueras y juraste volver, ¡maldita sea Michael! No puedes dejarme ahora, no puedes hacerme esto.

 

Se acercó a la cama y lo zarandeó por los hombros.

 

-¡Lucha!¡Maldita sea Michael, lucha por vivir, lucha por nosotros! Vuelve, regresa de donde estés, te necesito, te necesito tanto...

 

El ataque de ira iba desvaneciéndose y solo le quedo una horrible sensación de soledad, era como tener un agujero en el alma.

 

Estaba rendida y terminó durmiéndose con la cabeza recostada en el brazo de Michael.

 

 

 

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Estaba en un lugar muy tranquilo, se sentía flotar, no había problemas que solucionar, nada era urgente... pero no podía  decir que se sentía feliz, le faltaba una cosa: la mitad de su alma. La mitad de su alma que pertenecía por completo a Nikita. Pero era tan fácil dejarse llevar, dejar de luchar, hundirse más y más en aquella aparente calma. Estaba tan cansado de luchar, llevaba desde los veinte años luchando por sobrevivir un día más y otro y otro... La llegada de Nikita a su vida había sido como un soplo de aire fresco, con ella, junto a ella, la eterna lucha por la supervivencia adquiría un nuevo significado, ella era su luz, su razón de vivir. Pero era tan fácil dejar de luchar...

 

Estaba decido a dejar de luchar y entonces la oyó, la oyó gritarle y reclamarle su abandono, la oyó pedirle que luchara, que lo hiciera por ella.

 

Su voz, aquella dulce voz, quería tocarla, besarla, hacerle el amor hasta quedar extenuados.

 

Empezó a luchar, quería salir, salir de la calma para volver a ver a Nikita.

 

 

 

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El bip bip del monitor que controlaba las pulsaciones de Michael, empezó a acelerarse 65...66...68...70...72...

 

Nikita continuaba dormida sobre el brazo de Michael, ajena al lento despertar de él.

 

Michael movía los ojos bajo los párpados cerrados, intentaba salir a la superficie, empezó a mover un poco la cabeza. Estaba ya muy cerca, casi podía ver la luz. Entreabrió los ojos y la luz de la habitación le cegó. Poco a poco fue adaptándose a la claridad. Miró a su alrededor, su mirada se detuvo en Nikita, dormida parecía un ángel, nunca se cansaría de verla dormir, a veces se despertaba antes que ella, sólo para poderla observar dormida durante unos minutos, antes de que ella se despertara.

 

No se atrevía a moverse, todavía no estaba seguro de haber despertado del todo, a lo mejor era un sueño.

 

Nikita empezó a despertarse, levantó la cabeza y empezó a pasarse las manos por el pelo, su gesto se quedó a medias cuando se percató de que Michael estaba despierto y mirándola.

 

-¡Michael!

-Hola

-Dios mío, creía que nunca volvería a verte despierto. Voy a por el medico.

-¿Qué pasó?

-Primero el medico, después las preguntas.

 

Nikita salió corriendo del cuarto en busca del medico.

 

El doctor examinó a Michael, estaba débil pero se recuperaría, podría volver a llevar una vida completamente normal.

 

Después del examen medico, Nikita volvió a entrar. Michael estaba sentado en la cama, el color había vuelto a su cara y no parecía tan enfermo como hacía apenas 10 minutos. Michael la miraba como confundido.

 

-¿Ocurre algo? ¿No te sientes bien?

-El bebé.

 

Nikita se sentó en la cama, a su lado y le tomó la mano.

 

-Ah, era eso, me has asustado. Es precioso, enseguida lo bajaran.

-¿Qué día es hoy? ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Una semana.

-¿Cómo fue todo?

-Salió bien, naturalmente exceptuando lo que te ocurrió.

-¿Qué paso? Sólo recuerdo que salía corriendo,  el equipo de apoyo estaba delante y de repente todo se vuelve oscuro.

-Lisa te disparó, casi no llegas a tiempo.

-¿Y Lisa?

-En cuanto nos dijo todo lo que sabía fue eliminada.

 

Michael pudo leer en su rostro, que esta vez lo había hecho ella misma, no delegó en otros como hacía siempre.

 

-¿Adam y Adriana?

-Adam está en el campamento, tenemos que recogerlo dentro de tres días, estaba tan asustada, no tenía ni idea de que le diría en cuanto me preguntara por ti. Adriana está bien, aunque tengo que reconocer que no he sido muy buena madre esta última semana.

 

La enfermera encargada de André llamó a la puerta y entro con el bebé en brazos. Se lo entregó a Nikita.

-Gracias, puede retirarse. Te presento a tu hijo, André Samuelle. ¿Quieres cogerlo?

-Claro.

 

Nikita entregó el niño a Michael que lo tomó emocionado.

 

-Es muy chiquito verdad?

-Está bien, nació unas semanas antes de lo previsto. Tiene casi un mes.

-Prematuro, por mi culpa.

 

Nikita se acercó a Michael y le acarició el pelo.

-Cariño, no fue culpa tuya, fueron las circunstancias.

-Toma el bebé.

-¿Estás cansado?

-No. Quiero irme de aquí, estoy cansado de este cuarto.

-Pero si apenas llevas despierto una hora.

-Quiero irme a casa, me voy a casa, quiero ver a la niña y quiero dormir a tu lado.

-Pero el medico...

-Ha dicho que estoy bien, débil pero bien.

 

Michael se levantó de la cama y empezó a vestirse. Nikita dejó al bebé en la cama.

 

-Té dejo al niño, voy a por sus cosas y aviso a Michelle y Walter.

-De acuerdo.

 

 

 

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Nikita dejo al mando del complejo a Michelle durante una semana, mientras Michael terminaba de recuperarse, Adam regresaba del campamento y todo retornaba a la relativa normalidad en que habían vivido desde su ascenso a jefes del Complejo.

 

Pocos meses después pudieron llevar a cabo la escapada a la cabaña de la montaña, tuvieron sus cenas a la luz de las velas, bajo la luna,... Volvieron a resdescubrir por enésima vez el placer de amarse.

 

 

 

FIN

 

COMENTARIOS DE LA AUTORA:

 

Espero que les haya gustado a todas y todos.

 

Está dedicado a todos los agentes del foro y especialmente a su creadora, Irene, por su brillante idea y darnos la oportunidad de conocernos.

 

Adriana.

 

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