(de esos
que llegan a la mente y en cualquier momento sin avisar )

Abrazo mi lirismo
huyendo de mi mismo y a la voz que no responde

Sin
dejar de pensar en ti
carismática visión
recreo en mi mente
de esto alimento mi cuerpo,
espíritu
y corazón
mi respiración es como tu
la necesito para vivir
te necesitaré por siempre.
|
Aunque
la niebla persista sobre el mar,
y los cantos de
sirenas se silencien.
Aunque
las gaviotas estén tristes sin hablar,
y los peces en su
nido se cieguen..
Todo
acabara cuando te oiga cantar
y en el silencio
nocturno,
nuestros corazones
despierten. |

No
puedo dormir porque no estoy en mi, sino contigo en tu casa y los dos
desnudos en la misma cama y también tu en estos momentos, debes de estar
sintiendo lo mismo, porque no estas en ti sino conmigo, en esta hoguera de soledad
y de sabanas, donde forcejeó con el rebelde cuerpo de tu ausencia, por esta situación
estamos separados en diferentes lechos, desabrazados y abrazados por idénticos
infiernos, lagrimas mitigando el deseo y el hambre de tu cuerpo.

Eliminando
paciencia
se
agota la existencia,
no
llorar,
no
sufrir,
no
implorar,
salir
a la calle
y
buscar estrellas,
en
el cielo
ó
el infierno
siempre
hay recursos,
siempre
hay estrellas. |
Lo
que constituye el tormento
y
la dulzura de mi alma
es cosa inexplicable
y sin nombre,
como
también
lo que causa el hambre
de mis entrañas. |

Quiero
escribir tu nombre
pero
detrás de esa roca.
Aunque
entonces ya habré muerto
tal
vez me suicide ó rebote en el pavimento.
Pero
te quiero y también quiero
que
detrás de mi lapida
encuentre
tu nombre.

Sin alguien que
me embriague de calor
estoy sola como
el desierto.
Sentimiento
como el dolor
o es que habré
muerto?
Sola
y en este rincón
donde ahora te
escribo.
Mi pensamiento
es tan hondo
que todo el
universo es tuyo.
Imágenes de la
A a la Z,
y solo tu
imagen que me consuela
en este
hospicio de calaveras

RÉQUIEM
1
Siento frío
No se donde estoy, ahora lo veo.
El frío esta dentro de mi
Ya no esta mas afuera
¡Que silencio!
No puedo escuchar al corazón
En silencio, así todo esta mejor.
Mi cabello no me deja de crecer,
No lo siento, ni mis manos puedo
ver.
Ya mi pluma ha dejado de escribir
Ya ni el viento mi presencia ha de
sentir.
Ya mi mente ha dejado de pensar
No hay espejos, y sin embargo
puedo verme
Como la ultima vez que me
plantaron aquí
Aunque se que ya no estoy así,
Pues los gusanos deben de roer y
las hierbas reverdecer
Ahora no siento nada
Solo un leve escalofrío
Pero no en el cuerpo, sino en el
alma.
Me haz matado,
Todo se ha borrado
Todo se quemo
Y solo quedo en mi alma maltrecha
Una rosa encajando sus
espinas,
Sí...
Solo te quedaste tu.
Jörgk Bran Korven.

Allá, arriba en la cornisa
Allá esta, se vislumbra
una silueta maltrecha,
con el rostro blanco y la
mirada perdida
La luz de la luna y la
lluvia le acompañan,
mas la oscuridad de la
noche le rodea,
Quizá como reflejo de
su alma herida.
Tal vez sea un Ángel
caído.
Tiene la muerte en la
mirada
Y habla en nombre de la
noche.
Aun así se levanta,
Aun cuando no tiene nada.
Vigila el infierno que
juró proteger,
sin saber cuando
terminara el infierno
Que lleva dentro.
Tal vez las sombras de la
noche
Sean los lamentos de su
alma destruida.
Talvez las ruinas de su
cuerpo y de su mente
Que lo envuelven por
completo
Quizá sea tiempo de pensar;
Se encuentra en medio del
camino,
Prisionero en la hora
cero;
lo bueno y lo malo
recordar,
pero recordar le da
miedo.
Prefiere seguirse
preguntando,
hasta que las dudas se
resuelvan
y desaparezca el
sufrimiento.
Entonces mañana... mañana
talvez vuelva a comenzar..
Jörgk Bran Korven.

Se rompe el
cielo y de las nubes brota sangre.
La gente habla
de cosas superfluas mientras su alma arde.
La oscuridad
se divide en frases que entran por mis oídos,
Es la
oscuridad lastimosa de una voz femenina.
La retina se
dilata en un relámpago violento
Desgarra la
visión de una silueta y me ciega.
Unas cejas,
una mirada, una sonrisa
Es el rostro
de una daga que me toma
Y pervierte
mi memoria aletargada.
¡ Deja de
rasgar el velo de lo eterno¡
¡Deja de
matarme cada madrugada¡
Una daga que
me miente, un veneno que me estalla.
El reflejo
de esta sombra pervertida me deslumbra
Cada vez que
abro los ojos.
Sin embargo
esta ceguera repentina
Me ha grabado
aun más esta visión.
Este castigo
me carcome, ya solo soy abrojos;
Un polvo
inerte que vive lentamente
el sórdido
sonido de la muerte
Se rompe el
cielo y de las nubes brota sangre.
Sus cristales
se me entierran como sables.
La gente dice
cosas superfluas
Mientras...su
alma arde.
Jörgk Bran Korven.