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“El Verdadero Legado”
por Mikki
Capítulo III
El cerezo en invierno
“Sólo podemos amar sufriendo y a
través del dolor,
no sabemos amar de otro
modo,
ni conocemos otra clase de
amor”
Fedor Dostoievski
Escritor ruso
Reflexión Tercera: Tomoyo. No tengo la menor idea de cómo es que un pequeño de ocho años puede colaborar en el interface del “Angelic Layer”, pero no he podido evitar pensar en mi hijo. Mamoru sólo tiene ocho años, y a veces me parece que se los toma demasiado en serio… quizá exagera. Y es que desde el accidente de Hien en la torre del reloj ha prometido ser el “hermano mayor” para con él y si ya es tan celoso y sobreprotector con su hermana, supongo que el hijo de Sakura debe sufrir mucho de su terquedad. Pero no puedo evitar temer hoy.. y no sé por qué. Después de todo, Nadeshiko está con él y pese a que Mamoru y Touya creen que ella es una niña que necesita muchos cuidados, yo sé que mi hija es muy perceptiva y sensata para su edad… mucho más que su hermano, que suele dejarse llevar por su mal carácter.
Han pasado más de ocho años desde que le vimos por última vez. Entonces sus consejos nos salvaron en la confrontación en la Batalla del Preámbulo, pero súbitamente recuerdo que nunca tuve oportunidad de agradecerle. Después de todo, sin las acertadas recomendaciones de Subaru Sumeragi, ni Touya, yo o mucho menos Mamoru –a quien yo ya esperaba- hubiéramos sobrevivido a esa espantosa noche. Pero supongo que el señor Sumeragi no pudo tolerar el dolor de su propia pérdida… porque no se ha sabido nada de él durante estos ocho años. Matar a la persona que más amaba: ese fue su tormento. El que aquel hombre fuera Seishirou Sakurazuka, quien asesinó a Kia Monouhi además de a otras e incontables personas, no lo privaría del dolor. Matar a la persona que amas debe ser lo peor que pueda pasarle a alguien… Porque ¿lo mató verdad? No sé porqué siento dudas hoy. Hoy, pasados ya ocho años. ¡Y no tiene sentido dudar!, es decir… si ese hombre hubiera vivido jamás hubiéramos estado tranquilos este tiempo porque ¡nos hubiera cazado! ¡esa era su vida!. Touya y yo íbamos a ser los siguientes en su lista porque le conocíamos y sabíamos de él… De hecho, fue la inocente existencia de Mamoru quien nos salvó aquella espantosa noche... Pero nada se supo desde entonces del señor Sumeragi. El joven Kamui Shirou y Sorata Arisugawa nos avisaron que había abandonado todo a la muerte de Sakurazuka y al recordar su rostro triste no puedo evitar en pensar... ¿Qué consecuencias podía tener para una persona haber matado al ser que más amaba con sus propias manos?
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- “Bien Sakura.. aquí esta: el nombre de ese tipo era Seishirou Sakurazuka y tenía 34 años al morir” –Shaoran revisaba sus archivos personales con fruición- “¿que más dicen esos datos que tu tienes?”
- “Las druidesas no tienen datos de Sakurazuka, Shaoran. Sólo de los presuntos asesinatos. Hay una especie de ruta de gente desaparecida… ¡pero no hay pistas ni rastros de ninguna persona!”
- “¿De verdad?” –los revisó rápidamente después que su esposa se los alcanzara- “Hmm.. tienes razón: Norte, centro y Sudamérica. Europa… norte, centro y sureste, pero Europa y América al fin. Ya veo: todos los movimientos de este hombre han sido lejos del área del Concilio…”
- “¡Oh Shaoran, mira!” –la mujer de ojos verdes notó algo que su esposo había pasado pr alto- “podría.. podría ser coincidencia pero…. ha cometido 34 asesinatos. Como si fuera uno por cada año de vida de ese hombre.. Sakurazuka”
El joven jefe palideció y empezó a buscar algo en su pc personal, ante el asombro de Sakura, que lo miró por unos instantes, sin entender el motivo de su prisa.
- “¿Qué buscas?”
- “Tenemos pocas pistas, pero quiero descartar primero el árbol genealógico de ese sujeto. Quizá haya dejado algún tipo de pariente lejano que hubiera tomado su lugar como Sakurazukamori” –replicó algo dudoso, mientras su semblante se desconcertaba a medida que seguía su investigación- “Alguien lo suficientemente astuto como para actuar lejos de nosotros, para evitar ser descubierto..”
- “¡Cierto!, el resto de miembros de su clan.. No por nada era el clan del Sakurazukamori ¿verdad Shaoran?”
El aludido suspiró profundamente sin responder durante un buen rato.. pero después de instantes tuvo que admitir, rindiéndose a la evidencia de su registro...
- “Es inútil. No existe el clan Sakurazuka. Dudé por un momento, pero es real. No tenía el menor pariente..”
- “¿Estás seguro Shaoran?” –dudó Sakura- “¡nadie está totalmente solo en este mundo!.. parientes de sus padres, alguien lejano tal vez… no lo sé, alguna persona que hubiéramos pasado por alto en algún momento”
Los ojos de Shaoran parecieron dudar entre la resignación y el desconcierto, pero aún revisó por unos instantes más para no tener ninguna duda antes de responderle a su esposa, finalmente:
- “No Sakura. No lo entiendes” –le explicó al fin, apenado- “El clan del Sakurazukamori nunca ha sido un clan propiamente dicho. Ellos… no tienen parientes por una sola razón: para ser Sakurazukamori hay que matar al anterior, y a todos los relacionados con él. Es decir, no hay parentela: los asesinos sin sentimientos son solos porque ya han matado a todo ser relacionado con el sakurazukamori anterior. El último de los sakurazukamori: Seishirou Sakurazuka, mató a su único familiar para serlo: su madre”
- “¿¡MATO A SU MADRE?!”
- “Ella era la sakurazukamori anterior a él. La asesinó para tomar su poder” –le explicó con evidente repugnancia- “Es obvio que ella también era una asesina, pues le precedió siendo sakurazukamori y como tal el padre de ese hombre ya estaba muerto mucho antes que Seishirou matara a su madre a su vez.. pero eso no quita que aquello fuera un acto… inhumano. El tipo mató a su propia madre…”
Sakura quedó atónita por unos segundos, sin poder creer o comprender como podía formarse aquella cadena de homicidios entre una familia. Una mujer: matar despiadadamente al hombre con quien había engendrado a un hijo. Un hijo… matar a su madre… por poder… por el poder de asesinar. ¿Era posible acaso una aberración así?.
¿Era realmente posible?..
Sin embargo, pronto reaccionó:
- “¿Cómo sabes eso?”
- “Poco antes del “Día Prometido” y de la muerte de Sakurazuka, Subaru Sumeragi le contó esto a Kamui Shirou y él se lo contó a su vez a Nokoru Imonoyama. Fue Imonoyama quien creyó que esta información podría sernos útil y como tal, la archivamos dentro del Concilio”
- “¿Y como sabía el señor Sumeragi de estos detalles?”
- “No olvides que él y ese asesino tenían un vínculo. Sumeragi amaba a ese hombre y todo lo que le contó a Kamui Shirou lo supo de boca del propio Seishirou Sakurazuka, quien alguna vez le contó a modo de … de asustarle o intimidarle, supongo”
La antigua card captor no pudo evitar sentir compasión. Hay abismos tan insondables en el corazón humano… como para amar a alguien así. ¡Que cruel podría ser el destino!. Si alguna vez deseó bienestar a Kamui con todas sus fuerzas, ahora no podía evitar sentir piedad. Piedad hacia aquel hombre atormentado que ayudara tanto a su hermano y a Tomoyo..
Subaru Sumeragi.
- “Pero.. Shaoran, entonces nada tiene sentido. ¡Hay un hombre en Europa y América que mata siguiendo el estilo del Sakurazukamori!.. ¿o no es así?”
Shaoran se paseó nerviosamente por su propia oficina.
- “¿Crees que debemos informarle de esto a mi hermano y Tomoyo?” –continuó ella.
- “¿Para que?, ¿quieres que tu hermano se ponga paranoico?” –reflexionó el joven chino- “no Sakura, no sirve de mucho preocuparlo sin pruebas. ¿Qué de bueno haríamos diciéndoles sobre este sujeto que mata en Europa y América?”
- “Sólo los asustaríamos.. lo sé. Pero si las cosas… son de otra manera, habrá que decírselos a ambos”
- “No lo sé.. eso parece, pero esto no me gusta nada.. no me gusta nada. Esperemos que sea un asesino común y no un médium renegado tratando de emular al sakurazukamori. Bien, quizá sea egoísta de mi parte pero lo único bueno es que esa persona no está aquí. Aunque eso no quita que no ponga a trabajar a Hin Lu y los suyos en esto”
La joven de ojos verdes miró a su esposo, súbitamente inquieta. La velada mención a la investigación trajo a su mente los brillantes ojos castaños y la figura felina y llena de oscura sensualidad de Akasha Bhaktar. Su mirada profunda y llena de interés… de interés en los Li.
En su esposo.
¿Por qué se le erizaba la piel cuando la imaginaba cerca de Shaoran?. El conocía a esa mujer desde siempre y jamás .. jamás la había mirado más que con desprecio primero… y compasión después. Si bien es cierto que ella había estado consciente de la existencia de Akasha hace poco tiempo, la sola mención de su nombre la llenaba de desconfianza y de un extraño temblor…
Había algo.. algo en la extraña forma en que esa mujer defendía al Jefe del clan Li.. que la llenaba de una extraña angustia.
- “¿Akasha?”
Shaoran parpadeó, sin comprender el motivo de la pregunta:
- “¿Qué hay con ella Sakura?”
- “¿Vas a pedirle a ella que se encargue de esto?, ¡Oh Shaoran, yo…!” –dudó, sintiéndose ridícula- “yo… no … no confío en ella. Es decir, para ella tu actitud hacia su clan, el querer mejorarlo… no es algo que ella entienda ¿verdad?. ¡No confío en ella!”
- “Ya te he dicho que Akasha jamás me haría daño. Para ella y los suyos… el hecho que sea el Señor de los míos y que descienda del mítico fundador del Concilio me hace intocable” –comentó, sin darle importancia al hecho- “por eso mismo es que sólo yo, puedo hacer ese cambio en su clan. A cualquier otro jefe de clan que se convirtiera en jefe del Concilio y que tratara hacerlo, los thughs lo atacarían con todo lo que tienen sin remordimientos” –suspiró- “en parte aprovecho una superstición de ellos.. pero a su propio favor. No puedo consentir que sigan así… con una cultura del asesinato en sus vidas. El que trabajen para el Concilio o no, no los hace demasiado diferentes a Sakurazuka, por eso debo aprovechar mi gestión y cambiar algo.. hacer algo bueno para las futuras generaciones thughs” –sonrió- “no seré Jefe del Concilio por siempre.. no olvides que es un cargo electivo. Fui reelegido, pero no volveré a aceptarlo más”
La antigua card captor asintió, pero volviendo al tema del Sakurazukamori el joven jefe pareció reflexionar:
- “No te niego que me gustaría hacerlo, darles a Akasha y ls suyos esta primera investigación.. Nunca, desde que fui nombrado Jefe del Concilio les dí asignación alguna” –recordó- “y saber de una vez quien es este que está imitando al difunto sakurazukamori es importante. Pero el régimen de terror de los thughs debe acabar. Si pusiera esto en sus manos, matarían a cuanta persona fuera necesaria para obtener sólo información.. sería combatir la maldad con una oscuridad aún peor y que puede cometer excesos aún mayores” –suspiró- “No Sakura. No lo haré. Y esto sólo fortalece mi idea de la reforma de la policía Secreta…”
La joven de ojos verdes sonrió. Shaoran era firme en sus decisiones y pensaba siempre más en los demás que en sí mismo… Siempre había sido así. Desde niño. Siempre tan consciente de sus responsabilidades y de los deberes que tenía.. del bien que podía hacer por otros, pero a la vez fuerte y decidido por los suyos. Muchas veces había pensado en lo injusta que había sido la vida con él al darle tantas cargas desde siempre, pero no pudo evitar sentirse orgullosa. De estar a su lado, de compartir sus diarias inquietudes. El había sufrido muchas presiones desde siempre.. pero al verlo tan fuerte, ella a su vez sólo deseaba protegerlo de todo aquello.. y ayudarlo y amarlo.. ser su paz y su descanso.
Por siempre.
Desde la sede del Concilio de Hechiceros de Oriente –en el nuevo edificio Sunshine, en Tokyo- la joven de ojos verdes se dejó rodear por los brazos de su esposo y ambos contemplaron la ciudad a sus pies, sintiéndose inquietos..
Buscando entre la lejanía.. el parque Ueno.
Y la hija de Fujitaka asintió, con un leve suspiro de alivio:
- “Creo que iré a recoger a Hien de su excursión. Así podremos volver a casa los tres juntos. Repentinamente, me disgusta el parque Ueno”
- “Si. Buena idea” –asintió Shaoran.
- “Como bien dices” –murmuró la antigua card captor- “.. quizá sea egoísta, pero al menos las actividades de ese hombre son muy lejos de aquí, aunque haremos todo lo posible por ayudar a detenerlo, ¿verdad Shao.. ran?”.
- “¿Sakura?”
Fue entonces que sintió algo súbito, algo que llegó hasta ella con la rapidez de un rayo, mientras su visión y todo lo que la rodeaba se oscurecía con rapidez. Escuchaba la voz de Shaoran como un eco lejano y aunque deseaba hablarle, no podía hacerlo… su voz y sus movimientos eran súbitamente lejanos.. no le pertenecían..
Así como su propia voz en su cabeza.. porque era su voz.
Lejana, suave, pero hablando una lengua extraña que jamás había oído… pero que a la vez le era tan familiar..
- “Si no regresas a mí nada me detendrá. Mi corazón me dice que no volveré a verte con vida y no quiero, ¡No quiero dejarte ir!” –se aferraba a una espalda masculina, con dolor- “¿Por qué debes ir ahora?”
- “No me le reproches.. por favor”- la voz masculina era suave, pero cargada de serena decisión- “he sido feliz a tu lado… solos tú y yo. Sin obligaciones ni presiones de nadie, más libre y feliz de lo que nunca fui, pero esto es lo último que puedo hacer. Por favor, entiéndelo” –apretaba las manos conteniéndose apenas- “es lo último que le debo a los míos” –la alta figura masculina se volvió a mirarla y Sakura, atónita, y notó el brillo en los ojos de Shaoran en aquel hombre- “cuando cumpla esto… posiblemente muera, pero mi deuda con los míos estará saldada… y no tendré nada pendiente”
- “¿Y yo?” –gimió la joven mujer arrojándose a los brazos de el hombre con fuerza.
- “Esposa mía… eres lo mejor que tengo.. lo más hermoso que tuve y nunca tendré. Pero dejé mis responsabilidades y viví feliz.. ahora debo saber, debo saber y pagar la deuda de honor que tengo con los que abandoné y saber cómo murieron, ¡no puedo ignorar mi deber esta vez!”
Ambos se abrazaron, confundidos en un leve sollozo.
Sakura estaba allí, y su conciencia era confusa en el torbellino de sensaciones que agitaban a la muchacha, pero se sentía como un fantasma entre la pareja. Aquel hombre.. fuerte, gentil, cálido.. tenía en los ojos el mismo brillo de Shaoran..
- “Te seguiré a donde vayas. No importa cuando.. o cómo” –gimió la muchacha- “si tienes que pagar la deuda por la libertad en la que has vivido, págala” –añadió, con apasionamiento casi feroz y aferrada a la figura de su esposo- “pero volveré a verte aunque tengamos que nacer otra vez. ¡Aunque tenga que ser así!”
La risa suave de él era la misma… Sakura conocía bien esa risa. Su voz, aún en la lengua extraña en que hablaban, era la misma voz de Shaoran.. su Shaoran.
- “Ten mucho cuidado con lo que deseas esposa mía” –le dijo reflexivo- “si bien dejaría saldada las deudas con los míos para siempre, eso no quita que si volviera a nacer tendría que pagar la libertad que he gozado al negarme a ser señor de los míos” -comentó con una leve sonrisa- “posiblemente sería alguien con responsabilidades tremendas, aún en la cuna.. alguien atrapado por responsabilidades..”
- “Si a ti no te importa, a mí no me importaría compartir las responsabilidades más terribles del mundo contigo..”
- “¿Lo crees?”- comentó soñador- “Hemos vivido felices y juntos tú y yo. Y tu eres alguien libre y gentil.. alegre y hermosa. Si volviera a nacer y me encontraras… quizá amarme te haría compartir ya no mi libertad como ahora; te enjaularía a mi lado y compartirías quizá mayores responsabilidades que las que dejé en esta vida”
- “¿Crees que eso me importa?”
El rostro masculino se tornó serio. Y en un gesto súbito, pero cargado de profunda inquietud tomó entre sus manos el rostro de la joven mujer ante él. Tratando de hacerle comprender... la magnitud de su deseo.
- “Vive.. esposa. Si vuelvo a nacer, no quiero atarte: ni en esta, ni en cualquier otra vida”
- “No me importa. ¡No me importa!” –afirmó ella entre lágrimas- “Aunque condenara a todo y a todos.. ¡¡te seguiría hasta el fin de los tiempos, si sólo entonces volvieras a nacer!!. Y de una u otra forma… sabiéndolo o no, encontraré la forma de llamarte a mi lado. ¡De hacerte venir a mí¡.. ¡¡¡¡aún si las más profundas aguas se interpusieran entre el lugar donde tú y yo hubiéramos nacido!!!!”
Antes que pudiera decir más, el hombre la besó con todas sus fuerzas.. susurrando lenta y apasionadamente, como una despedida:
- “Eres lo que más amo en este mundo.. y más allá. Siempre”
La voz amada era la misma.. la misma frase, la misma despedida… aquel hombre había dicho la misma frase que Shaoran le había susurrado cuando la dejó atrás, encerrada en una habitación de la Mansión Li, la noche de la Batalla del Preámbulo en la torre de Tokyo.. ocho años atrás.
Aquella batalla...
El ceño de Shaoran se había hecho más profundo y repentinamente, cuando Sakura ingresaba a la habitación donde podría encontrar un traje especial como protección, el joven la tomó fieramente por la cintura y sin importarle por una vez la opinión de los presentes la besó apasionadamente..
- "¡¿Qué rayos?!" –había gritado Kerberos aquella noche.
La antigua card captor estaba atónita. Una de las ventanas abiertas permitió que todos vieran a la torre de Tokyo envuelta en llamas y poderes terribles mientras ambos, Sakura y Shaoran parecían estar pendientes sólo el uno en el otro. Pero el joven Jefe del Concilio sabía que el tiempo de espera había terminado. Su decisión estaba tomada y no habría marcha para atrás pero había dado aquel paso sabiendo lo que hacía perfectamente... aquel beso era todo para él en ese instante. Todo el amor, la pasión y el anhelo... toda la ternura y toda la vida que podía darle a Sakura.
- "Te amo" –susurró cuando al fin la soltó- "eres lo que más amo en este mundo y más allá..."
- "Yo también te... ¡Shaoran ¿qué haces?!"
Aprovechando el desconcierto motivado por el beso había tomado el brazo de Sakura y la había empujado a la habitación cerrando la puerta con fuerza...
- "¡Shaoran! ¡Shaoran!!.. ¿qué sucede?.. ¿qué pasa?" –había gritado la muchacha, atrapada en aquel aposento- "¡Shaoran!"
Su entonces novio no había respondido. Sólo concentró su poder y un sello se visualizó ante los presentes, y cuando Eriol le reprochó dejar allí a Sakura, él había respondido a su increpación:
- "¡No puedo llevarla conmigo!" –había dicho esa noche- "¿crees que puedo estar tranquilo sabiendo que estoy exponiendo a la que amo a morir en medio de esto y todavía teniendo a mi hijo en sus entrañas?, ¿crees que puedo?.. ¿acaso no harías lo mismo que yo si pudieras evitar que alguien que amas se enfrente al peligro?"
Si… aquella noche, ocho años atrás..
En la torre de tokyo..
Instantes antes de la Batalla del Preámbulo.. un beso apasionado, una despedida.
Una frase dicha en medio del beso… mientras la torre de Tokyo, los Seis y la reencarnación del Druida negro esperaban..
- “Eres lo que más amo en este mundo.. y más allá”
Si.. eso había dicho Shaoran entonces.
Y de alguna forma confusa.. Sakura lo supo. Aquel hombre que acababa de recordar y hablaba en una lengua extraña.. que la llamaba “esposa”.. aquel hombre de figura atlética y de rostro hermoso, aunque no totalmente igual al Shaoran que ella amaba… era el mismo. El mismo Shaoran… antes, hace mucho tiempo atrás. Y ella misma era aquella muchacha.. aunque no tenía el mismo aspecto físico……
Pero era ella.
Quien lo vió marcharse con los ojos arrasados de lágrimas, mientras repetía, como un juramento eterno:
- “Soy tu esposa. Ahora… y cuando nazca de nuevo, será para estar contigo.. y ser tuya donde estés. Porque en esta vida que tengo.. si tu vives, viviré.. y si mueres.. si mueres te seguiré aún en la muerte, ¡y en la vida cuando volvamos a nacer!”
Sakura se ahogaba en aquel dolor lacerante y horrible de la joven mujer de sus recuerdos, y ya no tenía noción ni de tiempo o distancia, o lo que era realidad. Pero sólo entonces aquella voz amada.. aquella voz varonil que pese al tiempo y el idioma era la misma, le ofreció un punto de apoyo en el confuso torbellino de emociones y recuerdos que la envolvían..
- “¡Sakura, SAKURA!”
Era la voz de Shaoran la que la llamaba.. y la joven mujer se aferró a ella con un inmenso alivio y a la vez con desesperación. ¡Había temido tanto perderlo en esos breves segundos!. La figura de la mujer sollozante se perdió entre las sombras y llamada por la voz de su esposo, la conciencia de la mujer de ojos verdes luchó por volver a la realidad con frenesí pero..
- “Si. Eres ella” –otra voz profunda y triste, de mujer, le confirmó- “pero hoy eres más importante de lo que crees. Yo no reencarnaré nunca, porque tal fue mi deseo, pero mi poder… los sueños y las visiones, es fuerte en ti” –había más tristeza en la voz al añadir- “si… ella, quien tu fuiste, no poseía poder alguno… más que la fuerza del amor en su alma. Pero debes saber algo.. algo. Ya ha comenzado”
- “¡POR DIOS SAKURA, POR DIOS, RESPONDEME!” –gritaba Shaoran, zarandeándola mientras la estrechaba contra su cuerpo, con fuerza, gritando y sollozante, muerto de miedo- “¡SAKURA!”.
- “¿Quién eres?, ¿Qué dices?” –pensó Sakura, tratando de ubicar aquella voz triste en su mente.
- “Siempre has tenido premoniciones…. Por venir de la familia que provienes. Y es por ser quien eres, que el poder siempre estuvo en ti. Pero temo que mi poder te traerá dolor esta vez porque alguien que me odió mucho… tratará de quitarte lo que amas. Tú y él han vuelto ha estar juntos porque por eso nacieron pero no todos lo entienden, y ahora te odia no sólo por tener mi poder, sinó porque en su actual encarnación ama lo que es tuyo. Pero eso no es lo que te vine a decir esta única vez. Lo más terrible es que hoy… uno más ya ha despertado… aunque… serán seis”
- “Serán seis” –repitió Sakura mecánicamente, mientras la niebla a su alrededor se difuminaba lentamente y veía el rostro aterrado de Shaoran, a su lado- “serán seis”
- “¡Sakura, por favor, reacciona!”
La joven mujer suspiró profundamente, y sollozando se aferró al cuerpo del hombre que amaba. No entendía nada, pero tenía miedo... mucho miedo y todavía sentía en su alma el dolor de la mujer que fue en su pasado. El golpe brutal y terrible de sentimientos y emociones la había dejado verdaderamente deshecha y tenía los nervios y sus emociones hechas un caos. De hecho, se limitó a sollozar en brazos de Shaoran y no sintió ni cuando él la llevó en brazos desde el diván de su oficina hacia una habitación privada que tenía detrás de su gabinete. Sólo empezó a recuperar el control de sus propias emociones al sentir sus manos cálidas limpiar sus lágrimas con ternura..
- “Tranquila.. tranquila, ya todo pasó” –le dijo el joven chino, con paciencia- “¿te sientes lo suficiente bien como para explicarme lo que te ocurrió?”
Los ojos verdes, aún empañados en lágrimas, miraron a su joven esposo y Sakura vió de nuevo aquella gentileza y decisión... la misma que el hombre de sus recuerdos, quien jamás volviera al lado de su esposa. El rostro apuesto de Shaoran no era totalmente el mismo que el de aquel hombre, pero sus brillantes ojos castaños no habían cambiado.. ni tampoco su voz. Podría tener otros colores ahora, pero antes... antes... antes había sido libre y feliz, solo ellos dos...
- “... si volviera a nacer tendría que pagar la libertad que he gozado al negarme a ser señor de los míos... posiblemente sería alguien con responsabilidades tremendas, aún en la cuna.. alguien atrapado por responsabilidades. Ten mucho cuidado con lo que deseas esposa mía..”
- “¡Oh Shaoran, lo siento!” –sollozó arrojándose de nuevo a sus brazos- “¡yo lo hice, yo te hice volver!.. ¡es por mi culpa que estás atrapado por el Concilio, tu clan y todo esto!”
- “¡¿De qué estas hablando Sakura?!”
La joven mujer sollozó. Tratando de comprender.. de analizar.. pero sus emociones estaban a flor de piel. No entendía por qué.. pero súbitamente estaba todo claro: “responsabilidades tremendas.. desde la cuna” ... si, Shaoran había nacido ya siendo Jefe de los suyos. Sin posibilidad de escape o huída. Aún cuando le conoció de niño, cuando él vino atraído por las Clow Cards que ella despertara..
- “Aunque condenara a todo y a todos.. ¡¡te seguiría hasta el fin de los tiempos, si sólo entonces volvieras a nacer!!. Y de una u otra forma… sabiéndolo o no, encontraré la forma de llamarte a mi lado. ¡De hacerte venir a mí¡.. ¡¡¡¡aún si las más profundas aguas se interpusieran entre el lugar donde tú y yo hubiéramos nacido!!!!”
- “Yo le llamé” –razonó la hija de Fujitaka, recordando el episodio donde dejó escapar las cards, hace tanto tiempo atrás- “de esa forma.. le llamé, y le hice venir hasta aquí. Pese a que hay un mar que separa Japón de China... las cards fueron la forma en que lo llamé a mi lado de nuevo..”
- “¿Sakura?, ¿qué pasa contigo?, ¿no me escuchas?”
Los ojos verdes se encontraron con la interrogante brillando en los masculinos y sólo se aferró a él. Con fuerza..
- “No me preguntes ahora” –le dijo, sintiéndose débil y confundida por las emociones de su yo pasado y su yo presente.. hacia el mismo hombre, siempre el mismo: él- “sólo necesito que me abraces muy fuerte.. y me prometas que nunca... nunca.. nunca pondrás un deber más arriba del amor que nos tenemos... sólo promételo”
El asintió en silencio, rozando el suave cabello femenino con sus labios a la vez que su mente se llenaba también de preguntas.. ¿qué idioma era aquel que había murmurado Sakura durante su.... extraño ataque?, ¡era una lengua muerta, estaba seguro de eso!, sonidos de aquel tipo ya no existían en este mundo...
Pero..
- “Pude entender todas y cada una de las cosas que dijo” –pensó, sintiendo el corazón darle un vuelco- “ella lloraba.. lloraba por un hombre...” –un ramalazo de celos atravesó su corazón, pero retorció sus dudas sin piedad- “¿por qué me siento así?.. Sakura y yo somos uno, pero... ¿por qué estoy celoso de que ella llorara por un hombre en medio de su ataque?, ¿Quién era él, quien era?”
Ajena a los pensamientos de su esposo, la antigua card captor dormía en sus brazos, agotada por la extraña experiencia pero feliz de saber que él estaba a su lado, a la vez que se sentía levemente culpable...
- “Si yo no hubiera insistido en que volveríamos a vernos, entonces... quizás él no hubiera renacido. Ni hubiera tenido que pasar por todas las cosas que ha pasado.. desde ser hijo póstumo hasta arrastrar la tremenda responsabilidad de ser Jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente... una carga tan dura..” –pero pensó jubilosa en un par de brillantes e infantiles ojos verdes y sonrió- “pero esta vez.. esta vez si he podido darle lo que antes no pude: a nuestro hijo. Antes... ambos morimos siendo sólo nosotros dos, pero si él ha sufrido por mi deseo del pasado, creo que también le he hecho feliz, tenemos a Hien y eso es lo que importa... ¿verdad?”
Suspiró profundamente medio dormida en el regazo de Shaoran, jubilosa. Pero de repente... recordó la advertencia que había recibido junto con la revelación:
- “Tú y él han vuelto ha estar juntos porque por eso nacieron pero no todos lo entienden, y ahora te odia no sólo por tener mi poder, sinó porque en su actual encarnación ama lo que es tuyo..”
Se estremeció.
-“¡¡No voy a ofender a Sakura con preguntas estúpidas!!” –se decía Shaoran, furioso consigo mismo por sentir aquellos celos locos y casi irracionales- “no. Si no me menciona al hombre por quien lloraba, no le preguntaré. ¡Piensa serenamente Shaoran Li!” –se reprochó-“no eres un mocito irresponsable y cabezota de 20 años que está celoso.. ya tienes 29 años y siempre has tenido responsabilidades sobre ti. Desde que recuerdas. ¡No puedo ponerme como un celoso histérico ahora!... no debo, ni quiero. ¡Sakura me ama, es mi esposa y punto!, ¿porqué estoy celoso?.. ¡me siento como un idiota y no puedo evitarlo!” –procuró serenarse para que ella no sintiera su incomodidad-“Tengo que pensar en lo que puede representar esta especie de ataque de Sakura... porque esto es lo mismo que cuando tiene pesadillas. ¡Piensa en cosas serias e importantes en lugar de pensar como un escolar celoso!, ¡Sakura es mi esposa y me ama!... pero me patea el hígado que se ponga a llorar por alguien más.. aunque sea en otro idioma y semi inconsciente” –se dijo, irónico consigo mismo-“¡como sea!... ¡no pensaré en mis celos de escolar y pensare en...!... en.....”–palideció de súbito al recordar- “¿qué fue lo que dijo?.. ¿serían seis?. ¡Estoy seguro que NO se refiere a los seis del Concilio! ellos murieron en la torre.. eso sí. Pero el seis es un número considerado imperfecto.. de oscuridad... ”
Pese a la inquietud que le causaban esas preguntas... no podía dejar de sentirse celoso. Pero no preguntaría nada. Porque cualquiera sabía que sentir celos estando casado y con un hijo de ocho años era tonto.. ¿verdad?.
- “¿Qué ha empezado?” –se preguntaba Sakura en ese instante, antes de hundirse definitivamente en una suave y reconfortante siesta- “¿serían seis?, ¿quiénes?”
La figura infantil de Mamoru corría con todas sus fuerzas hacia aquel viejo y añoso cerezo, pensando con terror en las muchas veces que Kia le había contado sobre las maldades de cierto árbol en particular. No habían sido una ni dos ni tres veces. .. su mejor amigo ya le había hablado de aquel asunto con la crudeza y veracidad con que suelen hacerlo los niños..
- “¿Estás loco?” –le había dicho la primera vez que Kia le contó- “¿realmente crees que existe un tipo que encerró el cuerpo y el alma de tu papá en un árbol malvado?, ¡eso es tonto!”
- “¿Tonto?, eso dices porque tienes a tus papás.. a ambos contigo, todo el tiempo” –suspiró el hijo de Kaho Monouhi- “y no es raro. Tu mismo has sentido el poder del árbol sagrado de nuestro templo...”
- “Pero un árbol de cerezo malo, que se alimente de la sangre de la gente...” –dudó- “¡además el alma de tu papá no está allí!, ¡tu mismo me dijiste que ha venido a verles a ti y a tu mamá algunas veces!”
El pequeño Kia Monouhi había suspirado antes de añadir:
- “Mira, lo que sé es lo que he escuchado hablar a mi mamá.. y al fantasma de mi papá. A él lo mató un hombre malvado y su cuerpo y su alma fueron a parar a un árbol horrible, que torturaba su espíritu, ¡y había muchos espíritus presos con él!... pero al final un hombre mató al malo que ya había matado a mi papá y como ese hombre murió, muchos espíritus lograron escapar del árbol aquel...”
- “Entre ellos el espíritu de tu papá”
- “Si. Pero sólo escapó su alma... ¡date cuenta que ni mi mamá ni yo vamos al cementerio!” –le explicó triste- “y no vamos porque el cuerpo de mi papá.... no está en ninguno. Pero.. aunque eso le duele a mamá, a él sólo le importa saber que estamos bien...”
- “¿Eso lo escuchaste decir al fantasma de tu papá?”
- “Sí. Sabes que viene a vernos algunas veces... no se supone que yo deba verlo porque él le dijo a mi mamá que no quería influir mucho en mí, pero una noche cuando mamá ya me había mandado a dormir les sorprendí y entonces él no pudo desvanecerse sin que yo lo viera..”
- “Me lo contaste antes. Desde entonces lo ves siempre que les visita..”
- “Si. Pero él y mamá charlan mucho... a solas. ¡Lo que te digo es lo que les he escuchado..!”
- “Entonces.. ¿realmente existe un árbol así?”
- “Sí. Supongo que al morir el hombre malo que mató a papá el árbol murió pero si no fuera así… haré que lo pague” –explicó Kia, tratando de contener las lágrimas- “horrible árbol mata-papás..” –se lamentó ante la mirada apenada de Mamoru.
- “Ese árbol horrible que ya le quitó el papá a Kia, ¡y no me quitará a mío!” –pensó Mamoru, casi frenético, mientras corría viendo aquella figura adulta cerca al árbol- “¡no le voy a dejar!, ¡no dejaré que se lleve a mi papá!, ¡PAPÁ, ALÉJATE DE ALLÍ!”
Mientras veía a Mamoru correr a lo lejos, el hijo único de Kaho se insultaba mentalmente.. ¿por qué tuvo que decirle a Mamoru que ese era el horrible árbol que matara a su padre?, él sabía muy bien del impulsivo temperamento de Kinomoto pero había sido tan difícil escuchar la charla de sus compañeros cuando cruzaron el parque, que no había podido evitarlo..
- “¿Qué sucede?” –había preguntado hace algún rato Miriel, notando la carita seria del superior- “¿te enfadó que nos separemos del grupo?”
- “Pues si quieres regrésate” –le dijo el mayor de los Kinomoto a su amigo antes de mirar a su primo- “¡Yo no vuelvo con el grupo del rubio escocés ese!, ¡dice cosas raras!”
Hien había reído ante el enfado de Mamoru, mientras Kia se ponía más y más serio..
- “No. No estoy enfadado por separarnos del grupo. Pero.... este lugar...”
- “¿Qué pasa con este sitio?” –quiso saber Nadeshiko- “dicen que lo han reconstruido igual, e incluso han salvado a muchos de los viejos árboles..”
- “Si... pero ese árbol. Ese árbol debió ser quemado hasta desaparecerlo”
El niño señaló al árbol y, aunque él lo ignoraba, Miriel había sentido frío. No sabía porqué, pero “sintió” que Kia tenía razón y deseó estar muy lejos de allí..
- “Eh... vamos a comprar pastel para todos” –sugirió, tratando de sacar a todos de ese sitio, que la ponía nerviosa- “¡allí veo una tienda que se vé genial!. ¿no quieren?”
- “Hiragizawa tuvo razón..” –gimió Kia, dejando de recordar- “¡debí ir con todos en lugar de contarle a Kinomoto...!, ¡ese hombre se parece a su papá pero no es el doctor!, ¡es un fantasma!, ¡y no me gusta para nada!”
El hijo de Kaho se detuvo... súbitamente.
- “¿Dónde.. donde está?... ¡lo estaba viendo y de repente no sé donde están ni Mamoru ni el árbol ese!”
De pie ante el antiguo túmulo del cerezo del parque Ueno, el hijo de Tomoyo y Touya Kinomoto miraba el lugar con cierto aire enfadado en su rostro infantil..
- “¡Yo te enseñaré a no meterte con los papás de las personas!” –pensaba Mamoru, irritado- “¡miraré como acabarte y le diré a Byakko que se ocupe de ti!, ¡ya lo verás!” –resopló por la carrera- “¡uf!, ¡ayudar a Hien con las cards hace que sea realmente muy veloz ahora!” –miró a Kia, aún lejos, antes de volverse a mirar al árbol y decir en voz alta- “¿qué tan malvado puedes ser tu?, ¿dónde se metió mi papá?”
Un fuerte aullido brotando de las mismas ramas fue su respuesta. Y la figura de un hombre... muy parecido a su padre, le miró fijamente entre las ramas del cerezo. En ese momento, Tomoyo sintió un nuevo y más terrible escalofrío. Algo estaba pasando, porque su instinto maternal le hizo sentir súbito pánico...
- “Pero.. ¿qué diablos crees que sea?”
- “¡No sé, quizá Nadeshiko se ha caído y se ha roto algo!” –gimió la joven de ojos azules al comunicarse con su esposo por teléfono- “¡pero puede ser cualquier cosa, porque los niños se han alejado de su grupo de excursión! ¡acabo de llamar a la maestra y me lo ha dicho!”
- “¡Tranquilízate!, ¡Mamoru la cuidará bien!”
- “¿Y si es Mamoru el herido?, ¡algo pasa Touya!, ¡algo está pasando!”
- “¿Qué sucede?” –inquirió Sonomi, que estaba con el esposo de su hija saliendo de un chequeo médico.
- “Nada señora.. pero tengo algo que hacer” –Touya se sintió también contagiado con las preocupaciones de su esposa y le dijo por teléfono, luego de tranquilizar a Sonomi- “mira, envío a tu madre a casa con su chofer, espérala, ya que ya estás en camino a Tomoeda. Ahora mismo voy a ver a los niños. Tengo aquí el itinerario de su excursión..”
- “Sí, por favor, hazlo. Envía a mamá a casa pero vé a ver a los niños... ¡por favor!”
- “Bien, bien.. ¡dalo por hecho!” –le pidió- “Y tranquila... ¿acaso no me conoces?” –murmuró apretando los puños, con arrebato- “¡¡sabes bien que si alguien se ha atrevido a tocar un solo cabello de mis hijos haré que se lamente hasta de haber nacido!!”
- “No... no he dicho que alguien les haya hecho daño, no.. eso no” –dudó Tomoyo, sintiendo un escalofrío- “lo que sí temo es que se metieran en problemas... son niños Touya”
- “Bien” –se tranquilizó ante el pedido femenino- “Suena patético, pero ya que insistes, papá irá al rescate, sea que me necesiten o no ¿te parece?... después de todo Mamoru y Nadeshiko son mis hijos y antes que tocarles un cabello tendrían que pasar sobre mi cadáver” –comentó.
Ignorante de la situación en que estaba metido su hijo mayor: en ese preciso momento, en el parque Ueno, a los pies del más viejo y majestuoso árbol de cerezo...
Del que se desprendía dolor antiguo... y vestigios de oscuridad.
Cosas que el mayor de los hermanitos Kinomoto había ignorado olímpicamente al correr hacia ese lugar, preocupado y asustado por perder a su papá... tal como su mejor amigo ya había pasado.
- “¡Papá!... Pa... ¿papá?” –dudó Mamoru, abriendo mucho los hermosos ojos azules que había heredado de su madre, aturdido y confuso ante la figura frente a él - “no... no. No eres mi papá. ¡Vaya, que alivio!”
- “¿Me confundiste con alguien pequeño?”
- “Si. Pero olvídelo” –replicó dándose la vuelta para volver por donde vino, mientras pensaba- “ese hombre es un fantasma... ¿en que estaba pensando para no darme cuenta antes?.... bueno, quizá me confundí porque realmente se parece mucho a papá..”
- “Espera” –trató de retenerle la alta y elegante figura del espectro- “realmente... me pareces algo familiar. ¿No te he visto antes pequeño?”
- “No, nunca antes he estado aquí” –replicó lanzando una mirada desconfiada sobre el espíritu antes de notar con asombro que caían pétalos de cerezo a su alrededor.
De hecho todo el lugar, salvo aquel árbol y ese espíritu se había desvanecido y se encontraba repentinamente en medio de la nada, bajo una hermosa lluvia de pétalos de cerezo que conferían al ambiente cierto aspecto irreal, etéreo... y bellísimo. Pero el hijo de Touya Kinomoto sintió un escalofrío recorriendo su espalda...
- “¡Esto no me gusta nada!. Que bueno que Nadeshiko y Hien no están aquí..” –se dijo mentalmente, sintiéndose muy inquieto- “sólo quiero saber si papá está bien... ¡para irme a casa!”
- “Es hermoso ¿verdad?” –dijo el fantasma, contemplando la lluvia de pétalos con filosófica expresión- “la belleza de los pétalos del sakura no ha cambiado.. ni cambiará nunca, aunque estén manchados de sangre...”
Uno de los pétalos había caído sobre las manos traslúcidas del espectro y entonces se disolvió en sangre..
- “Esto no es real” –afirmó el niño, bastante desconfiado y alzando una ceja - “¿acaso no se da cuenta que todo esto es mentira?, ¡no es real!. ¿Tiene algún asunto pendiente aquí?, ¿es uno de los fantasmas que estaban presos en este sitio?, ¿quién es?”
- “Se ha dado cuenta de la ilusión.. aunque nunca podrá salir de ella” –pensó el fantasma, mirando al niño con profunda sorpresa- “¿quién es este pequeño?”
Por un instante, el espíritu y el pequeño se miraron uno al otro con fijeza, y la sensación de haber “sentido” antes la presencia de ese niño se hizo más y más patente en el fantasma. Aunque ciertamente ¿cuándo podía haber sentido a ese pequeño?. El espectro sabía que era más que obvio que no podía haber visto a ese niño antes... porque tenía de muerto los mismos años que el niño de edad..
¿Cómo era posible que su aura le fuera familiar?
- “Bien” –Mamoru pareció enfadarse ante el escrutinio que era objeto por parte de aquel espíritu- “si no va a decirme cómo salir de este lugar, lo haré solo. Esto es bonito pero en realidad es malo.. no sé por que.. ¡pero sé que es malo!. Lo único bueno es que no eras mi papá..” –murmuró.
- “Entonces realmente has notado que estás en medio de una ilusión.. ¿quién eres?”
- “¡No tengo que decirle mi nombre a gente.. a fantasmas que no conozco!” –se corrigió, desconfiado por naturaleza y por herencia- “pe...ro...” –ya estaba realmente asustado, aunque trató de sonar firme- “¿cómo salgo de este sitio?, ¿fue usted quien hizo la ilusión?”
- “No, yo no hice esto. Como ya te diste cuenta.. soy un fantasma nada más, el poder de la ilusión del sakurazukamori sólo lo puede ejercer una persona viva”
- “¿Sakurazukamori?” –se sorprendió el niño, frunciendo el ceño.
- “Sí. ¿Sabes lo que significa ser el sakurazukamori?”
- “Un tipo horrendo que mata personas, entre ellas al papá de mi mejor amigo” –le replicó rápido- “eres uno de los que estaban presos en este árbol, ¿verdad?” –las facciones armoniosas del hijo de Touya se suavizaron y mostraron cierta simpatía hacia su extraño interlocutor- “¡pero no te preocupes!” –dijo, tratando de tranquilizar al espíritu, con cierto gesto autosuficiente- “ese horrible hombre ya murió, ¡eres libre!... mi amigo me dijo que los espíritus ya podían descansar en paz..”
- “¿Horrible hombre?” –repitió el fantasma, sonando divertido y perplejo a la vez.
- “Si, el asesino.. un tipo horrible que ya murió, ¿a quien le importa?” –el niño se encogió de hombros, más tranquilo al suponer que aquel fantasma era otro de los antiguos prisioneros del árbol- “mira, dime como salgo de esta cosa, ilusión o como se llame. Además que es mejor que te vayas también.. ¿no te dije ya que eres libre?”
El espíritu parecía entre divertido y asombrado, pero continuó con las preguntas, especialmente porque el niño parecía mucho menos desconfiado que antes..
Además, había algo en los rasgos... hermosos pero agresivos; y recordaba unos gentiles ojos azules iguales a los de ese niño, salvo por la expresión por supuesto, aunque los ojos que recordaba eran de una hermosa muchacha..
Dos personas... que había visto y enfrentado ocho años atrás.. antes de convertirse en espectro...
- “¿Por qué viniste hasta aquí?.. pareces saber lo que es el túmulo del cerezo”
- “¿No te dije ya que te confundí con mi papá?” –sonrió Mamoru- “por eso vine... creí que mi papá estaba aquí, y como él no sabe que este árbol es malvado.. bueno... ¡quería ayudarle!”
El espíritu sonrió al contemplar con mayor detenimiento el agraciado rostro infantil y algo ceñudo, las cejas pobladas y la piel pálida. Aquel niño era una combinación peculiar... sí que lo era.....
- “¡Ah!... ya sé a quien me recordabas” –parecía divertido al notar que el pequeño tenía rasgos de dos personas a quienes conoció cuando vivía- “y comprendo por qué te me hacías tan familiar: nacido o no, sigues teniendo el mismo aura..”
- “¿Qué dijo?” –se sorprendió Mamoru, sin entender.
- “Olvida eso… hay cosas más importantes ahora” –añadió tras una pausa, mientras le señalaba algo en medio de la ilusión que les rodeaba- “Puedes verlos.. ¿a aquellas personas?”
Los azules ojos de Mamoru parpadearon antes de contemplar con interés aquella escena…
Un hombre joven.. un niño.
Bajo un antiguo árbol de cerezos.. un sakura.
Un niño de nueve años.. como cualquiera, como el mismo. Bien, el tenía ocho años, pero la gente solía pensar que tenía nueve por estar un año adelantado en la escuela. Pero aquel no era el punto. Las personas que contemplaba estaban hablando.... casi entre susurros, pero Mamoru Kinomoto podía escucharlos y verlos con toda claridad. De hecho, eran un joven de preparatoria y un niño de nueve años.
Y era el joven de preparatoria quien hablaba en ese momento ..
- “¿Sabes por que los pétalos de este cerezo son rosas?... porque aquí hay muertos enterrados...”
- “¿Y no les duele?.. no les duele a los muertos?” –replicó el niño.
Mamoru se quedó asombrado mirando la escena ante sí.. una escena que sabía que era irreal, pero que no por ello no dejaba de observar. Un niño, con el traje sacerdotal de un médium y de más o menos su edad estaba de pie ante el joven. Y el chico que le decía que ese cerezo en particular se alimentaba de los cuerpos y la sangre humanos..
- “¿Qué.. que es eso?” –preguntó, sin comprender.
- “Un recuerdo” –contestó el fantasma con quien había charlado desde el principio- “un recuerdo confuso de la persona que está haciendo esta ilusión. Y una señal para que te vayas... pronto. El joven que ves en la ilusión… ya no existe. Y en cuanto al niño… ya es un adulto… pero….”
- “¿Pero ¿Qué?, ¡¿Dónde se fué?!”
El fantasma se desvaneció súbitamente y Mamoru se sintió realmente muy asustado. La ilusión había desaparecido también y ahora entre los pétalos del sakura aparecía una delgada figura.. un hombre. Un hombre que sí era una persona viva. Un hombre muy delgado... con el rostro increíblemente triste y hermoso a la vez.
Un hombre con un ojo verde... y otro dorado.
- “¿Quién está cerca?” –repitió Mamoru, asustado, buscando al fantasma.
- “Quien hizo la ilusión” –murmuró el hombre de la mirada impar, acercándose a él, lentamente.
- “¡Te digo que es una ilusión!” –insistía Tao en ese momento, en el colegio Clamp en Tomoeda mientras May May negaba suavemente con la cabeza- “¿Qué puedes verle al “Rey del Hielo”?” –antes que la chica replicara añadió- “¡Si, si, ya sé!.. ya sé que ustedes opinan que es el más guapo de la escuela pero ¡a él no le gusta nadie Li!, ¡Y yo estoy loco por ti!”
- “Y yo sólo quiero a Rei…” –sonrió May May, sin duda alguna, pero coqueteando, como era su costumbre- “entiende Hiu. Sé que es serio, es frío y a veces tiene complejo de paleta de helado.. pero tiene el tipo de carácter y un aspecto serio y frío que me gusta. ¡Es realmente sexy y muy serio!, ¡esos me alocan!”
- “¡¿Te alocan las paletas de helado ambulantes?!”
- “¡Atchis!”
No muy lejos de allí, Rei no pudo evitar el estornudar levemente y aunque notaba el peculiar intercambio de palabras de su mejor amigo y de la chica que lo perseguía, se encogió de hombros antes de alejarse de allí.
Lo más lejos que pudo.
Pero no sin antes lanzar otra mirada a esos dos. Es decir... ¡estaban hablando de él! y le apenaba la situación de Tao. Era su mejor amigo y pese a su peculiar carácter le apreciaba mucho, aunque no comprendía que podía ver en la chica Li. Bien, realmente era bella, tenía una figura despampanante además de un gran...
Busto...
El hijo mayor de los Tsukishiro tosió un poco para disimular su incomodidad.
Pero ese no era le punto. Y aunque los demás creyeran que él no veía esas cosas, Rei no era TAN ciego para no ver lo obvio.. y más cuando cada vez que esa chica brincaba sobre él le ponía aquellas... partes de su -¡ajem!- anatomía casi en la cara.
Pero volviendo a sus ideas...
Ciertamente May May Li era bella, sexy y coqueta hasta le punto de volver loco a cualquier chico, pero no a él, que de buena gana le hubiera dado a la inquieta Li como regalo a su mejor amigo, pero no sabía cómo. Es decir, no le disgustaban las chicas –de hecho, admiraba profundamente a la hermosa señora Sakura Li, aunque sabía que ella no era más que un sueño para él- pero le molestaba mucho el permanente acoso del que era objeto.
- “¡¿A que hombre puede gustarle que una chica le persiga como si fuera un objeto que ganar?” –se dijo, irritado, pese a su expresión estoica- “¡tengo autoestima y respeto a mí mismo, no soy un premio que ganar ni un trozo de carne!”
Tao hubiera dicho que tener 15 años y preocuparse de su integridad y autorespeto en lugar de satisfacer cualquier instinto hormonal –que Rei jamás aceptaría tener por cierto- eran signos suficientes para dudar de que Rei Tsukishiro fuera un ser humano, pero el muchacho era sensato hasta aspectos casi imposibles, aunque no por ello ignoraba lo que ocurría entre sus alborotados compañeros de clase, debido a la edad que atravesaban. Y mucho más si desde que era niño había tenido problemas similares. Ya en el kindergarden recibía cartas y obsequios, y las niñas pequeñas le miraban siempre sonrojadas; además que el paso por la primaria no había sido menos accidentado. Había sido en segundo grado de primaria donde una compañerita le había dicho con toda claridad que él le gustaba pero Rei no entendía el porqué. Sabía que era un niño, pero también sabía que al empezar la secundaria esos problemas se ampliarían en lugar de acabarse..
Ya antes de la llegada de la chica Li las otras muchachas le enviaban cosas pero él siempre había sido correcto y distante.. y eso le había evitado problemas. Quizá por eso no estaba preparado para la llegada de May May.
La joven le seguía todo el tiempo, cada instante, cada minuto. Solía arrojarse a sus brazos o sobre su cuerpo en los momentos menos oportunos –y no había forma humana de quitársela de encima cuando eso pasaba.. al menos de forma inmediata- pero últimamente sus “avances” iban mucho más allá de lo que una jovencita de quince años hubiera hecho normalmente y eso empezaba a inquietarle.
¡Se había sentado a su lado en un laboratorio y había acariciado su pierna! –y quizá más, si él la hubiera dejado- pero evidentemente, Rei se había puesto muy pálido –más que lo usual- pero había logrado mantener su expresión estoica el tiempo suficiente para argumentar una tontería –ya ni recordaba su excusa- y cambiar de sitio con Tao, sentándose al lado de la flacucha Naru Kiyama el resto del laboratorio mientras su amigo tomaba su lugar con la hiperkinética Li. El problema era que Tao había notado lo ocurrido y de hecho, esta vez Rei se sentía tan desesperado –aunque viendo su rostro hermoso y estoico nadie lo hubiera adivinado- que hasta consideró aceptar alguna de las citas por carta –recibía muchas diarias en su casillero- pero lo desechó.
Eso hubiera sido algo demasiado sucio.. e indigno. Usar a alguien más, mentirle, todo para sacarse a Li de encima...
¿Cómo pudo ocurrírsele una idea tan despreciable?.. él no era capaz de jugar con los sentimientos de las personas.
Como sea, tenía que pensar en algo porque esa situación estaba ya saliéndose de control..
- “Si yo no supiera que realmente tiene quince años, diría que se comporta como una chica muy liberal y ya adulta” –se dijo mentalmente- “Esperemos que Tao la conquiste y me deje en paz”
Tao estaba perplejo en ese instante.
- “¿Dices que Rei es sexy? ¿Qué sexy?, ¡también te la pasas besuqueando al mocosillo Li y él es tu primo y es un niño!”
- “¡Oh!, ¡NO TE ATREVAS A METERTE CON HIEN!” –saltó indignada la chiquilla- “él es… bastante lindo, lo sé. ¡Pero no soy pedófila y tu eres un malpensado retorcido!” –a Tao le salió una gotita e imploró perdón y sólo entonces, la chica siguió- “Aunque no te niego que lamento que sea más chico que yo.. ¡cuando crezca será realmente lindísimo!, ¡estoy segura de eso!”
- “¡¡Oyeee!, ¡ya déjate de bromas!, ¡estábamos hablando de mi!”
- “No. Hablamos de que yo quiero a Rei. Y es en serio Hiu: voy a conseguir a Rei, como sea. Esta vez nada ni nadie podrá evitar que el hombre que yo elija, sea para mí solita”
Y con un gesto algo enigmático la muchacha se alejó, dejando a Tao Hiu con la palabra en la boca.
- “¿Esta vez?” –repitió algo aturdido el hermano menor de Yoko Hiragizawa- “¡uy!, ¡a ella la dejó un chico en Hong Kong y seguro el idiota era tan o más serio y frío que Rei”- le imitó con voz de falsete- “… “soy el Rey del Hielo”: Rei Tsukishiro, y May May Li quiere conseguirme porque quiere vengarse en mí de otro idiota que la dejó.. y que debió ser tan parco y frío como yo” –gritó desesperado el chico Hiu, dejando de imitar- “¡CONDENADO PEDAZO DE IDIOTAAAAA!”
- “¡Atchis!” –estornudó Touya Kinomoto, mientras conducía su vehículo, en busca de sus niños- “¿Qué demonios pasa?, ¿habré pillado un resfrío?”
Frunciendo el ceño y sintiéndose levemente inquieto, el médico frenó al divisar a lo lejos el parque Ueno, mirando aquel lugar con irritación.. ¿a que venía la estúpida obsesión por reconstruir ese lugar?... los tontos que habían invertido dinero en ese proyecto no tenían la menor idea que en el centro de su hermoso “lugar turístico” se encontraba los restos de aquel repugnante cerezo sangriento con todos sus esqueletos humanos bajo sus raíces… todos, aún como muda señal de lo que había sido el túmulo del sakura…
Pero los empresarios estúpidos que habían insistido en reconstruir el parque Ueno no habían hecho excavaciones alrededor del árbol aquel. Estaban demasiado felices que el añejo cerezo hubiera “sobrevivido” las catástrofes de hace ocho años, y habían hecho “hasta lo imposible” para no perjudicar el antiguo árbol..
- “¡Los imbéciles!” –farfulló Touya mirando el parque, a lo lejos- “si ese bastardo de Sakurazuka no hubiera muerto, ya ellos mismos hubieran estado bajo las raíces de ese repugnante árbol.. ¡grandísimos idiotas!”
Iba a pisar el acelerador de su vehículo.. cuando lo sintió..
Y palideció. Palideció porque tuvo miedo, porque recordó que las madres siempre tienen un instinto muy agudo, muy especial y muy íntimo.. Y palideció porque había visto por un instante a esa persona.
Al Kamui.
Y porque había sentido algo. Que no había sentido los últimos ocho años.
- “¡Oh demonios!, ¿alucino o que?” –se dijo, sacando la cabeza por la ventana de su auto, pero ya no había nadie ante él- “¡esto es una locura!.. ese parque de porquería esta cerca y me hace alucinar estupideces.. ¡no pude ser él!, ¡no puede, no puede!”
Suspiró quedadamente. Y trató de controlar sus nervios deshechos. Estaba aturdido y confuso.. ahora sentía un poder extraño cerca, un poder muy parecido al sakurazukamori pero diferente.. y maldijo en voz alta
- “¡Me estoy poniendo paranoico!, ¡tengo que tranquilizarme y dejar de sentir que ese bastardo muerto esta cerca, todo porque los restos de ese maldito árbol están allá!” –se dijo en voz alta, suspirando.
Un leve ruido, algo similar a un gruñido se sintió muy cerca al médico y éste volvió la mirada hacia donde provenía el ruido antes de asombrarse..
- “¿¿QUE??! pero que… ¡¡¿Qué haces tú aquí?!!” –casi gritó, azorado.
No muy lejos de donde Touya se encontraba, Nadeshiko y Hien buscaban a Mamoru. El resto del grupo estaba aún en la confitería y pese a que Miriel había tratado de retenerles, ambos niños habían insistido en buscar al mayor de los hermanos Kinomoto…
Yoko Hiragizawa había estado sintiéndose inquieta toda la mañana, pero no había impedido a su hija ir de excursión porque Eriol y Tao solían acusarla de ser demasiado sobreprotectora. Y como difícilmente podía justificar su inquietud ese día, no deseaba escuchar los comentarios burlones de su hermano –quien quizá hasta podría acusarla de paranoica- o sentir sobre sí la mirada divertida de Eriol…
Sabía que a él le parecían insólitas y encantadoras sus reflexiones sobre Miriel y su educación, pero a veces, cuando la miraba con esa sonrisita divertida Yoko sentía que se burlaba de ella.. un poquito.
- “Si mis padres se hubieran preocupado por mí al menos un 10% de lo que tú estas al pendiente de nosotros.. y me refiero a Miriel, Tao y a mí mismo con toda seguridad no hubiera podido ir a Japón y probar a Sakura y Shaoran con lo de las cards..” –había reído él, hace unos minutos, cuando abandonó su oficina rumbo a la suya propia- “a veces exageras Yoko..”
- “Te parece tonto..”
- “No he dicho eso. Aunque si me parece exagerado.. y adorable” –dijo, robándole un beso antes de marchar- “es sólo un paseo Yoko, no puedes tenernos a todos pegados a tus faldas todo el tiempo.. aunque yo no me molestaría por ello para nada y lo sabes” –le hizo un leve guiño malicioso- “aunque en el caso de Miriel y Tao, sabes bien que ellos necesitan espacio..”
- “Y jamás se los he negado.. sólo..” –dudó un poquito.. sintiéndose algo ridícula- “sólo no me hagas caso.. quizá tiendo a exagerar como tu dices”
Eriol había sonreído levemente y se había marchado. De eso hacía ya buen rato, pero Yoko estaba inquieta.
- “Tokyo es otra ciudad. Supongo que es porque es la primera vez que dejo que mi hija vaya a otra ciudad. Aunque sea tan cercana.. además mis propios recuerdos sobre Tokyo no ayudan mucho.. aunque fue allí donde Eriol y yo nos encontramos” –suspiró de nuevo, tratando de concentrarse en algunos documentos llegados a la embajada esa misma mañana- “debo trabajar y no portarme como una mamá aprehensiva y sobreprotectora” –sonrió, volcando su atención a los papeles ante sí- “si voy a ponerme como Eriol y dejo de tomar mi trabajo en serio la casa se volverá un caos..” –sonrió.
Tomó uno de los documentos ante sí. Y lo leyó mecánicamente. Los minutos pasaban… y Lady Hiragizawa no dejaba de pensar en Tokyo.. esa ciudad. Lo ocurrido en ella ocho años atrás.. la noche que casi murió por Eriol. La noche que él había tratado de retenerla porque ya la amaba. Sus vidas habían dado un giro de 180º como consecuencia de lo ocurrido aquella noche pero no sólo las de ellos: Tao no había muerto como Wu Fang Sheng en el pasado, había logrado sobrevivir y era un adolescente bullicioso e inquieto, dueño de su propio destino; Sakura y Shaoran.. Tomoyo y el doctor Kinomoto, los guardianes… Byakko, Kerberos y Spinel.. Ruby Moon, Tsuki y Yue… Los Tsukishiro..
- “.. El apoyo de la embajada inglesa en el proceso de revocación de adopción, solicitado por Lord Ruthwen contra Ayame y Yukito Tsukishiro…”
La lectura mecánica de ese documento la sacó bruscamente de sus recuerdos. Y palideció. ¿Era acaso posible?, ¿un súbdito británico estaba reclamando la custodia legal del joven Rei?.. ¿Qué relación podía tener un lord británico con Yue?
- “Lord Maximillien Rolland Archibald Ruthwen, súbdito británico nacido en Gales, era hermano de la madre biológica del niño llamado Rei Sato y acredita su alegato de custodia legal del joven ahora llamado Rei Tsukishiro entregando copia certificada de su árbol genealógico y parentesco con Katherine Jones, quien se casara con el ciudadano japonés Takehito Sato” –leyó Yoko con inquietud- “..ambos padres biológicos del joven conocido como Rei Sato. En tal sentido, este súbdito inglés solicita a la Embajada Británica en Japón le brinde el apoyo para solicitar se le brinde la custodia de su sobrino y…”
- “¡Oh Yukito, oh Yukito todo esto es mi culpa!”
Los sollozos de Ayame Tsukishiro se escucharon claramente por la biblioteca, que lucía como si un huracán hubiera hecho su paso por alli. Todos y cada uno de los volúmenes estaban en el piso o apilados uno sobre otro con desorden insólito y Yukito procuraba controlar el llanto de su esposa de la mejor forma posible..
- “¡Ayame no te angusties asi!” –le imploró el Director del Campus Clamp en Tomoeda- “Estas cosas suceden porque … bueno, no sé por qué. Pero suceden… además.. ¿es tan malo?. La pequeña Miriel es una niña dulce y quiere muchísimo a Rei… si logra pasar el juicio final quizá pueda ayudarlo a abrirse más a las personas que lo rodean”
Los ojos arrasados de lágrimas de Ayame Tsukishiro parecieron decir su temor, aún antes que pudiera expresarlo en palabras..
- “¿Y si no puede?, ¿Qué ocurrirá con él?. ¡Miriel es una linda niña pero tiene sólo siete años Yukito!, ¿cómo puede pasar una prueba tan dura que ni el propio Shaoran logró pasar?, ¡y Shaoran tenía más de siete años entonces!” –sollozó.
- “Pero Sakura logró pasar el Juicio final..”
- “¡Yo lo único que deseo es que Rei no sufra Yukito!” –le explicó entre lágrimas- “Miriel es una nena adorable pero… ¡es una niña tan pequeña!, ¡tan, tan pequeña para asumir una responsabilidad tan grande como la captura de cards.. y más sobre nuestro Rei! ¿Qué hacemos si… si saber la verdad…” –la idea la hizo temblar- “¡oh, no quiero imaginar lo duro que será para Rei!”
Yukito abrazó a su esposa…
- “Ayame” –dijo gentil, lleno de esperanza- “no podemos especular sobre el futuro . Rei es nuestro, y sólo podemos confiar plenamente en que no importa la escasa edad de Miriel, ella le conoce desde la cuna.. y lo quiere mucho… si llega a ser su señora, cuidará de él con bien, tal como lo hizo Clow primero y luego Sakura…”
- “¡Pero a Rei eso lo ofendería Yuki!. Miriel es una nena pequeña..”
- “Si todo sale bien.. él será su guardián” –le informó- “y el poder que emane de Miriel fortalecerá la vida de Rei en este mundo. No olvides que al tener como regente la luna él necesitará del poder de su nueva maestra cuando recuerde su propia magia..”
- “¿Podrá Miriel?, ¡Me dijiste que a la propia Sakura le fue muy difícil y que casi desaparecen tú y Rei de este mundo!”
- “Si. Touya nos ayudó entonces, nos brindó su poder. O al menos eso creíamos” –recordó, con evidente gratitud hacia su mejor amigo- “entonces no sabíamos que el poder no es algo que uno pueda obsequiar a alguien más, como una cosa.. o paquete. Emana de uno mismo y puedes proyectar a veces tu fuerza ayudando a otros, pero eso no te deja sin tu propio don.. aunque puede agotarte por mucho tiempo, como le pasó a Touya.. Le tomaron años recuperar el pleno uso del poder espiritual que el posee como don propio”
- “Lo que dices hace que me asuste más…” –dijo con angustia- “Si Sakura, quien es tan fuerte, no pudo entonces….“
- “Sakura era una niña..”
- “Y era mayor de lo que es Miriel ahora”
Yukito reflexionó por breves instantes.
- “Cuando Eriol me llamó por teléfono anoche, luego de que Rei y Yuu fueron a dormir y me contaste lo del libro desaparecido.. me dijo algo” –le contó- “él dijo que si Yue necesitaba algún tipo de ayuda, si Miriel pasaba el Juicio, él y Yoko se la darían con gusto..”
- “¿Ellos tienen mucha magia Yukito?” –inquirió Ayame, ansiosamente- “sé que me has dicho ya que son poderosos, pero me resulta algo difícil de creer en una pareja tan joven y que no tiene relación con el Concilio de Hechiceros de Oriente. Además que Eriol es tan gentil y correcto.. aunque con un peculiar sentido del humor, lo admito. No tiene la seriedad de Shaoran, porque las escasas veces que los Li han hablado de magia con nosotros en estos años, siempre he sentido un profundo compromiso en ellos. Y Yoko es una joven tan dulce y con un afecto tan profundo por los suyos pese a tener un aspecto menudo y frágil…” –aclaró, mientras Yukito quedaba sorprendido por el análisis de los Hiragizawa- “quizá te parezca tonto.. pero los veo como.. como si fueran hermanos menores para mí..”
- “Es por lo mucho que los has tratado estos años”
- “Sí. Yoko, Tomoyo, Sakura y los demás muchachos son para mí unos jóvenes con un talento especial, lo sé.. aunque nunca les he visto usarlo. Pero Yoko habla poco sobre magia a diferencia de Sakura, que siempre me aconsejó (pese a que antes vivía en Hong Kong) cómo tratar a Rei. Y las veces que he escuchado hablar de eso a ustedes los varones, siempre el más sensato parece ser Shaoran..”
Yukito sonrió.
- “Eriol es la reencarnación del Mago Clow.. quien creo a Yue” –Ayame enmudeció pasmada ante esa revelación- “y Yoko..” –Yukito sonrió, más ampliamente- “Yoko es la reencarnación de Kai Sung, una hechicera cuyo poder emanaba del agua. La mujer que Clow amaba. La mañana antes de casarse, Eriol me confesó que Yue fue creado como una manifestación de la belleza de la luna reflejada sobre las aguas mágicas de Kai Sung”
- “¡Oh, ambos han tenido mucho que ver con Yue en su pasado!” –se tranquilizó la señora Tsukishiro.
El Director del Campus Clamp en Tomoeda asintió.
- “Si. Y hubiera querido decírtelo anoche pero estuviste tan nerviosa que Rei lo notó.. y poco faltó para que nos descubriera charlando con Eriol por teléfono”
Ayame sonrió, contemplando una fotografía familiar..
- “La gente no lo cree, pero Rei es muy dulce y considerado.. a su propio estilo. Dijo que no volvería a dormir si no me tomaba un sedante para calmarme y que pudiera descansar tranquila..” –recordó.
- “Si.. y por eso hemos tenido que hablar de esto recién ahora. Cuando ya los chicos están en la escuela. Hubiera preferido aclarártelo todo anoche, pero no hubo forma, con Rei tan inquieto al ver como pusiste la biblioteca”
- “Lo siento mucho Yuki”
El profesor negó suavemente, mirando con cariño el retrato familiar que Ayame sostenía en sus manos..
- “No Ayame.. tu reacción era normal. Eres la madre de Rei y estabas inquieta por él ¿verdad?” –su esposa asintió- “lo más importante es que él estará bien y pase lo que pase, ni el descubrimiento de su poder lo alejará de nosotros…”
En esos mismos instantes, en la embajada británica, Eriol leía con asombro el alegato del Lord inglés sobre la custodia de Rei, que le trajera su esposa..
- “Es una fortuna que Lord Kerri delegue sobre nosotros casi todo el peso de la embajada” –reflexionó ante la mirada inquieta en los grises y enormes ojos de su esposa, refiriéndose al simpático y senil viejecito que era el embajador inglés- “y de que seas tan dedicada al trabajo niña mía. De otra forma no nos hubiéramos enterado de esto..”
- “Ese no es el punto Eriol” –Yoko se paseaba nerviosamente por el despacho de su esposo- “¿Qué vamos a hacer?, ¿cómo se lo diremos a Yukito y Ayame?”
- “No lo sé… eso.. realmente no lo sé” –respondió él.
Tomoyo estaba de pie frente a su propia casa, indecisa. No se decidía a ingresar. Había llamado a Touya por teléfono cuando ya estaba camino de vuelta a Tomoeda –después de su reunión con Mihara sensei, misma que cortó abruptamente- y ahora… de pie ante la puerta de su hogar, no se decidía a ingresar.
Touya le había dicho que esperara a su madre –Sonomi- y que él volvería con los niños, pero no podía dejar de sentirse extrañamente asustada, aunque no comprendía cabalmente el porqué.
Después de todo, ella no poseía magia. Había podido ver espíritus y todas las presencias espirituales que su marido siempre había notado sólo cuando estaba encinta de Mamoru, motivo por el cual no sorprendió a ella ni a Touya que el niño demostrara ver espectros casi desde la cuna, algo que no había sucedido con Nadeshiko. Y no porque fuera un embarazo peculiarmente difícil. La verdad es que Nadeshiko no había demostrado tener ningún tipo de percepción similar a la que gozaban los varones Kinomoto, pero eso a Tomoyo ni al médico les importaba. De hecho, Touya se sentía mucho más que satisfecho con ello. La curiosidad de Mamoru empezaba a rebasar la poca paciencia del galeno y aunque el hijo de Fujitaka había sido siempre evasivo a las preguntas infantiles de Mamoru sobre el origen de sus poderes… ambos esposos agradecían no tener que pasar los mismos problemas con Nadeshiko.
Y era en el sentido común de Nadeshiko en lo que más confiaba Tomoyo.
- “Yo sé que soy una torpe e inútil mamá…” –había dicho la pequeña alguna vez con tristeza, poco después del accidente de su primo Hien en la torre del reloj- “siempre lo arruino todo, pero… a veces quisiera que papá y mi hermano confiaran en mí. Aunque sea sólo un ratito..”
- “¿Por qué dices eso hijita?”
- “No pude hacer nada. Nunca puedo. Siempre lo arruino.. sé que soy torpe pero…”
Los azules ojos habían mirado con afectuosa comprensión las pupilas mieles de la niña.
- “¿Crees que realmente tu papá y tu hermano te cuidan tanto porque no confían en ti?”
- “Lo hacen porque soy torpe. ¡Pero trato de no serlo mami!, cada mañana me despierto y me prometo que no tropezaré con nada, que no haré.. que no haré nada torpe, pero..” –aceptó con tristeza- “siempre lo hago.. aunque no quiero”
- “Nadeshiko. Tu papá y tu hermano te cuidan mucho porque te aman. Sabes que ellos son muy celosos y desconfiados, pero no te cuidan así porque crean que eres torpe, o inútil” –le animó suavemente- “te cuidan porque eres algo muy especial para ellos” –continuó- “¿acaso crees que yo soy inútil?... ¿y has visto como me cuida tu papá?”
- “Pero mami… papá te cuida porque te quiere muchísimo y eres muy bonita..”
La joven mujer de ojos azules sonrió ante el infantil elogio en labios de su hija.
- “Mira Nadeshiko. Hay algo que debes saber: así como tu abuelo y tu tía Sakura son gentiles y afectuosos por naturaleza, tu papá y tu hermano son celosos y sobreprotectores de manera casi feroz.. y también creo que es por naturaleza, porque mi madre también tiene ese rasgo” –sonrió recordando que Sonomi y su esposo tenían ese rasgo común por ser tía y sobrino- “… pero no lo hacen por maldad , te sobreprotegerían aunque fueras una niña deportista y con extraordinarios talentos físicos. De hecho, tu papá trataba a tu tía Sakura igual o peor de lo que tu hermano te trata… cuando tu tía era niña, por supuesto”
- “Hasta ahora mamá” –razonó la niña- “tía Sakura se enfada cada vez que él le dice “monstruo”…”
- “¿Ya lo ves?” –sonrió Tomoyo, otra vez- “ellos son así. Necesitan saber que protegen a los que quieren, es su forma de decir “te quiero”, “eres importante para mí”, porque no son fanáticos de decirlo en voz alta. Pero ellos no saben lo que tú y yo sabemos bien: que nosotras no necesitamos que nos defiendan o nos cuiden, que somos perfectamente autosuficientes y capaces de cuidarnos a nosotras mismas”
- “Pero mamá: yo no soy como tú. Tu todo lo haces bien, eres muy linda y haces cosas hermosas siempre.. yo en cambio siempre lo arruino todo. Veo las cosas, pero lo arruino con mi torpeza..”
- “Nadeshiko, quiero que me entiendas claramente. No todas las personas pueden ser iguales a otras” –le explicó- “quizá tu hermano sea bueno en deportes pero yo necesito contar contigo.. con tu propio talento, porque así como tu papá cuenta siempre con los talentos de tu hermano, sus habilidades físicas y sus celos para cuidar de ti yo necesito de tu propio talento para que hagas algo por mí”
- “¡Yo sólo tengo talento para caerme mamá!”
- “¿Estás segura?”
La niña había dudado por unos instantes.. confundida, antes de admitir:
- “Yo no puedo ni siquiera ver a Kiku..”
- “Yo tampoco”
- “Entonces…”
- “Nadeshiko.. ¿Qué es lo que más te preocupa de tu hermano?”
- “¿Qué es muy antipático conmigo?”
Tomoyo Kinomoto contuvo la risa.
- “No. Piénsalo bien. ¿Qué es lo que siempre te preocupa de tu hermano?”
- “Eso es fácil mami” –dijo sin siquiera pensarlo- “mi hermano es muy terco y cabeza dura, siempre quiere tener la razón. Pero cuando se asusta… cuando se asusta es cuando él me preocupa..”
Tomoyo asintió, orgullosa de notar que Nadeshiko era tan observadora como ella siempre supo que era, pese a su corta edad.
- “Lo sé” –aceptó la esposa del doctor Kinomoto- “y eso es lo que me preocupa mucho. Y en lo que necesito que tú me ayudes. Tu hermano y tu papá tienen un acuerdo en el que Mamoru te cuida mucho cuando Touya no está cerca..”
- “En la escuela, mi hermano no deja que los niños me hablen. Apenas si me saludan”
Una gotita surgió sobre la cabeza de Tomoyo.
- “Eh.. tu hermano se parece tanto a tu papá que a veces me asusta” –aceptó con paciencia la señora Kinomoto- “pero lo que necesito es que tú hagas eso mismo por mí. Que cuides a tu hermano cuando yo no pueda hacerlo, como en la escuela, por ejemplo..”
Nadeshiko quedó unos instantes en silencio, observando a su madre con interés desde la inmensidad de sus grandes ojos miel y captando el auténtico dejo de inquietud en la mirada de la mujer que más admiraba en el mundo.
Entendiendo perfectamente lo que le preocupaba a su mamá.
- “Mamoru es fuerte, terco y cabeza dura… pero odia asustarse. Y cuando se asusta pierde totalmente la cabeza y grita como loco.. no porque sea loco, sinó porque quiere asustar así a quien lo asusta a él” –pensaba Nadeshiko, mientras corría, cayendo a intervalos irregulares al piso, mientras seguía con dificultad la veloz carrera de Hien- “pero mi hermano realmente ODIA sentirse asustado… lo único que odia más que asustarse, es sentirse culpable por no cuidarme bien.. antes sólo a mí, pero ahora también a Hien. Nunca se vá a perdonar lo del accidente de la torre, es muy terco. Pero por eso siempre trata de hacerse el valiente, siempre lo hace, y se pone más valiente y más escandaloso cuando tiene miedo”
- “¡Apúrate Nadeshiko!” –le llamó Hien, notando recién que la niña se había caído al piso por enésima vez y que se levantaba antes de que siquiera pudiera ayudarla- “¿Dónde pudo haberse metido Mamoru?, ¡Seguro encontró una card y la está siguiendo sin mí!”
- “¿Crees que una card se iría hasta aquí?. ¡Es Tokyo!”
- “No lo sé”
Habían rodeado el parque Ueno con gran trabajo –el terreno era realmente muy grande- buscando cada una de las tiendas, locales y sitios en los alrededores donde podía haberse metido Mamoru y el superior Kia. Pero, finalmente, los brillantes y bellísimos ojos verdes de Hien se volvieron al propio parque Ueno…
- “Así como Mamoru siempre cuida que yo no me lastime al caerme o me golpee.. mucho, yo debo cuidar que él no haga algo muy tonto por ser terco o por orgullo” –pensaba la niña, cada vez más inquieta por su hermano- “Hien es responsable y siempre quiere probarse a sí mismo, pero Mamoru es tan impulsivo.. ¡a veces me dá mucho trabajo controlar ese mal genio que tiene!”
Ajeno totalmente a los pensamientos de su primita, el único hijo de Sakura y Shaoran Li, dudaba contemplando el parque ante él..
- “Tokyo es un centro de poder místico” –recordó con seriedad impropia de su edad, pues por su “pequeño problema” con su magia, a cambio estudiaba a fondo los textos que sacaba a veces a hurtadillas de la biblioteca de su papá- “y dicen que hubo aquí antes… una batalla por el fin del mundo y hubo puntos de poder mágicos.. buenos y malos” –trató de aclararse a sí mismo- “la torre de Tokyo es el núcleo principal de la ciudad, el centro del poder mágico.. pero… creo que leí que había un lugar de magia muy mala en un parque importante… ¿será este?”-dudó haciendo un puchero mental- “ODIO no tener magia… ¡si la tuviera lo sentiría y punto!. Pero… si es este parque… no sería bueno arriesgar a Nadeshiko…”
- “Creo que mejor vamos al parque Hien. No estoy segura, pero me parece que ví al superior Monouhi entre la gente.. allá lejos”
Hien todavía dudó.
- “Pero… si este parque fuera malo… Mamoru SI lo sentiría.. él no tiene mi problema, él si maneja bien su poder espiritual. No como yo que no tengo magia alguna” –se dijo con desaliento- “pero… si Mamoru entró a este parque con el superior.. no es el parque malo. ¡Mamoru no entraría a un parque malo!.. ¿o si?”
Ignorante de lo que su sobrino pensaba y que su pequeña hija había recordado –al igual que ella- el “acuerdo” que ambas compartían, Tomoyo Kinomoto no podía dejar de pensar… se estaba preocupando inútilmente.. ¡era lo más seguro!... pero la sensación de angustia no la abandonaba. Aunque.. ¿Qué podía estar mal?, Nadeshiko era observadora y sensata, incapaz de meterse o buscarse problemas que no fueran resultado de su torpeza, a diferencia de su hermano, que si bien tenía agilidad y valentía, se dejaba llevar mucho por sus impulsos.
Por eso ella y Touya confiaban en sus hijos. Ambos se cuidaban uno al otro… cada quien complementándose para evitarles angustias. Además, Hien era quien decidía entre los tres niños. Mamoru se había convertido en una especie de sombra de su primo, casi su guardaespaldas personal. Nadeshiko era la voz del sentido común entre los tres.. pero las decisiones… las tomaba Hien.
Y Hien no haría nada que pusiera en peligro a sus primos…
El hijo de los Li era muy responsable para hacer eso. Aún con el asunto de las cards de por medio.
Sobre eso, Tomoyo estaba segura.
Pero, deseando saber más… pese a la lógica, llamó por teléfono a su madre –quien le confirmó que Touya acababa de enviarla con el chofer y que había ido hace minutos en busca de los pequeños- avisándole que fuera a la embajada japonesa al llegar a Tomoeda.
Sabía que Eriol tenía “formas” de “ver” a las personas que deseaba, sin importar la distancia. Y ya que Sakura y Shaoran estaban en el mismo Tokyo en el edificio del Concilio –el nuevo Sunshine- no quiso incomodarles y prefirió visitar a los Hiragizawa consciente que si bien a Eriol podía parecerle exagerada su inquietud, Yoko la entendería perfectamente..
Byakko volaba a toda prisa por sobre las nubes de Tomoeda, sintiéndose sumamente aprehensiva. Se había quedado anoche hasta muy tarde leyendo el periódico en la habitación de sus niños –esta vez la habitación de Nadeshiko y bajo la luz de una lámpara- pues había descubierto que le gustaban mucho revisar las acciones de la bolsa y de otros negocios en general….
De hecho, tenía algunas formas de conseguir dinero ya en su cabecita felina, pero lo malo no era eso. ¡Se había quedado dormida!.. ella había querido conocer la ciudad capital e ir con sus niños a empezar sus negocios y ambos la habían dejado durmiendo…
- “¡Con las inmensas oportunidades que debe haber en Tokyo!” –pensó muy eufórica- “sé que mi señorito Mamoru no aprecia mis dotes comerciales pero mi señorita Nadeshiko me dejó dormir por lo gentil que es. ¡Aunque tenía tanta ilusión en ver la ciudad que no me quedaré con las ganas, no señor!. Me cansará mucho volar hasta allá… hubiera sido mejor tomar la vía rápida porque en esta forma falsa no puedo volar muy de prisa” –se cruzó de bracitos con decisión pues sabía que al estar libres las Protection cards no podría usar su forma real hasta que las cartas volvieran - “pero iré. Y quizá sea mejor que vaya por mi cuenta a Tokyo porque mis señoritos son capaces de dejarme encerrada en sus mochilas de viaje.. ¡ja!” –rió con autosuficiencia- “¡como si yo fuera tan tonta!”
- “¡Atchiiis!”
El chofer del autobús dudó por un momento. No. Estaba soñando. Ninguno de los niños de la excursión habían vuelto todavía porque les habían dado permiso de recorrer la ciudad de Tokyo algunas horas –después de comer- y las mochilas estaban todas allí, en el autobús escolar..
¿Y ese estornudo había salido de una mochila?
- “¡Que tonto soy!” –se dijo el chofer.
En la mochila perteneciente a Miriel Hiragizawa, Kerberos estaba más que furioso. Su pequeña amiga le había ordenado permanecer allí sin moverse y aunque él no tenía la más mínima intención de hacerle caso no había podido evitar que ese niño rubio, de otra aula –eran 3 aulas las que estaban de excursión, incluyendo la de Miriel- casi lo descubriera la última vez que trató de escabullirse…
- “Si el superior Connor ó otro compañero te descubre me meterás en problemas… “ –le había dicho Miriel, muy seriecita- “y prometiste quedarte quieto Kerberos… ¡me mentiste!”
- “¡Bah!, no pasará nada.. fingiré que soy un muñeco”
- “Se nota que no conoces al superior Mc Nessa. Le gustan mucho los peluches, te abrazará hasta que te delates…”
- “¡A MI NO ME GUSTA QUE LOS HOMBRES ME ABRACEN!”
- “Lo sé. Pero… si no puedes quedarte quieto y no quiero que el superior Mc Nessa te descubra… creo que no puedo hacer otra cosa Kerberos…”
- “¿Hacer que?”
Miriel había sonreído ampliamente y Kero había quedado perplejo. Pero la pequeña había aprovechado su sorpresa para atarlo y dejarlo bien encerrado en la mochila…
- “¡Esa dulce sonrisita de Miriel es odiosa!, ¡me engañó!” –se indignó al recordar lo ocurrido, mientras, luego de varias horas de lucha, empezaba a soltarse de sus amarras- “… esa niña va a tener que escucharme BASTANTE cuando salga de aquí!”
De repente, el guardián se tensó. Su instinto le dijo que algo malo… algo peligroso estaba cerca de su amiguita y por consiguiente dejó de moverse frenéticamente y se concentró..
Era extraño. Esa ciudad tenía demasiada magia. Realmente demasiada. Era como si brotara de algunos puntos de la ciudad en sí mismos, además de que entre sus habitantes había muchas personas con magia realmente poderosa.
Ciertamente sabía que era común en un lugar tan céntrico y poblado como la capital tener gente con magia y de paso –no por nada había aeropuerto y otras vías de acceso y era la puerta de entrada a Japón- pero realmente había mucha… como.. como si el lugar fuera especialmente místico o algo así. Eso, sin contar que había muchos lugares de donde se sentía magia poderosísima… magia blanca y negra.. en lugares diferentes.
Como sea, tratar de ubicar la magia en esa ciudad tan extraña era… era…
Confuso..
Agotador y confuso.
Mucha magia en personas… residentes o de paso, pero magia poderosa. Magia emanando de la propia ciudad… y todo eso lo mareaba.. lo mareaba y le estaba ocasionando una terrible confusión.
De hecho, sentía tanto a la vez que no podía especificar nada. Sólo su intuición le decía que Miriel estaba en problemas… o en un lugar muy peligroso. Y eso hizo que tratara de liberarse de sus amarres con mayor decisión.
Era con decisión también que Hien y Nadeshiko buscaban a Mamoru. Aunque Hien dudaba en ese momento…
- “No.. no estoy muy seguro, tal vez ir al parque nos retrasaría” –comentó, no muy convencido todavía- “¿no crees que volvería con los demás?, quizá ahora nos busca..”
- “No lo sé. ¿Realmente crees que corrió tras una card?”
- “No sé Nadeshiko” –comentó mientras pensaba- “pero esa SI sería una buena razón para entrar a un parque malo.. aunque no hay forma que YO sepa si es el parque de mala magia que leí”
- “¿Crees que él no te avisaría si fuera eso?”
- “Aunque quisiera no podría hacerlo.. ¡quizá si corrió detrás de la card…!”
- “El superior Kia está con él. Y Mamoru sabe que no puede decirle..”
- “Si pero..”
- “¿A dónde creen que van?” –desde una esquina alguien tomó el brazo de Nadeshiko y la retuvo, justo cuando ambos niños entraban ya al parque Ueno- “¿Están.. locos?”
- “¿Mc Nessa?” –le reconoció Nadeshiko, recuperándose del susto- “¿Qué te pasa?, pareces enfermo.. además tu primo te estaba buscando, ¡se quedó con los demás en la confitería de la esquina y..!”
“Si, si.. Connor fue a buscar a tu hermano” –le dijo Morgan, el pelirrojo Mc Nessa a Nadeshiko- “Dice que le agrada, que quiere ser su amigo y por eso fue a la confitería, esperando encontrarle con ustedes” –aceptó- “¿pero por qué van al parque?”
- “Estamos buscando a Mamoru” –explicó Hien sintiéndose un poquito desconfiado de su condiscípulo- “¿no dijiste que ya éramos amigos? ¿por qué te pones así?”
El pequeño escocés pareció inquieto… y su palidez aumentó.
- “No quiero líos. Pero…. no creo que sea buena idea que vayan a ese parque ahora.. “ –dudó.
- “¿Por qué no?” –saltó Hien.
- “No…. No creo…” –dudó- “yo… eh…”
Los ojos verdes de Hien fulminaron al pelirrojo. Esta vez el hijo de Sakura y Shaoran estaba real y positivamente desconfiado..
- “¡¿Qué nos estás ocultando?!”
- “¡Nada!” –saltó el pelirrojo- “sólo… sólo que…. bueno, dijiste que éramos amigos, y ese parque es tan grande que van a perderse..”
Hien frunció el ceño en un gesto idéntico al de su padre, un gesto que lucía encantador en su carita infantil. Pero miró al pelirrojo con mayor fijeza mientras el otro parecía ponerse nervioso..
Era obvio que el escocés había notado que Hien estaba enfadado.
- “Si mi primo está en problemas.. y tú lo sabes y no me lo dices, te juro que te daré una paliza” –le espetó, irritado- “porque sabes algo..”
- “No he visto al superior Kinomoto”
- “¿Entonces?”
El pelirrojo se mordió los labios con gesto confundido y Hien le cogió del cuello de la camisa escolar, dispuesto –esta vez por una verdadera y buena razón- a pelear con él si era necesario para sacarle lo que deseaba saber, pero el occidental le sostuvo la mirada con aire de reto.. aunque parecía realmente apenado..
- “Si quieres ir a ese parque vete” –aceptó el pelirrojo- “pero es mejor que no lleves a tu prima contigo..”
- “¿Por qué dices eso?, ¡dime!”
El pelirrojo no dijo nada y dudó de nuevo… pero Nadeshiko, que había estado bastante distraída para intervenir antes, retuvo el brazo de su primo antes que se liara a golpes –otra vez- con el escocés.
- “Hien.. ¡por favor!” –le pidió, antes de volverse a su condiscípulo- “por favor Mc Nessa.. ¿sabes algo de mi hermano?”
- “No. No he visto al superior Kinomoto”
- “¿Y porque no quieres que vayamos al parque?”
El otro dudó de nuevo, pero sólo murmuró después de unos segundos a modo de respuesta..
- “Porque … no creo que tu hermano esté allí. Y me han dicho que es un lugar feo, por eso.. por eso les pido que no vayan. Tu y tu amiga Hiragizawa han sido amables conmigo.. y Li..” –le miró frunciendo el ceño, pero encogiéndose de hombros- “ Li es tan bueno peleando como yo… y eso hace que le respete”
Hien se cruzó de brazos. Estaba confundido.
Los hermosos ojos miel de Nadeshiko notaron la veracidad del pelirrojo –al menos había sido sincero en lo poco que había dicho- y miró a Hien, que estaba más decidido que nunca en ir al parque aquel a buscar a Mamoru. La niña suspiró y miró de reojo a su espalda, donde estaba –levemente escondido recostado detrás de un muro- la figurita soberbia de aquel niño ruso…
De hecho, lo que la había distraído desde que tropezaron con Mc Nessa era la presencia de Romanova a lo lejos.
- “Nos ha estado mirando.. ¿todo este rato?” –se preguntó nerviosa- “’por qué me parece que nos mira todo el tiempo?”
- “¡Hien, no!”
- “¿Qué sucede Sakura?”
Los ojos verdes de la antigua card captor contemplaron los de su joven esposo y parpadeó.. confundida. No había soñado con su vida pasada… no. Pero no recordaba que era… sólo.. sólo..
- “Soñé.. con Kamui Shirou” –dudó, aferrada al cuerpo varonil de Shaoran- “lo veo en la torre de Tokyo, envuelto en una gran capa oscura y con los ojos tristes, me dice que lo siente… pero no me dice porque..”
- “Pero llamaste a Hien antes de despertar..”
- “¿Lo hice?”
- “Si”
- “Que extraño” –se levantó del regazo de Shaoran, sintiéndose confusa- “no entiendo. Tal vez sea porque nuestro hijo está en su excursión.. y porque estoy nerviosa” –aceptó- “desde… lo de la torre del reloj estoy más aprehensiva con él que nunca”
- “Yo también” –aceptó Shaoran- “y no me gusta que esté en esta ciudad. Tokyo es un centro de poder místico… hay tanta magia y gente que entra y sale de aquí que a veces me siento confundido pero, ¿te sientes ya realmente bien?”
Los ojos verdes de Sakura lo miraron con amor, mientras él parecía preocupado. Los teléfonos de la oficina sonaban como locos pero Shaoran no se había movido de su postura y Sakura se sintió culpable al entender, por la visión que había tenido antes.. que ella le había hecho volver.
Tantas responsabilidades, tantos deberes, tantas angustias…
Ella había deseado verlo, estar a su lado de nuevo, y como tal.. como tal…
- “... si volviera a nacer” –la voz misma de Shaoran en una lengua muerta y extraña retornó a su mente. Ellos eran esposos ya. Antes de ser Sakura y Shaoran.. cuando eran… otras personas, en un pasado remoto y distante –“ tendría que pagar la libertad que he gozado al negarme a ser señor de los míos... posiblemente sería alguien con responsabilidades tremendas, aún en la cuna.. alguien atrapado por responsabilidades. Ten mucho cuidado con lo que deseas esposa mía..”
- “Llamé a tu hermano por teléfono mientras dormías” –decía Shaoran, ajeno a los pensamientos de Sakura- “no sabía como preguntarle que darte para que te sintieras mejor sin que él se pusiera histérico, pero me dijo que iba a recoger a sus hijos y llevaría a Hien a casa, por eso no se lo dije” –reflexionó- “No me gusta que nuestro niño esté en la ciudad… ya estabas bastante incómoda por eso y dijiste que irías a recogerle, pero así no puedes ir”
- “¿Mi hermano fue por los niños?”- se sorprendió, pues Touya trabajaba en el propio Tomoeda- “¡cierto!, Tomoyo me contó que iba a llevar a la señora Sonomi a un especialista..”
- “Si, pero prefiero que te vean los médicos que están en el piso 43. Si te sientes mejor y puedes andar..”
- “Ya estoy bien… no necesito ningún médico… fue mejor que no preocuparas a mi hermano”
Los ojos brillantes de Shaoran la miraron con fijeza y preocupación:
- “¿Estas realmente segura?”
- “Si. Y… descuida… sólo que estoy más aprehensiva que nunca con Hien … es la primera vez que sale solo de excursión (sin nosotros) desde lo de la torre del reloj”
Shaoran asintió. Mientras empezaba a trabajar y solucionar las cosas de prisa porque quería llevar a su esposa a casa lo antes posible. Pero Sakura, al igual que Tomoyo y Yoko en Tomoeda estaba inquieta.. y es que solo quien ha tenido un bebé creciendo dentro de ella misma por nueve meses puede entender la intuición de las madres …
- “Estoy usando mi poder muy levemente..” –decía el hombre que tenía a Mamoru ante él en ese momento, con su rostro hermoso y triste y la mirada impar de sus ojos, dorado y verde- “apenas si lo hago para enmascarar mi presencia, pero he querido verte de cerca pequeño” –le miró con atención- “eres un niño muy hermoso…”
El rostro delgado, pálido y hermoso de aquel hombre estaba fijamente vuelto hacia la infantil carita de Mamoru Kinomoto, quien lo contempló con asombro.. algo confundido. ¿Aquel hombre había hecho la ilusión?, ¿tenía razón el fantasma?... él había imaginado un hombre horrible con una mirada de monstruo y que babeaba sangre -bien, quizá había visto muchas películas de terror- pero no a un caballero que estaba tan delgado que parecía no haber comido nada realmente bueno en años..
De que tenía un aura oscura… lo tenía. Pero, al verle.. le inspiraba pena, más que miedo. El tono de su voz era triste, muy triste..
- “Si pequeño.. eres hermoso” –dijo el hombre, con un brillo extraño en la mirada impar- “inocencia, pureza.. sangre y el túmulo del cerezo..”
Una siniestra oscuridad pareció brotar del árbol de sakura que casi parecía regocijarse ante las frases del extraño hombre, y Mamoru se asustó en serio. El hombre estaba como ido… distraído.. como en trance, pero estaba diciendo.. ¿sangre?.
- “Sangre, asesinatos… cuerpos que alimentan al viejo sakura… almas cuyo tormento le dá mas poder.. a más inocente la víctima, mejor” –una sonrisa nostálgica se extendió por el rostro pálido del hombre de un ojo verde y otro dorado- “y mucho mejor si es un niño inocente y hermoso..”
El hombre adelantó un paso hacia el niño.. con lentitud.
- “¿En serio?” –saltó Mamoru, sintiendo como si le pincharan- “¡pues usted a mí no me agrada nada!, ¿Por qué sus ojos son diferentes?, ¡¿por qué me habla así?!”
- “Porque eres como el niño… el niño que viste hace un rato..”
- “En la ilusión, ¡ya lo sé!, el niño de la ilusión. ¡Pero ese niño no era yo!” –si el hijo de Touya hubiera sido un puercoespín no hubiera estado menos a la defensiva- “¡Era demasiado amable y dulce yo no soy así!, ¿a que idiota se le ocurre hablar con un extraño que dice tonterías?, ¡me voy de aquí!, ¡esta ilusión o lo que sea no podrá detenerme!”
- “¿Sabes que es una ilusión?”
- “¡Claro que si!.. ¡¿cree que soy tonto?”
Mamoru dudó por un instante.. sintiéndose levemente cobarde por correr ante el extraño, aunque su instinto le gritaba que se alejara de aquel hombre. ¿Acaso era cobardía?.. no estaba seguro, pero no quería quedarse allí… ¡no quería!..
¡Estaba asustado!. Había venido creyendo que su papá estaba en problemas pero.. ¡no sabía que acabaría charlando con un sujeto que hablaba de sangre y muerte!
- “Dame tus manos niño..” –dijo el extraño ante él adelantándose un paso más, mientras el niño retrocedía- “dame tus pequeñas manos.. debo marcarte..”
- “¡Déjeme en paz!”
Sin importarle ya su dignidad, el hijo de Touya Kinomoto echó a correr lo más lejos que pudo de aquel sujeto, pero curiosamente y mientras el miedo crecía más en su pecho, notaba que sólo parecía rodear el mismo lugar porque no importa cuanto corriera, siempre estaba ante aquel hombre delgadísimo y de mirada impar y triste..
- “¡Déjeme salir!” –gritó indignado, tratando de contener el miedo que sentía y haciendo lo posible por mantener distancia de su extraño interlocutor- “¡déjeme salir de este lugar!”
- “Sólo dame tus manos…”
- “¿Qué quiere con mis manos?, ¡usted también las tiene!, ¡tóquese las suyas!” –le espetó, grosero ante el miedo y el pánico- “¿Qué..? ¿Por qué no se mira las suyas si son…?, ¡Ohhhh!”
Fue entonces cuando lo notó. Las manos de aquel hombre estaban marcadas. En cada una había un pentagrama invertido que lanzaba reflejos levemente azulados. Marcas que no se veían a simple vista y que sólo quien posee poder espiritual puede notar..
Alguien que puede ver espectros.
- “Son las marcas que el sakurazukamori le hace a sus presas” –el espíritu que había hablado con Mamoru en un principio, apareció súbitamente y de nuevo, al lado del niño- “él no me puede oír ni ver, pero tú si pequeño: este hombre era el niño que viste.. y lo que viste fué el momento en que fue marcado como presa del sakurazukamori..”
- “¿Puedes ver las señales de mis manos con claridad?” –decía el hombre de mirada impar avanzando lentamente hasta Mamoru.
- “Sa.. sakurazukamori..” –repitió el niño, sintiendo pánico.
El hombre sólo miraba al niño y Mamoru estaba más confundido que antes. Aquel hombre triste que hablaba de sangre y muerte ¿había sido presa de un asesino?, ¿no era ahora un asesino o que?..
Y el fantasma del principio… que parecía estar a sus espaldas, diciendo cosas que sólo lo asustaban más.
- “Si, el sakurazukamori le marcó a él.. cuando era niño” –le dijo el espectro al niño- “Como presa. Pero con el tiempo él se convirtió en el asesino del sakurazukamori, pese a que le amaba y justamente por eso. Pero las marcas no se han borrado y si te marca ahora te cazará.. ¡si tienes poder úsalo y sal de este lugar!”
Mamoru retrocedió sintiendo más y más pánico.. el hombre de mirada triste e impar no se veía amenazador pero le creía al fantasma. No sabía por qué, pero le creía.. ¡No iba a darle sus manos a ese hombre para que se las marcara, eso nunca!, pero ¿a donde correr?.. ¿poder?, ¡cierto, cierto!, ¡él podía comunicarse con espíritus y…!
- “Ayúdame…” –le susurró el pequeño al espectro, tragándose su orgullo debido al miedo - “¿Qué hago?”
- “No puedo ayudarte niño. ¿Cómo esperas que lo haga?”
El hombre de mirada impar estaba ya casi sobre Mamoru.
Dos pasos más y…
- “El te mató.. ayúdame a escapar..” –dudó Mamoru, asustado- “¿conoces a Kia Monouhi?, seguro que era un espectro que estaba preso contigo… era el papá de mi mejor amigo..”
- “Monouhi… ya lo recuerdo..”
Un paso más.. solo un paso separaba al actual sakurazukamori de Mamoru Kinomoto.
- “Ayúdame” –murmuró nuevamente, retrocediendo un poco, pero sin dejar de mirar ceñudamente al hombre vivo ante él, pese a que se moría de miedo.
Dos segundos de silencio pasaron para que el espectro le contestara..
- “No puedo..” –replicó finalmente el fantasma- “no puedo porque él, el actual sakurazukamori no puede verme. Ni oírme siquiera. Porque soy su sombra. Yo soy el sakurazukamori anterior: Seishirou Sakurazuka, el mismo que mató al papá de tu amigo. El fue mi última víctima.. antes que el hombre ante ti, me matara”
Los ojos de Mamoru se dilataron de espanto y se congeló por unos segundos, mirando alternativamente al sakurazukamori actual y al espectro, que ahora aparecía a espaldas del asesino. Por un instante, su mente infantil procuró entender… comprender lo que le estaba pasando… él había venido a ayudar a su papá y había salido charlando con el asesino del padre de su mejor amigo.
Y ahora otro hombre medio loco.. quería matarle.
Los segundos pasaron veloces, mientras el hijo de Touya Kinomoto procuraba entender. Pero este lapso de tiempo fue suficiente para que el sakurazukamori actual se arrodillara a su lado, mirándole con fijeza y tratando de tomar sus manos. Y es que el hijo de Tomoyo y Touya tenía sólo ocho años… y lo que acababa de oír no era fácil de asimilar ni aún para un adulto…
Sin embargo al encontrarse súbitamente mirando la cara de aquel hombre, mientras las manos del asesino buscaban las suyas, su miedo y terror estallaron al fin soltándose con fuerza e ira, temblando de pánico, horror y espanto… ira y a la vez desesperación.
- “¡NO ME TOQUE!” –chilló histérico, furioso y totalmente fuera de sí- “¡NO SE ATREVA A HACERME DAÑO PORQUE LE JURO QUE..!... ¡LE JURO QUE…! QUE…¡VOYA A DEFENDERME AUNQUE SEA A GOLPES!, ¡ESO LO JURO!, ¡LO JUROOOOO!”
- “¡ARGHHHH!”
El hombre de la mirada impar cayó al piso de espaldas por el impacto de una ráfaga fuerte de magia espiritual… algo súbito y poderoso que le golpeó en pleno pecho, arrojándolo al piso.. y quedó atónito por unos segundos. Mamoru retrocedía abrazándose a sí mismo con sus brazos pero aquel poder parecía haber hecho mella en el adulto.
De hecho, la expresión ida de su rostro parecía haber desaparecido.. ahora estaba francamente sorprendido y miraba el árbol del sakura casi con asco y repulsión, a la vez que veía y escuchaba con espanto la furiosa defensa del niño.. que parecía estar en shock.
- “No.. ¡no puedo estar aquí!. En este lugar… ¿Y este niño?.. Logró golpearme así..” –murmuró mirando a Mamoru, aún en posición de pelea ante él- “¿Quién eres tú?” –añadió casi con un sollozo- “¿verdad que no te he hecho daño?”
- “¡NO ME TOQUE, NO SE ME ACERQUE!, ¡ANTES DE QUE ME TOQUE TENDRA QUE MATARME!. ¡PERO NO LE DARE MIS MANOS NI VA A MATARME!” –Mamoru estaba furioso, y ahora tenía los puños listos para golpear, pese a que temblaba de miedo y susto- “¡QUIERO QUE ME DEJE EN PAZ!, ¡DEJEME EN PAZ!”
Una expresión de horror se pintó en el rostro del hombre, que pareció salir de un trance o algo similar…
- “Oh, ¿traté de matarte pequeño?” –las manos blancas y marcadas del hombre se aferraron a su cabeza, estrujándosela con fuerza- “¡no, no, no!, ¡yo no quiero, no quiero!, ¡no quiero hacer daño a nadie!”
Un súbito golpe de poder puro golpeó en ese momento el aura del gimiente hombre desde fuera de la propia ilusión haciéndola añicos y dándole al sujeto sólo tiempo para mirar a Mamoru –que aún gritaba, entre furioso, desafiante y lleno de miedo- y hacer un leve cántico…
- “¡ARGHHH!”
Otro golpe fuerte.. poder puro y terrible golpearon al hombre y este finalmente se desvaneció entre un revuelo de pétalos de sakura, mientras Mamoru caía desvanecido al piso..
- “¿Quién está allí afuera?” –llegó a pensar el sakurazukamori- “¿Que iba a hacer?” –se repitió antes de desaparecer totalmente, con una voz diferente.. una voz atormentada, dolida y horrorizada en medio del revuelo de pétalos- “¿Qué iba a hacerle a ese niño?, ¡soy un monstruo!”
- “¡Mamoru!, ¡Mamoru!” -gritaban en ese momento Nadeshiko, Hien y el pelirrojo Mc Nessa, que corrían hacia el hijo de los Kinomoto a toda prisa- “¿Qué tienes?”
- “¡Hermano, hermano contéstame!”
- “¡Superior Kinomoto!”
- “¡Mamoru, Mamoru!”
Mientras Nadeshiko y su primo llamaban entre gritos asustados al único hijo de Touya y Tomoyo, el pequeño escocés pelirrojo miraba el lugar con profunda repugnancia matizada de miedo…
En realidad se abrazaba los hombros.. y temblaba…
Y miraba al árbol de sakura… el añejo túmulo.
- “Es mejor irnos de aquí.. rápido” –pidió, mirando también con preocupación el semblante pálido y desvanecido de Mamoru- “Li: es mejor que tú y yo llevemos al superior Kinomoto. Busquemos a alguien que nos ayude… ¡de prisa!”
Uniendo las acciones a las sugerencias ambos niños llevaron a Mamoru en parihuelas alejándolo del añejo cerezo, mientras Nadeshiko lanzaba una mirada incómoda sobre el árbol, a lo lejos…
Antes de seguir al pelirrojo escocés y a su primo.
- “¿Qué.. que pasa?” –dudó Mamoru, algo confundido mientras despertaba y se hallaba ¿caminando?, sostenido por Hien y el primo del rubio Mc Nessa- “¿Qué?”
- “¡Mamoru, hermano!, ¿estás bien?”
- “¡¿¿Mamoru, que te pasó??, ¿Qué estabas haciendo allí?, ¿Por qué te desmayaste?, ¿estas bien?”
- “Hmmmm… no me grites que no estoy sordo Hien” –le replicó, algo confundido- “¿Qué les pasa?... ¿por qué me miran así?” –miró azorado la carita del pelirrojo que también le sostenía- “¿Qué haces tú aquí?.. ¿no llamarás a tu primo verdad?”
- “¿Quieres ver a Connor?”
- “¡NOOOO!” –chilló, soltándose de los chicos de un tirón.
- “Mamoru, ¿Qué te pasa?” –saltó Hien, ayudando a su primo a mantenerse de pie por sí mismo- “¿que hacías allí desmayado?”
Los azules ojos de Mamoru Kinomoto estaban estupefactos.
- “¿Desmayado, yo??” –saltó.
- “¡Si!.. ¿Por qué crees que te cargábamos?”
- “Hermano.. ¿Qué pasó?”
El pelirrojo parpadeó, pero no dijo nada. Mientras, Mamoru estaba algo desorientado. En realidad no entendía de lo que le estaban hablando pero en un gesto distraído miró sus manos… blancas y sin marca alguna..
- “No tengo marcas..” –dijo apenas- “no tengo..”
- “¿Marcas?, ¿de que hablas?” –quiso saber su hermana.
- “No sé…. No sé” –estaba confuso e hizo intentos por recordar.. pero su mente parecía bloqueada al recuerdo de los últimos minutos- “no sé que estaba haciendo.. o si me desmayé…”- dudó- “aunque yo no me desmayo nunca.. quien sí lo hace eres tu Hien”
- “¡Estabas desmayado!”
- “¡Que no!”
- “¡Que si!”
- “¡Que no!”
- “¡Que si!”
- “¡Que no!”
En esos momentos, Eriol lograba materializar la imagen de los niños sobre el piso de su embajada –había usado su sello personal, como hacía desde niño para vigilar los movimientos de Sakura- y pese a que por un instante había sentido algo oscuro cerca –algo que le hizo fruncir el ceño y lanzar una mirada preocupada a su esposa por apenas una fracción de segundo- mantenía su tranquilidad y buen humor de siempre para no preocupar más a Tomoyo, que estaba muy interesada en saber de sus pequeños.
Aunque la visión que les mostró el sello les tranquilizó a los tres.
Allí estaban los niños Kinomoto, en una común y natural discusión con el hijo de Li.
- “En realidad se ven adorables hasta cuando discuten” –murmuró Yoko con una leve sonrisa- “lo que sí me sorprende es no ver a Miriel cerca de Nadeshiko, Tomoyo..”
Los azules ojos de la hija de Sonomi irradiaron alivio.
- “Si. Lo siento.. creo que exageré” –sonrió con dulzura- “y seguramente Touya me lo dirá de un modo poco cortés cuando llegue a casa” –una gotita surgió sobre su cabeza- “gracias por todo Eriol. Lamento.. lamento haberte hecho usar tu poder de esta forma..”
El sello de Eriol se hizo presente en la alfombra de la oficina del Secretario de Cultura de la Embajada Inglesa en Japón, ya que la imagen de los niños ya se había desvanecido..
- “Por mí no hay problema.. soy yo quien lamenta haberse demorado un poco en localizar a los niños” –murmuró el inglés, con ligereza- “después de todo, Yoko no aprueba que use este truco porque dice que me convierte en un vulgar mirón y Tokyo es siempre complicado de visualizar con magia…”
- “¿En serio?” –se interesó Tomoyo- “pero antes era por los dragones del Cielo y la tierra.. ¿acaso..?”
- “No. No te preocupes” –la voz gentil de Yoko le tranquilizó- “el poder de ellos se dejó de sentir después del “Día Prometido”, pero no olvides que Tokyo es un centro de poder místico. Además que hay mucho poder allí también por la presencia de toda la gente que trabaja en el Concilio”
- “Si” –reflexionó Tomoyo- “supongo que con toda la gente con poderes mágicos que vá y viene hacia la sede en el Edificio Sunshine para ver a Shaoran, es mucho el poder que se converge..”
- “Eso, amén que Tokyo es la ciudad más importante del país. Sólo Kyoto tiene una acumulación de gente con poderes mágicos menor en Japón. Y es que hay tantos extranjeros que vienen y van al igual que la gente del Concilio, desde que Shaoran movió la sede principal de Hong Kong a Tokyo”
Tomoyo Kinomoto asintió con una sonrisa, sin embargo no había pasado desapercibida para ella la leve chispa de inquietud que estaba en los semblantes de los Hiragizawa, y por eso insistió en que vieran si Miriel estaba bien –usando el mismo método- pero Eriol la tranquilizó:
- “En realidad Yoko estaba tan preocupada como tú Tomoyo… hasta que le hice recordar que Kerberos está con Miriel”
- “¿Kero está con tu hija?, ¡¿fue con ellos a la excursión?!”
- “¿Acaso no lo conoces?” –sonrió el inglés.
Tomoyo amplió su sonrisa recordando los mil apuros que el simpático muñeco había hecho pasar a Sakura, ella misma, a Shaoran y Mei Ling cuando eran niños, mientras Yoko parecía un poquito apenada..
- “Cualquiera diría que es malo que una madre se preocupe por sus hijos Eriol” –se defendió la joven china.
- “¿Se oyó así?” –Eriol pareció sorprendido y Tomoyo dejó escapar una risita mientras Yoko empezaba a enfadarse- “de verdad que no lo dije en ese tono niña mía” –comentó divertido- “pero ambos sabemos que eres realmente muy aprehensiva con Tao y Miriel… aunque deberías serlo conmigo, ¡Yo no me quejaría!”
Tomoyo volvió a reír, mientras la expresión de Eriol se tornaba francamente maliciosa y Yoko se ponía roja…
- “¡Eriol ¿cómo puedes..?.. ¡y delante de Tomoyo!”
El inglés se echó a reír y Tomoyo trató de tranquilizar a su apenada amiga..
- “Eh.. no te apures.. también tengo un esposo ¿recuerdas?” –le dijo con una sonrisa- “pero..” –se tornó seria- “cuando llegué ustedes estaban preocupados y temí que algo ocurriera en Tokyo. Si no es eso.. ¿Qué sucede?”
El rostro de Yoko dejó notar su preocupación y Eriol suspiró.
- “Y te quejabas de no tener magia” –le dijo a su amiga de infancia- “Tomoyo, tu percepción es más efectiva de lo que crees…”
- “¿Qué sucede?, ¿algo con los niños?”
- “¡Oh no!” –saltó Yoko- “¿crees que estaría tan cómoda aquí si supiera que algo amenaza a mi niña, a Tao o a Eriol?, ¡por supuesto que no!”
- “Eh… Yoko.. ¿por qué estoy de último entre los que mencionas?”
- “Porque tu puedes defenderte solo… por eso” –le replicó la chica china cruzándose de brazos, mientras a Eriol le surgía una gotita sobre la cabeza- “pero, ese no es le punto..”
- “¿Entonces?” –volvió a preguntar Tomoyo.
- “De que estamos preocupados.. lo estamos” –comentó Eriol, ya olvidando sus bromas- “y quizá sea bueno que lo sepas porque el doctor Kinomoto es el mejor amigo de Yukito…”
- “¿Yukito? ¿Qué sucede?” –se inquietó Tomoyo- “¿Qué le pasa, está enfermo?, ¿Ayame acaso esta mal?”
- “No.. no es eso” –suspiró Yoko- “en realidad…. Ellos necesitarán mucha ayuda..”
- “¿Por qué?”
- “Nos acabamos de enterar que un súbdito inglés desea quitarles la patria potestad de Rei” –dijo Eriol, finalmente.
Tomoyo Kinomoto quedó muda y atónita. No se hubiera esperado eso ni en un millón de años.
Nadie sabe lo que puede ocurrirle en un momento.. en un instante.. ¿verdad?.
Sakura y Shaoran habían salido ya del edificio Sunshine –la sede actual del Concilio de hechiceros de Oriente- en el lujoso automóvil del jefe del clan Li, cuando se detuvieron a algunas calles de distancia del parque Ueno..
- “No.. no me gusta este lugar” –murmuró Sakura- “… mucho menos ahora que sabemos que hay alguien que mata como el sakurazukamori. Aunque sea en el extranjero”
- “Lo sé.. pero si mal no me equivoco ese es el automóvil de tu hermano Sakura”
Los ojos verdes de la hermosa mujer se inquietaron al reconocer el vehículo de Touya Kinomoto, pues eso era indicativo que los niños estaban cerca y salió del vehículo de su esposo con rapidez..
- “¡Sakura, el auto está aparcado!, ¡tu hermano no está allí y tampoco los niños!” –le llamó Shaoran, saliendo a su vez del vehículo.
- “Lo sé.. pero quiero estar segura que es el auto..”
La calle estaba desierta… y el auto de Touya Kinomoto estaba justo en la esquina. La joven esposa de Shaoran Li llegó al vehículo en el mismo momento que una figura extraña -un peluche con alas- volteaba la esquina con evidente descuido, y el resultado del brusco movimiento de la hermosa mujer de ojos verdes y del simpático muñeco fue que se quedaron viendo uno al otro.. con evidente asombro y sorpresa mutua..
- “¡Kerberos!” –murmuró Shaoran con asombro.
Los ojitos del simpático guardián estaban estáticos en los ojos de la hermosa mujer ante él.. aquellos ojos brillantes, limpios y puros, dos piscinas verdes y llenos de vida en un rostro hermoso y gentil.. el cabello castaño.. la blanca piel y aquella sonrisa emocionada que iluminara el rostro femenino..
- “¡SAKURA!” –gritó azorado- “¡SAKURITAAAAAAAAAAA!”
Los ojos rojizos de Romanova –el niño ruso- eran azules al momento en que se alejó de su tranquilo sitio de observación y caminó unos pasos, adentrándose al parque Ueno con seguridad.
Estaba en las afueras del parque y desde allí había podido ver todo lo acontecido: la insensata entrada del Kinomoto –el mayor- y la búsqueda asustada de Kia Monouhi, siguiendo con la llegada de la niña Kinomoto y Hien Li, junto con Mc Nessa…
- “Fue una buena prueba… como prueba” –pensó.
Un brillo extraño en sus ojos normalmente rojizos –ahora azules- iluminaba su rostro al dar un leve rodeo por el parque… y no le tomó mucho tiempo encontrar lo que buscaba, porque entre unos arbustos halló a la temblorosa figura de un hombre adulto muy delgado, que hecho un ovillo en el piso y oculto entre los matorrales del lado más alejado del parque Ueno temblaba de pánico y horror..
- “No lograste hacer tu cometido..” –la voz de Romanova era extraña y nueva.. y no tenía su acento ruso característico- “pero no fue tu culpa. El que se rompiera tu ilusión fue algo que ni yo pude prever..”
El hombre pegó un respingo y sus ojos desiguales –uno azul y otro dorado- miraron asombrados al niño de ¿ojos azules? ante él..
- “¿Qué?... ¿me hablas a mí?”
- “Hmmm… estás en un momento lúcido..”
- “¡No sé quien seas, pero aléjate!” –sollozó el hombre- “casi.. casi mato a un niño inocente hoy… y era … no sé.. ¡no sé por qué!. Yo creí.. creí que él era el niño de .. de la ilusión, ¡soy un monstruo!”
- “Quieres aún escapar de tus recuerdos ¿verdad?” –preguntó Romanova, y sus ojos lanzaron brillos azules- “no puedes tolerar los recuerdos cuando estás lúcido…”
- “¿Cómo lo sabes?”
- “No importa. En realidad eso no importa.. ya está hecho”
El niño sacó una pequeña botella de su bolsillo y se la ofreció, mientras el aterrado hombre lo miraba con perplejidad..
- “Tómalo… y olvidarás tu dolor. Aquello que quieres olvidar, lo que no puedes perdonarte”
- “¿Te he visto antes?, ¿eres un niño?”
- “Romanova es un niño.. y genio, sin duda” –replicó el aludido, con su voz sin acento ruso y los ojos azules- “toma lo que te doy y olvidarás lo que te atormenta..”
El tembloroso hombre que alguna vez fuera Subaru Sumeragi –cabeza del clan Sumeragi y el médium más poderoso del Japón, además de haber sido un Dragón del Cielo- no pudo resistir más… y tomó el frasquito bebiéndoselo de un trago. El niño ante él le observó por unos instantes, mientras el rostro atormentado quedaba aturdido y como en trance… totalmente ido de la realidad.
Antes de desaparecer en un revuelo de pétalos de cerezo..
- “Es todo” –comentó la voz sin acento de Romanova, antes que los ojos azules adquirieran su tono rojizo mientras apretaba los puños infantiles .
- “¿Te encuentras bien niño?” –preguntó una transeúnte.
- “¡Déjeme en paz!” –le replicó lanzándole una mirada feroz y con su acento ruso tan marcado como siempre- “¡los odio a todos!”
Los ojos rojizos parecían nublarse por lágrimas contenidas, pero sin decir una palabra más echó a correr cruzándose algunas calles más allá con Miriel Hiragizawa..
- “¿Qué le pasa?” –se preguntó la niña, que buscaba a Kerberos con preocupación.
- “¡Que no!”
- “¡Que si!”
- “¡Que no!”
- “¡Que si!”
- “¡Que no!”
Nadeshiko tenía una gran gota sobre la cabeza mientras miraba a Mamoru y a Hien discutir, a la vez que temía los ojos rojizos del niño ruso a sus espaldas. Ella no lo veía pero temía que estuviera cerca, mirándoles con esa misma expresión de soberbia e interés mezclada en su rostro infantil.
De ojos rojizos y llenos de ira y resentimiento.
¿Por qué era así aquel niño?
- “Eh… oigan chicos…” –El pelirrojo Mc Nessa llamó su atención justo cuando ambos primos estaban en la mejor parte de su discusión e iba a ser necesaria la intervención de la menor de los Kinomoto para calmar los ánimos- “¿alguien me puede decir que es eso?”
- “¿De qué hablas?”
Nadeshiko volvió los ojos miel a donde señalaba Mc Nessa, pero no vió nada. Mamoru notó con asombro y perplejidad la figura de un.. ¿lobo espiritual? mientras los ojos de Hien se abrieron como platos.. ¡podía verlo!, ¡levemente, pero podía visualizar a un lobo espiritual frente a ellos!
- “¿Y ese lobo?” –preguntó de nuevo Mc Nessa.
La bestia espiritual trotó alegremente hacia ellos, moviéndoles la cola como si fuera una mascota, y mientras Mamoru estaba mudo de estupor –su amigo Kia le había contado alguna vez sobre shikigamis o bestias espirituales y sabía que sólo escasas personas con verdadera fuerza y magia espiritual podían crear uno- la voz profunda, irritada y presurosa de Touya Kinomoto se dejó oír a espaldas de los niños.
- “¡¿Qué rayos hacen en este lugar?!”
- “¡¿Papi?!” –se sorprendió Nadeshiko, corriendo a los brazos de Touya mientras notaba al amigo de Mamoru, el avergonzado Kia Monouhi venir caminando junto al médico- “¡Papito, que bueno que estás aquí!”
Touya miraba a los tres niños varones frunciendo el ceño –y demás está decir que se veía atemorizante cuando hacía eso porque al menos Kia estaba asustado- pero Mamoru y Hien intercambiaron miradas rápidas por un instante aunque la de Mamoru había sido fuerte y clara. En realidad el hijo de los Kinomoto casi había gritado –si pudiera hacerlo con la mirada- a su primo que no dijera nada de lo ocurrido a su papá.
Demás está decir que el sentido de unión infantil.. y honor, estaba muy arraigado en el hijo de los Li. Amén que si tío Touya se enteraba, seguro que también tendría que aguantar un regaño de sus papás, y lo que era peor…..
- “No es digno de ser un miembro de nuestra dinastía”
La expresión de “tienes un comportamiento indigno de un Li” .. de su abuela, Dama Ieran le pasó como relámpago por la mente y la sola visualización de los ojos fríos de la dama china hicieron a Hien temblar. Pero como entonces los enormes ojos verdosos del hijo de Sakura vieron nuevamente al lobo espiritual, sólo preguntó con inocencia..
- “Buenas tardes tío” –saludó con corrección- “ese lobo…. ¿de donde viene?, ¿acaso es tuyo?”
Mamoru y el pelirrojo Morgan Mc Nessa miraron con interés al galeno, mientras Kia aprovechaba que Nadeshiko caminaba feliz al lado de su padre para huir del doctor y preguntar lo que le tenía con la curiosidad al cien por ciento....
- “Es cierto doctor.. usted me encontró con ese lobo cuando yo buscaba a Mamoru. Y el lobo nos trajo aquí.. ¿es suyo?”
- “….” –fue la única respuesta del médico, mientras le surgía una gota sobre la cabeza.
- “¡¿El lobo hizo que encontraras a mi papá?!” –saltó Mamoru.
- “¿Y él los guió hasta aquí?” –inquirió Hien.
- “Si”
- “¡Oye papá, no sabía que tú podías crear un shikigami!” –se entusiasmó Mamoru- “¿y cómo es que ..?”
- “A callar todos” –dijo Touya fríamente, pero sin alzar la voz o ponerla mas seria de lo normal- “son ustedes los que van a dar las explicaciones en este mismo instante” –frunció el ceño aún más y Mamoru empezó a sudar- “porque creo haber dicho MUY claramente esta mañana a alguien que NO quería que se acercaran al parque Ueno..”
Sobre las cabecitas de Nadeshiko, Mc Nessa, Hien y Kia surgió un gran signo de interrogación.
- “Lo olvidé” –rezongó Mamoru en voz baja.
El ceño del médico se hizo mucho mayor.. si es que era humanamente posible. Mientras Hien sentía que algo le incomodaba.. como un picor en la espalda diciéndole “alerta”, pero ya que no sabía que era, siguió caminando y mirando a su primo con compasión a la vez que le hacía guiños al lobo espiritual de su tío que seguía trotando detrás del grupito siguiéndoles como un perrito doméstico; mientras Kia, al igual que Nadeshiko miraban al mayor de los niños Kinomoto con pena..
- “¡Ay hermano!.. ¿Por qué desobedeciste a papá?” –pensaba la niña.
- “Ahora sí que está en un lío” –pensaba el único hijo de Kaho Monouhi.
- “Es un lobo muy bonito…” –murmuraba Mc Nessa.
Aquella inocente frase del escocés hizo que el sentido de alerta de Hien espabilara finalmente. Los ojos verdes del hijo de Sakura lanzaron brillos y su ceño se frunció con desconfianza tal que hizo a Touya –que no dejaba de observar a todos los niños- parpadeó por la sorpresa. Y es que Hien tenía el cabello color miel del mismo tono que Sakura.. y sus ojos verdes y enormes eran los mismos que los de la antigua card captor, pero su rostro era idéntico al de Shaoran Li…
Y Touya Kinomoto casi se pellizcó por la sorpresa… cuando su sobrino hacía aquellos gestos desconfiados, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos era casi como volver a ver al “mocoso” chino que finalmente se había casado con su hermana.
- “Hoy he alucinado demasiado..” - pensó desalentado adelantándose un par de pasos a los niños.
En ese mismo momento Hien lanzó una mirada fieramente desconfiada sobre el pelirrojo, que le miró casi poniéndose en posición de pelea ante el asombro de Nadeshiko, Kia y Mamoru.. pero nada llegó a pasar porque en ese momento un lujoso auto se detuvo frente a ellos –pese a que ya acababan de salir del parque y estaban a algunos pasos del auto de Touya- y Nadeshiko anunció con sorpresa..
- “¡Tío Shaoran, tía Sakura!”
Byakko notó que sus niños estaban agotados e inquietos aquella noche y no dijo nada sobre su visita a Tokyo. Las cosas en el hogar de los Kinomoto estaban algo.. pesadas. El doctor había llegado de muy mal humor luego de recoger a los niños y ahora la mamá de Nadeshiko y Mamoru estaba hablando con él, contándole algo al parecer importante…
- “¿Hiragizawa está seguro que ese sujeto no es un demente?” –se asombraba Touya- “es decir, ¡nadie puede reclamar la custodia de Yue más que el propio Hiragizawa o Sakura!, ¡eso es una locura!”
- “Touya.. no me estás entendiendo. No están reclamando la custodia de Yue. El británico que ha solicitado apoyo de la embajada inglesa pregunta por su sobrino Rei. Porque así como Ayame es.. o era... tía biológica de quien fue Rei” –Tomoyo tuvo mucho cuidado en la elección de palabras- “este hombre piensa tener la custodia de quien fue Rei. Aquel caballero cree que este Rei.. es el mismo hijo de su hermana, aunque nosotros sepamos que eso no es del todo cierto”
- “Como siempre… tienes razón” –suspiró- “¿ya se lo dijeron a Yuki?”
- “No, Eriol me pidió que te lo contara.. porque quiere investigar bien a este caballero antes de decírselo a Yukito.. que será mañana o pasado mañana” –suspiró- “y entonces… Yukito y Ayame necesitarán mucha ayuda. Nuestra ayuda”
- “Ni que lo digas. Rei es suyo.. y si puedo hacer algo para que no pierdan a su hijo, lo haré. Sea lo que sea” –refunfuñó- “Sé bien lo desagradable que es estar preocupado por el bienestar de los hijos. Hoy ese par de hijos tuyos me dieron un gran susto y…”
- “¿Hijos míos?” –sonrió la hermosa diseñadora, antes de añadir con una leve risita- “te recuerdo que colaboraste bastante para la creación de esos dos niños preciosos..”
- “¡Ajem!... ¡Esos tus hijos!.. bueno, ¡tu hijo específicamente!” –saltó Touya, algo sonrojado por la divertida risita de Tomoyo- “me desobedeció y fue a meterse a ese parque horrendo.. ¡pese a que ayer le dije que no quería que siquiera paseara cerca!”
- “Eh.. Mamoru es solo mi hijo cuando te desobedece ¿verdad?”
- “¡No lo tomes a la broma!”
- “No lo hago. Y ya le llamé la atención por eso” –suspiró- “supongo que era por eso que me sentí tan nerviosa hoy” –aceptó- “pero… realmente ¿te asustaste tanto porque supiste que estaba en ese lugar?”
Touya refunfuñó de nuevo.
- “¡Es un necio!”
- “Me pregunto a quien salió” –comentó Tomoyo, sonriéndole a su marido para tratar de mejorar su humor- “en serio Touya. ¿Qué te asustó tanto?, si los niños estaban caminando por el parque cuando los encontraste… no era nada grave..”
El médico no dijo nada.
- “Touya…”
- “¡Demonios pequeña, no lo sé!” –aceptó- “supongo que ver ese lugar de nuevo me puso muy nervioso. Sentir a ese árbol nauseabundo que aún no acaba de morir me hizo alucinar.. y como tú estabas también muy asustada…”
- “Siento haberte inquietado”
- “No, no es culpa tuya. Hasta que ví ese parque todo iba bien. Entonces sí que me fastidié.. es todo.. pero en realidad nada pasó”
- “¿Nada?”
Una gran gota surgió sobre la cabeza de Touya Kinomoto mientras negaba y señalaba una esquina de la salita. Tomoyo sonrió, entendiendo, como siempre, los gestos de Touya sin necesidad de palabras.
El lobo espiritual del médico había salvado sus vidas y se había hecho visible por primera vez la noche de la batalla del Preámbulo.. cuando Seishirou Sakurazuka, el sakurazukamori tratara de matarles a ella y a Touya –después que ella fuera secuestrada por los esbirros de la reencarnación del Druida Negro- estaba allí. Lo curioso era que en el pasado había desaparecido aquel mismo amanecer al final de la Batalla del Preámbulo..
De hecho, era la primera vez que volvía a aparecerse en ocho años.
A diferencia de entonces, ella no lo podía ver –entonces Tomoyo estaba encinta de Mamoru y podía ver al lobo y a Kiku, la fantasma- pero la joven sonrió a la esquina, consciente de que el shikigami de Touya estaba allí.
- “Nunca te pude dar las gracias..” –dijo con una linda sonrisa- “nos salvaste entonces y estás aquí ahora..”
- “Deja de jugar” –murmuró Touya acremente- “no es para tanto..”
- “¿Por qué no?, es tu shikigami.. tu poder espiritual se manifiesta en forma de lobo. Y recuerdo que era muy tierno.. cuando no estaba enfadado. ¿A quién se parecerá?”
El médico se sonrojó y frunció en ceño… antes de suspirar derrotado otra vez.
- “¡Derrotado, derrotado por una niñaaaa!” –chillaba Kerberos en ese mismo momento en la embajada inglesa- “¡No es justo!, ¡no es justo, no es justoooooooo!”
- “¿De veras crees eso?” –preguntó Miriel, divertida por la pataleta del guardián- “pero si igual te soltaste...”
- “¡Ese no es el puntooooooo!, ¡me dejaste amarrado!”
La niña sonrió con dulzura pero se encogió de hombros antes de admitir:
- “Pero Kerberos... si el superior Mc Nessa te hubiera encontrado hubiera sido malo para mí” –amplió su sonrisa mientras le daba al guardián un plato de fresas con crema, que traía oculto y que detuvo la histeria de Kero en segundos- “es para ti... a modo de disculpa..”
- “¡QUE RICOOOOO!”
El peluche se abalanzó sobre el plato de fresas con crema con su voracidad acostumbrada y entonces Miriel reflexionó un poquito. Aquel día habían pasado muchas cosas y la niña estaba algo... confusa. Pero si bien mucho de lo que pasó era algo más .. intuitivo –el que no quisiera ir al parque Ueno y convenciera al grupo de ir a una confitería en su lugar- Miriel tenía una duda... había algo que no entendía para nada..
Y no le gustaba.
- “Eh.. Kerberos... ¿Cómo fue que apareciste dormido en el jardín de la confitería donde yo estaba?”
- “¿Hmmmm?”
- “Es que no sé como llegaste allí..” –le dijo la pequeña suavemente, pero con el interés reflejado en sus ojos azules.
El pequeño peluche dudó por un instante.. en realidad eso era confuso aún para él.. Lo último que recordaba era que estaba volando por una calle –algo descuidadamente, eso si- y que había visto el parque Ueno a lo lejos...
- “Lo último que recuerdo es que volaba ... e iba a cruzar una esquina” –reflexionó mientras Miriel limpiaba un bigote de crema de su boca- “y lo siguiente era que estaba despertando entre el jardín que estaba en la entrada a la confitería..”
- “Es muy extraño. Yo te busqué cuando me dí cuenta que no estabas en mi mochila.. incluso ví al doctor Kinomoto llevarse a Nadeshiko y Mamoru en su auto... y ellos venían del parque Ueno. ¿No los viste?”
- “No” –dijo con seguridad- “ni siquiera ví el parque Miriel” –Kerberos se cruzó de bracitos- “¿sabes?, esto ya dejó de gustarme.... ¿por qué no recuerdo nada?”
La niña miró al peluche con interés tratando de descubrir si en realidad era sincero con ella, pero el rostro de Kerberos era realmente un libro abierto en sus reflexiones, aunque lo que dijo súbitamente era algo que la pequeña no esperaba..
- “¡Alguien borró mis recuerdos Miriel!” –saltó Kero, súbitamente- “¡ALGUIEN HA BORRADO MIS RECUERDOS DE LO QUE PASO ESTA TARDE!”
- “¿¿Estás seguro???”
- “¡No puede ser otra cosa!” –se indignó- “¡no se me ocurre nada más!”
- “¿Existe una card que pueda hacerte eso Kerberos?”
- “¡Claro que no!, ¡soy el poderoso guardián de ojos dorados!, ¡¿cómo crees?!, ¡soy la legendaria bestia guardiana que protege el sello y...!”
La pequeña adoptó una actitud pensativa por unos instantes, antes de añadir.
- “Si no fue una card.. y teniendo el poder que tienes Kerberos, sólo puede significar una cosa ¿sabes?”
Los ojitos del guardián –dos puntitos adorables en su carita de peluche- miraron a la niña con interés casi temiendo lo que podía maquinar esa cabecita encantadora e inteligente pero con una gran astucia pese a su edad.
- “¡¿Qué quieres decir?!”
- “Como ninguna card puede hacerte eso, significa que quien te borró la memoria tiene poder sobre ti...”
- “....”
- “Y esa persona.. solo puede ser..... tu antiguo dueño” –murmuró Miriel.
Los pensamientos que cruzaban por la mente de los esposos Li eran variados y complejos esa noche. May May había avisado que se quedaría en casa de una amiga hasta tarde –había tranquilizado al jefe de familia diciendo que la llevarían a casa- y Sakura y Shaoran se encontraban cada uno muy pensativos en su gabinete, después que Hien se despidiera de ellos para acostarse..
- “Lo del Sabio… ¿tendrá que ver con lo que Sakura está soñando?” –pensaba el joven Jefe repetidamente- “con lo que pasó esta tarde…. ¡Oh, por los dioses!, son tantas cosas!” –suspiró, notando que su esposa estaba contemplando la luna desde el balcón- “¿Acaso puede estar todo relacionado?, lo del Sabio, los conflictos de los clanes de Mongolia y Siberia.. mi intento de asesinato por parte de Kagastán ¡y ahora esto!: alguien que imita al sakurazukamori en Europa, los extraños desvaríos de Sakura…esto.. esto es algo … algo que sé que está aquí.. traído de muy lejos.. pero que yo debo resolver. Especialmente lo de Sakura.. nuestro hijo y lo del Sabio. Ella es lo que más he amado.. siempre”
Tooku no kaze wo mi ni matou ………. Algo de ti que perdi por ahi lo trajo el viento desde muy lejos
anata niwa todokanai ……………….… He dicho muchas veces estas palabras
kotoba narabetemite mo ……………...
pero ellas nunca alcanzan tu corazón
Sabía que su esposa contemplaba aún la noche desde el balcón y la mente de él volaba..
- “Ya el Sabio me lo había advertido que las señales y la leyenda perdida indicaban un cambio.. un cambio en la vida de la familia Li por ser quienes somos, pero ¿por qué no podíamos seguir tranquilos como estábamos?, ¿Por qué siempre hay tantas cargas?”
Mata shisen wa dokoka mado no mukou.. ojos
que siguen mirando fijamente a través de la ventana
Kawaranai yokan wa tsuzuiteiru …….... Este
presentimiento no ha cambiado sigo sintiéndolo
Ano hibi sae kumotte............................. Aquellos dulces dias ...
La cabeza del joven jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente parecía bullir de excitación.. a la vez que empezaba a tener una fuerte jaqueca.
- “Todo esto es mi responsabilidad. Mi deber. Debo solucionarlo de la mejor manera posible, sin perder de vista a las Sakura y Proteccion Cards” –suspiró desalentado- “al menos con las Cards nada habrá que podamos hacer más que vigilar a los niños.. hasta el juicio final; pero.. pero….” –se sintió tonto, pero furioso consigo mismo- “¡No, no debo!, ¡tengo demasiadas responsabilidades sobre mí para ponerme histérico por el hombre por el que Sakura lloraba!” –se torturó mentalmente, sin piedad- “sé que ella me ama pero… aquella lengua extraña que ella murmuró y que no sé por qué entendí.. ¡Maldito sea!, ¡¿Por qué en medio de ese trance lloraba por un hombre de un pasado perdido?!”
Se apretó la cabeza con las manos como si quiera extraerse el cráneo y los problemas, cuando súbitamente sintió los brazos gentiles de Sakura rodeando sus hombros..
Ella sabia que él estaba sufriendo..
Kago no naka
no tori no youna utsurona me ni .. Esos ojos
vacíos, como el de un pájaro encerrado en una jaula,
Fureteiru gogo no hizashi wa marude …………. Es como si la
luz que los toca
Anata wo soto e sasou hikari……………………. Saliera emitida por ti la luz engaña para
salir de ti
- “Estoy contigo” –susurró la joven mujer, con un brillo de comprensión y.. ¿remordimiento?, brillando en los hermosos ojos verdes que había heredado también su hijo- “no importa cual sea tu carga Shaoran.. yo estoy contigo. ”
Sonrió, algo avergonzado.
- “No… yo… lo que sucede es que han pasado muchas cosas hoy. Y estoy cansado” –se defendió notando como la mirada verde parecía darle insospechados ánimos y librar su mente de dudas y temores- “aunque no sé por qué. Fuiste tú quien tuvo una experiencia agotadora y terrible.. es patético que sea yo quien me queje” –sonrió.
La hija de Fujitaka Kinomoto acarició el rostro de él con infinita ternura.
- “Siempre asumes todo. Como si todo fuera tu problema, algo que sólo tu puedes remediar” –Shaoran se puso todo rojo al notar que era tan transparente para su esposa- “¿Por qué no permites que yo te cuide a ti, ya que tú te preocupas por todo?”
Kawaranai yokan
wa tsuzuiteiru …. Este presentimiento no ha cambiado sigo sintiendolo
Ano hibi sae kumotteshimau ……..
Aquellos dulces dias se estan
nublando
El joven jefe abrazó a su esposa en silencio.. antes de admitir con ligereza..
- “Eres mi fuerza Sakura. Alguna vez te lo dije… y te lo repito de nuevo con una importante modificación: eres lo que más amo en este mundo.. y más allá. Tú y ahora nuestro hijo lo son todo para mí” –comentó con una sonrisa entre sus brazos, mientras Sakura cerraba los ojos al escuchar aquellas frases- “no creo que seamos los únicos en la ciudad que hayan tenido un día duro pero soy el Jefe del Clan Li y del Concilio de Hechiceros de Oriente y es mi responsabilidad..mis cargas. Cuando nací ya tenía estas responsabilidades…” –aquellas palabras inocentes de su esposo se hundían como puñales en el corazón de Sakura- “pero tú.. y Hien, son lo mejor de mi vida. Lo que más amo en el mundo.. y más allá. Siempre”
Meguri kuru toki ni yakusaku wo ubawaresou …… Siento que la cambiante estación verá que mi promesa se
ha roto
Kono ryoute sashinobete mo kokoro wa hanarete.
Aún si extiendo mi mano mi corazón estará distante
WHY DO YOU STARE AT THE SKY … Por qué miras fijamente
al cielo
WITH YOUR BLURRY EYES? ……….. ¿con tu mirada nublada?
- “Sufre demasiado… son demasiadas cargas.. demasiada presión para él” –pensó la antigua card captor, llena de dolor por él- “antes de volver a nacer, cuando era otra persona y pedí volver a estar a su lado… él y yo sabíamos que iba a estar atrapado por muchas presiones.. ¿Por qué tiene que ser tan duro?” –añadió con un sollozo, antes de implorar- “déjame ayudarte Shaoran.. déjame compartir tus cosas.. por favor. No quiero ser parte de tus problemas.. y sí aliviarlos”
El joven miró con asombro las lágrimas en los ojos verdes de su esposa, antes de ceñirla nuevamente contra su pecho..
- “Tu eres mi alivio Sakura. Siempre.. siempre lo serás. Esposa mía”
La joven lo abrazó asintiendo, recordando que así era como solía llamarla en sus antiguos recuerdos..
“Esposa mía”.
La voz era la misma.. el amor y las frases… siempre él. El mismo brillo en sus ojos; pero no deseando inquietarlo más prefirió no comentarle que la visión de la tarde era una súbita revelación de sus encarnaciones anteriores…
- “¿Quién es el hombre por el que Sakura lloraba? ¿a quien dijo que amaba en ese lenguaje extraño?” –se torturaba Shaoran abrazado al cuerpo gentil y bello de su esposa.
Meguri kuru toki ni yakusaku wo ubawaresou ..
Siento que la cambiante estacion verá que mi promesa
se ha roto
Kono ryoute sashinobete mo kokoro wa hanarete..Aún si extiendo mi mano mi corazón estará distante
Meguri kuru toki ni taisetsuna hito wa mou... Siento que la cambiante estacion
verá que mi promesa se ha roto
Furimuite sono hitomi ni chiisana tameiki.. . En estos ojos, cuando
parece de atrás, un suspiro ligero.
YOUR BLURRY EYES ……… tu mirada nublada
YOUR BLURRY EYES ……… tu mirada nublada
YOUR BLURRY EYES ……… tu mirada nublada
Kokoro wa hanarete yuku…… Mi corazón está
marchándose
Lo que ambos ignoraban era que aprovechando la situación Ieran Li había llamado a su nieto a su propio gabinete –cuando el niño iba a acostarse- y estaba hablándole muy seriamente sobre los deberes y responsabilidades que se esperaba de él como un Li aunque por primera vez en su vida, Hien no estaba prestando demasiada atención a las palabras duras de la madre de su papá..
- “La debilidad que estás demostrando al no ser un heredero adecuado y competente sólo constituye un motivo de inquietud para tus padres. Debes considerar que si deseas ser un heredero digno del tu padre y tu madre, y del clan mágico que deberás liderar.. si es que pruebas tener el talento tendrás que ser menos problemático en futuras ocasiones. Debes ser alguien confiable y útil a tus padres.. no un motivo de alarma y preocupación…”
El niño asintió mecánicamente pero estaba más concentrado en recordar lo que había comentado con sus primos por la tarde….
Touya había lanzado una mirada sorprendida sobre los recién llegados Sakura y Shaoran –que bajaban ya de su auto- mientras los niños cuchicheaban entre sí con fruición, aprovechando el leve descuido de los adultos...
- “Di de una vez.. ¿qué te pasó?” –susurraban Kia y los otros, llenando de preguntas al mayor de los hermanos Kinomoto- “¿Qué estabas haciendo?”
- “Si.. estuviste solo allí un buen rato” –replicó Hien, que tenía el ceño casi tan fruncido como el de su tío- “¿Qué pasó?”
- “¡Nos asustaste hermano!”
- “¿Qué paso?, ¡dilo antes que tu papá nos escuche o los de Li!” –insistió Kia.
Pero Mamoru estaba confundido.
- “¿Pasar?, no sé… ¡no estuve solo allí mucho rato!..” –murmuró dudoso y confuso- “corrí allí… vi a alguien que se parecía a mi papá…”
- “¡Era un fantasma!” –susurró Kia, otra vez.
- “Lo sé. Pero… se desvaneció… y… ustedes estaban allí. Conmigo”
- “¡No, lo del fantasma fue hace mucho rato!” –insistió Kia.
- “¿Olvidaste lo que pasó hermano?”
- “¡No torpe, yo no olvido nada!.. creo” –dudó, mientras los enormes ojos verdes de Hien le miraban con preocupación- “¿a ti que te pasa?”
- “No recuerdas lo que te pasó. Eso pasa”
- “¿Y por eso estás tan enfadado?” –bufó desdeñoso- “te recuerdo que YO soy el mayor, y yo te cuido a ti y mi hermana.. no al revés. ¿Queda claro?”
Hien lanzó una mirada inquieta sobre Nadeshiko y entonces ambos miraron a alguien más.. alguien, que caminaba un paso atrás y muy calladito en medio de los murmullos.
- “Ese pelirrojo tiene magia” –murmuró Hien, sintiéndose humillado y ofendido, ante el pasmo de su primo- “¿no me escuchas?, ¡la tiene!”
Los ojos de Mamoru se abrieron como platos.
- “Morgan Mc Nessa tiene magia..” –aseveró Hien para sí mismo dejando de recordar, mientras Ieran continuaba su discurso enérgico sobre el deber y las responsabilidades que el niño tenía- “pero... ¿cómo puede tenerla, ¿será acaso el card captor?¿ ¿porqué está aquí?”
Aquella era la misma pregunta que estaba pintada en el rostro de Touya Kinomoto en ese momento..
- “Estoy aquí por que me envió la agencia de empleos señor” –contestaba la muchacha que había tocado la puerta del hogar de los Kinomoto- “allí decía que necesitaban ayuda doméstica y algo de apoyo en el cuidado de niños...”
- “Pero... ¿pretende que crea eso?” –saltó el médico con una vena muy gorda en la sien- “¡usted! ¡usted es..!”.
Ante la voz airada de su esposo, Tomoyo se asomó al vestíbulo principal reconociendo con asombro el rostro ante ella. La joven señora Kinomoto contuvo a duras penas una exclamación asombrada y es que si alguna vez ella y Touya habían dudado que las Protection Card y Byakko estaban cerca… ya no había duda…
- “Buenas noches. Mi nombre es Megumi Togakutsuki y he venido para hacer las labores domésticas y ayudarles con los niños”
Notas de la autora: ¡y llegó Megumi a cumplir con su trabajo!, ¿alguien creyó que me había olvidado de ella? ¡claro que no!. Además... bien necesitan protección los niños Kinomoto ¿no creen?. Pero los enigmas continúan: ¿cómo fue que Subaru Sumeragi, el poderoso y triste Dragón del Cielo se ha convertido en el sakurazukamori? ¿qué relación tiene con el niño Romanova?, ¿y porqué los peculiares cambios de acento y de color de ojos en el niño genio?.
Aunque las cosas no vienen fáciles... ¿se enfrascarán los Tsukishiro en una batalla legal por la custodia de Rei o habrá algo que Eriol y Yoko puedan hacer para evitarlo?. Y por si fuera poco ¡de buena se ha salvado Mamoru!.. ¿o no?. ¿Y Miriel?.. ¡esa niña si que sospechó rápidamente el inesperado encuentro de Sakura y Kerberos!...
¿Y qué hará Kero ahora?, ¿por qué Sakura le borró la memoria de ese encuentro?, ¿quién es el niño pelirrojo cuya magia acaba de descubrir Hien?... y lo que es más sorprendente aún: ¡SAKURA HA TENIDO UNA VISION DE SU ANTERIOR ENCARNACIÓN?!.. ¡Y HA ESTADO CASADA CON SHAORAN DESDE ENTONCES!!... ¿qué significa eso?, ¡¿que más recuerdos le esperan a nuestra protagonista??
Por cierto... lo de la intuición de las madres no es exagerado. Créanme. Ellas presienten cuando sus hijos tienen problemas (aunque a veces no se los digamos, ellas lo intuyeron). Los padres aman mucho a sus hijos pero.. son un poco más despistados en esas cosas ^^´. Por cierto, la canción de este episodio es “Blurry eyes” que corresponde al opening del clásico de anime DNA2, ¡espero que les guste el midi!!.
Cualquier comentario, sugerencia o tomatazo a mikki_chan01@yahoo.com.
Adelantos para el siguiente capítulo:
- “En la antigua india creían que las personas reencarnaban cumpliendo algo llamado ciclo kármico, por el cual íbamos pagando algún error de nuestra encarnación anterior, una culpa o cuando hemos dejado asuntos pendientes.. por una promesa de odio, amor.. un encuentro. Algunas personas encarnan relativamente cerca unas de otras porque tienen ataduras fuertes que nacen de su propio pasado y cuando no es así.. cuando no están cerca al reencarnar, se buscan mutuamente, hasta hallarse”
Capítulo IV “Mis recuerdos "