Deja Vu ~
Hick's Bellum
Capítulo 1: ¿Qué
me esta pasando?
Una chica de cortos
cabellos castaños casi rubios y de tranquilos ojos esmeraldas se hallaba
caminando en dirección a la escuela como todos los días. Ella pertenecía
a una de las escuelas mas exclusivas de Tokio, pero aquello no le
representaba ninguna cosa de la cual sentirse superior a las demás personas,
Anaís era una joven normal, muy dulce e inteligente que sabía comportarse
educadamente y jamás perdía la calma.
Claro que últimamente no
era tan así. Había estado teniendo algunos sueños rarísimos donde ella se veía
envuelta junto a dos chicas que desconocía, también aparecía un personaje que
le inspiraba respeto y expelía sabiduría, una pequeña ¿niña? De largos
cabellos rubios que se encontraba en actitud de oración, una hombre de negro
que poseía una mirada intimidadora, varias personas mas q no lograba distinguir
y además un joven de profundo mirar dorado que la hacía sonrojar.
Que extraña se sentía, parecía que a todas esas personas
ella las conocía, pero a decir verdad a sus 14 años jamás había estado en un
mundo como el que se describía en sus sueños. ¿Qué querrían decir?, si
hubiese tan solo una vez que lo soñase no se hubiera preocupado, pero los sueños
se repetían noche tras noche durante los últimos dos meses y eso únicamente
significaba que o estaba completamente obsesionada con ese sueño en particular,
o también que podría referirse a algo en su vida o que simplemente se estaba
convirtiendo en una loca.
-
Quizás solamente estoy obsesionada con eso
– se dijo a si misma – si no me convenzo yo... nadie más lo hará por
mi.
Con tales pensamientos siguió caminando a la escuela. Su
uniforme era de un verde medio, compuesto por una chaqueta, una blusa y una
falda plisada que se movía al compás del movimiento de las piernas de su dueña,
con gracia y sin brusquedad. Anaís no era el prototipo de belleza perfecta,
pero si era una chica muy dulce y educada que podría conquistar y enternecer
hasta el mas duro corazón.
Mentalmente se había recriminado por seguir pensando en
tal sueño, y trataba de no pensar mas en ello, cuando sintió una brisa que le
hizo levantar el rostro para justo alcanzar a observar a una joven de largos
cabellos azules y elegantes movimientos que caminaba por el lado contrario de la
calle.
-
No puede ser – sus ojos se abrieron al
observar tal persona – es idéntica a una de las chicas de mi sueño. No
puede ser. ¿qué significa todo esto? – la otra joven desapareció tras
voltear en la esquina – ¡EY! ¡TU! ¡ESPERA!
Echó a correr para poder alcanzar a aquella chica, pero
cuando llegó a aquella esquina no vio a nadie.
-
Imposible. Desapareció. Quizás fue mi imaginación.
Se recriminó mentalmente por enésima vez el estar tan
obsesionada con aquel sueño. Miró su reloj.
-
Oh, santo Dios, ¡llegaré tarde!
Y a todo lo que daban sus piernas echó a correr para poder
llegar a tiempo a clases. Éstas transcurrieron con normalidad, siempre y claro
llamemos normalidad a estar completamente perdida con los pensamientos en un
mundo de ensueños, y en perseguir a una chica de largos y sedosos cabellos
azules, ¿verdad?. Anaís se encontraba demasiado distraída pero aquello no le
impidió semiconcentrarse en sus clases y tomar las notas necesarias. Esperando
a que pasara el día para poder finalmente encontrarse en sus ensayos de tiro al
blanco.
Ataviada con los ropajes necesarios para aquello, por fin
llegó su hora mas anhelada. Sus momentos en que con el arco y la flecha dejaba
ir sus tensiones y se dedicaba únicamente a clavar aquel dardo en el centro de
un blanco.
Tomó el arco, sacó una flecha, la dispuso en la tensa
cuerda y fijó el blanco. Observaba atentamente el centro de éste cuando una
nueva brisa la hizo apartar la mirada por unos segundos hacia el árbol que había
tras aquellos círculos y en una rama logró distinguir la silueta de un joven
que la observaba, no logró verle bien la cara pero si en un fulgor provocado
por el sol logró ver los destellos de un par de ojos dorados. De inmediato sus
mejillas se sonrojaron, y soltó la flecha, la cual fue a dar muy lejos del
centro del círculo. Observó la falla de su tiro, y para cuando volvió a
levantar la mirada, aquellos ojos ya no se encontraban allí.
-
No puede ser – se llevó la mano hasta su
mejilla - ¿qué me está pasando?
En unos minutos ya no fue capaz de distinguir nada, todo se
fue a negro y sólo escucho voces que se agrupaban a su alrededor sin entender
lo que decían.
~~~~~
Estaba oscuro... muy oscuro, Anaís estaba sola en aquel
lugar.
-
No temas... no quiero hacerte daño
– la voz había salido de la nada.
-
¿quién eres? ¿qué quieres?
– sus ojos verdes buscaban en todas direcciones tratando de encontrar al dueño
de tal voz.
-
Es mejor que no te enteres... quiero que sigas con
tu vida normal, y no tengas que jamás llegar a preocuparte por otras cosas.
-
¿preocuparme por otras cosas? ¿qué otras cosas?
-
Es mejor que no las sepas Anaís. Créeme, es mejor
así.
-
¿cómo sabes mi nombre? ¿cómo puedes saber lo que
es mejor para mi? ¿quién eres? ¿por qué no dejas que te vea?
Como única respuesta una
mano apareció de la nada y se posó sobre su mejilla, la cual se sonrojó al
instante, pero también le produjo la sensación de conocerla desde hace
mucho... y de ¿amarla?
-
Te ves mas linda cuando sonríes.
Sus ojos alcanzaron a ver aquel destello que la había hecho perder la concentración momentos antes. Y negro... otra vez.
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