USA, un departamento
en el décimo tercer piso de un
edificio muy lujoso, una joven se encontraba en la cocina preparando una comida
para dos personas, mientras picaba finamente una cebolla entonaba una linda
melodía con su dulce voz. En la puerta principal un joven rubio de traje
entraba tratando de no hacer ruido, pero la chica se giró para abrir las
ventanas y lo vio ahí...
Mimi: ¡Michel,
llegaste temprano!
Michel: No, lo que
pasa es que vine por unos papeles que olvide, por cierto, no podré venir a
comer, llegaré tarde, nos vemos
Michel tomo un fólder
que estaba en la mesita y salió del departamento, Mimi vio partir a su
prometido y un poco molesta regreso a la cocina donde apago el fuego de la
estufa.
Estaba cansada de que
su prometido le diera mas importancia al trabajo que a ella, hacia tan solo unos
meses, Michel diariamente regresaba a casa para comer con ella, pero algo paso y
su prometido comenzó a descuidarla. Tras meditarlo un poco, volvió a encender
la estufa, si Michel no iría a comer, entonces prepararía una cena romántica.
La noche llegó y Mimi
tenía todo listo, la mesa con velas y flores, luz tenue y música suave, serían
las 9 de la noche, Michel no tardaría en llegar. Los minutos pasaron
lentamente, las velas se fueron consumiendo, se dieron las 11:30 y Michel no
llegaba, Mimi se acercó a la ventana, corrió la cortina muy levemente y se
asomó a la calle, estaba desierta, un Ferrari rojo se detuvo frente al
edificio, y un joven alto y rubio bajó de él viendo hacia la ventana
-¡Mimi escúchame por
favor! ¡Yo te amo!, ¡Todo lo que viste fue una farsa, un truco...!
La joven cerró los
ojos fuertemente y cuando los abrió nuevamente ni el Ferrari ni el rubio
estaban ahí, cerró la cortina y apago las velas,
tomo su chamarra, su bolso y salió del apartamento. Camino hasta el
elevador que no tardo mucho en abrirse, en el interior, Mimi presiono el botón
del estacionamiento, pocos segundos después se encontraba despidiéndose del
vigilante. Caminó hasta su Porche plateado
e introdujo la llave, estuvo a punto de abrir la puerta cuando lo vio... a unos
metros de ahí estaba el auto negro convertible de Michel.... Temiendo
equivocarse, Mimi se acercó al auto y verificó que en realidad ese era el auto
de su prometido, pensando lo peor, corrió de regreso hasta la caseta de
vigilancia
Mimi: ¡Señor, ¿desde
que hora esta ese auto negro aquí?!
Vigilante: Pues ya
tiene rato señorita, el señor Michel llegó en él a eso de las 2 de la tarde
Mimi: Si claro, estuvo
en su apartamento pero salió de regreso ¿no?
Vigilante: Ahora que
lo menciona, salió solo a entregarle unos papeles a otro señor, pero no tardó
mucho, cuando entró otra ves iba con la señorita Yuliane del apartamento 6
Mimi: Ellos... ¿Ellos
entraron juntos?
Vigilante: Si, iban
muy abrazaditos
Mimi sintió como si
un balde de agua helada le hubiera caído encima, dio unos pasos atrás y subió
al elevador. En pocos segundos Mimi se encontraba frente a la puerta del
apartamento 6, pensando lo peor, presiono el timbre, Yuliane no tardó en abrir:
era una joven modelo de ojos verdes y cabellos castaños, un poco mas oscuros
que los de Mimi, tenía una bata de baño puesta.
Yuliane: ¡Mimi!, que
sorpresa
Mimi: Perdona la hora
Yuliane, pero Michel no ha regresado y el vigilante me dijo que te vio con él
en la tarde, y pensé que tu podrías decirme si sabes a donde fue, tal ves le
paso algo malo por allá y...- La joven se quedo en silencio cuando escucho una
voz familiar dentro del apartamento. Yuliane abrió por completo la puerta
Yuliane: Creo que es
momento de que lo sepas...
- ¿quién era cariño?-
en el fondo del apartamento, Mimi pudo ver a su prometido semidesnudo, cubriéndose
de la cintura para abajo con una toalla y caminaba hacia la puerta, Mimi no quería
dar crédito a lo que veían sus ojos, pero eso no era una ilusión, molesta, la
joven entro al departamento y
enfrento al chico- Mi.. Mimi...
Mimi: ¡Soy una tonta
por haberme preocupado por ti... Yo pensando en que tuviste un accidente...
pensaba lo peor y u aquí disfrutando de la vida...!
Michel: Déjame
explicarte Mimi...
Mimi: ¡No te me
acerques!- los ojos de Mimi se llenaron de lágrimas mientras Michel intentaba
explicar
Miche: Mimi, por favor
escuchame, tu y yo...
Mimi: ¿¡¡¡Como
pudiste hacerme esto... como fue posible Matt...!!!?- Mimi no se contuvo y le
soltó un bofetón a Michel que solo bajo la vista, de pronto, Mimi se dio
cuenta del enorme error que había cometido: había confundido a Michel con
Matt... Lentamente cubrió su boca con ambas manos y salió corriendo de ahí....
Cuando llegó a su
casa casi al otro lado de la ciudad, en un edificio de una zona residencial,
entró al elevador y presiono el último botón, su apartamento estaba en la
terraza y era el más costoso de todos. Ella era una de las mejores cheffs en
toda USA y podía darse ese lujo. En cuanto llegó a su puerta, comenzó a
desahogarse, sus ojos comenzaron a acumular más de esas cristalinas lágrimas,
y las primeras comenzaron a caer... no se tomo la molestia de limpiarlas, entro
a la habitación y cerro la puerta tras de si. Deposito sus llaves y su bolso
sobre la mesita, se quito la chamarra y lo aventó al sofá. Entro a la cocina
por la puerta de madera pintada de blanco que junto con la barra de concreto
separaban la cocina del comedor. Se acercó al refrigerados y saco una lata de
refresco, la destapo y tomo un sorbo dando media vuelta mientras la puerta del
refri se cerraba sola y ella salía a sentarse en un banco de metal frente a la
barra, segundos después Mimi por
fin comenzó a llorar, las lágrimas recorrían sus mejillas una tras otra hasta
caer a la barra, sin poder soportarlo mas, se cubrió el rostro con ambas manos,
lamentándose por lo cruel que la vida había sido con ella, por segunda ves
volvía a vivir esa dura experiencia y esta, tal ves no la soportaría...
Un insistente ruido al
otro lado de la puerta despertó a Mimi, después de llorar por varias horas se
quedó dormida sobre la barra, se veía y sentía fatal. Tal ves era Michel
quien tocaba con tanta insistencia y desesperación pensó Mimi, pero no, no
estaba lista para enfrentarse a él, se levanto del banco en que estaba sentada
y aún medio dormida observó el reloj, eran las 7:30am, tan solo había dormido
4 horas, y haciendo caso omiso del timbre y los golpes de la puerta se dirigió
al baño, un baño con azulejos de porcelana blancos con una tina al lado de la
ventana. Mimi corrió la cortina de la ventana para que la luz entrara, después
abrió las manijas de la tina y el
agua comenzó a caer, se acercó a la pequeña puerta con espejo que estaba
sobre el lavabo y la abrió para sacar dos pequeños frascos, destapó el
primero y el dulce aroma de almendras la relajo un poco, acercándose a la tina
vertió un poco de la esencia , tapo el frasco y abrió el otro, segundos después
vertió un poco de ese líquido al agua y unas cuantas burbujas comenzaron a
formarse cuando revolvió el agua con su mano.
La tina tardaría
pocos minutos en llenarse, entonces fue a su habitación donde se despojó de su
ropa y se cubrió con su bata de baño rosa, tomó su toalla y regreso al baño
para meterse en la tina, no sin antes cerrar las llaves del agua, ahí no
escuchaba el ruido del timbre o la puerta, entonces cerró los ojos y trató de
olvidar todo lo que le había pasado.
El golpeteo de la
puerta despertó a Mimi que se había quedado dormida en la tina, alguien había
entrado al departamento y estaba aún ahí, la chica salió del agua y se
enjuago las burbujas.
-Mimi, ¿estás aquí?-
escuchó Mimi mientras se secaba
Mimi: Si, en seguida
salgo- Era un chico quien la visitaba pensó la joven un tanto asustada, sin
duda no era Michel ya que la voz era distinta, aún así, tubo el presentimiento
de conocerlo. Cuando se puso la bata y abrió la puerta, pudo ver la espalda de
un joven de cabellos castaños que observaba hacia la calle por la ventana, tras
unos momentos de incertidumbre, la joven pudo reconocer a su “invitado”- ¿Tai...
eres tu?- le joven regreso su atención al interior del apartamento, y con una
sonrisa se acercó a su entrañable amiga
Tai: Si, soy yo Mimi
Mimi: Oh Tai...- Mimi abrazó con mucho cariño a su amigo que correspondió el abrazo.