En el interior del último
apartamento de una zona residencial, un joven de cabellos castaños volvió su
atención a una linda chica en bata rosa caminando hacia ella
Mimi: Oh Tai...- la
chica abrazó a su amigo cuando estuvo frente a ella
Tai: Perdona por haber
entrado a tu casa, pero cuando no
contestaste me preocupe mucho por ti.
Mimi: No importa Tai
– dijo sin dejar de abrazarlo, de pronto recordó la penosa situación en que
estaba y lo soltó – Debo ir a vestirme, espera aquí.
Mimi entró a su
habitación mientras que Tai observaba el apartamento, sin duda alguna Mimi era
una de las personas más ricas de esa zona, todo lo que había ahí debía
costar mas de dos mil dólares, aún así, lo que más le llamó la atención
era que no había ninguna foto. Cuando Mimi estaba lista, ambos se sentaron a
desayunar.
Mimi: ¿Y a que se
debe tu visita Tai?
Tai: Pues vine a ver
como estabas – dijo un poco serio
Mimi:
¿yo?, pero si estoy muy bien
Tai: No Mimi, Michel
me llamó y me contó que ustedes terminaron, lo siento mucho- su acompañante
bajo la vista por unos segundos para después voltear a verlo con una sonrisa un
poco forzada.
Mimi: No quiero hablar
de eso Tai, pero no te preocupes por mi que estoy bien – la muchacha observo
su reloj y se levanto de la mesa. –Debo irme Tai, traere la comida a las 3 en
punto si te parece.
Tai: Si, esta bien,
buena suerte.
La chica salió de su
apartamento y fue a su trabajo, un restaurante de mucha fama en el que trabajaba
por las mañanas, sin olvidar que era la dueña del lugar. Para ese día debía
preparar un banquete para 500 personas. Para cuando llego, todos sus empleados
ya había comenzado los preparativos. Mientras tanto, Tai estaba sentado en el
lujosos sillón de Mimi, con el control remoto en la mano buscando un buen
programa en la TV, recorrió los 300 canales de paga que su amiga contrataba y
no encontró nada que le interesara, así paso su mañana, viendo TV y después
escuchando los CD’s de música de Mimi. Para cuando ella regreso, Tai estaba
mas aburrido que una ostra y sin nada que hacer.
Mimi: ¡Ya regrese!-
grito desde la entrada mientras dejaba sus llaves sobre la mesa, Tai salio a su
encuentro casi al borde de la desesperación
Tai: ¡Mimi, bendita
seas!, haz venido a salvarme de mi aburrimiento.
Mimi: ¿Aburrimiento?,
Tai, tengo 300 canales de TV que casi nunca veo...
Tai: Si, pero ninguno
llamó mi atención, estoy aburrido, ¿qué vamos a hacer?- Mimi, muy divertida
camino hasta la cocina donde dejo una bolsa negra y despues regreso a sentarse
en su sillón, siempre seguida de Tai.
Mimi: Estoy cansada
Tai, ¿que te parece si comemos y después decidimos que hacer?
Tai: Bueno, voy a
preparar algo
Mimi: No es necesario,
solo basta con servir
Despues de la comida,
Mimi se recostó a descansar mientras que Tai parecía niño hiperactivo, moviéndose
de un lado a otro por el apartamento. Cuando Mimi se sintió mas fresca, se
encontro a su amigo contando todas las flores del balcón.
Tai:
89, 90, 91... ¿esa ya la había contado?... No, creo que no...
Mimi: Tai ¿qué
haces?
Tai: ¡Ah.. Mimi!...
Pues yo solo.. Veía tus flores –respondió el muchacho
Mimi: Ah, bueno,
entonces supongo que no quieres acompañarme...
Tai: ¡Claro que
quiero, lo que sea con tal de salir!- Aquello le causo mucha gracia a Mimi, que
hizo un gran esfuerzo para no burlarse de él y se limitó a sonreír.
Durante los días
siguientes, Mimi y Tai iban al restaurante por las mañanas, estando Tai en la
recepción y Mimi en la cocina, la chica se había apiadado de él y le había
dado trabajo; por las tardes salían a recorrer la ciudad, lo cual hacia muy
feliz a Tai que odiaba estar
encerrado . Pasaron algunos meses hasta que un día, cuando llegaban a casa...
Tai: Mimi, ya pasaron
tres meses desde que llegue a vivir con tigo, y Michel no te ha llamado para
disculparse por lo que te hizo, pero tu tampoco has querido hablar al respecto,
¿aún sientes algo por el?- Mimi suspiro mientras apagaba el motor del auto
Mimi: Michel esta en
todo su derecho de no llamarme, en todo caso, yo soy la que debería hacerlo
Tai: ¿Tu?, pero Mimi,
tu fuiste la ofendida...- la chica movió la cabeza negativamente
Mimi: Yo lo engañe
primero, por eso no me siento mal por lo que hizo, es mas, eso abrió mis ojos,
me hizo ver que lo que sentía por
el era tan falso como nuestra relación... He vivido entre muchas mentiras
durante 6 años y ya no lo soporto. Quiero
vivir la verdad Tai, por muy dura que sea.
Tai: Si, tal vez
tengas razón
Tai dejo de ver a
Mimi y sin decir más salió del auto, ella por su parte pudo notar un
extraño comportamiento del su amigo. Sin entender lo que le pasaba, Mimi salió
del auto, y siguió a Tai que permaneció bastante distancia do esta tarde,
tanto que en cuanto llegaron el muchacho se encerró en su habitación. Esa
noche Mimi cenó sola, y su preocupación por Tai fue en aumento, no pudo dormir
al pensar en los motivos que acongojaban a su amigo. Por primera vez en muchos años,
Mimi volvió a ver un amanecer tras una noche de reflexión y preocupación.
Tai: Buenos días
Mimi, no te ves muy bien, ¿dormiste mal anoche?
Mimi: No, realmente no
dormí nada- respondió mientras se levantaba del sillón y caminaba a su
cuarto. Tai preparó el desayuno, pero Mimi se dilató mas de lo debido, el
joven castaño se acercó a la puerta dándole tres golpecitos.
Tai: Mimi, ¿estas
bien?- la puerta se abrió sin previo aviso asustándolo un poco
Mimi: Pensé que nunca
lo preguntarías – la chica estaba tiste. Se podía ver en sus ojos. –Tai,
que pasó, ¿qué es lo que sucedió ayer?- también estaba preocupada, el
muchacho recordó entonces el rostro de su hermana Kary, llena de preocupación
cuando meses atrás viajo de Japón a USA sin explicarle nada; con ternura,
acarició la mejilla sonrosada de su amiga, la tomó de la mano y salieron de la
habitación para sentaron en el sillón.
Tai: Mimi, lamento
mucho haber irrumpido en tu vida con mentiras.
Mimi: ¿Mentiras? ¿Qué
quieres decir?
Tai.: Quiero decir que
eso es lo que he hecho desde que entre por tu puerta, te he estado mintiendo
todo este tiempo.
Mimi: No... no te
entiendo
Tai: Mira, yo no llegué
aquí hace tres meses, Michel lo sabía.
Mimi: Pero.. pero tu
me dijiste que él te había llamado y que por eso viajaste hasta aquí...
Tai: En parte eso es
cierto... Hace como medio año vine a visitarte, pero me encontré a Michel, por
él me enteré que estabas en una convención y que tardarías unos días.
Estuve charlando con él sobre los sucesos que desconoces y me recomendó que
radicara en New York, donde me ayudo a conseguir un departamento.
Mimi: ¿Y porque no me
llamaste después?, ¿porque apareciste hasta hace tres meses?- cuestionó atónita.
Tai: No lo creí
conveniente, además no quería molestar
Mimi: Nunca serías
una molestia, yo te hubiera brindado mi propia casa como ahora- animó ella
tratando de hacerle ver a su amigo el error que había cometido, pero el sonrió
tristemente.
Tai: Si, tal vez
tienes razón, pero si te hubiese llamado tendía que volver a recordar el
motivo que me orillo a trasladarme a América, aunque al parecer lo único que
logré con eso fue retrazar lo inevitable.
Mimi.: ¿Qué fue lo
que paso?, que es eso tan terrible...- Tai permaneció unos segundos tratando de
recordar la secuencia exacta de los sucesos. Cuando por fin hablo, se le
escuchaba la voz entrecortada
Tai: Te juro que
cuando me lo dijeron no lo quise creer, así que tuve que ir a confirmarlo, ese
día estaba lloviendo.. – Tai se encorvo un poco y hundió el rostro en sus
manos unos segundos, las imágenes del pasado aparecieron con mas detalles que
los que quería contar. – Estaba lloviendo y yo estaba en la cafetería
esperando a Sora, de pronto llegó Moemi y se sentó a mi lado
Mimi: ¿Mo... Moemi?
Tai: Sí, la novia de
Matt, estaba furiosa, Matt la había terminado ese mismo día, por eso estaba ahí.
Mimi: ¿Se quiso
vengar de Matt contigo?- preguntó entre molesta y sorprendida, entonces Tai
levanto la cabeza y la miró a los ojos