Trás-os-montes comparte con Minho y Douro su
folklore. Tanto en danzas (por ej. Cana Verde) como en
instrumentos (por ej. viola, gaita de foles) hay un nexo común,
pero también tiene un carácter propio.
Esta región ha conservado ciertas costumbres y formas arcaicas de trabajar el campo, influyendo directamente en la música en formas muy ligadas al trabajo, como por ejemplo los ligados a labores de pastoreo, el lino, el centeno y las segadas. Es en este tipo de cantos (principalmente ligados al cultivo de cereales) donde se presenta una mayor variedad (cantos al segar, cantos al caer el sol, cantos de majar, cantos en la era,...). Los cantos relacionados al lino son fundamentalmente femeninos, al ser éstas las encargadas de trabajarlo una vez cortado. Algunos de los cantos tienen carácter judío debido a que fue en esta región en donde los judíos se refugiaron tras la expulsión manuelina.
Otro tipo de trabajos son los relacionados con el pastoreo. La moda de tosquia está relacionada con los grupos de hombres que recorrían los pueblos de Mirandela ofreciéndose para esquilar las ovejas. Otra forma musical es el Dai-la-dou, consistente en cantos por medio de los cuales los pastores se comunicaban a distancia.
Respecto
a las agrupaciones musicales, la tuna destaca
por la variedad
de instrumentos empleados (violines, guitarras, flautas,...) y
por la variedad de repertorios (chulas, música litúrgica, música
filarmónica,...).
En cuanto a los instrumentos, el más característico es la gaita-de-foles, asociada a ritmos como o paseado, o fandango, a carvalhesa, a munheira. La guitarra también es muy utilizada acompañando cantos y bailes. Otros instrumentos infrecuentes en el resto de Portugal son la flauta de tres agujeros y tamboril (nuestra gaita charra) y el pandero.