Hay un
instrumento que marca el folklore de estas regiones: el adufe.
El adufe o pandero cuadrangular es un instrumento de
origen árabe, tocado con las manos y de intérprete femenino.
Aunque se puede encontrar en otras regiones, es en Beira baixa en
dónde está más extendido y en donde permaneció con el nombre
de adufe.
Otro instrumento de gran implantación es la guitarra portuguesa, tradicionalmente asociada al fado, pero que en estas regiones interpreta otros ritmos. Este instrumento enraizó muy fuerte culturalmente, asociándose a las tabernas, locales donde paraban los intérpretes de guitarra e incluso se tenía una guitarra a disposición de la clientela.
Estas
regiones no permanecieron ajenas a la introducción del acordeão
en su forma diatónica, a finales del siglo pasado.
También se denominó harmónica de mão, harmónico y
harmónio. Junto con el acordeón, también se da el uso de
la concertina, instrumento diatónico y con dos o tres
columnas de botones.
La típica agrupación musical es la de Bombos,
integrada por bombos, flautas (flauta
travessa de sabugueiro) y caixas. Estos grupos sufrieron un
declive en los años 80 y hoy se están revitalizando. Sus orígenes,
funciones y composición son
similares a las de los grupos de gaitas del litoral norte y
centro.
Respecto al canto, se da el canto a três vozes y a duas vozes. Los cantos del campo están muy ligados al cultivo de la aceituna, presentando grandes reminiscencias árabes. Los romances también son otro tipo de canto bastante difundido.
Las danzas presentan cierta relación con las del Alto Alentejo, como por ejemplo la similitud entre las viradas y las saias. También el fado adoptó otras variantes como el fado alto y fado baixo.