Estas provincias presentan una serie de puntos en común, centrados en la cultura mediterránea.
Es en estas provincias en donde mayor difusión
tuvieron las danzas de salón europeas del siglo pasado (valses,
polcas, mazurcas y schottisches). La mayor parte de las danzas
primitivas desaparecieron al introducirse las danzas europeas.
Algunas de las danzas se adaptaron y fueron modificadas con
ciertas particularidades geográficas, como el caso de la polca,
también conocida como "bico e tacão" o "salto
e bico", o el caso de la mazurca, conocida como "moda"
o "valsa de dois pasos". Sin embargo, las músicas
de estas danzas no suelen corresponder a la danza, como es el
caso de las saias y de los fandangos. Las saias
son los bailes más característicos del Alto Alentejo y está
ligado directamente a la seguidilla española. Son de un ritmo
muy vico y, genralmente, cantadas por mujeres. El fandango se
introdujo desde España a todo Portugal. Su forma clásica de
baile es dos hombres enfrentados a una mujer. El schottische es
una danza circular sucesora de la polca,de ritmo más lento,
también conocida como polca alemana. En Portugal sufrió una
adaptación y transformó su nombre en xotiça, xecote o
chicote.
En cuanto a los instrumentos, los dos
fundamentales son la guitarra y el harmónio.
El harmónio se introdujo en el siglo XVIII, procedente
de Europa. Consta de una columna de botones y la escala es diatónica.
Al principio se conoció como harmónica de mão (en
contraposición a la de boca), después harmónica y,
finalmente, harmónio. La difusión del instrumento se
debió, en gran manera, a que se adaptaba muy bien a la
interpretación de las danzas europeas, lo que fué provocando
poco a poco la desaparición de otros ritmos como la contradança
o el fandango.
Otros instrumentos que también se emplean son la
flauta travessa y en la línea de la zona Litoral Norte
y Centro, la gaita de foles, interpretando todo tipo de
danzas tradicionales, como el fandango, corridinho (el
Carnaval de Torres Vedras es uno de los mejores ejemplos, con
gaiteros y bombos desfilando junto con los cabezudos) o la
xotiça. Merece la pena destacar la viola campaniça,
instrumento muy arcaico tanto en afinación como en toque y, hoy
en día, en vías de extinción. Se compone de 5 cuerdas, 3
dobles y las otras dos, las más graves, triples. Suele acompañar
a ritmos como balhos, despiques (cantos de
desafío), y en el "cante alentejano", que si
bien debe ser siempre a capella, se dan ejemplos de acompañamiento
con este instrumento.
Las corales polifónicas del Bajo Alentejo son la
máxima expresión del canto polifónico de origen religioso. Al
principio era cantado en el campo, pero a medida que las labores
del campo se fueron mecanizando, el canto pasó a las tabernas,
por lo que el componente masculino fué el predominante, aunque
exista algún ejemplo
de canto exclusivamente femenino.
Las romarias estremenhas (popularmente conocidas como círios) son otro fenómeno religioso en torno al cual se da una de las mayores manifestaciones folklóricas. A lo largo del viaje en carros, los cantos, misas y oficios son acompañados por la gaita de foles, destancando las marchas, loas, singelos recitativos y "à romana" (o anjinhos).