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Actualizado: sábado, 27 de octubre de 2001 09:24:19 -0500

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ESPECIAL - Historia - Medios de comunicación - Radio alternativa
Radio Cutivalú: 15 años de vida

Sonidos de amor por Piura

La historia reciente de Piura está ligada a un nombre, radio Cutivalú, que si no estuvo detrás de las noticias, las generó (gratas noticias, por cierto). Quince años después, el avance no es de color rosado, sino el de todas las tierras y gentes que confirman el departamento al que buscan integrar tercamente, para que el Perú "sea otro país", como dice su director.

por Redacción NPCi nelsonpenaherrera@peru.com

Elvira Carhuapoma sostiene la insignia de radio Cutivalú acabadas las tertulias sobre el lugar de este medio de cara a la ciudadanía, en la Universidad de Piura.

A las seis de la mañana del 24 de octubre, Édgar Cárdenas se alista para iniciar una edición más de Contacto Informativo. Hasta hace meses, abría la programación a las cinco, con un programa destinado al campesinado.

"Primero debes tener un despertador, y uno bueno, ponerlo una hora antes de que comience el programa –es decir yo lo ponía a las cuatro de la mañana—pero te facilita las cosas para levantarte temprano, te afecta la vida familiar porque te mueve la casa."

El primer día de radio Cutivalú no comenzó tan temprano, sino a las seis de la tarde del 24 de octubre de 1986, cuando Carlos Smith emitió el discurso inaugural de las transmisiones del símbolo de la radio contemporánea en Piura.

Rodolfo Aquino se levantó a las cinco mas bien, pero para coger el avión que lo traerá de vuelta a Piura con el preciado premio Jerusalén, galardón otorgado por contribuir a la construcción de una cultura de paz.

Llega a las ocho, debidamente empaquetado, en la sede de la emisora, en Castilla (Piura), dentro de la propiedad que pertenece al Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), de la que depende el Instituto de Tele Educación Los Tallanes (INTELTA), al que está adscrito Cutivalú.

Una hora después, toda la gente está dentro de la Universidad de Piura (UDEP) donde comenzarán las tertulias sobre la cercanía de la radio y su público. Elvira Carhuapoma, jefa de publicidad y mercadeo será la anfitriona.

"Ahorita estoy con los nervios de punta", dice antes de comenzar, dándose tiempo a recordar que ella también se inició en Cutivalú. "Estaba en los noticieros de la mañana, tenía que levantarme a las cuatro y media de la mañana, porque teníamos que llevar la información a través de la radio."

Ricardo Castillo ya ha terminado Ciberdiarios, un segmento que él ayudó a crear para resumir los titulares de toda la prensa regional y nacional pensado en toda la población que nunca tendrá acceso a ellos.

Ahora combina las transmisiones deportivas y de noticias ("en ningún momento me he descuidado de la coyuntura política nacional"), aunque sin tantos inconvenientes como la de una vez en que transmitiendo un partido de fútbol en Sullana, la unidad móvil que proporcionaba energía a sus equipos de transmisión se incendió.

"Iban treinta minutos, y la gente de atrás nos gritaba, después nos cayeron piedritas. Vimos que señalaban a la camioneta porque le estaba saliendo humo: se estaba quemando". La transmisión se interrumpió luego que improvisados bomberos apagaron el amago.

Arturo Chira Lescano supervisa la emisión de radio Cutivalú a través de un programa de computadora que le permite controlar tiempos y programar las salidas al aire, en la sede de Castilla.

La voz del desierto

Apenas iniciada la conquista española del Perú, muchos de los caciques que no lograron ser arrasados por los invasores lograron elevar causas de reconocimiento sobre antiguos territorios para preservar determinadas costumbres, actividades o santuarios.

Tal fue el caso de Lucas Cutivalú, cacique de Catacaos, quien en 1544, se unió a los de Colán, Sechura y Olmos y obtuvo el reconocimiento perpétuo de los territorios de su comunidad indígena, reconocidos en 1578 por el virrey Francisco de Toledo.

Siglos después, Carmen Poello, española, llegó para revisar los originales de un libro sobre el trabajo campesino que el CIPCA realizaba en el caserío de Monte Castillo. Para entonces, la institución desarrollaba un programa de comunicación dirigido a promotores campesinos. Era 1982.

Tras ver el trabajo, Carmen decidió regresar, pero el sacerdote jesuita Francisco Muguiro se las ingenió para que se quedara a elaborar el planteamiento de una radio, la evolución del proyecto de comunicación, y así los días, supervisó su esquema, perfil, concepción, gestación y salida al aire.

Actualmente, Cutivalú emite su señal desde sus estudios en CIPCA, en Castilla, hasta una planta de transmisión del otro lado de la ciudad, ya en Piura, donde se potencia y se transmite a toda la región, aunque realmente cubre los valles costeños, y el sur del departamento, así como la vertiente occidental de la cordillera de los Andes en sus dos ramales.

Su programación es básicamente programas formativos-informativos (su mayor fuerte gracias a su red de corresponsales desperdigados por toda la geografía piurana) y música. A pesar de que es una emisora alternativa, requiere de la publicidad para subsistir. "La radio tiene que buscar sus propios mercados, participar del reto de las comunicaciones", explica Rodolfo Aquino, director de la emisora.

Uno de los puntos más peligrosos fue el intento de recortar sus ingresos por publicidad, cuando Alberto Fujimori estuvo a punto de prohibir este tipo de financiamiento a las radios de carácter educativo. El objetivo era acallarlas. Una coalición de la cadena de radio RPP y los diarios El Comercio y La República ayudó a parar la mano del dictador.

Recientemente, el mayor orgullo de la emisora es haber recibido el premio Jerusalén, galardón otorgado por la comunidad judía peruana para la defensa de la cultura de paz y la democracia.

"Nos satisface porque es el reconocimiento no sólo a los quince años, sino también a algo que hicieron pocos medios en la última década, por el tema de corrupción que hubo, de ficción que nos vendieron los grandes medios de comunicación", dice Rodolfo Aquino.

De hecho, la emisora fue la única que durante los quince años del, ahora conocido, fujimontesinismo, no agachó la cabeza, y mantuvo una postura muy crítica. "Los medios que defendimos la democracia fuimos los que estuvimos en la lucha para retornar a un país con gente libre, con independencia", afirma Aquino.

Luis Lozada llegó cinco años después de iniciada la emisora, y con el tiempo llegó a ser uno de sus ‘anclas’ más importantes por tocar temas muy espinosos, como la lucha contra el régimen anterior: "El pensamiento político de la radio era en conjunto, y tenía que ser dicho a través de algunos programas, y por cosas del destino a mi me tocó conducir esos programas".

Cutivalú fue una de las cien emisoras en red que cubrieron la Marcha de los Cuatro Suyos, entre el 26 y 28 de julio de 2000, para protestar por la asunción de Alberto Fujimori a un tercer mandato consecutivo, y con sabor a fraude, y dentro de la que las emisoras pudieron intercambiar información a diario, a pesar de la conspiración.

Se estima que unas 200 mil personas de distintas partes del país llegaron a Lima para marchas convocadas por el ahora presidente Alejandro Toledo, aunque eso no implicó apoyar su candidatura, sino estar del lado de la mayoría de peruanos.

La transmisión de la marcha constituyó uno de los eventos que reunió a la mayor cantidad de audiencia frente a la radio respecto de una televisión silenciada.

El primer premio fueron llamadas amenazantes que ‘echaban en cara’ a la radio las seis muertes registradas en el edificio del Banco de la Nación que, ahora se sabe, fueron propiciadas por las autoridades del régimen anterior, y que ahora están compareciendo ante la justicia: "¡Ya tuvieron lo que ustedes querían; eso estaban buscando!"

"Decían que éramos mentirosos, que nos va a pasar algo, que nos cuidemos con los que estemos diciendo, a veces nos llamaban y nos ponían música del gobierno", recuerda Lozada.

Elvira Carhuapoma conversa con una corresponsal de la radio --los llaman "agentes de comunicación"-- el día del aniversario, en la sede central en Castilla. Cutivalú busca que sean las personas menos escuchadas, quienes tengan mayor acceso a sus micrófonos.

Cultura de diálogo e identidad cultural

"Cuando el Perú se sumía en la década de apagones generadas por el terrorismo, ahí estaba la radio", dice Mariela García, directora del programa de Comunicación de la UDEP.

Más allá de las palabras, cuando radio Cutivalú apareció sectores conservadores la acusaron de ‘subversiva’, debido a su línea de apertura y trabajo social, fomentada por los sacerdotes jesuitas.

"La radio es la voz de la ciudadanía", confirma García, por eso apostaron por rescatar los valores y las voces de la gente que usualmente no tenía acceso a los medios tradicionales, y de los cuales ni siquiera hablaban los programas de formación profesional.

Cutivalú introdujo en la agenda regional al hombre y la mujer del campo, como agentes y no como cifras.

"Hace diez años eso era impensable", sostiene Pedro Sánchez, de la Coordinadora Nacional de Radio (CNR), un servicio informativo nacional al que Cutivalú está afiliada.

Antes quienes sabían más nos hacían callar, "y eso ha ido formando generaciones y generaciones de una cultura no acostumbrada a dialogar; no tenemos, entonces, una cultura democrática, ni siquiera en los círculos familiares".

Sánchez ha desafiado a los comunicadores a buscar la promoción de una cultura de diálogo a través de la radio. Medalith Rubio, una de las productoras principales de la cadena RPP (quien reconoció que Cutivalú era su competidor más fuerte en Piura), sentencia: "Es el género de la tertulia".

Cutivalú ofrece tertulia también. La diferencia, dice Luis Peirano, de la Universidad Católica del Perú, es que aquí la cosa tiene sabor regional, es decir, el establecimiento de la agenda es más familiar (y realista) para la audiencia, respecto de la cadena que tiene una visión más capitalina antes que nacional.

Por eso, la radio no sólo busca conocer su área de impacto palmo a palmo, sino que busca que su gente se identifique como tal.

La realidad piurana es agrarista. Édgar Cárdenas cubre ese campo por vocación: "Yo provengo de una zona rural, de Pambarumbe que es un caserío de Santa Catalina de Mossa (Morropón), entonces, tengo raíces muy cercanas a la agricultura."

Raíces que en ocasiones le han llevado a tomar partido por los derechos de los agricultores en forma muy decidida. "Una de las cosas que asumimos los periodistas de radio Cutivalú es que no solamente somos periodistas, no sólo somos comunicadores, intentamos ser promotores de desarrollo."

Y el desarrollo no sólo se mide en obras, sino en crecimiento personal. El arte es una esas manifestaciones. Por eso anualmente, la radio convoca a concursos de canto y de cuentos, mitos y leyendas regionales inéditos. Ahora los certámenes tienen un aire más integrador pues buscan la participación del público del otro lado de la frontera, Ecuador.

Con el auspicio de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) no sólo hacen concursar a la gente, sino que la están sensibilizando mediante microprogramas que buscan fomentar la identidad transfronteriza.

La acogida es numerosa, y ha marcado otra tradición en Piura. La región andina es la que participa activamente.

Rodolfo Aquino, director de radio Cutivalú, (junto a Carmen Poello, quien está a su izquierda) durante una reunión con estudiantes universitarios. "La perspectiva siempre es a tener más años con las cosas y nunca dejarlas morir", dice.

"Si tú lo puedes imaginar, lo puedes lograr"

A las seis de la tarde, el salón de actos de la Municipalidad de Piura comienza a llenarse de gente que será una masa compacta una hora más tarde.

El ausente en la celebración es Paco Paperas, el personaje infantil, que hace un par de años reveló su identidad: un pacasito, un reptil típico similar a las iguanas, típico de Piura. El saurios también cumple quince años y es una institución en el mundo infantil de la región.

La presentadora del espacio, Gladys Reyes, es la mamá, la hermana, la tía, la prima, lo que los niños y niñas quieran: "Muchos programas se han ido quedando en el camino y el ‘Paco’ sigue".

En sus buenas épocas, Paco Paperas llegó a tener por lo menos tres productores encargados de diversas áreas temáticas, incluyendo una red de promoción escolar con distintos centros de la costa y la sierra de Piura, departamento en el que sólo se habla el español.

El pacaso Paco Paperas ha estrenado voz, la de Arturo Chira Lescano, presentador que ha visto nacer, crecer y seguir a la emisora, y a quien sus compañeros y compañeras premiaron sorpresivamente.

Comenzó con los programas de boleros y música criolla peruana, para hacer virtualmente de todo lo que su voz y creatividad pudieran lograr.

El programa romántico, que hasta hoy se llama Me quedo contigo, le llevó a conversar con los adultos mayores sobre sus cantantes de antaño. Para hacer el programa criollo, su visita a peñas y jaranas era de ley.

"Comenzaron las llamadas telefónicas, y supe por primera vez lo que era la interactividad en la radio", recuerda Arturo. "El cariño del público me hace sentir su calor, no para sentirme poderoso, sino con el fin de ser popular y llegar a ese público popular, a la gente de los barrios, de los pueblos jóvenes [barriadas], a la gente de la sierra..."

Su lema es uno de Walt Disney: "Si tú lo puedes imaginar, lo puedes lograr".

El premio Jerusalén, apenas llegado del avión, otorgado por la Comunidad Judía del Perú por las contrubuciones individuales o colectivas a una cultura de paz. Cutivalú es el primer medio no limeño en obtener el galardón.

"Camino a la verdad"

"Muy buenas tardes, región Piura. Esta es Radio Cutivalú. ¡Hoy es 24 de octubre!", anuncia Luis Lozada en una transmisión en vivo desde el segundo piso de la Municipalidad de Piura.

A esta hora recuerda a Rosa Chunga, la adolescente que sintonizó una radio que sonaba fuerte, y se conectó, hace quince años. Hoy es madre de familia y es costumbre en casa sintonizar Cutivalú. Ella vive en Cerritos, un caserío en pleno desierto de Sechura, al sur de Piura.

"Ha calado tanto en el pueblo, en el corazón de las personas, que está presente en el hogar, es un integrante más de la familia", sentencia Luis Lozada.

En realidad, Cutivalú ha ayudado a relatar y no olvidar la historia reciente de Piura y a integrar a los olvidados, por eso su lema es ‘La voz del desierto’.

Para Luis Lozada esto alude a un sentido profético, recordando a Juan Bautista, quien preparó a los israelitas que vivieron el Evangelio de Jesucristo: "Es una voz que va abriendo camino a la verdad". La otra razón es que su sede original estuvo rodeada de médanos y médanos de arena.

La emisora ha ido más allá porque Rosa Chunga, en el fondo, ha aprendido a amar a Piura desde su propia perspectiva, la de quienes la hacen en realidad: "eso es Cutivalú, un andar junto al pueblo", concluye Lozada.

"Radio Cutivalú está en una época de replantearse cosas", dice Édgar Cárdenas, "para retomarlo con fuerza quizás el próximo año". Por ello se han levantado algunos programas y se cocinan otros espacios para la siguiente temporada.

De pronto, ya han lanzado su sitio en internet para explicar detalladamente que és la radio, y adicionalmente ha publicado un CD-ROM con información corporativa.

Pero antes de Internet, Cutivalú ya era conocida en Latinoamérica gracias a ALER, una institución basada en Quito, Ecuador, que reúne a emisoras como ella a lo largo del continente, y a las que distribuye el programa juvenil Crash, Boom, Bang, producido por Enrique Cavero García, el primero de su género producido en la región y que ha sido emitido vía satélite a otros países.

En ALER, la emisora tiene un compañero que también vio nacer a la radio, José Arévalo, quien acaba de ganar el premio Rey de España que entrega la agencia de noticias EFE. "Estas cosas nos animan a seguir construyendo porque nos enaltecen profesionalmente", dice Rodolfo Aquino, no sólo su compañero de trabajo, sino, como se confesó, su amigo.

"La perspectiva siempre es a tener más años con las cosas y nunca dejarlas morir", sentencia Aquino. "Podríamos hacer cosas bonitas", reflexiona pensando en integrar a los medios de comunicación locales para promover cambio para que el Perú "sea otro país".

"Si los medios no ponemos ese granito de arena, será difícil que podamos conseguir cambio. Los comunicadores trabajamos con las mentes de las personas... ese trabajo es muy delicado."

Para el director de radio Cutivalú el reto es seguir construyendo Piura: "No es necesario ir a Lima para conseguirlo."

Con informes de NPC Piura y El Tiempo.


LEA ADEMÁS

Cutivalú es andar junto al pueblo

 

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El álbum virtual de fotos que NPCi mag preparó para Cutivalú

 

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