Sonidos de amor por Piura
La historia reciente de Piura está ligada
a un nombre, radio Cutivalú, que si no estuvo detrás de las
noticias, las generó (gratas noticias, por cierto). Quince años
después, el avance no es de color rosado, sino el de todas las
tierras y gentes que confirman el departamento al que buscan
integrar tercamente, para que el Perú "sea otro país",
como dice su director.
por Redacción NPCi nelsonpenaherrera@peru.com

Elvira
Carhuapoma sostiene la insignia de radio Cutivalú
acabadas las tertulias sobre el lugar de este medio de cara a la
ciudadanía, en la Universidad de Piura. |
A las seis de la mañana del 24 de octubre, Édgar
Cárdenas se alista para iniciar una edición más de Contacto
Informativo. Hasta hace meses, abría la programación a las
cinco, con un programa destinado al campesinado.
"Primero debes tener un despertador, y
uno bueno, ponerlo una hora antes de que comience el programa –es
decir yo lo ponía a las cuatro de la mañana—pero te facilita las
cosas para levantarte temprano, te afecta la vida familiar porque te
mueve la casa."
El primer día de radio Cutivalú no
comenzó tan temprano, sino a las seis de la tarde del 24 de octubre
de 1986, cuando Carlos Smith emitió el discurso inaugural de las
transmisiones del símbolo de la radio contemporánea en Piura.
Rodolfo Aquino se levantó a las cinco mas
bien, pero para coger el avión que lo traerá de vuelta a Piura con
el preciado premio Jerusalén, galardón otorgado por contribuir a
la construcción de una cultura de paz.
Llega a las ocho, debidamente empaquetado,
en la sede de la emisora, en Castilla (Piura), dentro de la
propiedad que pertenece al Centro de Investigación y Promoción del
Campesinado (CIPCA), de la que depende el Instituto de Tele
Educación Los Tallanes (INTELTA), al que está adscrito Cutivalú.
Una hora después, toda la gente está
dentro de la Universidad de Piura (UDEP) donde comenzarán las
tertulias sobre la cercanía de la radio y su público. Elvira
Carhuapoma, jefa de publicidad y mercadeo será la anfitriona.
"Ahorita estoy con los nervios de
punta", dice antes de comenzar, dándose tiempo a recordar que
ella también se inició en Cutivalú. "Estaba en los
noticieros de la mañana, tenía que levantarme a las cuatro y media
de la mañana, porque teníamos que llevar la información a través
de la radio."
Ricardo
Castillo ya ha terminado Ciberdiarios, un segmento que
él ayudó a crear para resumir los titulares de toda la prensa
regional y nacional pensado en toda la población que nunca tendrá
acceso a ellos.
Ahora combina las transmisiones deportivas y
de noticias ("en ningún momento me he descuidado de la
coyuntura política nacional"), aunque sin tantos
inconvenientes como la de una vez en que transmitiendo un partido de
fútbol en Sullana, la unidad móvil que proporcionaba energía a
sus equipos de transmisión se incendió.
"Iban treinta minutos, y la gente de
atrás nos gritaba, después nos cayeron piedritas. Vimos que
señalaban a la camioneta porque le estaba saliendo humo: se estaba
quemando". La transmisión se interrumpió luego que
improvisados bomberos apagaron el amago.

Arturo
Chira Lescano supervisa la emisión de radio Cutivalú
a través de un programa de computadora que le permite
controlar tiempos y programar las salidas al aire, en la sede
de Castilla. |
La voz del desierto
Apenas iniciada la conquista española del
Perú, muchos de los caciques que no lograron ser arrasados por los
invasores lograron elevar causas de reconocimiento sobre antiguos
territorios para preservar determinadas costumbres, actividades o
santuarios.
Tal fue el caso de Lucas Cutivalú, cacique
de Catacaos, quien en 1544, se unió a los de Colán, Sechura y
Olmos y obtuvo el reconocimiento perpétuo de los territorios de su
comunidad indígena, reconocidos en 1578 por el virrey Francisco de
Toledo.
Siglos después, Carmen
Poello, española, llegó para revisar los originales de un
libro sobre el trabajo campesino que el CIPCA realizaba en el
caserío de Monte Castillo. Para entonces, la institución
desarrollaba un programa de comunicación dirigido a promotores
campesinos. Era 1982.
Tras ver el trabajo, Carmen decidió
regresar, pero el sacerdote jesuita Francisco Muguiro se las
ingenió para que se quedara a elaborar el planteamiento de una
radio, la evolución del proyecto de comunicación, y así los
días, supervisó su esquema, perfil, concepción, gestación y
salida al aire.
Actualmente, Cutivalú emite su
señal desde sus estudios en CIPCA, en Castilla, hasta una planta de
transmisión del otro lado de la ciudad, ya en Piura, donde se
potencia y se transmite a toda la región, aunque realmente cubre
los valles costeños, y el sur del departamento, así como la
vertiente occidental de la cordillera de los Andes en sus dos
ramales.
Su programación es básicamente programas
formativos-informativos (su mayor fuerte gracias a su red de
corresponsales desperdigados por toda la
geografía piurana) y música. A pesar de que es una emisora
alternativa, requiere de la publicidad para subsistir. "La
radio tiene que buscar sus propios mercados, participar del reto de
las comunicaciones", explica Rodolfo Aquino, director de la
emisora.
Uno de los puntos más peligrosos fue el
intento de recortar sus ingresos por publicidad, cuando Alberto
Fujimori estuvo a punto de prohibir este tipo de financiamiento a
las radios de carácter educativo. El objetivo era acallarlas. Una
coalición de la cadena de radio RPP y los diarios El Comercio
y La República ayudó a parar la mano del dictador.
Recientemente, el mayor orgullo de la
emisora es haber recibido el premio Jerusalén, galardón otorgado
por la comunidad judía peruana para la defensa de la cultura de paz
y la democracia.
"Nos satisface porque es el
reconocimiento no sólo a los quince años, sino también a algo que
hicieron pocos medios en la última década, por el tema de
corrupción que hubo, de ficción que nos vendieron los grandes
medios de comunicación", dice Rodolfo Aquino.
De hecho, la emisora fue la única que
durante los quince años del, ahora conocido, fujimontesinismo,
no agachó la cabeza, y mantuvo una postura muy crítica. "Los
medios que defendimos la democracia fuimos los que estuvimos en la
lucha para retornar a un país con gente libre, con
independencia", afirma Aquino.
Luis Lozada llegó cinco años después de
iniciada la emisora, y con el tiempo llegó a ser uno de sus ‘anclas’
más importantes por tocar temas muy espinosos, como la lucha contra
el régimen anterior: "El pensamiento político de la radio era
en conjunto, y tenía que ser dicho a través de algunos programas,
y por cosas del destino a mi me tocó conducir esos programas".
Cutivalú
fue una de las cien emisoras en red que cubrieron la Marcha de los
Cuatro Suyos, entre el 26 y 28 de julio de 2000, para protestar por
la asunción de Alberto Fujimori a un tercer mandato consecutivo, y
con sabor a fraude, y dentro de la que las emisoras pudieron
intercambiar información a diario, a pesar de la conspiración.
Se estima que unas 200 mil personas de
distintas partes del país llegaron a Lima para marchas convocadas
por el ahora presidente Alejandro Toledo, aunque eso no implicó
apoyar su candidatura, sino estar del lado de la mayoría de
peruanos.
La transmisión de la marcha constituyó uno
de los eventos que reunió a la mayor cantidad de audiencia frente a
la radio respecto de una televisión silenciada.
El primer premio fueron llamadas amenazantes
que ‘echaban en cara’ a la radio las seis muertes registradas en
el edificio del Banco de la Nación que, ahora se sabe, fueron
propiciadas por las autoridades del régimen anterior, y que ahora
están compareciendo ante la justicia: "¡Ya tuvieron lo que
ustedes querían; eso estaban buscando!"
"Decían que éramos mentirosos, que
nos va a pasar algo, que nos cuidemos con los que estemos diciendo,
a veces nos llamaban y nos ponían música del gobierno",
recuerda Lozada.

Elvira
Carhuapoma conversa con una corresponsal de la radio --los
llaman "agentes de comunicación"-- el día del
aniversario, en la sede central en Castilla. Cutivalú busca
que sean las personas menos escuchadas, quienes tengan mayor
acceso a sus micrófonos. |
Cultura de diálogo e
identidad cultural
"Cuando el Perú se sumía en la
década de apagones generadas por el terrorismo, ahí estaba la
radio", dice Mariela
García, directora del programa de Comunicación de la UDEP.
Más allá de las palabras,
cuando radio Cutivalú apareció sectores conservadores la
acusaron de ‘subversiva’, debido a su línea de apertura y
trabajo social, fomentada por los sacerdotes jesuitas.
"La radio es la voz de la
ciudadanía", confirma García, por eso apostaron por rescatar
los valores y las voces de la gente que usualmente no tenía acceso
a los medios tradicionales, y de los cuales ni siquiera hablaban los
programas de formación profesional.
Cutivalú
introdujo en la agenda regional al hombre y la mujer del campo, como
agentes y no como cifras.
"Hace diez años eso era
impensable", sostiene Pedro Sánchez, de la Coordinadora
Nacional de Radio (CNR), un servicio informativo nacional al que Cutivalú
está afiliada.
Antes quienes sabían más nos hacían
callar, "y eso ha ido formando generaciones y generaciones de
una cultura no acostumbrada a dialogar; no tenemos, entonces, una
cultura democrática, ni siquiera en los círculos familiares".
Sánchez ha desafiado a los comunicadores a
buscar la promoción de una cultura de diálogo a través de la
radio. Medalith Rubio, una de las productoras principales de la cadena
RPP (quien reconoció que Cutivalú era su competidor
más fuerte en Piura), sentencia: "Es el género de la
tertulia".
Cutivalú
ofrece tertulia también. La diferencia, dice Luis Peirano, de la
Universidad Católica del Perú, es que aquí la cosa tiene sabor
regional, es decir, el establecimiento de la agenda es más familiar
(y realista) para la audiencia, respecto de la cadena que tiene una
visión más capitalina antes que nacional.
Por eso, la radio no sólo busca conocer su
área de impacto palmo a palmo, sino que busca que su gente se
identifique como tal.
La realidad piurana es agrarista. Édgar
Cárdenas cubre ese campo por vocación: "Yo provengo de una
zona rural, de Pambarumbe que es un caserío de Santa Catalina de
Mossa (Morropón), entonces, tengo raíces muy cercanas a la
agricultura."
Raíces que en ocasiones le han llevado a
tomar partido por los derechos de los agricultores en forma muy
decidida. "Una de las cosas que asumimos los periodistas de
radio Cutivalú es que no solamente somos periodistas, no
sólo somos comunicadores, intentamos ser promotores de
desarrollo."
Y el desarrollo no sólo se mide en obras,
sino en crecimiento personal. El arte es una esas manifestaciones.
Por eso anualmente, la radio convoca a concursos de canto y de
cuentos, mitos y leyendas regionales inéditos. Ahora los
certámenes tienen un aire más integrador pues buscan la
participación del público del otro lado de la frontera, Ecuador.
Con el auspicio de la Agencia
Española de Cooperación Internacional (AECI) no sólo hacen
concursar a la gente, sino que la están sensibilizando mediante
microprogramas que buscan fomentar la identidad transfronteriza.
La acogida es numerosa, y ha marcado otra
tradición en Piura. La región andina es la que participa
activamente.

Rodolfo
Aquino, director de radio Cutivalú, (junto a Carmen Poello,
quien está a su izquierda) durante una reunión con
estudiantes universitarios. "La perspectiva siempre es a
tener más años con las cosas y nunca dejarlas morir",
dice. |
"Si tú lo puedes imaginar, lo puedes
lograr"
A las seis de la tarde, el salón de actos
de la Municipalidad de Piura comienza a llenarse de gente que será
una masa compacta una hora más tarde.
El ausente en la celebración es Paco
Paperas, el personaje infantil, que hace un par de años reveló su
identidad: un pacasito, un reptil típico similar a las iguanas,
típico de Piura. El saurios también cumple quince años y es una
institución en el mundo infantil de la región.
La presentadora del espacio, Gladys Reyes,
es la mamá, la hermana, la tía, la prima, lo que los niños y
niñas quieran: "Muchos programas se han ido quedando en el
camino y el ‘Paco’ sigue".
En sus buenas épocas, Paco Paperas
llegó a tener por lo menos tres productores encargados de diversas
áreas temáticas, incluyendo una red de promoción escolar con
distintos centros de la costa y la sierra de Piura, departamento en
el que sólo se habla el español.
El pacaso Paco Paperas ha estrenado voz, la
de Arturo Chira Lescano, presentador que ha visto nacer, crecer y
seguir a la emisora, y
a quien sus compañeros y compañeras premiaron sorpresivamente.
Comenzó con los programas de boleros y
música criolla peruana, para hacer virtualmente de todo lo que su
voz y creatividad pudieran lograr.
El programa romántico, que hasta hoy se
llama Me quedo contigo, le llevó a conversar con los adultos
mayores sobre sus cantantes de antaño. Para hacer el programa
criollo, su visita a peñas y jaranas era de ley.
"Comenzaron las llamadas telefónicas,
y supe por primera vez lo que era la interactividad en la
radio", recuerda Arturo. "El cariño del público me hace
sentir su calor, no para sentirme poderoso, sino con el fin de ser popular
y llegar a ese público popular, a la gente de los barrios,
de los pueblos jóvenes [barriadas], a la gente de la
sierra..."
Su lema es uno de Walt Disney: "Si tú
lo puedes imaginar, lo puedes lograr".

El
premio Jerusalén, apenas llegado del avión, otorgado por la
Comunidad Judía del Perú por las contrubuciones individuales
o colectivas a una cultura de paz. Cutivalú es el primer
medio no limeño en obtener el galardón. |
"Camino a la verdad"
"Muy buenas tardes, región Piura. Esta
es Radio Cutivalú. ¡Hoy es 24 de octubre!", anuncia
Luis Lozada en una transmisión en vivo desde el segundo piso de la
Municipalidad de Piura.
A esta hora recuerda a Rosa Chunga, la
adolescente que sintonizó una radio que sonaba fuerte, y se
conectó, hace quince años. Hoy es madre de familia y es costumbre
en casa sintonizar Cutivalú. Ella vive en Cerritos, un
caserío en pleno desierto de Sechura, al sur de Piura.
"Ha calado tanto en el pueblo, en el
corazón de las personas, que está presente en el hogar, es un
integrante más de la familia", sentencia Luis Lozada.
En realidad, Cutivalú ha ayudado a
relatar y no olvidar la historia reciente de Piura y a integrar a
los olvidados, por eso su lema es ‘La voz del desierto’.
Para Luis Lozada esto alude a un sentido
profético, recordando a Juan Bautista, quien preparó a los
israelitas que vivieron el Evangelio de Jesucristo: "Es una voz
que va abriendo camino a la verdad". La otra razón es que su
sede original estuvo rodeada de médanos y médanos de arena.
La emisora ha ido más allá porque Rosa
Chunga, en el fondo, ha aprendido a amar a Piura desde su propia
perspectiva, la de quienes la hacen en realidad: "eso
es Cutivalú, un andar junto al pueblo", concluye Lozada.
"Radio Cutivalú está en una época de
replantearse cosas", dice Édgar Cárdenas, "para
retomarlo con fuerza quizás el próximo año". Por ello se han
levantado algunos programas y se cocinan otros espacios para la
siguiente temporada.
De pronto, ya han lanzado su sitio en
internet para explicar detalladamente que és la radio, y
adicionalmente ha publicado un CD-ROM con información corporativa.
Pero antes de Internet, Cutivalú ya
era conocida en Latinoamérica gracias a ALER, una institución
basada en Quito, Ecuador, que reúne a emisoras como ella a lo largo
del continente, y a las que distribuye el programa juvenil Crash,
Boom, Bang, producido por Enrique
Cavero García, el primero de su género producido en la región
y que ha sido emitido vía satélite a otros países.
En ALER, la emisora tiene un compañero que
también vio nacer a la radio, José Arévalo, quien acaba de ganar
el premio Rey de España que entrega la agencia de noticias
EFE. "Estas cosas nos animan a seguir construyendo porque nos
enaltecen profesionalmente", dice Rodolfo Aquino, no sólo su
compañero de trabajo, sino, como se confesó, su
amigo.
"La perspectiva siempre es a tener más
años con las cosas y nunca dejarlas morir", sentencia Aquino.
"Podríamos hacer cosas bonitas", reflexiona pensando en
integrar a los medios de comunicación locales para promover cambio
para que el Perú "sea otro país".
"Si los medios no ponemos ese granito
de arena, será difícil que podamos conseguir cambio. Los
comunicadores trabajamos con las mentes de las personas... ese
trabajo es muy delicado."
Para el director de radio Cutivalú
el reto es seguir construyendo Piura: "No es necesario ir a
Lima para conseguirlo."
Con
informes de NPC Piura y El Tiempo.
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Cutivalú
es andar junto al pueblo
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El
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